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Yo Curaré Tu Corazón Roto por DanyNeko

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Notas del capitulo:

Bien, aquí esta el segundo capitulo de esta tierna historia Stepshipping.

Graciasa quienes apoyaron el primer cap, realmente me ha gustado escribir de esta adorable parejita.

Sin más que decir.

Enjoy!

─Moki ─Noah llevó una mano a la mejilla del menor ─yo quiero… estar a tu lado… Moki, búscame, ven a mi… porque yo ahora no puedo.

Noah empezó a perder nitidez frente al pelinegro.

─Noah… ¡Noah!

─Ve a mí, Moki ─repitió.

-°-°-

Mokuba despertó de golpe…

-o-

El corazón le dio un vuelco terrible apenas perdió a Noah de vista y eso le provocó su repentino despertar. Su respiración estaba agitada, los ojos los tenía dilatados y su frente perlada de sudor.

Mokuba se llevó una mano al pecho, sintiendo el furioso latido de su corazón. Los ojos color océano y el cabello de dos tonos verde aparecieron de súbito en su mente y sintió un nuevo retorcijón en su pecho ─Noah… ─susurró con los ojos vidriosos, como si fuera a llorar de nuevo. Tenía los ojos aun pesados por haberse quedado dormido llorando y por ende se sentía con pesadez aun así que se levantó y se dirigió al baño de su habitación para lavarse el rostro, remojó también su largo cabello negro.

Mokuba suspiró y luego de secarse la cara se miró al espejo, pensando seriamente en la idea que le estaba dando vueltas en la cabeza. Podía rememorar casi vívidamente el cálido tacto de las manos de Noah en su pelo, cosa que irremediablemente le recordó la calidez y dulzura del beso que el mayor le había plantado inesperadamente, pero removió cosas en él que casi había olvidado.

Pensándolo bien ¿Qué había sido ese loco sueño? Si bien él creía más que si hermano en lo esotérico, ese sueño lo había descolocado bastante ¿Noah enserio había estado ahí con él, o había sido todo producto de su dolido corazón en busca de cariño? Decidido a encontrar la respuesta y recordando sin querer la cálida voz de su hermano, dirigida a Jou, frunció el ceño, tomando la decisión de lo que iba a hacer.

-°-°-

Mokuba se deslizó sin ser notado en el salón donde estaban las capsulas de generadores virtuales. Con facilidad programo la máquina y se acomodó en el asiento. La cúpula se aseguró y los transmisores se acomodaron a los costados de su cabeza. Mokuba cerró los ojos y dejó su mente sumergirse en aquella realidad virtual donde, esperaba, se hallaba lo único que podría darle consuelo a su atormentado corazón roto.

-°-°-

Había aparecido justo frente Kaibalandia pero pasó completamente del lugar luego de fijar su vista unos segundos en una de las estatuas blancas del dragón ojos-azules que adornaban imponentes la entrada y salió corriendo. No sabía realmente donde debía buscar, incluso si lo pensaba bien parecía un tonto nada más de tratar, pero solo un sitio se le atravesó por la mente en ese momento y corrió hacía allí.

La Arcade. El salón de videojuegos.

Videojuegos dentro de la realidad virtual… aun le sonaba raro.

─Noah… ─murmuró, mirando hacía todos lados. Deseaba ver esos ojos que reflejaban el océano.

Se sentó frente al videojuego de lucha que primero había probado como salida aquella vez “Nosotros podemos regresar pero tú no tienes un cuerpo propio… Nii-sama es muy brillante a la hora de crear cosas, tal vez él pueda ayudarnos. Él podría crear un cuerpo para ti, Noah” Si Noah tuviera su propio cuerpo… podría estar a su lado… ¿Noah quería quedarse con él? “Yo siempre estoy contigo, Mokuba/ te quiero, pequeño” Las mejillas se le colorearon al recordar aquello.

Se levantó de la silla y caminó por los pasillos del salón, mirando hacia todos lados. Finalmente dio con la máquina de baile que estaba hasta el fondo, con algo de duda pero convencido de que no tenía nada que perder subió en el juego y lo encendió.

Las señas para guiar su baile empezaron a aparecer en la gran pantalla frente al pelinegro quien, al saberse sólo, no dudó en seguirlas.

A mí me gusta vivir para cantar,
pero no porque yo haya
sido hecha para eso,
sino que tú, el que goza con mi voz
me sonríes cada vez que
te canto una canción.

Mokuba no se dio cuenta pero varias flores blancas en diversos puntos del lugar, eran las mismas flores que Mokuba había dejado caer cuando se habían alejado de la explosión. Afuera del lugar, unos leves y débiles pasos se dirigían hacia la Arcade.

Para mi quien solo el binario conoció,
tu creaste mi mundo y
me diste un nuevo "yo"
y desde ese momento hasta
este mismo instante
mi corazón solo ha sido tuyo.

Mokuba se notaba muy entretenido bailando, jamás había oído esa canción, pero lo gustaba, le hacía pensar en su Noah…

Al estar junto a ti,
con solo tenerte aquí
la corriente en mi alma
pierde su control.
Si te veo venir nace un viento cuántico
y siento una vibración en mi corazón.

¡Espera, espera!  ¡¡¡¿Había dicho SU Noah?!!!

Algo que odio es estar en soledad,
porque siento que ya no podré
volver a estar despierto.
Por eso amo tenerte junto a mí,
con tu sola visita yo
me siento muy feliz.

Un joven de prendas blancas, dueño de las anteriores pisadas, hizo acto de presencia en aquel salón de juegos. Sonrió cuando la animada melodía de música electrónica aturdió sus oídos y caminó derecho a la máquina que emitía aquella alegre canción. Los ojos fijos en aquel chico pelinegro que disfrutaba de la danza, saltando y girándose según las pistas y el ritmo le marcaban.

Para mí quien nunca algo solo realizó
tú creaste una letra y
me diste una canción
y desde ese momento hasta
este mismo instante
mi corazón vive agradecido.

Mokuba no pudo evitar pensar en profundidad sobre aquella letra mientras seguía bailando. Él siempre estaba junto a Seto, que recordara no había hecho nada importante por si sólo… pero aun así, por cualquier detalle en el que él sobresaliera, Seto siempre estaba ahí para felicitarlo y alentarlo a ser mucho mejor… por eso esta apurado por decirle lo que le ofrecieron aquel día en la escuela, pero…

Al estar junto a ti,
con solo tenerte aquí
la corriente en mi alma
pierde su control.
Si te veo venir nace un viento cuántico
y siento una vibración en mi corazón.

El, aun inadvertido, joven se quedó de pie tras las pistas de baile, solo observando con una sonrisa los fluidos y animosos movimientos del pelinegro. Se veía adorable a sus ojos, tierno e inocente, esas eran las palabras que primero venían a su mente cuando el pelinegro ocupaba sus pensamientos… que era casi siempre.

Al estar junto a ti,
con solo tenerte aquí
todo mi universo sufre una expansión.

Con la misma belleza
de un ángel al volar
vas a ver mi corazón el cielo tocar.

Ángel… a Mokuba esa palabra le recordaba algo en especial.
Recordaba como el cambio en los ojos de Noah desde que lo conocieron hasta el último momento en que se había despedido de él; al final eran cálidos y brillantes, armonizaban por completa con la sonrisa que le ofrecía… En esos últimos instantes Mokuba pensó que Noah parecía un ángel… triste, pero un ángel a fin de cuentas.  

Al estar junto a ti,
con solo tenerte aquí
la corriente en mi alma
pierde su control.
Si te veo venir nace un viento cuántico
y siento una vibración en mi corazón.

─Es una bonita canción, me pregunto cómo se llamará ─se cuestionó Mokuba en voz alta, tratando de ver si el juego le daba el nombre de la melodía.

Electric Angel ─respondió una voz ajena a sus espaldas, antes de que el pelinegro hiciese nada.

Mokuba se quedó paralizado al escuchar la voz a sus espaldas, se giró de golpe para ver tras él, topándose con la cabellera a dos tonos verdes y los ojos color océano que habían irrumpido en su sueño momentos antes.
Ahí estaba él….

─ ¿N-Noah? ─Mokuba tembló en su lugar al observarlo de pie tras él, con una mano en el bolsillo de su corto pantalón blanco ─Noah ─Mokuba no dudó en correr hacia el peliverde y abrazarlo con fuerza y calidez, como lo había hecho el mayor en su sueño ─ ¡Noah! ─el pelinegro hundió su rostro en el pecho de su hermano adoptivo y suspiró profundo… realmente se sentía bien estar a su lado.

La sonrisa del menor se amplió cuando los brazos del peliverde lo rodearon gustoso, el rostro del mayor se acomodó contra su hombro y aspiró profundo, apenando un poco al chico.

─Noah ─murmuró contra su pecho.

El mayor lo tomó de los hombros para apartarlo de sí lo estrictamente necesario para que pudieran verse a los ojos ─Gracias por venir Moki… te eché mucho de menos ─le sonrió el otro.

─Noah… entonces… mi sueño fue ─tartamudeó sin saber bien cómo explicarse.

Noah le sonrió, tomándole del mentón para levantarle mejor el rostro y juntar dulcemente sus labios. Mokuba esta vez no titubeó en corresponder el beso: cerró los ojos y llevó sus brazos tras el cuello de Noah, juntando más su cuerpo al del mayor, acariciando los mechones verdes de su nuca. Los labios de ambos se restregaron con premura a la vez que las manos de Noah apresaron la pequeña cintura del pelinegro con propiedad.

Mokuba separó los labios al dejar escapar un jadeo suave, la verdad es que Noah le estaba dando sus primeros besos y todas las sensaciones eran nuevas para él. Noah aprovechó la oportunidad para colar su lengua en el interior de la cálida boca del pequeño pelinegro… era tan dulce.

Mokuba, al sentir el juguetón intruso en su boca se estremeció, sintió como las mejillas se le calentaban de golpe y el corazón se le aceleraba aún más de ser posible.

─ ¿Eso responde a tu pregunta? ─le susurró cálidamente el peliverde luego de separar unos milímetros sus labios, dejando un espeso hilo de saliva entre ambos.

─Sí… ah, Noah ─jadeó apenado al escuchar su propia respiración agitada.

─Me encanta tenerte aquí Moki ─risueño, el peliverde lo abrazó y besó su frente ─ ¡Ven conmigo! ─lo tomó de la muñeca y empezó a correr con él hacia la salida.

─Wahh ─luego de la sorpresa inicial Mokuba se dejó guiar por el mayor, intrigado por su actuar ─ ¿a dónde vamos? ─consultó.

─Ya lo verás ─dijo justo antes de atravesar la puerta, la cual, los llevó a un escenario diferente en medio de un destello blanco.

─Ya puedes abrir los ojos Moki ─le dijo divertido el mayor.

Mokuba hizo caso, sintiendo como su mandíbula caía ante la visión que se le presentaba.  

Estaban de pie en una colina, debajo Ciudad Domino resaltaba con la luces artificiales de la urbanización, sin embargo sobre ellos el oscuro cielo azul sin luna estaba plagado de hermosas y brillantes estrellas que cruzaban el cielo en un espectáculo que solo disfrutaban ellos dos. Era una lluvia de estrellas

─ ¿Te gusta? ─consultó el peliverde con una sonrisa, los ojos cerrados y llevándose las manos tras la espalda.

─ ¿Gustarme? ¡Me encanta! ─respondió sin pensar, aun mirando el maravilloso show celestial ─Noah, es maravilloso ─volteó a verlo.

─Me alegra que te agrade ─le dijo el mayor, entrelazando una de sus manos para llevar al pelinegro a una manta de picnic para acomodarse ambos ─me gusta ver tu sonrisa, Moki ─se sentó, invitándolo a ponerse a su lado ─la última vez que te vi me quedé con la imagen de tus ojos llorosos y eso me partía el corazón ─comentó con la cejas arqueadas hacia abajo.

─Lo siento yo… es que, no quería perderte ─murmuró sin pensar, luego se dio cuenta de sus palabras y se llevó una mano a la boca apenado.

 Noah solo pudo sonríe más ante los gestos del menor ─Mokuba, eres la persona que más curiosidad me ha producido ─dijo sincero, acercándose más al menor ─después de todo lo que hice… tu solo querías ayudarme… ¿por qué? ─cuestionó curioso. Aun había muchas cosas que Noah no comprendía del comportamiento humano.

─Bueno… ─Mokuba regresó su vista al cielo estrellado ─primero, al verte… me recordabas un poco a mi nii-sama ─recordó.

Noah se hizo un poco para atrás ─Así que es por Seto ─estableció algo serio.

─Pero ─irrumpió el menor ─había algo muy diferente en ti que me hacía sentir ese deseo de ayudarte… de no dejarte solo ─tímidamente Mokuba llevo una mano a la mejilla del peliverde ─y después de lo que te hizo Gozaburo, yo solo… quería hacerte sentir mejor… ─se expresó el pelinegro ─creo que, de algún modo, te convertiste en alguien importante para mí.

Los ojos de Noah se abrieron como platos ─Mokuba ─musitó conmovido. El peliverde se movió a espaldas de Mokuba, separando las piernas para apegarlo a su pecho y rodearle los hombros por delante ─te quiero Moki ─Noah acomodó su rostro en el hombro del menor y cerró los ojos, disfrutando el momento.

─Noah… ─Mokuba sonrió, llevando una mano al brazo que Noah cruzaba por delante de su clavícula.

Se quedaron en ese perfecto momento unos instantes, luego Mokuba desvió su mirada de vuelta al cielo y soltó un suspiro.

─Hay algo que empaña tu hermosa sonrisa Moki ¿qué sucede? ─consultó Noah, al sentirlo suspirar y observar la pesadumbre en sus ojos grisáceos, dirigidos al cielo.

─Bueno, yo… es que hoy… con nii-sama ─gagueó un poco, dudoso de si decirle.

─ ¿Sucedió algo con Seto? ─preguntó el peliverde ─puedes contarme lo que sea, Moki ─aseguró con una cálida sonrisa.

Mokuba desvió su mirada del peliverde de vuelta al cielo estrellado mientras su mente se convencía de que Noah sería la única persona a quien le confiaría cualquier cosa así que, tomó un profundo suspiro y dejó que su corazón se desahogara.

Las estrellas bailaban por la oscura cúpula celestial mientras Mokuba le contaba a Noah como se sentía respecto a Seto y lo que sucedió con Jou. El peliverde solo lo escuchaba atento cada palabra sin dejar de rodear dulcemente al menor con sus brazos, aun cuando Mokuba mencionaba cuanto quería a su hermano y eso le dolía a Noah.

─Entonces… amas a Seto ─concluyó cabizbajo el peliverde, tratando de no sonar dolido.

Hasta ese momento Mokuba nunca había dicho esa frase en voz alta, y oírla de alguien más le hacía caer en cuenta de la magnitud de sentimientos que le atribuía a su hermano mayor… ¿en realidad era tanto así? ─Yo, bueno… eso creía pero… ya no lo sé.

─ ¿No lo sabes? ─consultó. Mokuba negó ─ ¿por lo que pasó con Jou? ─el pelinegro se lo pensó un poco pero volvió a negar con la cabeza ─ ¿entonces por qué?

Mokuba entonces ladeó la cabeza para mirarlo a los ojos ─bueno, porque… te veo a ti, siento tu abrazo… tus besos ─se sonrojó ─y pienso que… realmente no sabía lo que se sentía estar enamorado ─bajó la cabeza ¿estaba aceptando que Noah le gustaba?

─Moki ─el mayor se dedicó a acariciar la alborotada melena negra ─ ¿qué era eso que ibas a contarle a Seto cuándo llegaste?

─ ¿Ah? ─Mokuba cayó en cuenta de que, a fin de cuentas, no se lo había dicho a nadie ─yo, bueno, es que… dijeron que me pasarían de curso porque tengo excelentes promedio y un rendimiento perfecto.

─ ¿En serio? ¡Moki, eso es maravilloso! ─aduló el peliverde ─estoy orgulloso Moki, y sé que Seto igual lo estaría ─lo abrazó con más emoción.

Mokuba lo miró con ojos brillantes, esas palabras le habían tocado una fibra sensible. Seto nunca lo había felicitado de forma tal emotividad, Seto era más serio y discreto, aun con él ─Gracias, Noah ─respondió sincero sintiendo una agradable calidez que nacía en su corazón, extenderse por todo su cuerpo.

Noah sonrió y besó su mejilla, luego ambos regresaron la vista al cielo, donde las estrellas aún se deslizaban con fulgor y gracia.

─ ¿Sabes algo? ─dijo Noah sin dejar de mirar al cielo ─Te veo y… siento cosas que jamás experimente ─suspiro pausadamente ─pero, a pesar de que las disfruto, no las entiendo… me cuesta comprender el corazón humano.

─Pero eres humano, no una maquina ─respondió de inmediato, girándose un poco para llevar una mano a su mejilla ─creí que eso ya había te quedado claro.

Noah sonrió y juntó su frente con la de Mokuba ─quizás… te necesito cerca para recordármelo.

─Entonces lo haré…

Y sin mediar alguna otra palabra, Mokuba lo besó.

 

Notas finales:

Bueno, eso ha sido todo ¿les ha gustado? Espero que sí.

No sé cuando vuelva a escribir sobre ellos o si hacer un epilogo a esta pequeña historia

¿Vosotros que opinais? 

¡Saludos a todos quienes leen! Espero haberles sacado al menos una sonrisita por muy pequeña, de ser así me puedo dar por bien servida.

¡y antes de que se me olvide! La canción que utilicé se llama, como dijo Noah, Electric Angel de Rin y Len Kaganime

Ahora sí

¡Ja ne~nya! =3


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