Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El compañerismo tampoco ha terminado por Browl

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Este fic es en realidad una continuación del extra "The fight isn't over", pero realmente no es necesario haberlo leído. Aunque si se lee se comprenderá mi necesidad de escribir esto jajaja

 

Realmente no es que sea del tipo sentimental. No me paso la vida dando vueltas a asuntos del corazón ni nada por el estilo. De hecho, todas mis relaciones sentimentales habían sido un completo fracaso, aunque eso no se lo reconocería a nadie. Tampoco sería necesario, porque mis cercanos saben que es así. Y supongo que también saben que la razón de que ninguna de esas relaciones funcionara era que nunca constituían una prioridad para mí.

Lo principal en mi vida era el voleibol. Prácticamente toda mi vida giraba alrededor de él. Y realmente no me importaba que fuera así, lo disfrutaba. Lo disfruto todavía, esto no se trata de cómo abandoné el deporte después de una lesión o algo por el estilo, eso no es lo que me hace cuestionar mis sentimientos. O quizás en cierta parte sí lo es. Todo se trata del voleibol en mi vida al fin y al cabo.

Era solo que ahora nos separaríamos. Y eso me hacía sentir muy inquieto.

El decir "solo” hace que pierda un poco la importancia que tiene, porque en realidad aunque sonreí cuando Iwaizumi dijo que no perdería ante mí, lo cierto es que no había motivos para sonreír. Quizás al principio no le tomé el peso a sus palabras, pero a medida que éstas se asentaban en mi cabeza, comenzaba a comprender que ese “no perderé” tenía un significado que iba mucho más allá. Que iba de la mano con el hecho de que ya no iríamos a la misma universidad, no estaríamos en el mismo equipo, no entrenaríamos juntos… Ya no podría meterme con él, ni él regañarme.

Era raro.

No, era más que extraño. Era de cierta forma desolador.

¿Es extraño no? Porque no soy del tipo sentimental, no de verdad al menos. Diría que soy más impulsivo y caprichoso que sentimental, pero ahora no podía simplemente ir a llorarle a Iwa ni enfadarme. Esto era más profundo, como cuando una preocupación se asienta en tu pecho y no sabes cómo enfrentarla. No, era peor que eso, porque no tenía solución. Porque ya habíamos decidido caminos distintos. Porque me daba terror seguir viviendo y que lo que ahora vivimos fueran solo recuerdos.

Sé que estoy sobreanalizándolo. Bien, no es un análisis exactamente…

… es. No lo sé. No tengo idea de qué es, pero me hace llorar.

Y reír porque me siento muy idiota. No es que sea el fin del mundo tampoco, seguiremos hablando, seguiremos viéndonos en las vacaciones. Quizás incluso entrenemos juntos entonces.

Solo que no será lo mismo. Ya no seremos compañeros y aunque la idea de ser rivales me anima no compensa lo suficiente. Siempre hemos estado juntos, creo que no tengo memoria de mi vida sin él, ¿no es patético eso? ¿No es patético que no me importe serlo tampoco? Que sienta nostalgia de algo que aun no sucede y que me hace preguntar cómo será estar separados de verdad.

Mi vida gira alrededor del voleibol. Me gusta eso, pero no me gusta ese vacío que siento. Quizás porque no lo entiendo.

                No sé cuánto tiempo pasé dándole vueltas al tema, solo sé que era un completo desastre hecho un ovillo en mi cama para cuando escuché a mi madre saludar a Hajime. Agradecí mentalmente que ella siempre lo saludara impetuosamente, porque me había dado el tiempo suficiente para dejar de lado las lágrimas y sentarme en la cama despreocupadamente fingiendo leer una revista.

—¡Iwa chan! ¿Necesitas apoyo? ¿Te estabas sintiendo triste y sólo mi presencia te reconfortaría? – pregunté alegremente, dejando la revista de lado y acercándome a él escandalosamente. A diferencia de otras veces, cuando su respuesta hubiera sido una amenaza de muerte, esta vez simplemente se quedó callado mirando hacia el frente.

— No va a ser lo mismo ¿verdad?

Quise decirle que sí, que iba a seguir siendo lo mismo en el fondo, aunque fuera una mentira. No dije nada, sin embargo. No habría podido tampoco, porque las ganas de llorar que creía se habían ido, solamente con esa simple pregunta habían vuelto.

Él suspiró antes de sentarse al lado mío.

—¿Ya lo sabías, no? –cuestioné yo esta vez, no tan alto como siempre, esperando que recordara sus palabras de antes, así como la compostura de ese momento.

—Sí —. Su voz también sonó más baja.

Yo suspiré esta vez. No era en realidad un suspiro, era yo tragándome las lágrimas. Sabía cuál era la diferencia, sabía por qué Iwaizumi había preguntado eso. Es porque aunque habíamos hablado, todavía no era real, aunque una parte de nuestras mentes siempre hubiera sido consciente de ello, la otra –probablemente la más importante— lo había dejado de lado porque era incómodo. Porque hacía daño.

—Pasamos buenos momentos ¿eh? Te di grandes pases y levanté bien el balón para ti ¿eh Iwa chan? – hablé esta vez fingiendo estar relajado, recostándome un poco y mirando el techo. Fingiendo estar feliz, supongo.

—¡¿Quieres morir?! – Escuché lo que esperaba, pero cuando despegué mi vista del techo me sorprendió ver que en él habían lágrimas. ¿Si él lloraba qué se esperaba de mí? No me pude seguir conteniendo y sollocé, no fueron lágrimas silenciosas como las de Hajime. Lloré dejando que todo lo que había sentido en las últimas horas saliera, porque no se podía esconder más todo esto.

—Debió durar más, no es justo… — lograba decir apenas entremedio del llanto, mientras Iwaizumi intentaba ocultar su rostro con el antebrazo—. Maldito Tobio, maldito Ushijima. Los odio. Ojalá ambos mueran.

No era solo que nos hubieran alejado de las nacionales, es que nos habían quitado nuestra última oportunidad a los de tercero. La última oportunidad que tendríamos Iwa chan y yo de jugar voleibol uno al lado de otro. Me habían alejado de mi sueño, pero sinceramente dolía más que me hubieran alejado de Hajime, que me arrojaran a la realidad de descubrir que ya no íbamos a estar juntos. Todo había acabado.

—No puedo creer que ya todo se haya terminado… —seguí divagando.

—Todavía no nos graduamos –respondió Hajime recuperando la compostura y haciéndome sentir idiota por seguir llorando. En realidad no importaba, no es como si fuera la primera vez que él me veía así.

Y no es que sea del tipo sentimental, pero nunca sentí la necesidad de ocultarle algo a él. Siempre había estado ahí; ocultarle algo era como engañarme a mí mismo. No había necesidad de secar las lágrimas ahora que había fracasado estrepitosamente en intentar ocultar mis sentimientos. En realidad no sé ni por qué lo había intentado, apenas entró a la habitación debí llorar y decirle todo.

—¡Pero no va a ser igual!

No contestó por unos segundos, pero luego simplemente negó con su cabeza y volvió a llorar. Él, que no solía hacerlo. Si me ponía a pensar en esto a profundidad, me daba cuenta de que él siempre había sido el pilar. Y tal vez lo que pasaba, es que sentía que se alejaba y me desmoronaba porque me hacía falta. No era un capricho. Esta vez era más elemental.

—¿Qué va a ser de nosotros?

—Seguiremos jugando, y te venceré – repitió lo antes dicho, pero había algo más, si no fuera así no habría venido a mi casa. Menos llorado.

                Al volver a mirarlo, al ver cómo se contenía, cómo tomaba aire para aguantarse las lágrimas me di cuenta de algo. Era casi demasiado obvio y me preguntaría después cómo es que no me había dado cuenta de esto antes.

Para mí, el voleibol y Iwaizumi estaban unidos.

No podía separar al uno del otro. No podía separar la felicidad que me daban los triunfos o jugar, de Hajime; él siempre había estado ahí presente. Y así como mi vida giraba alrededor del volei, también una parte de ella lo hacía alrededor del que siempre había sido mi amigo. Puede que me gustara el voleibol tanto por esa misma razón, por la alegría de estar con él y compartir esos momentos. Puede también, y esta fue mi segunda epifanía, que no bastara con seguir jugando. Que siempre lo necesitara. Y puede, que ese “puede” fuera más cierto de lo que creía por cómo dolía solo el pensarlo.

—Te quiero – dije antes de que mi cerebro lo procesara del todo, pero con seguridad. Esa seguridad que te da algo que se vuelve evidente y no tiene peros. Estaba frente a él, había cambiado de posición, porque creía necesario mirarlo a los ojos, que supiera que a pesar de todo iba en serio. Que supiera que yo, que siempre era caprichoso y buscaba molestarlo, esta vez no esperaba que me amenazara de muerte o regañara. Que supiera que esta vez no era mi cerebro ni mi ego jugando con él. Que supiera que esta vez cuando hablaba lo decía con la desesperación de alguien que sabe que esta puede ser su última oportunidad.

Hajime simplemente se rió. Lloraba y se reía mientras yo me quedaba en blanco, mirándolo.

—Idiota. Eres un idiota.

La sonrisa acompañando sus palabras me siguió confundiendo, pero todo quedo olvidado cuando dejé de verla porque se había acercado y me abrazaba. Cuando lo hizo, el nudo que se había formado en mi interior y que se mantenía incluso mientras lloraba comenzó a aflojarse, porque su cuerpo era cálido, me reconfortaba y volvía a sentirme parte de algo.

—Hablo en serio…

—Ya lo sé, idiota – susurró evitando que siguiera hablando.  Y también susurró un “yo también”, aunque si se lo preguntara después lo negaría, pero no importaba. Yo seguiría diciendo que lo oí,  él se enfadaría y el final sería lo mismo; me callaría besándome y eso era suficiente. Era lo que esperaba.

Y no es que sea del tipo sentimental, pero la primera vez que nos besamos aunque éramos un desastre de risas y lágrimas, fue el mejor beso que hubiera dado nunca. Ya no era algo que estaba en segundo plano, no era un placer pasajero, no era con alguien que no importaba si se marchaba. Era sincero, era nacido de la necesidad de estar juntos, de no separarnos. De seguir siendo compañeros aunque no fuéramos un equipo.

—Ya no va a ser lo mismo– dije yo esta vez.

—¿No?

—Ah no, va a ser mejor Iwa chan – respondí sonriendo, y aunque puso mala cara, cuando acerqué mis labios a los suyos, igualmente me beso.

Desde entonces siempre lo hacía.

 

 

Notas finales:

Si llegaste hasta acá, gracias por leer <3

Por cierto, publiqué esto también en wattpad jajaja así que si alguien leyó eso por allá de casualidad y ahora lo ve acá y piensa "Oh por Dios, es una maldita plagiadora", dejenme decirles que están equivocados!! jajajaja

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).