~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
"En toda historia de amor siempre hay algo que nos acerca a la eternidad".
Había pasado un mes desde que había terminado con Yusei y a pesar de no tener todavía una relación formal con Yami porque realmente no quería que todos fueran a pensar mal, salíamos, nos divertíamos y hacíamos muchas cosas juntos, solo faltaba el título oficial, mientras que con el peli-azabache las cosas habían estado mejorando poco a poco puesto que comenzábamos a hablar como antes de ser novios, al menos podía seguir conservando su amistad y eso me agradaba.
Los amigos de Yami habían decidido quedarse por un tiempo en Domino, según ellos adelantarían sus vacaciones, no sabía si eso era posible o no, pero ellos sabían lo que hacían, y las cuestiones más reales de todo eran... Ry-chan y Mariku-chan, al menos para Bakura y Malik, eso era más que obvio, casi podía meter las manos el fuego por ello, aunque por otra parte la razón de Jack no la sabía con certeza, era un chico muy reservado y poco nos contaba de él o cosas así.
~*~
El sábado de la primera semana después de cumplirse el mes, los chicos, Yami y yo habíamos decidido organizar una salida al parque de Domino para hacer un día de picnic, eso claro incluía a los amigos de Yami, para la suerte y felicidad de mis amigos, era obvio que ambas parejitas estaban por comenzar algo, se podía notar la cara de tontos que ponían los amigos de Yami cuando veían a los míos y estos que no se quedaban atrás, ya que se volvían unos dulces al estar al lado de su similar, me sentía feliz por ellos, Bakura y Malik habían demostrado ser buenos chicos así que no veía mejores parejas para mis amigos.
El sábado por la mañana en vez de quedarme de ver con mi Yami, quedé de verme con Ry-chan y Mariku-chan, a los demás los veríamos en el parque puesto que querían llevar algunas cosas que no nos dijeron a ciencia cierta que era, ese día desperté temprano, me alisté y después me dirigí a la cocina, preparé los bocadillos que me tocaban y al estar listos ordené todo muy bien en una canasta.
—Eso se ve delicioso Yugi -Dijo mi abuelito encantado llegando a la cocina viendo lo que había hecho.
—Dejé unos para ti arriba de ahí -Mencioné señalando a lado del microondas.
—Muchas gracias -Dijo feliz, yo asentí sonriéndole.
—Bueno, me voy, veré a los Ry-chan y Mariku-chan para ver a nuestros demás amigos -Dije feliz encaminándome a la puerta.
—¡Que te vaya bien Yugi! -Exclamó mi abuelo viéndome salir.
Cerré la puerta tras de mí y al mirar al frente vi que a unos pasos venían mis amigos también con lo que les había tocado llevar en las manos.
—¡Yu-chan, buen día! -Exclamaron felices.
—Buen día chicos -Respondí feliz.
—Hoy es un lindo día ¿no creen? -Preguntó el albino encantado.
—Me parece que para ustedes aún no lo será completamente hasta que vean a Bakura y a Malik -Dije sonriéndoles pícaramente.
— ¿Huh? Qué cosas dices -Respondió el oji-lavanda apenado.
—Oigan, no son los únicos que se dan cuenta de todo, ya me di cuenta que a Bakura se le van los ojos por Ry-chan y a Malik por ti y que ustedes no parecen nada molestos con eso -Dije sonriendo orgulloso.
—Bien... yo debo confesar que a mi si me gusta Bakura -Dijo el albino feliz.
—Si ya estamos en las confesiones a mí también me gusta Malik -Dijo el oji-lavanda apenado.
—Si los conoceré tan bien -Dije sonriendo -Me alegro de que hayan encontrado a un par de chicos buenos para confiarles su corazón -Dije sonriéndoles.
—Gracias Yu-chan -Dijeron apenados, yo asentí sonriendo.
~*~
Después del pequeño camino hacía el parque por fin habíamos llegado, rápidamente buscamos a los chicos con la mirada, pero no los divisamos por ningún lado, eso era muy extraño, al menos para mí.
—Qué raro ¿no creen? -Pregunté intrigado.
—Bueno.... -Comenzó a decir Ry-chan sonriendo.
—Deja que te pongamos esto y ya verás -Dijo sacando un pañuelo negro.
—¿Por? -Pregunté desconcertado.
—Es sorpresa Yu-chan -Dijo el albino sonriéndome.
—Bueno... -Dije sin más dejando que los chicos me colocaran el pañuelo, claro, son como mis hermanos, era capaz de poner mi vida en manos de ellos.
Después de que me pusieran el pañuelo me guiaron hacia alguna parte del parque, los chicos y yo íbamos platicando de cualquier cosa durante el camino solo que Mariku-chan me llevaba tomado de los hombros para que no fuera a caerme hasta que llegamos a un lugar donde nos detuvimos.
—Chicos gracias por todo -Escuché decir a mi Yami, ahora entendía todo, él les había pedido que lo hicieran.
—Fue un placer -Dijeron al unísono felices.
—Hola mi ángel -Dijo saludándome mientras me daba un pequeño y dulce beso en los labios.
—Hola -Dije sonriéndole -¿Ya puedo quitarme el pañuelo? -Pregunté divertido.
—Claro, espero que te guste lo que preparé -Dijo feliz, en ese momento me quité la venda y pude ver a los chicos a un lado de una mesa con comida adornada muy de una manera muy bonita, una pancarta que colgaba de las ramas de un árbol donde se leía "Ángel, ¿quieres ser mi novio?" Y por supuesto frente a mi estaba mi Yami con un gran ramo de rosas naranjas descansando en uno de sus brazos.
—Yami... -Mencioné impresionado.
—Ya pasó más de un mes ángel, ¿quieres ser mi novio... amm de nuevo? -Preguntó sonriéndome feliz.
—¡Claro que quiero ser tu novio, Yami! -Exclamé tirándomele encima abrazándolo con mucha fuerza, claro cuidando que a las rosas no les pasara nada, eran muy bonitas como para estropearlas.
—Que feliz me haces mi dulce ángel -Mencionó feliz, abrazándome con su brazo libre haciendo que diéramos una vuelta en el aire.
—¡Felicidades chicos! -Exclamaron nuestros amigos a coro, nosotros solo asentimos sonriendo.
—Estas son para ti -Dijo entregándome las rosas.
—¡Me encantan! -Mencioné feliz.
—Lo sé, son tus favoritas -Dijo guiñándome, hasta eso había olvidado... era increíble -Mi ángel, vamos con los chicos -Dijo tomando mi mano, yo asentí sonriéndole.
Después de un pequeño rato de convivir con los chicos Jack dijo que tenía cosas que hacer y que debía irse, nosotros nos extrañamos un poco puesto que no era como que conocieran a muchas personas aquí o tuvieran grandes cosas que hacer.
—Felicidades Yami, Yugi -Dijo sonriéndonos -Lamento que tenga que retirarme -Dijo sin más.
—¿Huh? ¿Dónde irás? -Preguntó mi Yami intrigado.
—Tengo algo que hacer -Dijo sin más restándole importancia a sus palabras.
—Bien... si tú dices -Respondió mi novio extrañado.
—Si, los veré luego -Dijo haciendo un ademán de despedida, nosotros asentimos viéndolo marchar.
—Muy raro ¿no? Ese idiota nunca es tan callado -Dijo el albino mayor extrañado.
—Para mí que va a verse con alguien -Dijo el moreno mayor encogiéndose de hombros.
—¿Creen que debamos seguirlo? -Preguntó Ry-chan.
—Yo digo que si -Mencionó el oji-lavanda menor.
—No perdemos nada -Dije encogiéndome de hombros.
—¡Bien! -Exclamaron los demás a coro, mi Yami solo me sonrió.
Comenzamos a seguir a Jack por el parque a una distancia apropiada, a la velocidad a la que iba caminando no era tan difícil seguirle el paso. Estuvimos siguiéndolo por tal vez unos seis minutos hasta que vimos que se detuvo frente a una florería donde compro una sola rosa roja.
—Les dije que se vería con alguien -Mencionó el oji-lavanda mayor orgulloso, nosotros solo asentimos impresionados.
Seguimos a Jack hasta una parte perdida del parque en donde pude ver a una persona muy conocida para mí esperando a alguien, nosotros nos ocultamos tras unos árboles y arbustos para que no nos vieran.
—¿Ustedes ven lo que yo veo? -Preguntó Ry-chan sorprendido.
—Lo hacemos -Mencionamos Mariku-chan y yo a coro.
—¡Es Yusei! -Dijimos los tres sorprendidos.
Jack había llegado hasta donde estaba Yusei y le había entregado la rosa, este la había aceptado con todo el gusto del mundo y por si fuera poco se mantenía sonriendo mientras conversaban, Jack parecía otro al estar junto a él, en ese momento me preguntaba cómo había pasado eso, cómo se habían conocido, era totalmente extraño, sin embargo, al parecer hasta ellos había encontrado a la persona indicada para sus vidas.
Yami volteó a verme rápidamente al percatarse de que no apartaba mi mirada asombrada de ellos.
—Ángel... ¿te... molesta? -Preguntó dubitativo sacándome de mis pensamientos con una mirada un poco afligida.
—¿Huh? -Mencioné extrañado -No, realmente me siento feliz, me da mucha alegría que Yusei también encontrara a alguien que lo quiera de verdad -Mencioné sonriendo de lado mientras veía la escena, Yusei se veía muy bien junto a Jack, mejor de lo que alguna vez hubiera podido verse conmigo, las cosas eran así, cada quien estaba hecho para una persona especial, ahora él también estaba junto a la persona que le correspondía, pensándolo detenidamente nosotros no éramos los correctos en la vida del otro a pesar de todos los buenos momentos que habíamos pasado juntos, sin embargo estaba agradecido de todo, hasta del más mínimo y pequeño gesto que Yusei había mantenido durante un poco más de cinco meses conmigo.
—Al parecer todos encontramos a nuestra persona especial -Mencionó Yami abrazándome.
—Eso parece -Dije sonriéndole alegremente -Regresemos -Mencioné sonriendo, los chicos asintieron y emprendidos el camino -Gracias por todo Yusei, se feliz, lo mereces... -Susurré en voz baja para que solo yo pudiera escucharme mientras nos alejábamos del lugar, una parte de mi corazón se quedaba ahí, con Yusei, la parte que le correspondía a él y que para ser feliz junto a Yami ya no la necesitaba más.
Algunos minutos después regresamos al lugar donde habíamos dejado las cosas, si, tan confiados éramos que creíamos fervientemente que todo seguiría igual que como lo dejamos y para nuestra dicha así había sido.
Nos sentamos en el pasto a platicar de muchas cosas con nuestros amigos, típicos temas de la escuela de mi novio y sus amigos o cualquier otra tontería, hasta que el albino preguntó algo que de lo que no habíamos hablado aún.
—Oye Yu-chan ¿y has podido recordar lo que viviste con Yami? -Preguntó mi amigo albino sonriendo sacándonos de nuestro mundo a Yami a mí ya que permanecíamos abrazados disfrutando de la calidez del otro, haciendo que volteáramos a verlo, al escucharlo miré a Yami con una sonrisa de medio lado, era algo que ya habíamos hablado, aunque a los demás no les habíamos dicho nada.
—No, él no ha podido recordar todo lo que vivimos -Mencionó mi novio mirándolo con una sonrisa afligida.
—Hay cosas que simplemente se quedaron enterradas en mi inconsciente y son capaces de no volver jamás -Dije apenado, recordando lo que alguna vez me dijeron los doctores. Parte de mi infancia y adolescencia se había perdido en ese accidente, realmente me dolía.
—Pero lo importante es que ahora ayudaremos a mi ángel a crear nuevos recuerdos ¿o no? -Preguntó mirando a mis amigos sonriéndoles.
—Eso ni dudarlo -Mencionaron a coro, yo solo sonreí feliz.
—También lo que importa es que a pesar de no recordarte volví a quererte porque mi corazón te reconoció -Dije feliz mirando dulcemente a mi novio.
—Eso es cierto -Mencionó alegre -Eso es lo que más me importa, saber que, aunque tu memoria olvide todo lo que pasamos, tu corazón no olvida -Los chicos y yo asentimos ante sus palabras.
—Parece increíble, pero es cierto, contigo pude comprobarlo -Mencioné alegremente acercándome a los labios de Yami para depositar un dulce y suave beso sobre ellos, él me correspondió haciendo que el beso se volviera un poco más demandante, solo un poco, tampoco queríamos dar una escenita frente a nuestros amigos.
—Te amo mi Yugi -Mencionó mi dulce novio al separar poco a poco nuestros labios en busca de oxígeno.
—Yo también te amo mi Yami -Respondí juntando tiernamente nuestras frentes, completamente seguro de mis palabras, esas que solo podían pertenecerle a él, porque solo él me las hacía sentir, pude notar como las bellas joyas rubíes de mi novio temblaron levemente de emoción, era la primera vez que le decía "te amo", él solo se aferró más a mi cuerpo al escucharme, me sentía muy bien de poder hacerlo feliz, eso era lo único que procuraría cada día, ya nunca dejaría que me volvieran a separar de él por nada del mundo.
Así cada quien había comenzado una nueva historia junto a la persona que lo hacía feliz, la persona que le correspondía, ahora entendía mejor el sentimiento de estar enamorado, el valor de las promesas, el miedo de olvidar a quien se ama y el valor del corazón de recordarlo a través del tiempo, de ir más allá de los límites solo por amor, el presente pintaba de maravilla para mí, tenía a mis amigos a mi lado, a mi abuelito, a mi increíble novio y a mi maravillosa suegra a la que me encantaba visitar seguido, y no solo por sus pastelillos si no por su maravillosa compañía y de las mil historias que tenía para contarme, a pesar de todo, de los momentos tristes o de los momento tensos habíamos terminado con un final digno de historia de cuentos de hadas, un final feliz y eso me encantaba, teniendo todo en mi presente que me importaba el futuro, ya llegaría el momento de preocuparme por ello, ahora solo seguiría gravando cada día que pasaba con las personas que quería en mi corazón y ya no en mi mente porque esta puede fallar en cualquier momento, pero mi corazón... ese es el que no olvida.
----Fin----
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~