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Medianoche. [Oneshot/ChanBaek] por Exotic_Starpaca

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Notas del fanfic:

Para Nata: Mi pan malvado, Alien King de mi corazón, maraca culiá que adoro. En éste, nuestro aniversario, sólo puedo decirte que te amo.

Mucho, y para siempre.

“When it’s time for souls to meet, there´s nothing on earth that can prevent them from meeting, no matter where each may be located.”

Inmerso en el silencio de la madrugada, Park ChanYeol miraba fijamente la pantalla de su computadora portátil, visiblemente nervioso. Había tecleado un par de veces respuestas falsas en las casillas grises por rellenar, pero finalmente se había rendido, y había borrado todo, llevándolo de nuevo al punto de partida; un simple cuestionario que lo hacía dudar.

   Todo había comenzado esa mañana, por culpa de KyungSoo, su amigo de la secundaria. Al parecer, una nueva red social se estaba haciendo presente en la población adolescente, y más jóvenes se unían, entre ellos, su pequeño amigo.

—Es increíble. Solamente introduces tus intereses, lo que te gusta hacer y cosas así, y automáticamente te dirige a una serie de adolescentes con los mismos intereses que tú—, le había dicho KyungSoo esa mañana en la ruidosa cafetería escolar, explicando con entusiasmo como había estado hablando con un chico chino llamado LuHan, que también quería ser cantante como él. Pero a ChanYeol, esa clase de cosas le producían desconfianza. ¿Qué tal si la persona al otro lado de ese chat no era para nada como aparentaba ser?

  Pero, al llegar a su casa esa tarde, cambió de opinión, y decidió probar, pensando en que no perdería nada si lo hacía. Por lo tanto, esperó a que sus padres se fueran a dormir, y conectó la portátil, aún sintiéndose un poco dudoso con respecto a lo que haría.

   Dirigió el cursor a la primera casilla gris, con la descripción “Nombre de usuario”. Tecleó rápidamente “Real__pcy”, aliviado al ver una pequeña marca verde afirmativa al apodo escogido. Rellenó las casillas restantes, dejando en privado su dirección y su edad, pues no confiaba en brindar su información personal tan fácilmente.

   La parte de sus intereses fue más sencilla. Casi todo estaba asociado a la música, el canto y los instrumentos, por lo que le tomó menos tiempo. De foto de perfil, escogió una de un oso de peluche de su colección de Rilakkuma, dándose por satisfecho con eso.

   Esperó por interminables segundos, mientras un pequeño símbolo giraba de manera infinita en el centro de la pantalla, bajo la frase que indicaba que su perfil estaba siendo procesado, y se estaban buscando más perfiles acordes al suyo. Se relajó y se echó para atrás en su silla acolchada, esperando con paciencia.

   Un suave pitido indicó que todo estaba listo, y de inmediato diversas ventanas se abrieron ante sus ojos, de todos los perfiles que coincidían con el suyo. Dedicó varios minutos a leerlos por encima, agregando los que parecían interesantes y desechando los que no llamaban su atención. Cuando pensó que había terminado, una nueva ventana se abrió, y otros perfiles saltaron a la vista. Uno en especial, que llamó su atención más que todos los demás.

“Baekhyunee_12”, flotaba en la pantalla, en colores verdosos y pixelados. En su perfil, tenía la foto de una mano, demasiado femenina para ser de un chico, sosteniendo una hoja de admisión a una escuela de canto. No venía mucha información personal, pero sí su edad y su dirección; 16 años, a cinco horas de donde ChanYeol se encontraba. Y, contrario a lo que ChanYeol dedujo de su foto de perfil, era un chico.

   Sin pensarlo dos veces, llevó el cursor a la casilla de “agregar”, y le dio click, sonriendo de manera inconsciente al ver el nombre del chico agregado en su chat. Apagó la computadora y se acomodó en su cama, decidido a continuar al día siguiente con su nueva experiencia. Y por supuesto, decidido a hablar con el chico que había llamado su atención sólo con un perfil.

 

.  .  .

 

   Medianoche. ChanYeol ya sabía que BaekHyun se conectaba únicamente después de medianoche, pues según el chico le había confesado, era la hora en que su padre se dormía y podía utilizar la computadora.

  Llevaban aproximadamente cinco meses chateando cada madrugada, algunas veces incluso hasta que amanecía, y ChanYeol jamás había tenido un vínculo tan fuerte con alguien. No había visto el rostro de BaekHyun, ni había mostrado el suyo, pero eso no importaba. Todas sus sospechas de que al otro lado del chat no se encontrara un cálido y alegre muchacho de dieciséis años resultaban incluso ridículas, cuando retrocedía el tiempo.

   El propio KyungSoo, quien al principio lo había metido en eso, era el que ahora advertía a ChanYeol sobre el tiempo que invertía en hablar con BaekHyun, pues los efectos eran notorios. Con frecuencia se quedaba dormido en medio de las lecciones, pues no dormía, y olvidaba hacer sus deberes. Pero ChanYeol atribuía esas advertencias a simples celos, estaba convencido de que eso era lo que tenía KyungSoo por su relación con BaekHyun.

  Tuvieron que pasar dos meses más, antes de que BaekHyun propusiera conocerse en persona, una posibilidad que golpeó fuertemente a ChanYeol, pues no la había considerado antes. Después de interminables madrugadas intercambiando secretos y sueños, de reír juntos y de conocerse uno a otro, ni siquiera había pensado un segundo en ver a BaekHyun en persona.

   Entró en pánico, y se desconectó de golpe, con la garganta reseca y su corazón latiendo furiosamente contra su pecho, intentando no hacer demasiado ruido al acomodarse en su cama.  Se durmió después de interminables horas de dar vueltas entre las mantas, desesperado por no saber qué lo había asustado así.

   No se conectó en una semana más, aunque sentía la tentación de hacerlo. Sus dedos ardían en deseos por escribirle a BaekHyun, de disculparse por haberse ido de esa manera, pero no lo hizo. Descubrió que en realidad, lo que lo mantenía alejado del chat, era la idea de verlo en persona. Había creado su propia imagen de BaekHyun en su mente, y su temor era que ésta se viera rota al no ser lo que él esperaba.

   Exactamente dos días después de la semana, se volvió a conectar, a las 11:55 de la noche, ansioso. La ventana del chat con BaekHyun estaba apagada, lo que indicaba que él no estaba conectado aún. No había prisa, aún quedaban unos cuantos minutos para la medianoche, por lo que esperó inmóvil, con sus ojos fijos en la pantalla.

   A las 12:10, se encontraba al borde de un colapso, y sus manos temblaban levemente sobre el teclado, mientras sus ojos comenzaban a arder. BaekHyun no se había conectado aún, y su nombre seguía en letras grises. ChanYeol se culpaba a sí mismo, había sido su culpa por irse y por haberlo abandonado. Había abandonado al alegre BaekHyun, que siempre estaba para consolar a ChanYeol y aliviarlo de su soledad.

   Un suave pitido alertó a ChanYeol, que limpió su rostro de inmediato al ver la ventana del chat abierta, y a BaekHyun conectado. Sin perder un solo segundo, escribió a toda velocidad, deslizando con rapidez sus dedos a través del teclado.

Real__pcy: Lo lamento, Baek. No quise irme, perdóname por favor.

   Una pequeña marca bajo su mensaje indicaba que BaekHyun lo había leído, pero minutos después aún no había respondido, y ChanYeol se contenía para no seguir llenando de mensajes patéticos el chat, hasta que un mensaje nuevo lo llenó de emoción, y su corazón se aceleró de alegría.

Baekhyunee_12: No te disculpes, no tengo nada que perdonar. Me alegra que hayas regresado, Yeol.

Real__pcy: De verdad, debes perdonarme. No volveré a irme.

Baekhyunee_12: Ya dije que dejes de disculparte, niño insistente ¬¬ Está bien, te perdono.

 

   Arreglada su disculpa, ChanYeol siguió chateando con BaekHyun, ésta vez con suficiente valentía como para arreglar una cita en vivo. BaekHyun parecía sorprendido, pero no se negó, como ChanYeol temía que hiciera desde que él mismo había hecho algo similar. Al contrario, acordaron un parque en una ciudad cercana para ambos, donde se verían ese fin de semana.

   Esa noche, ChanYeol se acostó con una enorme sonrisa en sus labios, una que no había tenido en mucho tiempo. Conocería a BaekHyun.

 

.  .  .

Baekhyunee_12: ChanYeol, ¿estás ahí?

Real__pcy: Sí, aquí estoy. ¿Qué sucede?

Baekhyunee_12: Necesito… decirte algo.

 

  ChanYeol leyó tres veces tan extraño mensaje, intentando no pensar en algo negativo. Era viernes, y se suponía que al día siguiente estaría en un bus desde la mañana, que lo llevaría al lugar donde, finalmente, conocería a BaekHyun. Terminó de alistar su mochila y la dejó a un lado, para poder responder, intrigado por lo que fuera que su amigo tuviera que decirle.

Real__pcy: Claro, dime. Sabes que puedes confiar en mí, Baekkie.

   Mientras BaekHyun escribía, ChanYeol volvió a leer la conversación una vez más, convencido de que algo ahí andaba mal. Baek solía llamarlo “ChanYeoru” o “Yeollie” de cariño, pero ésta vez había puesto simplemente ChanYeol. Por si fuera poco, BaekHyun se tomaba mucho tiempo para responder, y eso siempre lo ponía nervioso.

   Pero, cuando el mensaje finalmente llegó, ChanYeol deseó jamás haber tenido que leerlo. En un mensaje de al menos treinta líneas, BaekHyun le confesaba a ChanYeol crudamente como su padre lo golpeaba a diario, y como su hermano mayor solía “hacer cosas inadecuadas”, aunque no mencionó más sobre eso. Según lo que explicaba el menor, no había dicho nada pues temía que dejaran de ser amigos, pero su padre le había propinado una golpiza en la mañana, y al día siguiente se quería ahorrar explicaciones incómodas y dolorosas.

Baekhyunee_12: No quiero que sientas lástima por mí, ¿de acuerdo? Eres mi mejor amigo, y el único que he tenido jamás, no quiero perderte.

Baekhyunee_12: ¿Sigues ahí? Sé que lo leíste. Si quieres cancelar lo de mañana, entenderé.

 

   ChanYeol reaccionó a ese último mensaje, después de releer varias veces los anteriores, y comenzó a responder, dominado por la más pura rabia. “Mi mejor amigo”, pensó, con un nudo en la garganta, mientras tranquilizaba a BaekHyun, y le aseguraba que eso no cambiaría nada en su amistad.

   Continuaron hablando de otros temas, pero pronto decidieron ir a dormir, ya que ambos deberían despertar temprano para tomar sus respectivos medios de transporte al lugar de reunión. ChanYeol se despidió como siempre, con un “Descansa Baek”, y un emoticono sonriente. Pero Baek, después de responder a su despedida, escribió algo que desarmó por completo a ChanYeol, por varios segundos, hasta que fue capaz de responder, con las palabras que llevaban mucho tiempo en el fondo de su pecho, sólo que jamás las había dejado salir.

Baekhyunee_12:   ¿ChanYeoru?

Real__pcy:   ¿Sí, Baek?

Baekhyunee_12:   Te quiero. De verdad, te quiero.

Real__pcy:   Yo también, Baek. También te quiero.

 

 

.  .  .

 

   ChanYeol supuso que había llegado más temprano que Baek, pues en el punto que habían acordado, no veía a ningún chico similar a la descripción que el menor le había dos noches atrás. Sólo sabía que debía buscar por un chico una cabeza más bajo que él, cabello rubio oscuro y una camisa ancha, con la palabra “Wolf” en grande. Habían acordado no enviar fotografías, pues para ambos era más emocionante el ver sus rostros por primera vez.

   Mantenía uno de sus Rilakkuma entre sus brazos, pues había decidido regalárselo a BaekHyun, como un agradecimiento a la amistad que tenían. No habían acordado llevar regalos, y esperaba que el menor no se fuera a enfadar por ese gesto. Dio un par de vueltas por la pequeña zona acordada, evitando las miradas extrañas que producía en algunos niños pequeños, con sus ojos fijos en el peluche.

—¿ChanYeoru?— Escuchó una voz suave a su espalda, con un particular timbre cálido que provocó que ChanYeol se congelara por un par de segundos. Se giró, con más rapidez de la que pretendía, y clavó sus ojos en el menudo chico de pie frente a él. Era delgado, bastante delgado, y tenía un rostro hermoso, de facciones finas, enmarcadas por el cabello rubio de tono oscuro. Sus ojos eran bastante más rasgados que los de ChanYeol, pero estaban cubiertos por una gruesa capa de delineador negro, provocando que su mirada fuera intensa, y fascinante a partes iguales para ChanYeol, que seguía clavado en su sitio, levemente boquiabierto.

—Vaya… ¡eres tan alto!— Exclamó BaekHyun riendo, mientras se acercaba a ChanYeol y lo abrazaba, rodeando con sus delgados brazos la cintura ajena. El rostro de BaekHyun calzaba perfectamente en su pecho, y ChanYeol no pudo evitar devolver el abrazo con entusiasmo, presionando el delgado pecho contra el suyo, aún sin creérselo del todo. Porque el chico que tenía entre sus brazos era su Baekkie, la persona con la que compartía prácticamente a diario, incluso si era por medio de una pantalla.

    El resto del día transcurrió de manera tan natural, que ChanYeol sentía que conocía a BaekHyun de toda la vida, y el menor opinaba exactamente lo mismo, a juzgar por la tranquilidad con la que se abrazaba a Yeol, y ambos reían. Baek sostenía el oso de peluche contra su pecho, abrazándose con fuerza al suave objeto, mientras miraba con ojos alegres a ChanYeol.

   Pero para él, en cierto momento, fue difícil soportar la tentación de preguntarle muchas cosas. Las marcas violáceas en el cuello ajeno, ya difuminándose. Algunas marcas rojizas en las muñecas, así como varios golpes en su rostro, hábilmente cubiertos por maquillaje, pero que no pasaron inadvertidos a ojos del más alto. La marca de lo que parecía ser una mordida en su abdomen, cuando BaekHyun levantó su camisa para acomodar su dinero en el bolsillo.

   ChanYeol guardó silencio, porque su amigo estaba feliz. Estaba feliz porque en ese momento podía olvidar lo que sucedía en su casa. Y él no sería quien le arruinaría esa felicidad, al contrario; Aprovechó cada segundo, para hacer sonreír a BaekHyun, para mantenerlo alegre. Y al hacer eso, él mismo no podía dejar de sonreír.

   Al caer la tarde, ambos estaban sentados en una cómoda banca, comiendo helado mientras miraban al sol comenzar a ocultarse en el horizonte; Un brillante disco naranja, difuminado por el aire contaminado, tragado lentamente por una marea de tristes edificios. El brazo de ChanYeol reposaba perezosamente sobre los hombros de Baek, colocado allí en un movimiento aparentemente accidental.

— ¿Yeollie?—Murmuró de pronto BaekHyun, girando su  rostro hacia el más alto, que seguía lamiendo su helado con la vista perdida en el horizonte.

— ¿Sí?— Respondió éste, dejando de lado su frío postre para así poder prestar atención al más bajo, que había terminado su helado unos minutos antes.

— Te quiero. Mucho—, decretó con voz firme, con sus ojos oscuros fijos en los de ChanYeol, que no sabía cómo reaccionar, con el helado a  medio comer, y sus labios entreabiertos. BaekHyun definitivamente sabía qué hacer, pues acortó la distancia entre ambos, uniendo sus labios en un tibio beso, algo nervioso al principio, que derritió por completo a ChanYeol. Un beso con sabor a vainilla y chocolate, mezclado con el dulce regusto a felicidad, que los mantuvo a ambos abrazados por un buen rato, sin decir nada. No había otra cosa que ChanYeol deseara más, que permanecer así por el resto de su vida, abrazado  a BaekHyun.

 

   Claro que, dicha fantasía infantil se vio rota cuando BaekHyun subió al autobús que lo regresaría a su vida normal, con el oso abrazado entre sus brazos. Antes de subir la metálica escalera, ChanYeol se había asegurado de besarlo un poco más, negándose a dejarlo ir. “No regreses, ven conmigo.”, habría deseado susurrarle al oído, lo habría abrazado aún más, y no habría permitido que regresara a su casa.

   Pero no lo hizo.

   Solamente despidió a BaekHyun, y esperó a que el autobús desapareciera de su vista, para así poder abordar el suyo. Tomó asiento en la ventanilla, y apoyó su frente en el frío cristal, mirando las luces brillantes comenzar a adueñarse de la oscura ciudad. No pudo notar que las lágrimas tibias brotaban de sus ojos, pues estaba demasiado ocupado pensando en BaekHyun, y en su pequeño cuerpo dentro de ese maldito autobús. Alejándose de nuevo.

.  .  .

 

Baekhyunee_12: ChanYeoru-ah~ Feliz aniversario >3<

   El alegre mensaje lo hizo sonreír, y de inmediato comenzó a teclear su respuesta, sonriendo ampliamente. Exactamente un año atrás, habían comenzado a hablar, siendo dos completos desconocidos, y ahora estaban celebrando juntos, su amistad y el enorme cariño que ahora los unía. Claro que, la celebración en persona tendría que esperar, pues sólo se podrían ver el fin de semana.

   Los padres de ChanYeol estaba enterados ya de todo, y ninguno se opuso a la felicidad de su hijo. Al contrario, se sentían felices de que hubiera encontrado alguien a quien querer, que lo quisiera de vuelta. ChanYeol les había asegurado que BaekHyun era todo lo que quería en su vida, y que lo hacía inmensamente feliz, pero que su situación era complicada. Aún así, a él no le importaba, pues Baek era su razón de ser feliz. Y en cuanto cumpliera la mayoría de edad, se largaría de la casa de su padre, dispuesto a ir con ChanYeol. La espera era agonizante.

 

   Ese sábado, llegó temprano al lugar de reunión, pues había tomado un bus distinto. Por esa razón, no se preocupó, y se sentó a esperar. Se preocupó cuando estaba anocheciendo, se había pasado el puto día entero dando vueltas por el parque, y no había rastro de BaekHyun. Arrojó en un basurero las flores que había comprado para él, y subió al bus, ésta vez lleno de rabia y enojo, por haber sido dejado allí de forma estúpida.

 No se molestó en revisar el chat, y dejó de lado la computadora, para poder llamar a KyungSoo, pidiéndole salir juntos, como antes. Para su sorpresa, su amigo accedió, y salió con él, olvidando por completo a BaekHyun o al chat. Estaba demasiado molesto como para intentar razonar.

   Al día siguiente, la curiosidad lo venció, y abrió el chat. Su garganta se cerró y su estómago se contrajo, al ver el nombre de BaekHyun en negro, y un aviso al lado indicando que el usuario había eliminado el perfil. Los últimos tres mensajes lograron que ChanYeol comenzara a sollozar sin control, aferrado a la computadora como si fuera su última esperanza.

Baekhyunee_12: Debo despedirme, ChanYeoru-ah… Mi padre ha cambiado, y temo que algún día terminará matándome, si no lo hace mi hermano antes.  Y está tan malditamente loco, que temo que podría llegar a matarte a ti también.

Baekhyunee_12: Puedo soportarlo yo solo, por mi cuenta, y eso haré. No quiero que sufras o que salgas herido por mi culpa, y es por eso que me despido. Gracias, por éste maravilloso año que pasamos juntos, no fui más feliz en toda mi vida, y es todo lo que siempre quise. Gracias, ChanYeol.

Baekhyunee_12: Te quiero. Mucho. No lo olvides jamás.

 

.  .  .

 

 

    ChanYeol se negaba a creerlo. Cada noche, se sentaba frente a su portátil, faltando pocos minutos para la medianoche, con la esperanza latente en su pecho. Pero el nombre de BaekHyun seguía estando en gris, y la llama de la esperanza en su interior se apagaba cada día más, conforme sus medianoches avanzaban lenta y tortuosamente.

  Lo había intentado todo. Había viajado a la ciudad de BaekHyun, enloquecido por la rabia consumiendo su mente, y sólo podía pensar en lo bien que se sentiría tener a Baek en sus brazos de nuevo, y alejarlo de ese mundo al que no merecía haber pertenecido. Pero sus intentos fueron vanos, ya que la ciudad era enorme, y en sus registros no figuraba nadie de apellido Byun. Lo había perdido, para siempre.

 

   No perdió la esperanza. Creía firmemente en que BaekHyun se conectaría a la medianoche, como era su costumbre siempre. Se conectaría y hablarían tranquilamente de nuevo, como siempre. ChanYeol podría decirle miles de veces lo mucho que lo quería, e iría a buscarlo. No perdería la fe en su medianoche.

   Un mes después, se encontraba, como de costumbre, frente a la portátil, a las 11:58 pm, mirando con los ojos cansados a la pantalla. Contaba los segundos que transcurrían perezosamente en el reloj de su pared, y acariciaba con sus dedos el teclado, rogando por un milagro que, al parecer, no sucedería.

   En el preciso momento que su reloj marcó la medianoche, un fuerte golpe resonó en la sala de estar, proveniente de la puerta. Sus padres habían salido, y seguro no se habrían llevado las llaves. ChanYeol caminó con desgana a la puerta, y la abrió, esperando ver a sus progenitores al otro lado del umbral.

 Excepto, que allí estaba BaekHyun.

   Delgado en exceso, con el cabello largo y enmarañado, y su rostro sucio, así como una colección variada de golpes en su delicada piel. Pero era BaekHyun, y estaba allí, justo frente a un ChanYeol que permanecía inmóvil, preso de emociones demasiado fuertes.

   Avanzó en cuestión de segundos, y abrazó el menudo cuerpo contra el suyo, intentando no causar más dolor a las heridas visibles, mientras el menor sollozaba e intentaba explicar que había huido de casa, y que era una suerte que ChanYeol hubiera puesto la dirección de su casa alguna vez por accidente.

   Lo silenció con un beso suave, y muchas caricias a su cabello, aún negándose a soltarlo. El pequeño reloj digital en la pared marcaba la medianoche, y ChanYeol llegó a pensar estúpidamente que sería como en ese cuento infantil, la Cenicienta, y BaekHyun desaparecería, esfumándose en el aire.

   Pero no lo hizo. BaekHyun seguía entre sus brazos, y allí se quedaría por mucho tiempo más.

— ¿BaekHyun?— Susurró, abrazándolo de manera protectora contra su pecho, mientras seguía acariciando su espalda para tranquilizarlo.

— ¿Sí?— Respondió, aún temblando de frío y miedo, pero componiendo una sonrisa al más alto.

— Te quiero. Mucho—, murmuró ChanYeol, con una sonrisa, antes de unir sus labios, la felicidad en sus mentes al saber que ya jamás se separarían.

   Jamás. 


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