Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Home run. por IGOTEXO

[Reviews - 41]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Tres días tarde, pero aquí xD

Esta semana estuvo pesada la universidad, pero acabé todos mis proyectos a tiempo lml -puedo morir en paz;;- Ahora estoy de vacaciones (sólo una semana </3 pero algo es algo xd) y trataré de actualizar los otros fics que tengo pendientes sin dejar de lado éste^^

Dedicado a todas mis criaturitas 2Jae♥

 

Capítulo seis. Something good.


 


 


 ¿Algo bueno que me haya pasado alguna vez?


 


Supongo el hecho de saber que Jinyoung envidia mis piernas.


 


—De verdad estás tan bueno—y siguen los elogios, podría acostumbrarme a esto más rápido de lo que pienso. Es decir, ¿desde cuándo el pelinegro se la pasa regalando comentarios positivos acerca de alguien –y que no sea BamBam-?


 


—Recuerda que hoy tenemos que romper—aún así, logra ponerme nervioso la manera en que me mira. —Mis ojos están acá—le señalo, digo, tengo que cuidar la virginidad de mi trasero.


 


La idea de ponerme un pantalón entallado parecía buena en la mañana. Ahora ya no estoy seguro.


 


—Youngjae… ¡Wow! ¿Eres tú? Te ves… bien—oficialmente estoy harto.


 


Entiendo el por qué de su gran asombro, claro que sé que tampoco visto muy bien cuando vengo a la escuela o siquiera cuando salimos por ahí, tampoco cuando tengo citas o cuando una situación formal lo requiere. Nunca en mi vida lo he hecho, y el cambio me pareció interesante cuando mi reflejo decía otra cosa y mi propia fuerza de voluntad y –para qué negarlo- mi autoestima subieron notablemente esta mañana.


 


Sobretodo cuando mi mamá me apretó los cachetes y dijo que su “bebé” se veía tan lindo.


 


Estaba bien… hasta que crucé la esquina y me encontré con Jinyoung y BamBam.


 


—¿Y son tuyas? —BamBam toca con total descaro y su mano sobre mis piernas me hace sentir bastante incómodo, por no decir que tengo tantas ganas de dejarle la marca de mi mano en su cara.


 


—Son mías y déjenme en paz.


 


—Impresionas, Jae—un aplauso y al fin se va el tailandés.


 


—¿Llamo mucho la atención? —me dirijo a Jinyoung con preocupación, lo menos que necesito ahora es que todos noten lo incómodo que es llevar este pantalón encima.


 


No me alienta nada cuando asiente con su cabeza para después dejarme solo en el pasillo excusándose con que tiene que ayudar a decorar su salón.


 


Como si no supiera que va a espiar a Mark detrás de las gradas.


 


Pero esa información ya me tiene sin cuidado.


 


Los lunes en la mañana son para matarse en cualquier esquina, no hay nada nuevo a pesar de que empezamos la semana viendo a los demás; los maestros deciden que es mejor dejar tarea para todo la semana y eso es lo que lo hace más pesado; los pasillos se llenan de incontables suspiros y en las clases el único sonido que resuena es el bostezo de cada uno de nosotros.


 


Sin embargo, algo que me hace aún no morir de aburrimiento es el hecho de que todo está más que perfecto para el rompimiento que tendremos Jinyoung y yo.


 


BamBam se encargará de que Mark esté ahí, ¿cómo? No tengo ni idea, pero sé que el pelirrojo le creerá porque… ¿quién rayos no le cree a BamBam?


 


Unos cuantos minutos más para que suene la campana y seré más que libre.


 


Claro que todos han pasado de nosotros dos días después de que se enteraron de mi relación con el pelinegro; era demasiado obvio que le emoción quedaría estancada junto con la sorpresa de vernos, ya no como amigos, sino como algo más. Mis compañeras dejaron de suspirar cuando nos veían juntos y los hombres dejaron de despreciarnos con la mirada.


 


Creo que esa parte no se la tomaron muy bien ellos, pero qué más da.


 


Y, sí, con una semana de “noviazgo” –o de esta cosa rara que éramos- compruebo que jamás querré ser algo más que amigo de Jinyoung.


 


Su humor, carácter y actitud me tienen un poco harto, sin incluir su excesiva emoción e inocencia casi fingida, pero ¿a quién quiero engañar? Eso es lo que lo hace medio-especial.


 


Porque, es más que claro, que jamás admitiré que es especial, o al menos no completamente.


 


—¿Estás listo? —al enfocar su rostro me doy cuenta de que estamos en el pórtico de su edificio. ¿Y por qué no el mío?


 


Cierto, tiene que venir Mark.


 


—Dime algo.


 


—¿Yo? Si tú eres el que va a romper conmigo.


 


—No lo voy a hacer de la nada, esto debe de tener fundamentos.


 


—Es como cuando me golpeas en tu casa, nunca avisas y es de la nada.


 


Y ahora nos vemos demasiado estúpidos discutiendo en voz baja mientras los demás pasan de largo, tengo que hacer algo rápido porque se nos está acabando el tema de discusión.


 


—Jinyoung, mírame—no estoy muy convencido de qué es lo que voy a hacer, y sé que voy a terminar muerto ya sea por manos del pelinegro o por el amor de su vida que nos ve desde la puerta de su salón.


 


Pero quien no arriesga, no gana.


 


Y sé que terminaré perdiendo.


 


Justo cuando voltea el rostro, le tomo fijo y me acerco lo más rápido posible antes de que pueda reaccionar y darse cuenta que con esto se va mi dignidad junto con el “amigos para siempre”, porque yo no sobreviviré.


 


Un simple roce de labios es suficiente para desencadenar su violencia.


 


—Eres muy, pero muy, pero muy, pero muy, pero muy idiota—BamBam se agacha a mi lado para comprobar que sigo vivo, y sé que lo estoy porque puedo sentir el dolor en mi entrepierna punzar más de lo que debería. —Besar a Jinyoung no lo iba a solucionar, ¿sabes?


 


—En lugar de estar jodiendo, ayúdame—le exijo entre dientes, ahora sé lo que sintió Jaebum cuando lo dejé retorcerse en su miseria y dolor en el gimnasio; asiente con  poca convicción y después le llama a Jackson para que entre los dos puedan levantarme.


 


—¿Estás bien? —Yugyeom pregunta asustado cuando logran hacerme sentar en una de las bancas del edificio.


 


—¿Me veo bien acaso?


 


—Si tu sarcasmo funciona, eso quiere decir que no pasó mucho en realidad—levanta los hombros despreocupado.


 


Calma, Youngjae… Si le pegas a Yugyeom, BamBam salta como perro bravo.


 


¿Es que tengo animales por amigos?


 


—¡No puedo creer que me besaste! —Jinyoung entra al baño asustándome por ese poco tacto en cuanto a la información.


 


Sé que lo besé, joder, y me costó demasiado decidirme por hacerlo, pero si no lo hacía jamás terminaríamos con esta broma que me llevó mucho tiempo aguantar callar; y él debería de comprender que me dolió más a mí que a él.


 


—Baja la voz, por favor.


 


—Oh, ¿ahora te haces el indignado? Tú pusiste tus labios en los míos—señala con extremo énfasis su rostro y lo único que puedo hacer es saltarme sus palabras, trataré de ignorarlo por toda la semana hasta que se le ocurra preguntar “¿Jae, te dolió mucho? Discúlpame”


 


¿A quién engaño?


 


Ni estando arrepentido, la perra arrogante que tiene Jinyoung por dentro diría eso.


 


—Quiero terminar mi lunes tranquilo, Jin—le digo lo más calmado y lento posible, tanteando el terreno sobre cómo escapar de la bestia. —¿Recuerdas? Terminamos, fin de la historia, lo nuestro se fue por la borda, no eres tú, soy yo, hay que darnos un tiempo, estamos mejor como amigos, ¿no te suena ninguna de ellas?


 


—Lo dejé muy en claro, Choi, cuando terminaste en el suelo y yo con la mano adolorida—¿por qué no le noto muy feliz?


 


—En mi defensa, querías una razón y te la di.


 


Ambos quedamos en silencio infinito e incómodo, en mi rostro sólo hay una sonrisa que más bien parece una mueca, en el suyo una ceja levanta en señal de “eres un completo estúpido y te lo estoy haciendo saber con esta posición”.


 


Jinyoung es como una enciclopedia abierta, si alguien se da a la tarea de leerla, sabrá qué cosas hacer y qué, definitivamente, no se debe hacer.


 


—Pues lo que sea que haya pasado afuera, todos entendieron el fin de nuestra gran actuación—doy por terminada la charla más amena que he tenido en el baño de la escuela.


 


—Sí—un suspiro pesado—, creo que sí—da media vuelta para salir por la puerta, pero sólo hasta cuando la abre puedo escucharle decir: —Y lo siento por el golpe.


 


¿Lo siento?


 


Lo siento… lo siento… lo siento…


 


Estoy soñando, lo sé. Se disculpó conmigo. Este es el día más feliz de mi vida. Creo que voy a llorar.


 


—¡Jinyoung, te amo! —se abre la puerta y la persona que está frente a mí se ve demasiado desconcertada y confusa, con una pizca de miedo. —Como amigos, obviamente—río sin gracia y me tapo la mitad del rostro al pasar por un lado suyo. —Ahora sólo como amigos.


 


Un suspiro de alivio y ahora tengo que ir con Jaebum.


 


—¡No! —freno antes de cruzar el pasillo que lleva a su salón.


 


Tengo que regresar en el tiempo, ¿acabo de decir que tengo que ir con el idiota por convicción propia?


 


Sólo voy a ir a entregarle su suéter que muy amablemente me prestó ayer en la triplecita.


 


Sigo sin estar seguro de llamar así lo que pasó ayer.


 


Pero antes de llegar es obvio que tengo que encontrarme con Mark. Mi desesperada huída termina cuando grita mi nombre en medio de la nada haciendo eco por las paredes de todo el edificio. Aquí es cuando agradezco el que todos hayamos salido temprano para celebrar el aniversario de la universidad.


 


—Mark—hablo sin muchos ánimos—, es un gusto volver a verte… supongo—lo último es para mí, aunque sé que puede notar mi incomodidad. —¿Puedo ayudarte en algo?


 


Que diga que no, que diga que no, por favor…


 


—Gracias.


 


¿Eh?


 


—Me perdí de algo, ¿verdad?


 


Él niega con la cabeza mientras su sonrisa demuestra una felicidad infinita que no podría describir por más de que la sigo viendo; al entrar el alma a mi cuerpo, me doy cuenta de que está siendo demasiado sospechoso para mi gusto.


 


—Jaebum me contó.


 


¡Oh, pero claro que el idiota lo iba a hacer!


 


—Lo de Jinyoung y tú.


 


Y cuando lo vea lo primero que haré es apretar su pequeño cuello entre mis manos, ahorcarle hasta que no respire más y fingir que su muerte fue un accidente.


 


—Lo hiciste para hacerme entrar en razón.


 


El día de su funeral ni apareceré, me daré a la fuga sin haber terminado la universidad para llegar a un país totalmente diferente, aprenderé el idioma, me casaré con un nativo y mi vida será sin culpas.


 


—Le diré a Jinyoung lo que siento por él.


 


Reset.


 


—¿Qué tú qué? —mi maravilloso plan queda cancelado en cuanto le escucho decir esa maldita frase. —Este lunes sí que va de maravilla—me dejo caer en la banca más cercana observando alrededor de que ojalá y espero que el pelinegro no esté por aquí. —¿En serio, Mark? —él me mira confundido pero termina por asentir sin pensársela mucho.


 


Me caía mejor cuando era tan indeciso.


 


—Bueno, no tanto—suelta un suspiro agachando la cabeza.


 


Genial. Aún no quiero que estos dos estén juntos. Me desesperan, sí, pero el verles sufrir es más tentador que nada, y mi diversión no quiero que acabe todavía.


 


—¿Qué es eso? —pregunta para desviar el tema señalando lo que llevo en mis manos.


 


—El suéter de Jaebum—cada vez que lo menciono, es como si quemase la garganta—, me lo prestó ayer mientras los esperábamos.


 


—¿Lo de ustedes estuvo muy feo? —sé para dónde va con esta pregunta.


 


—Demasiado, diría yo. Fui parte de una apuesta: un mes para enamorarme más cinco meses de noviazgo, ¿resultado? Sólo imagínatelo. Por eso es que las cosas no funcionan tan bien entre nosotros.


 


Pero de verdad quiero olvidar lo que sucedió.


 


—No lo odias.


 


—Tengo esa incapacidad de hacerlo—le señalo—, sólo ya no espero algo bueno de él—levanto los hombros tratando liberar la tensión.


 


Nunca he tomado la tarea de hablarlo o siquiera pensar en ello, ese día en el que me enteré de todo, traté de que todo fuera normalidad. Las burlas no se hicieron esperar y con el paso de los días terminé por semi-olvidar el asunto al igual que todo el mundo. No recuerdo haber llorado más de tres veces en mi habitación, tampoco tantas palabras motivadoras por parte de Jinyoung y BamBam, hicimos como si no hubiera pasado nada.


 


Aunque creo que es tiempo de contarle a alguien que no lo he podido superar.


 


Porque ¿quién podría hacerlo cuando al fin algo lindo le sucede en la vida?


 


Y, a pesar de que suene cursi y nostálgico, eso lindo que me pasó tiene nombre y apellido.


 


—¿Y entonces?


 


—¿Entonces, qué?


 


—Eso—ladeo mi cabeza en señal de confusión—. No soy tan despistado como parece—oh, ¿en serio, Mark Tuan? —Mira, haces un buen trabajo recordándole lo idiota que fue y que es, pero no creo que lo pienses en realidad, tampoco es como si le aplaudieras lo que hizo contigo… Sólo es eso.


 


—¿Y qué es el eso?


 


—Empiezo a creer que no estamos hablando de lo mismo—¿de verdad a Jinyoung le gusta este niño disfrazado de joven guapo? —El eso es como cuando te gusta una persona, y alguien llega y te pregunta el por qué te gusta pero tú sólo dices “no sé”. Él “eso” es no saber; tal vez Jaebum no sabía que te iba a hacer mucho daño al involucrarte y tampoco sabía que por eso él se iba a enamorar de ti…


 


—No, no, no, vamos lento, Mark. ¿Jaebum enamorado de mí?


 


—Pues es la única manera en la que puedo explicar todas las fotos que tiene tuyas en su celular.


 


No sonrías… no sonrías… no sonrías…


 


Joder, lo estoy haciendo.


 


Alguien máteme, por favor.


 


—Tú lo sabes, Youngjae, sabes que te gusta o al menos que nunca te ha dejado de gustar; y tienes todo el derecho de dudar ahora de él, pero si no te arriesgas nunca sabrás si en realidad es mentira lo que tú crees.


 


—¿Y si resulta que sí?


 


—¿Pero y si no?


 


¿Por qué no me enamoré de Mark en lugar del idiota de Jaebum?


 


Cierto, porque Jinyoung está enamorado del pelirrojo y si llegara a sospechar, quien terminaría mal sería yo.


 


Hablando de Jinyoung, tengo que decirle…



 


Creo que me gusta.



 


Y sé que la palabra creo es sólo un amortiguador para cuando me quiera dar cuenta de que la caída al comprender, asimilar y aceptar la verdad que involucra a Jaebum va a doler y hasta olvidaré respirar cuando su rostro se pasee por mi mente porque no tendré algo mejor que hacer, y aunque lo tuviera preferiría rodar por el suelo, apretando la almohada entre mis brazos ideando la cita perfecta que, es posible, jamás pase.


 


[Enviado a idiota]


 


—¡¿Qué?! ¡No, no, no, no, no! —trato de cancelar el mensaje cuando abro su conversación, pero no pasa nada.


 


Estúpida tecnología, ¿no se supone que ésta es para favorecernos?


 


Voy a llorar.


 


—¿Puedo saber quién te gusta, Youngjae?


 


Genial, oficialmente muerto.


 


—¿Qué pasó con el “lindo Jae”? —es lo único que mi cerebro puede procesar para decir dando media vuelta juntando las manos asustado, y al lograr enfocar su rostro puedo observar una de sus cejas arqueadas y él de brazos cruzados.


 


Mierda.



 


¡Todo esto es tu culpa!



 


Porque es mejor llenar a Jinyoung de éstas.


 


—Me lo volviste a mandar a mí, más aparte de que no me has contestado la pregunta de antes. ¿Quién te gusta, Youngjae?


 


Doble mierda.

Notas finales:

Faltas de ortografía y/o cosas sin sentido, van por mi cuenta^^

Linda noche acá en mi país.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).