¿Había escuchado bien? Mi cabeza estaba hecha un lío, no podía ser cierto…
-Así que ¿Vas a casarte?
-Si- Al ver su gran sonrisa mi corazón se rompió en pequeños pedazos, su sonrisa cada vez se iba haciendo más grande, haciendo los pedazos de mi corazón más pequeños de lo que ya eran, no creía que pudiera soportar más esta agonía que estaba sintiendo en lo más profundo de mi corazón; aún no sabía quién sería el afortunado de tener a Hyuk Jae a su lado, pero sabía que esa persona sería la más feliz del mundo, ya que él era una persona capaz de ahuyentar tus miedos, tus preocupaciones, incluso si dijera que la Tierra era cuadrada se lo creerías, porque Hyuk tiene ese don, el don de hacerte creer que todo estaría bien sin importar las circunstancias.
-¡Wow! Esa es una noticia bastante repentina, bueno, muchas felicidades Hyuk, espero que seas muy feliz con esa persona especial.
-Muchas gracias Hae, en realidad estoy más que feliz, ya que esa persona es la más importante para mi, podría decir que es el amor de mi vida.
Eso último hizo que me sintiera aún peor, bajé la cabeza y limpié una pequeña lágrima traicionera que había salido sin mi permiso; respiré profundo unas cuantas veces y subí la mirada, posándola directamente en sus ojos, quería verlos una vez más antes de que éstos no tuvieran otra persona a la que mirar.
Los recuerdos volvieron a mi mente quebrándome más rápido de lo que pensaba, me disculpé rápidamente y me levanté de la mesa en donde nos encontrábamos y prácticamente salí corriendo en dirección al baño, cerré la puerta del pequeño cubículo en donde había logrado meterme y por fin dejé correr las lágrimas acumuladas, mis sollozos eran bastante fuertes, pero no me importaba quien pudiera escucharlos, solo quería sacar todo lo que estaba sintiendo mi corazón en ese momento.
-Lo arruinaste Hyuk, arruinaste todo- Sollozaba, no podría regresar a este lugar nunca más, los hermosos recuerdos que tenía ahora habían desaparecido para dar lugar a recuerdos llenos de dolor.
En este pequeño restaurante Hyuk Jae y yo nos habíamos conocido, solo fueron unas cuantas miradas para que él tomara valor y se acercara a decir hola, después de eso comenzamos una plática amena de diversos temas relacionados con nuestras vidas privadas, al salir de ahí, solo dimos vueltas intentando tener más tiempo para conocer más cosas uno del otro.
Pasaron los días y seguíamos encontrándonos a la misma hora en el mismo lugar, solo para poder salir unas cuantas horas y poder pasar un momento agradable, aunque cada día era diferente, nunca teníamos planes para hacer ese día, todo era espontáneo y eso me encantaba
Un día que quedamos de encontrarnos de nuevo en este lugar, me pidió que comenzáramos una relación, cosa que acepté sin pensarlo, me había dado cuenta que Hyuk era una persona excepcional, era increíble estar con él, y tener una relación me daría una excusa más para verlo las veces que quisiera a la hora que yo quisiera; estuvimos juntos cerca de dos años, todo era maravillosos; pero un día tuvimos un problema importante en el trabajo por lo que tuve que viajar a Nueva York.
El día que sería mi vuelo Hyuk había ido a despedirme al aeropuerto, y aún recordaba las últimas palabras que me dijo antes de irme con claridad “Hae, te amo, siempre vamos a estar juntos; no importa que tan lejos estemos, siempre encontraremos la manera de que nuestra relación se mantenga fuerte, nunca te dejaré amor, nunca”
Mis ojos se aguaron nuevamente al darme cuenta que sus palabras solo habían sido mentiras, yo siempre fui sincero cuando decía que lo amaba, pero al parecer el no. Mi estancia en Nueva York se alargó más de lo previsto, tuve que quedarme un año trabajando en ese lugar, siempre intentaba comunicarme con Hyuk, pero él nunca contestaba y cuando lo hacía se mostraba distante, fue en ese momento en el que deduje que nuestra relación había acabado, pero jamás pensé que en cuanto termináramos fuera a buscar otra persona y quisiera casarse tan rápido.
Salí del cubículo lentamente y cuando vi mi reflejo en el gran espejo que tenía frente a mí me dio miedo lo que estaba viendo; mis ojos y nariz estaban bastante rojos, mi cara estaba pálida y mis labios secos, jamás había visto esta expresión en mi, pensaba que nunca llegaría el día en que mi corazón fuera maltratado de esta forma, pero ese día había llegado.
Lavé mi rostro y salí del baño, me acerqué nuevamente a la mesa donde nos encontrábamos y sonreí negando con mi cabeza, esperando que Hyuk entendiera que estaba bien y no quería preguntas al respecto.
-Y bueno, ¿Cuándo es el día de la gran celebración?- Ya sé que estaba siendo bastante masoquista, pero debía superar el pasado y vivir el presente y el presente era que el hombre que consideraba el amor de mi vida sería feliz con alguien más.
-Pues no lo sé, esa fecha la tendrá que decidir mi futuro esposo, aunque ni siquiera he recibido una respuesta porque aún no se lo propongo, estaba esperando poder encontrarlo y decirle lo mucho que lo amo, que cada día sin él es un martirio, que tengo bastante miedo de su respuesta, pero espero que él me ame tanto como yo a él porque ¿Sabes Hae? Él es una persona fantástica, con solo mirarte sientes que tu mundo cobra sentido, cuando te abraza sientes que nada podría dañarte o ir mal, cuando te besa todo desaparece y solo existimos los dos, pero cuando dice “Te amo”, es un sentimiento único, sientes que tu corazón se acelera y se para al mismo tiempo y tienes la necesidad de tenerlo a tu lado por el resto de tus días.
Con cada palabra los ojos de Hyuk brillaban cada vez más, se veía muy feliz, en realidad esperaba que esa persona pudiera darle todo el amor que Hyuk se merecía.
-Eso fue bastante hermoso, pero Hyuk ¿Cuándo piensas preguntarle? No puedes empezar a hacer planes sin saber la respuesta primero
-Hoy, de hecho iba a esperar un poco más, pero ya no puedo, necesito hacerlo hoy, aunque ¿sabes algo? Él es una persona que siempre tiene mil dudas en su pequeña cabeza, por lo que también espero a que disipe todas sus preocupaciones para poder hacerlo, en el momento en que esté listo lo haré
-Bueno Hyuk, en serio espero que seas muy feliz, nos vemos luego.
Me levanté de mi asiento y mientras me dirigía a la puerta escuché que me llamaba
-¡Hae!, espera, aún tengo una última cosa que decir- Voltee a verlo y sonreía
-Claro, dime
-Bueno, lo que quería decir es ¿Quieres casarte conmigo?