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"En la oscuridad" por Ellie Blanch

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Notas del fanfic:

Bueno como he dicho en un principio esto corresponde a la convocatoria del #AoKagaDay 

Solo debo aclarar que los personajes son propiedad de Sensei Fujimaki yo solo los tomo prestados para fines educativos :3

Sin nada mas que decir que comience la lectura!!

Eran aproximadamente las doce de la noche cuando un joven se revolvía entre las sábanas de su cama sin poder conciliar el sueño, un presentimiento de que algo ocurriría aquella noche no lo dejaba descansar y era algo que odiaba, ya que jamás lo reconocería frente al resto. Sí, este chico era un miedoso.

 

Mientras intentaba mantener los malos pensamientos lejos de él un ruido en el exterior se hizo presente, provocando que su piel se erizara. Se tapó rápidamente con la las sábanas hasta la cabeza. Esperando eso fuera suficiente para alejar todo el mal.

El grito de una mujer lo alertó nuevamente ¿Y si quizás estaba siendo víctima de un asalto? “Ese no es mi problema” —Pensó el joven.

 

Pero lástima que él no era de esas personas. Así que a toda prisa salió de su refugio bajando las escaleras y abriendo la puerta de su hogar para salvar a la mujer en desgracia. Pero enseguida se encontró con una  neblina espesa que había caído durante la noche  que no le permitía ver más de medio metro de distancia, intentó agudizar la vista sin resultado.



— ¿Hay alguien ahí? — Preguntó con temor, pero no hubo respuesta.



Caminó unos pasos con mucho cuidado. Tenía miedo, después de aquel grito el silencio era sepulcral, quería volver a su cama calentita pero ese maldito sentido del deber que poseía no lo dejaría en paz.

 

Diez metros lejos de su hogar y no había nada. Algo en su interior le decía que se alejara pronto que volviera a su hogar, pero decidió ignorar aquel presentimiento, así que porfiado como el mismo siguió su camino. Hasta que lo vio.

 

A través de la espesa neblina pudo divisar dos luces rojas brillante, un rojo tan brillante que lo dejo  paralizado, poco a poco  pudo ir  notando que no eran luces sino los ojos de un ser extraño.

 

La silueta oscura que se divisaba a través de la neblina le causó un gran temor. Se dio vuelta y corrió a toda velocidad hasta su hogar. Un enorme estruendo se escuchó  al cerrar la puerta debido al gran azote que le dio, corrió por las escaleras tropezando un par de veces, cuando finalmente llegó a su refugio sintió que sus piernas  flaquearon cayendo de lleno en el piso, aun podía sentir aquellos ojos sobre su persona. Su cuerpo temblaba.

 

Respiro un par de veces tan hondo como sus pulmones se lo permitieron intentando controlar la acelerada respiración. Pero era difícil. Aún se sentía incapaz de levantarse.



—¡Demonios! — Exclamó el muchacho cuando nada daba resultado.

 

— ¿Taiga te sientes bien? — Preguntó una voz suave desde el otro lado de la puerta, a pesar de lo delicada de su voz,  no pudo evitar dar un salto debido al susto.

 

— ¿Tatsuya? — Preguntó con temor.

 

—Por supuesto ¿A quién más esperas? — No hubo respuesta a su pregunta — ¿Puedo entrar?



Se sintió sonido al otro lado y poco tiempo después la puerta se fue abriendo lentamente dejando ver a un asustado muchacho de nombre Kagami Taiga alrededor de  1,90 de altura, tez bronceada, cabellos rojos y unos hermosos ojos rubí que estaban a punto de derramar algunas lágrimas, Himuro Tatsuya un joven unos 10 cm más bajo que el pelirrojo, de complexión delgada,  tez blanquecina, cabello negro y ojos color gris, observó al muchacho y casi de inmediato lo cobijó entre sus brazos brindándole alivio.



— ¿Taiga que sucedió? — Preguntó el azabache con cariño, sabía lo infantil que podía llegar a ser el más alto cuando algo lo asustaba. De hecho él, era la única persona que conocía este secreto.

 

—Nada olvídalo — Lo apartó un poco. Ese gesto de cariño lo logró tranquilizar de cierta forma — Será mejor que te duermas además está haciendo frío.

 

— ¿No quieres que duerma contigo como en los viejos tiempos? — Preguntó con una pequeña sonrisa en sus labios, ante aquellas palabras el rostro del pelirrojo se tornó de un lindo color carmín.

 

—No gracias, ve a tu habitación — Susurró avergonzado.

 

—Está bien, pero sabes que mi cama es tu cama — Le comento guiñando el ojo antes de volver tras sus pasos y desaparecer en la habitación contigua.



Es cierto que se encontraba un poco más tranquilo, pero aquellos ojos brillantes no podían salir de su cabeza.



—Fue mi imaginación — Golpeó sus mejillas con fuerza como si eso bastará para que esas palabras fueran ciertas.

 

—Yo no estaría tan seguro de ello — Una voz desconocida se escuchó en el lugar.

 

— ¿Quién está ahí? — Su voz tembló. Todo el miedo que se esfumó antes volvió en un segundo. Comenzó a mirar hacia todos lados con desespero.

 

—Tu peor pesadilla — En ese momento se dio cuenta que esa voz no venía de un lugar en específico sino más bien estaba dentro de su cabeza.

 

— ¡Rayos! — Estaba a punto de correr en dirección hacia la puerta, pero sintió que su cuerpo no le respondía.



—Has interrumpido mi comida creo que deberás pagar.



Poco a poco un espectro comenzó a materializarse frente a él, quiso gritar pero la voz no salía se sentía desesperado. Después de unos momentos frente a él se encontraba un joven de vestimentas negras que podría jurar de su misma edad solo unos centímetros más alto, tez  morena, ojos y cabello azul eléctrico y una sonrisa bastante burlona se formaba en sus labios.



—En mi vida he tomado sangre de un hombre pero creo que contigo podría hacer la excepción — Se acercó al pelirrojo acariciando la mejilla de este mientras lo observaba de pies a cabeza — No estás nada mal.

 

—Suéltame maldito — Eran los pensamientos del muchacho, no quería ser tocado por ese ser.

 

—No creo que eso sea posible he quedado insatisfecho y alguien debe pagar por eso — Rodeó al joven de forma elegante sin quitarle la vista de encima hasta posicionarse tras de él, lamió su oreja logrando que un escalofrío recorriera el cuerpo de aquel asustado muchacho  — No me equivoque eres delicioso ahora pasaremos un buen momento juntos.

 

—Demonios...demonios… — Era lo único en el pensamiento del pelirrojo joven.



El ser peliazul comenzó a deslizar una mano entre la camiseta del pelirrojo llegando hasta su pezón, este se tensó más ya que aquella mano estaba bastante fría y también porque tenía miedo de lo que podría llegar a pasar.



—Pasaremos un momento bastante entretenido ¿Te parece pequeño gatito? — Susurro en su oído mientras que la otra mano la llevaba hacia el bulto que se encontraba entre las piernas del pelirrojo.  

 

—Basta no lo hagas, ese lugar…

 

—Pero qué es lo que dices ¿Jamás has usado esto? — Apretó más eso que se encontraba en sus manos.

 

— ¡Ngh!

 

—Definitivamente no es lo mismo es mejor cuando los gemidos se escuchan de forma natural — Fue entonces cuando el ser liberó al  joven quien lo sintió casi de inmediato.

 

— ¡Tatsu… — Quiso gritarle a su “hermano” pero sintió como una mano tapaba su boca.

 

—Una sola palabra más y ese chico es hombre muerto — Si en un principio sintió que la voz de ese ser era profunda ahora no cabía duda en ello la forma en que lo dijo era de un completo asesino, era  fría y calculadora — ¿Queda claro?



El muchacho movió su cabeza en forma afirmativa, el terror ahora sí se apoderó de cada una de las partes de su cuerpo, no quería que el joven pelinegro pagará por las consecuencias de sus actos. Sí sólo no me hubiese levantado ¿Porque demonios salí si sé que soy un miedoso? ¿Qué es esta cosa?” — Pensaba el pelirrojo aterrorizado.



—Seré una buena persona yresponderé de forma amable algunas de tus preguntas pequeño gatito, pero debes prometer que no gritaras o me veré forzado a matar al chico — Taiga trago duro no quería que nada malo le pasara a su familia — Primero no me digas “cosa” — Aclaro soltando los labios del muchacho — Soy lo que ustedes conocen como vampiro.

 

—…

 

— ¿Qué sucede? ¿Te ha impresionado tanto que has quedado sin habla? Bueno eres un miedoso qué más puedo esperar — Expresó mientras rascaba su nuca.



El joven pelirrojo lo observó de pies a cabeza no entendiendo para nada lo que estaba viviendo, lo más seguro era que todo se tratara de un mal sueño y en unas horas despertaría en su cama como si nada hubiese pasado recordando estos acontecimientos con gracia..



— ¿Qué te pasa? enserio me asustas. Primero gritas como loco y ahora te come la lengua el ratón — El vampiro movía la mano frente a al rostro del joven intentando que volviera en sí.

 

— ¡Aléjate mal sueño! — Exclamó golpeando la mano que se encontraba frente a él — No me lo creeré jamás, los vampiros son pálidos.

 

—Hey listillo, no ofendas los vampiros se supone que son pálidos debido a que no existe flujo sanguíneo pero si yo nací moreno no cambiare eso por una transformación en contra de mi voluntad — Se defendió molesto el vampiro — Estoy más clarito pero es mi pigmento natural.

 

— ¡Si claro y yo soy el rey de España! No me harás caer en eso “producto del cansancio” — El muchacho se dio media vuelta para ir a su cama, debía despertar pronto.



El moreno vio como su “cena” volvía a su cómoda cama mientras murmuraba unas maldiciones por tener sueños extremadamente ridículos, no podía creer que eso estuviese pasando al menos no a él ¿En qué momento todo cambió volviéndose un acto cómico?

Furioso se acercó hasta la cama agarró las cobijas y las retiró con fuerza dejando a su presa completamente destapada, el chico le daba la espalda.



— ¿Que rayos piensas que haces? Nadie… absolutamente nadie puede desafiar al gran Aomine Daiki, el señor de la oscuridad — Estaba colérico quería morderlo y absorber toda esa sangre que veía fluir en el cuerpo del joven pero primero lo haría sufrir.

 

—Sí, sí… “Señor oscuro” déjame dormir por favor — No estaba prestando atención a las quejas del vampiro es más estaba burlándose de él mientras se convencía que todo era un sueño.



Esto fue la gota que derramó el vaso de ese orgulloso vampiro, tomo a Taiga por el hombro y lo jalo haciendo que lo mirara a los ojos, fue entonces cuando se dio cuenta que todo era real el dolor en el hombro era punzante y los ojos que en su momento fueron azules ahora eran de un color rojo brillante igual a los que había visto cuando salió de casa a prestar ayuda… Había cometido un gran error.



—Esta me las pagas — Sin dar ninguna opción para replicar el vampiro se abalanzó sobre su comida demandando un beso salvaje el cual a pesar de la resistencia que existió en un principio poco a poco fue cambiando.



Era la primera vez que el muchacho pelirrojo besaba a alguien o mejor dicho que lo besaban, nunca había tenido una pareja él la verdad es que en su vida había pensado en ello sólo tenía pensamientos deportivos en su mente y ahora en tan solo unos minutos atrás conoció a un estúpido vampiro que lo estaba violando y lo peor es que aquel beso era tan dulce que fue cayendo lentamente en el deseo de obtener más.



—El pequeño gatito está creciendo — Se burló el vampiro viendo los ojos llorosos del pelirrojo producto del placer,  sus labios húmedos por su saliva y algo hinchados por aquel fogoso beso compartido.

 

—De...ja…  de bur...larte… — Comentó con dificultad intentando recuperar la respiración.

 

—Taiga creo que me volví adicto a tu persona — Confesó acariciando las mejillas de este de una forma cariñosa, sus ojos nuevamente eran de aquel color azul eléctrico —Pero en castigo por tu atrevimiento no te dejaré dormir aunque me ruegues.



Se posesionó sobre el joven besando nuevamente sus labios mordiéndolo en el proceso, una gotas de sangre no tardaron en aparecer las cuales lamió como si fuera un manjar de los dioses. La verdad es que jamás en su vida probó algo tan exquisito, el sabor metálico que normalmente tenía este líquido escarlata había desaparecido dando paso a un sabor dulce. Quería más pero aún no era el momento. Bajo hasta el cuello besando, lamiendo y  mordiendo pero sin clavar sus colmillos. Deleitándose con cada parte posible de ese hombre que descansaba bajo su ser.

 

La mano experta nuevamente se deslizó por entre las ropas de su presa, acariciando su estómago hasta subir a sus tetillas pellizcándolas sin compasión, los gemidos no tardaron en salir de esos labios adictivos, el joven ya no era consciente de sus actos solo se dejaba hacer… La sensación era bastante agradable, en ese momento pensó que estaba siendo víctima de algún hechizo del mal.

 

El peliazul levantó la camiseta del joven dándo a entender que esa prenda era un estorbo, este levantó las manos y en menos de dos segundos su torso estaba completamente desnudo importándole bastante poco si hacía frío.  Aunque  hace bastante que eso se encontraba en segundo plano.

 

— ¡Ngh! — Volvió a gemir cuando sintió la lengua del moreno lamiendo sus tetillas con ganas, mientras que una mano se volvía a cerrar en el bulto que se encontraba en su entrepierna — De… tente…

 

A pesar de los ruegos el vampiro hizo oídos sordos mientras lamia gustoso cada parte del joven, después de haber jugado durante un buen rato comenzó a bajar ahora lamiendo el estómago, de deteniéndose en el ombligo en el cual con su lengua comenzó a dar pequeñas embestidas provocando cada vez más sentimientos extraños en el joven.

 

La mano que estaba ubicada en la entrepierna dejo de dar caricias para tomar el borde del pantalón y comenzar a bajarlo, los ojos color rubí se abrieron completamente ante tal acto.

 

— ¿Q-que haces? — Preguntó tomando la mano morena y deteniéndola.

 

— ¿No creerás que eso es todo? Vamos a disfrutar el momento — Sin más explicación tiro de la prenda hasta las rodillas del joven, viendo con asombro la virilidad de este — Ohh~ el gatito en el fondo es un tigre.

 

Tomo el miembro ya erecto y comenzó a masajear de forma bastante erótica, los gemidos y jadeos no tardaron en aparecer. Nuevamente se sentía en el cielo, pero cuando las manos de aquel sujeto comenzaron a masajear  sus testículos su vista se nublo completamente producto de la excitación, no podía respirar bien Sentía que en cualquier momento llegaría al clímax.

 

—Pequeño te haré sentir uno de los más grandes placeres del hombre — Sus labios se cerraron en el miembro erecto del pelirrojo mientras que con la otra apretaba la base se su miembro evitando que este pudiese correrse en cualquier minuto.

 

— ¡Basta! — Exclamó al borde de las lágrimas, pero el vampiro ni se inmuto con los gritos siguiendo con las lamidas, después de unos momentos sintió que el chico jalaba su cabello lo cual hizo que levantara la vista observando al causante — N-no… más…

 

Esos gemidos eran una melodía hermosa a sus oídos, quería escuchar más de ellos… muchos más…

La noche era joven, aún quedaba demasiado, el vampiro llevo una mano a las nalgas del pelirrojo acariciando desesperado ese pedazo de carne y sin previo aviso uno de sus dedos se abrió paso sin vacilación dentro del orificio que se encontraba entre ellas.

 

— ¡Ah! — Jadeo ante la molesta intromisión.

 

Las lamidas se hicieron más rápidas la vista azul y la roja se encontraron provocando oleadas de placer en ambos, una atracción mágica había comenzado entre ellos y lo sabían. A pesar de que el pelirrojo no lo admitiría tan fácil.

Fue entonces cuando un segundo dedo se hizo presente y eso fue lo que bastó para que el de ojos rubí se corriera en la boca del moreno vampiro quien tragó toda su esencia sin dejar rastro.

 

—Exquisito — Aclaró lamiendo sus labios, se levantó de su lugar y desabrochó sus pantalones dejando a la vista ahora su propio miembro — Tu turno.

 

—… — Taiga intentaba regularizar su respiración mientras su vista nublada se posaba asombrada en ese erecto trozo de carne que le mostraba el vampiro “Yo no lameré eso” — Fue su pensamiento.

 

—Claro que lo harás cariño — Tomó un brazo de este levantando de su lugar al joven para dejarlo a su altura — Ahora ya sabes lo que debes hacer o tu amigo pagará lo sabes bien...

 

—“Solo lo hago por Tatsuya” — Pensó dándose ánimos para lo que vendría a continuación.

 

— Lo dices como si no te gustara, acabas de correrte solo por las lamidas de otro hombre — Nuevamente aquella sonrisa burlona se formó en sus labios.



Veía como una mano se acercaba lentamente hasta su miembro al primer contacto tembló por la sensación,  el joven inexperto comenzó a acariciar de forma lenta el gran trozo de carne y fue entonces cuando el vampiro gimió sintiendo una corriente eléctrica a través de todo su cuerpo, la sensación más agradable fue cuando sintió la primera lamida sobre la punta era como si hubiese llegado al cielo…

 

Mientras el chico hacía lo suyo en el miembro del moreno este llevaba una mano nuevamente hasta las nalgas del muchacho introduciendo sus dedos en el orificio para preparar lo que vendría. Pasados unos minutos sentía que estaba a punto de llegar así que en un rápido movimiento salió de la boca de su ahora amante volteándolo y penetrándolo de una sola vez, un audible gemido se escuchó en la habitación.

 

—Que estrecho —  Comento comenzando con las penetraciones.

 

— ¡Ngh! — Se quejó cuando aquel movimiento había llegado al parecer a un buen punto.

 

—Enserio esto es lo mejor — Cada embestida era más rápida que la otra, solo bastaron unas pocas embestidas más para que el vampiro se corriera dentro del chico y este a su vez eyaculara sobre las sabanas manchándolas con su esencia, se separaron mientras gotas de sudor corrían por su frente.



El cuerpo del pelirrojo cayo exhausto sobre la cama sintiendo como el miembro salía de su cuerpo, sentía palpitar su entrada una sensación nada agradable, pensó que todo había terminado cuando el vampiro se levantó de la cama. No pudo estar más equivocado, con pesar se dio cuenta de que este solo estaba quitándose la ropa para seguir con aquel acto carnal.



—Solo dos minutos de descanso — Se acostó en la cama a su lado y  lo tomo por la cintura para atraerlo besando una vez más sus dulces labios, al separase ambos se miraron a los ojos — Es tu turno de moverte.



Solo segundos más tarde el pelirrojo se encontraba sobre el moreno mientras se auto-penetraba, no sabía porque le hacía caso en todo. Pero en estos momentos no tenía ni siquiera cabeza para pensar en otra cosa que no fuera el moreno de ojos eléctricos, miro a quien era el causante de todo lo que estaba pasando y fue él quien esta vez exigió un beso salvaje. Ya estaba empezando a agarrarle el truco al movimiento de las lenguas, cuando aquel contacto se volvió más demandante sentío que llegaba por tercera vez durante la noche al clímax, se separó dejando escapar otro gemido y fue entonces cuando el vampiro no resistió mas hundiendo sus colmillos en aquel sudoroso cuello que lo tentaba, la sangre cálida y dulce comenzó a descender por su cuello llenando su ser de energía. Por primera vez en mucho tiempo se sentía vivo…



~*~

 

Abrió los ojos confundido el sueño que tuvo durante la noche fue extraño, intento recordar algunas cosas pero le era algo imposible comenzó a estirarse para levantarse pero su cuerpo completo dolía ¿Y si se quedaba en cama? No, eso era imposible debía levantarse, quizá el dolor solo era debido a que iba a agarrar un resfriado… Debía tomar medicina.

 

Cuando llego a la cocina Himuro se encontraba cocinando iba a preguntar en que podía ayudar cuando reparo en algo que le hizo recordar todo lo sucedido en la noche y la ira invadió su ser, se acercó a la persona responsable de sus malestares quien se encontraba sentado a la mesa leyendo una revista.



— ¿Qué rayos haces aquí? — Pregunto el pelirrojo.

 

—Taiga pensé que dormirías todo el día —Hablo el pelinegro reparando por primera vez en su “hermano”.

 

— ¿Tatsuya dime que hace este sujeto aquí? — Solicito apuntando al moreno.

 

— ¿Porque preguntas eso? Aomine es tu novio acaso has perdido la memoria —Observo extrañado al pelirrojo — Él se vino a vivir con nosotros ayer tú mismo me lo dijiste.

 

—… —  Tomo de la mano al moreno levantándolo de su lugar — Tenemos que hablar.

 

—Ustedes no peleen y si lo hacen no se tarden en la reconciliación que la comida estará en 15 minutos — Dijo Tatsuya como si nada.

 

— ¡Cállate Tatsuya! —Exclamó rojo como un tomate mientras se llevaba al moreno a su habitación para conversar — ¿¡Que le has hecho!?

 

—Nada…bueno quizás modifique algunos recuerdos y listo — Explicaba mientras llevaba un dedo hasta su nariz y comenzaba a picársela.

 

— ¡Eres un demonio! Devuelve a Tatsuya a la normalidad.

 

—No quiero o se acercara a ti nuevamente…mejor de lejitos — Los celos del moreno se estaban haciendo notar de solo recordar ese tono insinuante que habia utilizado el pelinegro con kagami la noche anterior.

 

— ¡Si eres una maldito vampiro entonces que haces a la luz del sol quémate de una vez! — Lo tomo de la chaqueta quedando solo a unos escasos centímetros de su rostro.

 

—Que anticuado, eso es el pasado me gusta el ajo y las cruces molan un montón — Comento el vampiro, luego sin previo aviso junto sus labios por unos segundos — Ahora vamos con Tatsuya que la comida nos espera.



Aprovechando la confusión de su ahora novio tomo su mano llevándolo a la cocina. El estómago le rugía con fuerza. Mientras tanto el pelirrojo se preguntaba cuando despertaría de aquel estúpido sueño.






 







 





Notas finales:

A todas las personitas que llegaron hasta aqui se les agradece un monton espero que haya sido de su agrado :)

Soy todo oidos para cualquier reclamo o sugerencia, muchas gracias y nos leemos en otra oportunidad!!

Saludos gigantes, un agradecimiento especial a Reiga que siempre me motiva a escribir y al grupo AoKaga que me metieron en este bello mundo :D


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