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Kuroko se encontraba en su casa con Momoi-san esperando la pizza que ordenaron hace mas o menos veinte minutos, para poder ver sus películas como debe ser. Kagami estaba en un partido de baloncesto muy importante, si ganaban este, pasaban a la final. El peliazul quería ir y apoyarlo pero Taiga le dijo que no era necesario. Kuroko tenia gripe, estaba todo ruborizado y Kagami no dejaría que los buitres de sus amigos le vieran así, ya que se veía aun mas tierno de lo que ya era. Así que le dijo que mejor se quedara en casa descansando. Luego de un rato, decidió llamar a Momoi-san para hacer una especie de "Movie Night" hace tiempo que no compartían juntos, y como no tenían palomitas, pidieron una encantadora pizza.
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Estaban por la mitad de la segunda película cuando se quedaron sin nada que tomar. Tetsuya, amablemente, iba a ir por mas, pero, Momoi-san se adelanto, tomo su vaso de cristal y dio rumbo a la cocina. Kuroko, extrañado, se encogió del hombros y siguió viendo su película. Cuando su amiga dio presente en la habitación, volvió con un vaso oscuro y no el de cristal que tenia anteriormente, ignoro eso y lo acepto. Al dar el primer sorbo noto que sabia algo diferente, también lo ignoro, hasta que cayo en un profundo sueño...
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Las gotas de sudor recorrían el rostro y el torso de Kagami, mientras este corría. Estaba corriendo y driblando el balón. Faltaban unos minutos y el juego estaba empatado 97-97.
Paso el balón a Himuro, quien estaba a varios metros de el. Este no tomo bien el pase y uno del equipo contrario se largo corriendo ahora con el balón. Maldiciendo, corrió detrás de el chico, luego de una pequeña lucha, logro quitarle el balón y corrió sin mirar atrás, directo a la canasta. El equipo contrario corría detrás de el, y como todo fue muy rápido, su propio equipo no había podido seguir su ritmo, y se dio cuenta de que tenia que hacer ese tiro solo. Todo se volvió cámara lenta, y Kagami solo pensaba que tenia que encestarla, no solo por el, ni por su equipo, si no porque se lo prometió a su Kuroko, y lo que el promete, lo cumple.
5...
4...
3...
A pocos segundos en el reloj de la cancha, Kagami parecía el típico animal que iba directo a su presa, con un buen movimiento, salto con el balón, logrando esquivar las manos de su enemigo con apenas un roce y todo lo que escucho luego fueron los gritos de los fanáticos y los de su equipo decir su nombre una y otra vez.
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Ya cambiado y con su mochila en mano, tomo un taxi a la casa de su novio, quería darle la noticia cuanto antes. Ya ahí, abrió con la copia de sus llaves y subió las escaleras directo a la habitación de Kuroko, sin tocar, entro y sus ojos se aguaron al ver tan terrible imagen...
[2/10]