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Fire por MhmPanda

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Notas del capitulo:

CHICAS, ESTOY FELIZ Y TRISTE

Save ME salió de la nada, y la letra de la canción, como siempre pensé, le vendría perfecto a la storyline que tenía planeada para este fic. Aunque este está basado en Fire huehue

Me demoré una semana en subir este, perdón por eso. 

Salen nombres de muchos idols y un trainee creo, pero sé que googlearan por ello¿

Nos vemos en el fic de Save ME~

x.

 

(((GANAMOS EL INKIGAYO)))

Estaban a pocos días para dar los inicios del segundo semestre de su año escolar. Jungkook estaba emocionado pues había pasado unas buenas vacaciones con los chicos y especialmente con Jimin. Hoy era un lindo día viernes y estaba dispuesto a disfrutar el fin de semana restante acostado en su cama o llamar a Jimin para jugar un par de videojuegos. Estaba todo tan bien planeado en su cabeza pero el sonido de su celular lo distrajo y suspiró observando que la llamada era de Taehyung.

—¿Sucede algo...?

Jimin va camino a tu casa, levántate perezoso.

—¿Viene acá?—; Jungkook se sentó de golpe, restregando sus ojos con asombro. —¿Para qué? N-Ni siquiera avisó o algo.

Los chicos estamos haciendo una pequeña junta cerca de una fabrica textil abandonada, hay jugo de piña para ti~

Taehyung siempre sería así; estaba bien de que él solo tuviese 15 años pero estaba seguro de que podría probar aunque sea un poquito de vodka con el jugo de naranja que siempre trae Yoongi y podría perder del tiempo si va allá y no bebe nada de eso. Estaba obligado a ir de todas maneras, Jimin ya estaba en camino donde él estaba. 

—Bien, nos vemos allá... Saludos a Jin hyung.

¡Yah! ¡¿A nosotros no?! —, escucha gritar a Hoseok entre risas. Jungkook ríe también y se despide mandando un beso baboso a todos. 

Se levantó entonces bostezando y rápidamente fue al baño a ducharse. Saliendo de ahí fue hasta su armario a elegir ropa y estaba en ese dilema de si ir con su sweater negro o ir con camisa cuando los golpeteos en la puerta de su cuarto lo alarman. Eligiendo unos pantalones oscuros y una camiseta blanca, corre a abrir su puerta y se encuentra con Jimin de frente -y su madre escondida detrás de él, sonriendo cómplice, como siempre-. —Hola bonito~

—H-Hola...—; el pelinegro besó sus labios rápidamente y entró directo a lanzarse a su cama. —Pensé que llegarías más tarde.

—Por supuesto que no; creí que TaeTae te había llamado

—Hace unos veinte minutos, creí que cuando él me llamaba recién salías.

Jimin asintió y olvidándose del tema, miró de pies a cabeza al menor. Sonrió dando su aprobación y se levantó de nueva cuenta a palmearle el trasero, caminando hasta el baño a tomar el secador de pelo. —Jungkookie no puede agarrar un resfrío, así que siéntate. 

A veces estas cosas valían la pena. Como Jimin contándole algunas cosas para ponerlo al día mientras le adormece con sus caricias en su cabeza y el calor de la secadora. Nada puede ir mal y está contento de como ha ido evolucionando su relación con el pelinegro. 

—Listo, ahora debemos irnos o los chicos se terminarán todo el jugo. 

—Ugh, también estás con las bromas del jugo...





 

 

 

 

 

 

 

 

Taehyung bailaba haciendo reír a los chicos; esa manía de hacer cosas alocadas incluso a la luz del día. Estaban escuchando alguna canción que Jimin les pegó durante las vacaciones de un grupo llamado Bangtan -o eso recuerdan todos- y bueno, no pueden negarle nada a la buena música. El día era bastante caluroso así que Yoongi estaba a punto de sacarse el saco floreado que llevaba cuando sintió los brazos de Jimin alrededor suyo y su sonrisa brillante en todo su esplendor. —Hemos llegado~

—Yah...

Yoongi trata de quitarse encima al pelinegro cuando su corazón comenzó a golpetear leve contra su pecho. Jimin hace un puchero y se aleja corriendo de inmediato hasta Taehyung, que estaba entregándole una botella de jugo de naranja con un guiño a Jungkook.

—¿Jungkook puede tomar jugo y vodka?—, pregunta de inmediato Yoongi, un poco nervioso por el contacto de la boca de la botella con los labios del menor.

—Yo cuidaré de él... Jin hyung también ¿verdad?—, asegura Taehyung, palmeando al rubio cerca suyo.

No estaba tranquilo, pues él mismo tiene un largo historial de borracheras y leve ebriedad dentro de sus vacaciones y sabe que pueden pasar cosas feas. Quería lo mejor para Jungkook, se dice Yoongi asintiendo en resignación.

Estaba distraído escuchando la famosilla canción cuando todas las risas de los chicos se apagaron lentamente y lo obligaron a levantar la vista.

Ahí, tras la reja, había un tipo encapuchado y usando oscuras vestimentas por completo- tan loco como sonaba, el sujeto estaba tan abrigado en verano como un esquimal en Antártica. Yoongi estaba anonadado.

—Hey, pequitas...

Namjoon toca su hombro, sin dejar de mirar al extraño y con murmullos lo obliga a ir hasta él, olvidando incluso el apodo estúpido que el de cabellos claros le ha dado. Dar la vuelta para salir por la fabrica en la parte delantera es una perdida de tiempo así que usando sus dotes atléticos, se aferra a los alambres que conforman la reja y escala en ella, saltando hasta el otro lado que el material los separa. 

El sujeto no se ha movido ni un centímetro y eso solo aumenta la tensión de los chicos que miran desde la distancia y la suya propia. La canción que Jimin ha estado propagando en el resto sigue sonando, haciendo la situación un poco menos seria de lo que es. Yoongi retiene el aire en su pecho y mueve su cabeza saludando al extraño. —¿Ocurre algo?—, pregunta el peligris de pecas al encapuchado.

El extraño no se mueve de su posición hasta que su cabeza gacha se alza un poco y sus ojos se conectan con los de Yoongi. Jadea sorprendido porque, diablos, sus ojos son... sus ojos.  

Escucha los murmullos no tan desapercibidos del resto a sus espaldas pero Yoongi no puede evitar estar asustado cuando está su reflejo frente a él y ni siquiera ha bebido desde que llegó; algo andaba mal. El sujeto con su rostro calcado mirándole, le habla con tono irónico: —¿No piensas hacer nada?

—Ya es extraño tener a mi Yo hablándome, así que no.

—No me refiero ahora, me refiero al enano.

¿Enano? Yoongi gira su cara unos pocos centímetros y logra ver de reojo el rostro preocupado de Jimin. Ese enano, se indica. —No entiendo.

—He cometido un error y tu tienes que repararlo—, dice su otro Yo con rostro angustiado. 

—¿...Error? 

—Vamos—, le responde el extraño a punto de soltar una risa frustrada. —¿Has olvidado tu promesa? Recuerda quienes estaban a tu lado.

Ah... su mariposa de papel. Cuando dijo que amaría a los que estaban a su lado y estaba Jungkook y Jimin. Su Yo del pasado, supone, ha venido a restregarle un error cometido en vida y ahora lo hace responsable de lo que sucedió y él tiene que remediarlo- suena completamente descabellado pero ahí está el sentido de la responsabilidad, su promesa en la playa y Jimin.

—Dime que lo cumplirán Yoongi, no seas como Yo...

Yoongi no entiende el contexto del "cumplirán"- ha leído desde el día de la promesa un poco de las historias referentes a la leyenda y sabe que su Yo del pasado fue muy cercano al Jimin del pasado, sin embargo no sabe que errores ha cometido él que tenga que solucionar con Jimin. Suspira un poco tembloroso pero sin pensarlo y con la promesa en la cabeza, torturándole a ratos, alza su mano esperando ser estrechada con el del de ropas oscuras. —Lo haré.

El Yoongi contrario no mueve ningún músculo facial y eso le pone nervioso. Juntan sus manos y las aferran en un fuerte apretón de manos. Sus miradas se encuentran, detonando determinación y un toque de llamas en las pupilas. Solo entonces, el visitante sonríe de lado, sabiendo lo que sucedería a continuación. El sol quemaba como un demonio en el infierno y no pudo detener las palabras que dice a continuación.

—Está ardiendo...—, dice el peligris y lo que menos esperaba era que el cuerpo del sujeto fuera el centro de una gran llama de fuego. Suelta su mano asustado y camina con las pulsaciones rápidas hacía atrás, siendo llenado a su alrededor por los gritos asustados de los chicos.

—¡Yoongi! ¡Corre, mierda! 

No sabe quien ha gritado pero corre sin mirar atrás, volviendo a saltar la reja y siendo tomado de la mano temblorosa de Jimin para correr lo más lejos que pudieran. Lo último que vio es la sonrisa ladeada del sujeto en llamas y no quiere ver algo así en su vida nunca más. 

Para cuando salieron corriendo del lugar, Jungkook chocó con Namjoon de frente, trayéndole a la realidad y jadeantes se detuvieron en lo que parecía ser una tienda cerrada ese día. Nadie sabe como explicar lo que ha pasado y Namjoon es el primero en gritarle al de pecas: —¡¿Qué diablos pasó ahí?! ¡¿Estás bien?!

—Namjoon—; Jin golpea su hombro con fuerza, mirándole serio pidiendo un poco de calma. Yoongi cayó de trasero cerrando sus ojos y tratando de regularizar su respiración. 

—N-No lo sé, no quiero r-recordarlo...

Yoongi piensa que lo mejor será ir otra vez a comprar unas botellas y olvidar todo lo malo en su casa esta noche: como siempre. 

 

 

 

                              

 

 

 

 

 

 

 

Un nuevo día de escuela, tan rutinario como siempre. Jungkook fue solo esta vez pero sabía que los chicos ya estarían en sus salones para cuando él llegase. Y era cierto. Llegó saludando a quienes lo hacían y caminó hasta el salón de Seokjin, Namjoon, Yoongi y Hoseok, siendo recibido entre caricias en la cabeza y una goma de mascar de parte de Yoongi y una paleta de caramelo que este tenía, pidiendo que si encontraba a Hoseok en el salón de Taehyung, se lo entregase. 

Jungkook aún no sabe porqué Yoongi tenía un dulce para Hoseok pero ya lo averiguaría. Saliendo de ahí fue hasta el salón de Taehyung, deteniéndose en el pasillo mirando el interior por las ventanas. Hoseok estaba entre los brazos de Taehyung y parecían escuchar música a juzgar por los audífonos en sus oídos y era una escena digna de novela juvenil romántica. Se sonrojó cuando la imagen de Jimin llegó a su cabeza y decidió que dejaría rápidamente la paleta en custodia del de cabellos miel para ir hasta su novio. —¡Hyungs!

Hoseok se levanta de su cómoda posición entre las piernas de Taehyung cuando ve a Jungkook agitar la paleta de caramelo en forma de saludo. —Oh, Jungkookie, gracias por traerlo~ 

—¿Para qué es?—, pregunta el castaño oscuro entregándole el dulce. Saluda a Taehyung desde la distancia.

—Se me había quedado en mi mochila, era para TaeTae, le pedí a Suga que lo cuidase hasta que pudiese ir a buscarlo así que muchas gracias Kookie.

Había hecho la labor buena del día, piensa divertido el menor y se retira del salón agitando su mano a la pareja y corre un par de salones más hasta encontrar la propia, donde Jimin estaba sentando en su lugar mirando su teléfono. —Jiminnie~

Jungkook ama cada vez que Jimin parece brillar en el ambiente cuando sonríe, o cuando simplemente habla. No cree olvidar cosas como esas nunca en su vida. 

—El conejito ha llegado, estaba a punto de enviarte un mensaje—, dice Jimin ya de pie, dejando un beso en los labios del menor y tomando su mano para sentarlo en su asiento, mientras el pelinegro se acomodaba sin dejar de verle en la mesa. —Estabas demorándote mucho.

—Estaba entregándole algo a Hobi hyung, nada importante.

Jimin asiente y de la nada suelta un sonido de sorpresa, tironeando su mano para volver a llamarle la atención; parece que tiene algo que contar. —¡Tuve otro recuerdo!

¿Otro? Jungkook ha dejado de tenerlos desde hace unos meses y si hace memoria fue algo donde se peleaba con Yoongi y un espejo roto pero desde ahí que no recuerda nada más en sus sueños. Le parece extraño que Jimin siga teniendo flashes de memoria. —¿Y que fue?

—Estaba el Jimin de ahí caminando por un pasillo y abre la puerta encontrándose con los chicos de ahí, parecía algo como una fiesta sorpresa y ¡boom! —, grita Jimin como chiquillo emocionado, haciendo gestos de una explosión con su mano libre; —El Yoongi del pasado me tenía en sus brazos y me dejó caer en una tina mientras todos gritaban alegres. ¿no es loco? 

¿Yoongi? Parece que él también había tenido un recuerdo con el mayor, aunque más fresco, más reciente que el de él. —¿Crees que signifique algo?—, pregunta Jungkook con tono serio, aún buscando un trasfondo a la situación. 

—No lo creo, pero si llegase a soñar algo así de nuevo probablemente tenga que poner mi cerebro a funcionar más aún.

Y está totalmente de acuerdo. Olvidan un momento lo que se ha hablado y se sientan a conversar sobre los exámenes siguientes dentro de lo restante en la semana, hasta que el timbre suena y tienen que poner orden para la llegada del maestro de artes. 

Jungkook tendrá otro momento para buscarle una respuesta a lo que sucedía. 

 

 

 

                       

 

 

 

 

 

 

Seokjin acaricia el cabello teñido de Namjoon distraídamente- el profesor de filosofía no había llegado y tenían la hora libre -que por suerte, era la última del día- y ha decidido que tocar el extraño cabello de su novio es algo productivo. Frunce sus labios aún encontrando que el color es algo extraño. —No comprendo aún porqué te has pinturrajeado el pelo verde.

Namjoon suelta una carcajada acariciando la mano que se posa sobre él. —El Yoongi anciano tenía el pelo verdoso más payaso que he visto y definitivamente no iba a pintarlo rosa—, se defiende el moreno. 

 —¿Qué tiene de malo el rosa? Ese Namjoon parecía no estar en contra...

La discusión hubiese seguido si Yoongi no hubiese entrado al salón directo hasta ellos, seguramente del baño y con una mirada desinteresada se dirige a Namjoon: —¿Puedes prestarles a Seokjin a los del consejo?

—¿A los del consejo?—; Seokjin estira su cuerpo un poco, mirando a Jaehwan a la distancia, justo en la entrada del salón. Namjoon se nota reacio a dejarlo pero le palmea la cadera cuando se levanta, pidiendo que por favor no se demore tanto o le extrañará más de lo debido.

Hasta en casos así Namjoon seguía siendo un cursi. Se unió a Jaehwan y caminaron con rapidez por los pasillos, aún en silencio y el rubio no podía detenerse a preguntar que sucedía. Por suerte, Jaehwan pareció notar la duda en el presidente y giraron en una esquina para detenerse en las escaleras al primer piso. 

—Tenemos reunión con el director, creo que es importante—, le asegura el vicepresidente. Seokjin asiente con miles de preguntas en la cabeza pero llegan hasta la oficina donde ya estaban esperando la cabeza de la escuela y el resto del consejo. 

—Estábamos esperando por ti, Kim—, dice con voz amable el adulto, haciendo señas para que el rubio tomase asiento dentro de la mesa. 

—Lamento la tardanza...

—No te preocupes. Entonces ¿estamos todos?—; Seokjin mismo da una mirada a todos y puede ver a su secretaria del tercer año y al tesorero del mismo grado. —Bien, chicos, en especial Jaehwan y tu, Seokjin—, comienza el director, mirando con ojos que un padre podría dar al hablar con orgullo de un hijo. —¿Han disfrutado su tiempo como parte del consejo?

La primera persona en hablar es la chica, Jaein: —Solo me queda un año de estudios aquí, creo que ha sido la experiencia más buena y didáctica que he tenido, no podría cambiar esto por nada. 

El director asiente, esperando a que el resto del consejo hablase. —Es algo difícil pero estoy desde que entré a esta escuela con las ganas de ser parte de ello y estoy orgulloso de lo que hemos logrado como equipo y espero terminar lo poco que me queda de años en esto—, dice Seungjun, el otro chico, con una sonrisa de satisfacción.

Seokjin estaba esperando a que Jaehwan hablase pero ve de reojo que el otro rubio estaba con la mirada gacha, mordiendo sus labios cuando le miró por completo. —¿Ken? 

—¿Señor Jaehwan? ¿Algo que decir?

—E-Este es mi último año, creo que aún no he dejado un sello en la escuela y- perdón.

¿Qué está sucediendo? Seokjin miró el rostro triste de Jaehwan y luego el rostro igual de triste del director. Algo se estaba perdiendo y estaba a punto de preguntar para cuando el director le miró y abrió la boca antes. —No quiero pedir palabras de tu parte Seokjin, debe ser duro y reconozco que como presidente has hecho un trabajo impecable en tus, ahora, cuatro años dentro del consejo. 

—E-Entiendo...—; no, Seokjin no entiende. 

—Bien, los he citado aquí porque este es el último año de Seokjin y Jaehwan en el centro y haré el anuncio de que busquen nuevo presidente y vicepresidente para la escuela. Ellos entregarán sus cargos cuando las votaciones den el resultado en dos semanas más. 

Jaein y Seungjun miraron boquiabiertos su presencia y la de Jaehwan, y Seokjin hasta ahora siente el peso encima. Su último año y no lograría gastarlo por completo como presidente. 

Último año. Maldición. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

—Yah ¿un dulce de licor?

—Son exquisitos Nam, aprecia el alcohol—, dice Yoongi antes de meter un dulce en su boca. 

Namjoon negó rendido y se apoyó contra la pared del pasillo que daba a la oficina del director; Seokjin no había regresado de lo que sea que tuviese con el consejo y fue gracias a un compañero del muchacho Jun -no recuerda muy bien a los que componen el centro estudiantil, para mala suerte suya- que se enteró que estaba en la oficina. Yoongi, como buen amigo suyo, le acompaña en la espera.

—¿Seguro no tienes nada que hacer?—, trata de asegurarse Namjoon.

—Tenía ganas de ir a molestar a Taeh o a Jimin pero ya ves que el amor es impenetrable—, dice Yoongi mofándose, como si no le importase mucho lo que Jungkook y Hoseok hiciesen con sus novios. 

—Bien, recuérdame llevarte a comer algo en compensación.

—¿Tienes cervezas en casa? Con eso me tienes.

 Namjoon hasta el día de hoy no comprende que tiene Yoongi con beber. El de pelos cenizas no era de las personas que salían a fiestas y no cree que haya ido a una que le haya abierto la mente; pudo haberle preguntado a Hoseok, al menos sería más sano que el de cabellos miel lo hubiese influenciado por cuenta suya que meterlo en los viejos caminos, también, por cuenta suya. 

Pensaba en eso cuando escuchó dentro del montón de estudiantes saliendo del edificio y se giró mirando a Seokjin dar palmadas leves en la cabeza de Jaehwan, diciéndole algo que no logró comprender y mientras que al que reconocía como vicepresidente se iba al igual que un perro con la cola entre las patas, Seokjin lo miró con una sonrisa y caminó hasta él, sin embargo, su rubio adorable no estaba con los brillitos alrededor como es usual. —Hola Yoongi—, saluda el mayor, siendo apresado de inmediato por los brazos de Namjoon.

—Te demoraste y dije que no me hicieses extrañarte tanto. 

—Perdón Nam... 

De hecho, Seokjin se veía un poco cansado y venía de ánimos bajos. Yoongi lo había notado y carraspeó un poco, llamando la atención de la pareja. —Iré a dormir a casa, sigue en pie lo de invitarme a la tuya Nam. 

Yoongi se fue y Namjoon siente en su cuello la respiración del rubio y sabe en ese mismo momento que debe animar al chico y nada mejor que una ida a comprar comida y Netflix. 

—Iremos a mi casa luego de comprar dulces, y estaré listo para escuchar lo que te sucede. 

Y es exactamente lo que hacen luego de ir a comprar dos bolsas de lollipops y caramelos. Seokjin mira extrañado a Namjoon poner el lollipop en el vaso de café. —¿Qué? Tuve un recuerdo donde el Namjoon rosa metía dulces aquí...

El rubio asiente haciéndose bolita contra el cuerpo de Namjoon, suspirando apenas siente el brazo del menor apretarlo con seguridad.

—¿Me dirás que ocurre?

—Me bajaron del cargo de presidente... en mi último año.

Hay un silencio que no es para nada incómodo, pero es lo suficiente para indicar que Namjoon está pensando cuidadosamente sus palabras. —Has hecho un montón por la escuela, creo que mereces un descanso y además, no tienes de qué preocuparte—; Seokjin se hace espacio hasta quedar en el regazo del menor, sus brazos alrededor del cuello de Namjoon mientras recibe mimos de él —Debes estar seguro de que tu cargo será ocupado por alguien que llegará a tu nivel, o por lo menos lo intentará.

—¿Y eso por qué?—, pregunta Seokjin con duda.

—Porque nadie se puede igualar a mi rubio bonito~

Ambos se miran hasta que el mayor rompe en risas y está bien, eso ha sido cursi pero malditamente vergonzoso. Namjoon no puede estar más orgulloso de hacer sonreír al rubio, sintiendo mariposas en su estómago y el pecho hinchado de amor.

 

 

 

 

                           

 

 

 

 

 

Fin de semana. Taehyung está recostado en el suelo con la cabeza en las piernas de Hoseok viendo Shin Chan. Por algún motivo a la madre de Hoseok no le molestó la idea de que el ahora pelirrojo se quedase junto a su hijo mientras salía a visitar a una amiga suya. Tampoco le pareció mala idea que Jiwoo, la hermana de Hoseok se quedase también. Así que Taehyung agarró la bolsa de papas, tomando un puñado para luego alzarla a la mano de Jiwoo, quien ocupaba todo el sofá. 

—¿Saben que podríamos estar escuchando a Bangtan?—, dice la chica con voz aburrida.

Hoseok se ríe negando porque, por supuesto que podrían estar viendo a esa banda, pero Jiwoo es la versión femenina de Jimin en cuanto a esa banda que no conoce se trata. Taehyung le apoya, a lo menos. 

Eran las cinco de la tarde y el niño animado no estaba satisfaciendo al pequeño grupo. Hoseok toma su celular y revisa entre los muchos contactos de sus mensajes y se le viene la magnifica idea de llamar a Yoongi. Pero primero golpetea la frente del moreno para decirle la idea. 

—¿Qué pasa?

El castaño miel atrae la cabeza del menor a su boca, susurrando en su oído el plan y chocan los cinco cuando saben que será divertido. Entonces Hoseok está cien por ciento seguro de que llamará a Yoongi. 

—¡Yah! Yoongi hyung~ 

Taehyung trata de contener la risa cuando los ojos de la pelinegra se abren en su totalidad. "¿Está llamando a Yoongi?", ve susurrar con pánico. —¿Estás libre?... Es que Jiwoo y yo estamos aburridos junto a TaeTae así que pensé que podrías venir. 

Jiwoo se levanta del sofá y corre con la cara roja escaleras arriba; Taehyung y Hoseok sueltan un par de carcajadas sabiendo que la chica fue a arreglarse para Yoongi. —¿Por qué se están riendo, tarados? 

—Jiwoo entró en pánico.

Pobre niña, ¿aún no supera que le voy al mismo bando?

El trío rompe a reír porque pudieron escuchar a Jiwoo gritar por su labial rosa. 

Sin mucho que comentar luego de eso, Jiwoo abre la puerta con una sonrisa de lado a lado, recibiendo el sixpack que Yoongi traía en mano. —Adelante Yoongi~

El de pecas asiente, dejando su chaqueta en manos de la chica y siendo recibido por la escena cursi del día: Taehyung recibiendo pequeños besos en sus labios mientras Hoseok acaricia su cara. 

—Miren, si van a empezar con sus mierdas homo, puedo tomar mis cervezas y dar media vuelta.

Ambos se separan y Hoseok es el primero en correr a saludar al peligris. Jiwoo mientras tanto va a buscar algo que comer para la visita sorpresa-no-tan-sorpresa que ha hecho el mayor. 

Sin embargo, al paso de las horas, la misma Jiwoo terminó por avisar que saldría. Hoseok un poco mareado le dice que llegue antes de que su madre regrese y Taehyung toma otro sorbo de la cerveza, estando aún sobrio. Pero tiene que hacerlo; Hoseok está un poco débil por la abstinencia en todos los ámbitos ilegales, su cuerpo limpio no está tomando muy lento el alcohol y el pelirrojo debe asegurar el bienestar de su chico. 

Yoongi mientras tanto ya estaba dormitando porque de alguna forma, salió a comprar un par de botellas durante la visita.  Su cabeza estaba apoyada en el sofá, aún sentado en el suelo, mirando el techo y las cervezas anteriores estaban dándole un poco de sueño. 

No iba a negar a Morfeo su deseo así que les dio una mirada rápida a los tortolitos que se daban mimos y volvió su mirada al techo. Pestañea un par de veces, una, dos, tres veces y la oscuridad lo lleva por completo. Suspiró acomodándose y miles de imagines pasan por su cabeza, como conejillos asustados que no dejan de moverse. 

Jimin se sonroja con facilidad cuando Yoongi le besa la mejilla en el momento en que su nombre es cantado. 

—J-Jimin...

Yoongi peinaba el cabello húmedo de Jimin hacia atrás y regaba besos en sus labios y mejillas.

¡Yo también quiero abrazar a Jungkook! 

Mira de reojo a Jungkook, apresado entre Taehyung y Hoseok y se tensa un poco al ver que Jimin y el primero se sonríen. 

—N-no...

¡Lo exijo como regalo de cumpleaños!   

—Yah, Yoongi hyung...

Taehyung agita su mano frente a sus ojos, un poco asustado. —Pensé que tenías una pesadilla, ¿por qué llamabas a Jimin?

¿Así que Yoongi  y Jimin estaban juntos? Estaba comprendiendo un montón de cosas que el sujeto extraño de la fábrica había estado diciendo ese día y lo peor de todo, es que estaba comenzando a sentir esas rarezas en su cuerpo, tal y como cuando conoció al pelinegro y eso está totalmente mal.

—No lo sé—, susurra en respuesta. Se endereza y nota que Hoseok no está alrededor. —¿Hobi se fue a dormir?

—Si, las cervezas se fueron como bomba contra él—, comenta el menor, ofreciendo su mano a Yoongi para estabilizarlo al pararse —La señora Jung llegará en dos horas, preguntó si ibas a quedarte.

Yoongi quería dormir, por supuesto que sí. Pero molestar a Hoseok y a su madre no era la idea, así que negó acomodando su ropa y tomando lo poco que trajo con él. Taehyung ayudó a acomodar el living y botar las latas consumidas y fue amable en dejarlo en la parada del autobús. 

Mientras miraba el comienzo del amanecer, comenzó a recordar aquella vez donde Taehyung había llegado a saludarlos como es usual y decía que su mejor amigo dentro de su barrio había llegado al instituto. Eso fue en mi primer año, se dice Yoongi. Cuatro buenos años y solo cuando estaba en su segundo año, logró superarlo. Ahora, con todo esto pasando de los recuerdos y el Yoongi del pasado, todo se complica y lo menos que quería era tener que lidiar con sus propios fantasmas de la adolescencia. 

En casa le esperaba su cama, una buena sesión de Led Zeppelin y un poco de rap junto a una latas de cerveza. Tenía que volver a sacarlo de su cabeza, como siempre. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Son las dos de la tarde. Queridos compañeros, disfruten su almuerzo.

Jungkook cerró el libro de artes y se estiró, gimoteando cuando su espalda crujió. Jimin a su lado le imitó y cuando el timbre dejó de sonar y suspiraron, rompieron en pequeñas risas, como era habitual. Se levantaron y caminaron uno al lado del otro por el pasillo, hablando de todo y a la vez nada. 

Un par de escaleras después, entraban a los comedores, saludando a otros estudiantes que se tomaban el tiempo de saludar igualmente hacia ellos. —¿Trajiste comida?—, pregunta Jungkook luego de ver la fila del autoservicio, que estaba extrañamente corta y además, siempre preocupado por la alimentación del pelinegro.

—Esperaba que pudieses acompañarme a comprar un par de cosas—, responde Jimin, haciendo uso de sus dotes de ternura y Jungkook, con todo el autocontrol del mundo, negó. 

—Ve tu solito, no tengo porqué vigilarte. Te esperaré con el resto. 

Jimin a duras penas aceptó y separándose cerca de la pequeña fila del kiosko, Jungkook saltó en el espacio libre en la esquina, justo a un lado de Seokjin. 

—Jungkookie~—; Hoseok se estiró para acariciar el cabello del menor en forma de saludo. El resto estaba atragantado en comida así que agitaron sus manos entre risas ahogadas.

—¿Cómo han ido las clases?—, pregunta Seokjin después de digerir su bocado. 

—Bien, nada muy complicado.

—¿Dónde está Jimin?

Jungkook alza su cabeza y se encuentra con el rostro cansado de Yoongi. Estos últimos días Yoongi ha estado muy atento con Jimin- sinceramente le sorprende el tacto que está teniendo con su novio. 

—Fue a comprar comida, no te preocupes hyung.

Sus palabras afectaron al de pecas al parecer; asintió con la cabeza gacha y siguió atento a su almuerzo por lo que pareció durar el almuerzo. 

—Oh, hyung—; ignorando lo que acababa de suceder, Jungkook se dirigió a Seokjin recordando algo que se hablaba en el salón. —Escuché a algunos hablar de un segundo festival este semestre ¿crees que pase? ¿sabes algo?

Seokjin se tomó unos segundos en mirar su comida y guardar silencio. Jungkook sintió un aura de tristeza en su hyung y eso le sorprendió. —¿Dije algo malo?

—No, no, no dijiste nada malo—, se apresura en aclarar el rubio. —Es solo que... 

—Tendrás que esperar a que elijan al nuevo presidente—; la voz de Namjoon se hizo cargo del silencio que interrumpió de Seokjin.

Jungkook miró al rubio y comprendió que dejar un cargo que atesoraba como Seokjin lo hacía con su puesto, es algo totalmente cruel para un joven corazón como el suyo. El showcase que obligatoriamente se hace cada final de año parece muy lejano y Seokjin estaba emocionado con la idea de sugerir un nuevo festival un segundo semestre como ese. 

Miró a sus alrededores y Jimin venía con una torre de comida, así que saltó de su lugar para ayudarle y se dio cuenta que habían muchos potes de ramen instantáneo y uno de ellos, la base de la torre, estaba ardiendo. Le pareció bien que ese fuese el almuerzo. 

—¿De qué hablaron sin mí?

—De que hay que esperar un nuevo presidente del consejo de estudiantes—, mencionó Taehyung, cuidadoso. 

Jimin miró a Jin y mordió sus labios pensativo, mientras acomodaba para si su ramen. Entonces, miró a Jungkook. —Jungkookie, tienes buenas notas y creo que harían una excepción por ti...

Entonces Jungkook enrojeció. Ser el foco de atención en algo era intimidante y hasta el día de hoy no comprende como pudo estar de pie cantando en un auditorio. Pero si lo pensaba bien, veía varias cosas que quería poner en la escuela y quería mantener algunas que Seokjin supo hacer muy bien. La idea de llevar la batuta en algo también sonaba bien para él. 

Estaba a punto de considerarlo; fue entonces que Jungkook alzó la vista y vio la mirada brillante de Seokjin. Jungkook es débil con Jimin y las miradas de perrito tales como la que pone Seokjin ahora.

—¿Podrías hacerlo Jungkook? ¿Podrías intentarlo por mí? 

—Además eres de primer año, seguro quedas como candidato—, menciona Taehyung. 

Parecía que sus amigos confiaban en él. ¿Por qué no intentarlo? 

—Seguro. También encontraré a alguien que me acompañe como vicepresidente o presidente, lo que sea.

Probar nuevas aguas. Con seguridad de que sus amigos estarían para él.                         

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Taehyung cerraba su casillero cuando el rostro de Minjae apareció frente a él. —Imbécil, casi te parto la cara...

Minjae negó rápidamente, agitando sus manos para proteger su cara y Taehyung estaba más allá de lo sorprendido con ese acto. Minjae era el primer en seguir el juego cuando quería iniciar una pelea. 

—¿A que has venido Jae?

—Me he salido de la banda. 

Okay, eso parecía ser a lo que venía. —Lo repito de nuevo, a que viniste Minjae. 

Minjae agachó la mirada y mordía sus labios. Taehyung tenía que ir a pedirle ayuda a Seokjin con un trabajo y no estaba para perder tiempo con un muchacho que le hizo gastar parte de su adolescencia en idioteces. Minjae finalmente alza sus ojos para enfrentarle. —Necesito que me ayudes a pagar a YG lo que le debo...

Ahí estaba. Tan descarado como lo recordaba. Taehyung sinceramente no sabe que hace Minjae vestido como alguien decente y sin ánimos de pelea. Parecía haber madurado. —¿Por qué tendría que hacerlo yo? Pídele ayuda a alguien más.

—¡Porque eres mi mejor amigo! ¡Por Dios madura Taehyung!

Durante todo el tiempo que ambos se conocen, Minjae lo llamó por su nombre cuando se conocieron y hasta el momento, ahora, desesperado como un alguien que ha sido arrebatado de su morada, alguien sin hogar. Pero claro, estaba bien después de todo: Minjae nunca se enteró de la paliza que se ganó en vano por él- era asqueroso ver que el idiota había ido con Hunchul en busca de refugio, aunque se lo agradece, así pudo encontrar a Hoseok hace unos meses atrás.

Pero él quería que madurada, que pérdida de tiempo.

—¿Madurar? ¿Me estás pidiendo eso? Creo que lo hice cuando atacaron a YG y los estúpidos me golpearon hasta dejarme casi inválido por ti, porque esperaba que escaparas y te preguntaras el como estaba yo luego.

Minjae abrió sus ojos sorprendido.

—Y no es solo eso. Creí que eras mi mejor amigo, en serio que lo creí. No estuviste conmigo cuando lo necesite, cuando aún esperaba por ti. Y ahora te das el lujo de mierda de buscarme por dinero.—; el menor agachó la cabeza. Taehyung suspiró tratando de calmarse, aún sintiendo algo de pena por quien fue su compañero de maldades. —El que debe madurar, eres tú.

El pelirrojo estaba harto del asunto. Al menos pudo sacar las palabras que tenía tan dentro de su corazón, hacia la persona que tanto dolor le causó físicamente. Se dio media vuelta, dispuesto a irse a descansar a casa.

—¡¿Y que hay de J-Hope?! ¡¿Por qué si le ayudas a él?!

Harto.

Hoseok cometió un error y no involucró a nadie, de los errores se aprende, escuché una vez. Además, él si merecía ayuda, porque él estuvo conmigo en épocas peores de mi vida, antes de ti y toda tu mierda. —; no estaba enojado, pero si que le molestaba esas cosas que mencionan y nombran al de cabellos miel. —Logró salir adelante por si solo, y además, es la persona que amo.

El más alto apretó sus labios y asintió, pareciendo estar derrotado. Taehyung negó con una mueca que nunca pensó que haría en toda su vida a alguien tan querido como lo fue Minjae. Ya estaba. No había más que hablar.

Taehyung se fue dando media vuelta, con la convicción de que ya ha recorrido un largo camino para crecer en la persona que es hoy en día. Hoseok en sus pensamientos y con los hombros relajados, dejó a Minjae atrás.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Namjoon clickeó en su laptop, terminando el sonido de sus más recientes creaciones. Sus padres lo miraban sin expresión, sentados en el sofá y el de cabellos teñidos nunca creyó que pudiese estar más nervioso- el pedirle salir a Seokjin no es una de ellas, definitivamente, y sabe que nunca tendrá que sentirse así. Seokjin es el sinónimo de la seguridad y paz y eso es lo que exactamente siente ahora que el rubio está tras la mesa que separa el living de la cocina, apoyando en silencio.

—Y... ¿Qué les pareció?

La mujer se movió, manos arreglando el liso de sus pantalones y Namjoon casi entró en pánico. Seokjin agitó su mano a la distancia, pidiéndole que se calmase, pues parece que fue un movimiento en falso.

A pesar de eso, su madre alza la mirada y el de cabellos verdes sintió algo cuando vio los ojos brillosos de su progenitora. —Mi bebé es tan talentoso...

El rubio soltó una carcajada, en señal de ternura cuando ve a la señora levantarse y atrapar en sus brazos delgados el cuerpo ya crecido de su bebé. De cierto modo, está orgulloso de todo el progreso que ha hecho la familia de su novio: pasar de una aceptación tan simple como permitirle estudiar lo que él quisiese a lo que está viendo ahora, el orgullo que su suegra debe sentir por algo a lo que su hijo se quería dedicar.

—Yah, tu—; la señora, aún con los brazos alrededor de Namjoon, señala con voz divertida a su esposo. Este último permanece mirando la escena con la ceja alzada, su mano cubriendo su boca pensativo como siempre. —¿No vendrás a felicitar a tu hijo?

Namjoon y Jin se tensaron cuando el hombre finalmente bajó su mano y suspiró. Lo que no esperaban era que se levantase y abrazase a su hijo. Estaba sorprendido incluso de que el menor haya soltado un jadeo por lo fuerte que se ejercía el contacto.

—No esperaba menos de ti Namjoon...—, dijo su padre susurrando, con un tono de cariño que no olvidaría nunca. —Eres el talento y el orgullo de esta familia, hijo mío.

Seokjin amaba cada una de las facetas de Namjoon. Amaba cuando hacia sus pucheros porque no traer dulces de piña o caramelos simples. Amaba cuando dormía o cuando refunfuñaba enojado. Pero amaba aún más el rostro contento del menor, sonriendo tan ampliamente que los profundos hoyuelos se notaban a metros extensos de distancia.

—Seokjin, cariño ¿no te unirás?

Despertó de su ensoñación cuando la voz delicada de su suegra le llamó, abriendo un espacio entra ella y Namjoon para él. Rió apenado pero no se iba a negar a las muestras de cariño.

—Gracias por estar ahí para Namjoon—, escuchó que susurró la señora Kim.

Era la mejor recompensa, algo mucho mejor que estar de presidente en la escuela- sabe que es una comparación algo rara pero Namjoon y ese cargo tenían un valor sentimental en él y en estos momentos y esperaba que para siempre si era posible, Namjoon siguiese llenando su corazón de amor y felicidad.

Para cuando terminó el momento en familia y ambos jovenes se fueron al cuarto de Namjoon, Seokjin reía por los besos repartidos en su rostro. Finalmente Namjoon se alejó con el rostro pintado de alegría y se recostó junto al rubio en su cama, mirando el techo mientras el silencio tranquilo los invadía.

Para extrañeza suya, Namjoon se levantó apenas sintió su celular vibrar contra la superficie de la mesa de noche. —¿Mensaje?—, pregunta el rubio.

—Si, aún no sé de que es...

Seokjin toma su celular, sonriéndole en disculpas y revisa el mensaje en kakao que le ha llegado al menor. —Veamos... Hay una fiesta el sábado 13 en la zona industrial- ¡Oh! La fábrica...—; Seokjin mira preocupado a Namjoon.

Como era de esperarse, Namjoon se veía pensativo, quizá aún recordando el incidente de días pasados donde el sujeto de negro se bañó en llamas. Era un lugar seguro, claro está, ya habían ido veces antes pero el simple hecho de recordar lo que sucedió a plena luz del día es todavía un tema de fibras sensibles de tocar. Seokjin miró el celular- sabe que estos tipos de mensaje no merecen una respuesta, de todas formas son siempre envíados a nivel colectivo de manera informativa pero le fue inevitable no ver la hora y la fecha tanto del celular como el del mensaje y algo se prendió en su cabeza.

Él y su capacidad con las fechas.

—13 de Octubre, estamos en Octubre- el cumpleaños de Jimin.

Namjoon le miró sorprendido. Apenas recordaba su propio cumpleaños e iba a recordar el del pequeño pelinegro. —¿Dice algo más?—, decidió preguntar mientras mordía sus labios pensativo.

—Pelea de gallos y de baile, lo típico de estas fiestas- Namjoon, no iremos si lo pensamos y caemos en cuenta de que puede suceder algo así de nuevo.

—No, detente.

Seokjin miró en silencio a Namjoon cuando lo detuvo. —Pelea de gallos, Seokjin. Yo...

Por supuesto que lo entendía. Sonrió comprensivo, devolviendo su celular y abrazando por los hombros al menor, besando su sien. —Entiendo. Te apoyaremos.

—¿Lo dijiste en plural?

—Pues claro~ ¿no recuerdas que es el cumpleaños de Jimin?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Jungkook estaba nervioso. Jimin estaba nervioso y si Jimin estaba nervioso, el resto también lo estaba y en especial el mayor de pecas. Aunque había cierta diferencia pues él y quien sería su compañero como vicepresidente, Yein, estaban viendo los votos contados hasta el momento.

250 contra 248- algo bastante apretado la verdad.

Veían un montón aún de papeles en la urna y se les hacía interminable. Nunca se sabía si las cosas podían cambiar.

El tiempo pasó y el salón de Taehyung estaba hundido en el silencio. Todos miraban el reloj, esperando a que fuesen las dos de la tarde, mientras el profesor de economía daba lectura a algo que nadie estaba interesado en escuchar y tomar apuntes.

Hoseok a su lado apretó su mano cuando vio que solo estaban a una línea de distancia para que sonara el timbre, un minuto. No sabe como es que estaba tan ansioso o nervioso pero era importante que estuviese en primera fila para apoyar a su mejor amigo.

Unos segundos eternos y el parlante del salón sonó:Estudiantes, compañeros. Antes de ir al comedor se hará la oficialización del nuevo consejo estudiantil. Por favor, venir todos al acto. Queridos compañeros, que tengan una linda tarde.

El timbre sonó y todos se levantaron a la velocidad de la luz. Hoseok tomó su mano y se levantaron sin siquiera esperar a Namjoon y Seokjin, quienes venían pidiendo que se detuviesen para alcanzarlos. De todas formas, los cuatro se encontraron con Jimin saliendo del salón. Así que los cinco fueron andando hasta el hall, sintiendo de inmediato que Yoongi venía tras ellos pues Jimin fue agarrado de su mano igualmente para que no se perdiese en el grupo de gente.

Llegaron justo a tiempo y alcanzaron el frente del lado del público y otra vez todo se hacia eterno.

Pasaron quince minutos quizá cuando Seokjin fue arrastrado por Jaehwan para ir al escenario. La hora de la verdad había llegado.

—Atención por favor...

Jaehwan estaba con una sonrisa resplandeciente, pidiendo el silencio en el hall. Seokjin miraba con ojos preocupados hacia la dirección de todos sus amigos, quienes hacían puños y los alzaban en señal de ánimos.

—Gracias por tomarse el tiempo de venir aquí, les prometo que no nos tomaremos mucho tiempo. Ahora, pido que ambos candidatos vengan al escenario.

Seokjin esperó y vio venir a una chica y un chico de mirada fría, que parecían ser de segundo año; la muchacha era Jung Yerin y el chico que le acompañaba parecía ser alguien nuevo. No recuerda haberlo visto. Del otro lado venía Jungkook y el chico al que solían decirle Sunyoul, sonriendo nerviosos como los principiantes que eran.

—Para comenzar, informaremos que el conteo de votos ha fluido según lo estipulado y no hay error alguno. Para resumir todo el proceso, el ganador fue declarado a través de un monto de 475 votos.

Cuando Jaehwan dijo el conteo, los estudiantes comenzaron a murmurar. Seokjin miró divertido a Taehyung pidiendo silencio al grupo suyo.

—Con eso dicho, Jung Yerin y Baek Juho—; así que el chico se llamaba Juho. Miró los cabellos grises oscuros que caracterizaban junto con la mirada fría del nuevo. —han logrado tener 472 votos.

El rubio volvió a mirar a Taehyung y pudo jurar que Hoseok tuvo que afirmarle desde atrás para que el pelirrojo no se desmayara. —Los ganadores y nuevos presidente y vicepresidente respectivamente son Jeon Jungkook y Sun Yein.

Los estudiantes comenzaron a aplaudir y vítores se escucharon desde el lado donde sus amigos estaban. Seokjin apretó el reglamento en sus manos, el que tanto cuidó y arregló junto a sus compañeros y miró a Jungkook, quien sonreía como un sol y sintió que estaba haciendo lo correcto.

—Ahora, Kim Seokjin hará entrega del reglamento a los nuevos encargados.

Jungkook le miró y eso fue suficiente para caminar hasta él y entregar el pequeño libro redactado a sus manos, sonriendo como un hermano mayor podría hacerlo a su hermanito. Se abrazaron apretadamente y Jungkook le susurró: —Confía en mi hyung, no te defraudaré.

—Por supuesto que no Kookie—; el rubio se separó y acarició su melena oscura. —Lo harás excelente.

Los abrazos siguieron entre él y Yein, luego con Yerin y Juho y luego entre su amigo y los otros chicos.

Jungkook besó la mejilla de Yerin y esta le sonrío comprensiva, palmeando su espalda con delicadeza.

—Eres un buen chico Jungkook, lo harás bien.

—Gracias noona, espero verla seguido.

—Claro. Después de todo, está bien ser un perdedor.

Jungkook no olvidaría nunca esa frase. Asintió decidido a enfocarse en las nuevas etapas de su vida y esperaba que todos estuviesen ahí para apoyarlo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

—¿Quién falta?

Namjoon miró a todos y notó que dos faltaban. —Jimin y Jungkook llegarán en un rato.

Yoongi asintió suspirando. —Entonces, vamos a entrar a una fiesta donde el cumpleañero y el nuevo presidente no están presentes. Me encanta.

El grupo presente rompió en risas por el tono irónico. Veían entrar a otros chicos de la escuela como gente externa- es entendible, fiestas así de grandes nunca pasaban seguido y lo mejor era que todos disfrutasen de ella. Nueve minutos para las diez de la noche, la fiesta ya llevaba sus buenas horas funcionando y los menores del grupo de amigos se veían caminando de la mano a la distancia. Jimin emocionado, tironeó la mano de Jungkook hasta llegar jadeando por el trote hasta donde estaban los chicos.

Yoongi bajó la mirada un poco sonrojado por lo bien que se veían las piernas de Jimin en un pantalón ajustado como ese.

—Yah~ nuestro bebé cumple 16...

Taehyung atrajo a sus dos mejores amigos, uno en cada espacio de sus amplios brazos y besó la coronillas de sus cabezas. —Hay que cuidarlos.

—Obviamente—, dice Seokjin. —Y para eso hay que tener al adulto responsable.

—Voto a que sea Seokjin, así si me paso de copas, me llevará a casa—, comenta Yoongi medio en broma y seriedad, mirando de reojo a Jimin quien asentía.

—Entonces mi rubio lo hará. Pero ahora entremos que hace un poco de frío y las batallas empezarán ya.

Con lo dicho por Namjoon en el aire, los siete chicos entran a la fábrica y están más vivos que nunca sintiendo apenas tocaron el piso del interior el aire caliente y la música a tope. Yoongi fue el primero en separarse yendo directo a la zona de bebidas.

—Me llevaré a Hobi hyung conmigo, disfruten~

Taehyung desapareció con Hoseok entre la gente y finalmente los adultos responsables del cumpleañero y el festejado del nuevo cargo quedaron ahí. —Chicos, pueden ir a bailar, de todas formas tendremos que juntarnos a cantar el feliz cumpleaños a Jimin—, les asegura Jin de inmediato.

Fue entonces que Jimin tomó a Jungkook de la mano y emprendieron camino a la pista de baile improvisada que estaba cerca del escenario donde estaba el DJ haciendo alguna mezcla de música western y nacional.

—Vaya, terminamos solos...

Namjoon ríe siendo apenas percibido por el rubio gracias al alto volumen de la música. Su cintura es tocada por la mano del moreno y ambos se miran con una sonrisa. —Hagamos hora antes de la pelea de gallos, traje dulces.

—¿Dulces? ¿Por qué?

—Yoongi quizá me haya incentivado a consumir tabaco y seguramente a ti te disgusta el sabor y no quieras besarme así.

Seokjin rió con ganas y plantó un beso en la comisura de los labios del menor, negando de inmediato con los ojos brillantes de emoción. —Bueno, somos jóvenes y no he probado nunca el tabaco.

—Eres un niño puro—, comenta Namjoon divertido contra el oído de Seokjin.

—Entonces niño malo ¿por qué no enloquecer un rato?

Mientras tanto ellos reían caminando hasta una zona más apartada del lugar, Taehyung y Hoseok estaban sentados en el suelo de una zona oscura, con el pelirrojo entre las piernas del mayor, pecho contra su espalda y manos jugueteando con los dedos delgados del menor.

—Creí que querrías bailar—, comenta Taehyung mirando a Hoseok de reojo.

El de cabellos miel negó dejando un beso en la cabeza teñida del chico. —No aún, cuando veamos a Yoongi cerca, iremos.

—¿Yoongi?

—Ya lo viste ebrio con un par de botellas esa vez en mi casa, créeme que Yoongi ebrio en una fiesta es de hacer cosas tontas y quiero darle apoyo moral.

¿Cosas tontas? —Está bien, pero ahora dame tu lengua.

—Pervertido...

De todas formas, Taehyung se acomodó en su eje y sus labios encontraron los delgados y tibios de Hoseok. Siempre comienza moviendo un poco sus labios, entrando en calor antes de poner en marcha su accionar y morder los labios entre risas. Su lengua no fue amable al entrar al interior cálido del mayor y simplemente se fundieron en un baile entre sabores, succionando la lengua contraria y acariciando cinturas, misma danza que Jungkook y Jimin llevaban en su lado desde hace largos minutos, con el pelinegro acariciando las caderas del menor y el castaño disfrutando de lo lindo los labios hinchados del más bajo al son del beat que imponía el DJ.

Se separaron lamiendo sus labios y con las mejillas sonrojadas hasta más no poder y rieron por lo inusual que era la situación para ellos. —Deberíamos estar bailando—, susurra entre la música el menor en el oído de Jimin.

—Estabámos en eso amor.

Seokjin, en uno de los pocos lugares para descansar el cuerpo que establecieron en la fábrica, bebía de su trago ligero y desenvolvía un caramelo de piña que Namjoon tenía en el bolsillo trasero de su pantalón y se lo llevó a su boca, sintiendo el sabor familiar rondando en sus papilas. Tomó las solapas de la camisa de Namjoon y lo atrajó a su boca, traspasándose el dulce con sus lenguas, sintiéndose un verdadero chico malo por algo tan simple como compartir un dulce.

—¿Lo tienes tu?—, preguntó Namjoon una vez se separaron y Seokjin sacó su lengua, con el dulce reducido en tamaño en la punta de la lengua y el menor, atrevido como siempre fue, succionó la punta del músculo llevándose el dulce a su boca.

Estaban en la cúspide de la emoción y nada iba a empinar a un mal camino. Ambos se sorprendieron cuando al lado de ellos, una chica gimió contra la pared, siendo besada por algún sujeto que estaba bastante emocionado con la chiquilla.

Yoongi, como todo un explorador de tierras nuevas, pidió su décimo trago de tequila y un trago de los más fuertes que tuviesen, siendo atendido de inmediato por la muchacha de cabellos rosa pastel. —Ve con cuidado hombre, puedes terminar en el suelo si sigues tomando así—, le previene la chica, entregando el trago.

—Para eso vine, a olvidar unas cosas.

—Seguro...

El peligris tomó la copa entregada y cerró sus ojos bebiendo de un sorbo un largo paso de alcohol, ardiendo su garganta y cayendo placenteramente en su vientre. Podría ir a ver a Jimin pero seguramente estaría bailando muy pegado a Jungkook y está consciente de que no puede hacer nada por ello.

—Estúpido Yoongi del pasado—, susurra tomando otro sorbo.

Para mala suerte de todos, las horas iban pasando rápido y las dos de la mañana estaban en su cima para cuando toda la fiesta se volvió un concierto con la batalla de gallos. Seokjin y Namjoon animados participaban en el público, escuchando las improvisaciones de todos los sujetos que se parasen en el escenario.

Namjoon, de hecho, estaba esperando su turno. Como había dicho el rubio horas antes, todos lograron juntarse para cantar una especie de cumpleaños feliz al pelinegro y ahora estaban todos gritando para avivar la situación de la batalla.

—¡Okay! Okay, esto está intenso pero para darle más emoción pondremos una canción para que lancen sus raps—, había dicho el MC mientras daba una señal al DJ.

Jimin comenzó a saltar emocionado junto a otras señoritas presentes cuando la nueva canción de Bangtan se escuchó como objetivo de mezcla para el DJ. —¡Nam hyung! ¡Sube!—, gritó el cumpleañero con las mejillas sonrojadas.

En un abrir y cerrar de ojos para el moreno, sus amigos -no todos, pero estaba la mayoría ahí y no iba a molestarse en buscar quienes eran los que faltaban- saltaban a su lado mientras Hoseok tenía el microfóno en mano, soltando versos como si agua en una cascada fuese. Namjoon entró de inmediato en ambiente y mientras Hoseok hacia algunos pasos flojos junto a Taehyung quien ponía todo de si en ello, Yoongi y Jimin estaban afuera de la fábrica, justo donde ocurrió el accidente del encapuchado.

Jimin estaba desubicado. Yoongi lo empujó contra la rejilla de alambre y el pelinegro de inmediato giró su rostro a un lado tratando de evadir el olor a trago de la boca del de pecas. —¿Hyung?

—Oh Jimin~

Su acento arrastrado, señal de no estar en sus cinco sentidos le saludó y las manos frías de Yoongi se posaron en sus caderas. Jimin estaba un poco influenciado también por las gotas de alcohol pero estaba consciente de que Jungkook estaba en el escenario aún y él no tendría porqué estar a solas con un Yoongi ebrio.

—Hyung, J-Jungkook está aden-

—24 años esperó el viejo para poder hacer esto, que idiota...

El pelinegro abrió sus ojos de par en par cuando, para rareza suya, degustaba el tequila de los labios de Yoongi. Esto estaba mal pero a la vez bien, disfrutando el sabor amargo de la boca de Yoongi y sus brazos de inmediato se fueron al cuello del mayor.

Su estómago tembló de emoción, como cuando vio por primera vez a Yoongi en su último año de preparatoria. Y vuelve a repetirse, que eso está my mal, demasiado mal cuando la mano suelta del peligris viaja a sus costados, bajando por su cadera hacia su trasero.

Jungkook riendo, vio a Taehyung dar media vuelta y lanzarse al público cuando se dieron cuenta que Namjoon estaba dominando la canción como nunca antes habían pensado que lo haría. Estaba un poco ahogado con tanta gente ahí. Tomó la muñeca de Seokjin y cuando este le miró con ojos risueños, se acercó a su oído y susurró: —Iré a tomar aire fresco.

Seokjin le permitió eso, bajando rápidamente del escenario mientras el resto disfrutaba y pensó en ir a la zona de la reja, donde todos se juntaban; donde ocurrió lo del sujeto en llamas.

Caminaba entre la gente, quienes bailaban y saltaban y era normal que chocase con hombros y brazos. Es en ese momento donde choca muy fuerte con alguien y el desconocido se disculpa de inmediato.

—Oh perdón, no te vi.

—No pasa nada—; Jungkook notó cabellos tan oscuros como los de Jimin y ojos demasiado grandes y brillantes. Además del lindo choker que llevaba en su cuello y unas clavículas de infarto. Quitó esa idea de su cabeza y el chico ya estaba ofreciendo su mano. —Me llamo Suwoong.

—Oh, J-Jungkook—, dijo el castaño, tomando la mano ofrecida y apretándolas en saludo.

—¿Ibas a algún lado?

—Iba a salir, tomar aire, tu sabes.

—Te acompaño, también estoy agobiado.

En el corto trayecto de la pista de baile a la puerta que separaba el interior con la zona de las rejas, Jungkook logró congeniar bastante bien con Suwoong; tenían gustos similares a pesar de que tuviese la misma edad que sus hyungs. Suwoong tomó la barra para empujar la puerta y salió primero, manteniéndola abierta para que él pudiese salir también.

Escuchó a Suwoong reírse. —Vaya, algunos ya están en éxtasis.

—¿Por qué?—, pregunta Jungkook riendo y girándose para poner los ojos en donde su nuevo amigo observaba, perdiendo la sonrisa y deteniendo todo su andar al ver el rostro conocido de Jimin contraído en placer mientras se restregaba contra Yoongi, todo el acto realizándose contra la jodida reja de alambre donde tantas veces Jimin lo arrinconaba a bañarlo en besos.

—¿Jungkook?

No tuvo tiempo de pensarlo, no tuvo cabeza para gritarles algo, lo que se que se le pasase en la cabeza. Su corazón dolió y sin decir nada corrió lejos, dejando en silencio al impactado Suwoong y chocando con sus amigos que venían de un intenso escenario.

Sus ojos ardían y la música entumecía sus oídos. No quería saber de nada.

—¿Qué diablos fue eso?—, dijo Namjoon alternando miradas entre la puerta hacia las rejas, donde salía un chiquillo pelinegro corriendo tras Jungkook.

Hoseok y Taehyung se miraron con un solo nombre en la cabeza. Hoseok corrió atravesando la puerta y decidió detenerse ahí antes de gritar algo cuando vio a Yoongi besando a Jimin, nada decente y nada cuidadoso.

Regresó con la mirada gacha. —Es hora de irnos, no se preocupen por Jimin y Yoongi.

Ni Namjoon ni Seokjin dudaron de la palabra de Hoseok y se fueron para tratar de alcanzar a Jungkook, si es que podían en el camino.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Yoongi despertó, un dolor de cabeza que fácilmente lo tendría en cama y bebiendo agua sin parar. A eso se disponía cuando escuchó el sonido de sus sábanas rozar piel que no era la suya, de misma forma, su piel rozando otra. Se sentó de golpe y vio una cabellera negra, su espalda desnuda y Yoongi comenzó a oir el latido de su corazón en sus oídos, golpeteando salvajes.

Recordó todo lo que pasó anoche y lo que pudo pasar en su cama y pudo comprobarlo cuando levantó las mantas y vio que estaba desnudo. Recordó a los chicos y alcanzó su celular, que estaba con un pobre diez por ciento de batería y miles de mensajes, uno de ellos siendo de Hoseok y sabe que acaba de hacer algo estúpido cuando leyó el "Espero que estés contento, Yoongi. No te acerques a Jungkook" que se mostraba en todo su esplendor.

Y lo que menos quería que pasara, estaba ocurriendo. El error del Yoongi anterior, solucionarlo- el cuerpo a su lado se giró y ojos fuertemente cerrados y ceño fruncido lo enfrentaron, tratando de deshacer el sueño de su cuerpo.

Y Jimin despertó. 

Notas finales:

¿Les gustó el final abierto? Se viene el drama en Save ME, lo que es perfecto uHUHuhuhuHU

Vean el MV y aprecien el poder del viento en la camisa de Namjoon porque u///u

Por favor, no olviden dejar un rw- no cuesta nada dejarlo en anon también ah ; ;

x.


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