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El Ultimo soberano por pk2solitarios

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El Ultimo Soberano 

Cap 1. Hola y Adios

Sasuke se sentó sobre aquella rama mirando fijamente el sorgo rojo, donde Naruto seguía practicando con esa espada. No pudo evitar soltar un bostezo de cansancio, hacer guardia todos los días comenzaba a ser cansador y más cuando debía cumplir otra funciones como cuidar al mocoso que veía  moverse ruidosamente con aquella espada en mano. Alzo la mirada al cielo y decidió que era hora de dormir, la luna se ponía en lo alto de seguro era cerca de media noche.

-¿Cuánto tiempo más…?-cuestiono al viento mientras en su memoria se formaba la imagen de su padre imponiéndole esa orden ridícula: protege al heredero.

Lentamente su mente divisaban las enormes puertas de madera de roble abrirse para darles la bienvenida. Tanto su padre, madre, hermano y él caminaron por aquellas calles empedradas de la ciudad de los celestiales. Alzo su mirada y vio el enorme castillos. A lo alto un extraño altar que dejaba al descubierto a la familia real. El rey Minato, su esposa Kushina y a los gemelos: Naruto y Boruto.

-Recuérdenlos- Hablo Fugaku a sus hijos- Son los Emperadores de los celestiales. Su misión por el resto de su vida será protegerlos, tanto a ellos como a su descendencia.

Tanto Itachi como Sasuke asintieron sin mostrar expresión alguna en sus rostros, para ambos esto solo era otra orden de su padre que debían cumplir sin cuestionar.

Las casas de adobe pintadas de color blanco, recubiertas con tejas de color marrón, las puertas de madera oscura. Todas de un solo nivel, se hallaban geométricamente esparcidas en el reino dando como resultado cuadrados donde se ubicaban las calles empedradas. Quizás el número de casas superaba las mil, supuso Itachi su mirada discreta buscaba la ubicación del mercado, y lo encontró  necesitaba hallar el mercado y buscar una nueva funda para su espada, la última pelea con los demonios estropeo su actual funda. Sasuke por su parte bajaba su mirada del altar y la fijaba en la imponente espalda recta de su padre, ese hombre que era el líder de los Uchiha. Un ser imponente, cuya sola presencia había hecho temblar a más de un demonio. Cuya existencia era responsable de mil leyendas que elevaban a lo alto de la gloria, el miedo y el respeto.

Si su padre era una persona increíble en todos los aspectos, pero también era una persona difícil, Sasuke jamas pudo comunicarse adecuadamente con él, Dudo que Itachi lo lograra, pero aun así nada cambiaba su admiración a su padre. Ahora que conocía de vista a la familia celestial, no le pareció que fueran algo sorprendentes como lo decía su padre. Todo lo contrario… le pareció que eran débiles. Pero su padre tenía un concepto distinto de esos seres. Recordó cómo se quedó con la boca a vierta al oír a su padre decir que Minato era mucho más fuerte que él. ¿En qué sentido? Se cuestionó. No parecía fuerte, de hecho su postura era algo floja, daba la impresión de ser algo lánguido. Si ponía a su padre al lado del emperador Celestial su padre era más imponente que el emperador. Y qué decir de sus hijos…

Alzo nuevamente la mirada para sacar sus propias conclusiones leyendo con mayor detalle el lenguaje corporal de ambos rubios.

Naruto que se caracterizaba por tener tres bigotes, no dejaba de bostezar y sujetarse el estómago, quizás tenia sueño, pero esa mano sobre la boca de sus estomago delataba que estaba muerto de hambre, y más aún esa cara de enfado y esa boca que soltaba una que otra queja sobre haber interrumpido con su desayuno. Boruto que tenía dos bigotes en las mejilla y su pelo era menos revuelto que Naruto, le daba un codazo pidiéndole compostura, pero al cabo de unos segundos también se sujetaba el estómago y Naruto comenzaba a reírse, al parecer un crujido involuntario salía de este. 

“Perdedores…”

Concluyo Sasuke, girando a ver a su madre que sonreía dulcemente a las personas que se acercaban  a recibirlos dándoles regalos, flores y admirando a su padre de lejos. Los murmullos no dejaban de hacer eco en su ego y no dudo en mostrar más pecho, no cabía duda, incluso los simples mortales y los sobrevaluados celestiales reconocían a los Uchiha como seres imponentes, de respeto y admiración.  

-No son lo que dijiste-Sasuke oyó la voz de su hermano hablándole a su padre y sacándolo de su análisis. Giro a verlo fijamente, rara vez su hermano cuestionaba las ordenes de su padre y ahora parecía hacerlo y no lo culpaba, esa familia… la noble familia celestial no inspiraban confianza, respeto o deseos de protección.

-No te guíes por su apariencia- Dijo Fugaku, serio sin mostrar cambio de expresión alguna en su semblante imponente. Itachi se sintió pequeño para volver a contradecirlo, así que opto por el silencio 

-…- Sasuke tampoco dijo nada. Solo vieron a la noble familia Uzumaki y dedujeron que debían acatar las órdenes de su padre sin cuestionar. Eran Uchihas, eran cambiantes, y no cualquier tipo de cambiantes, eran de la noble casa Uchiha, la casa de guerreros temidos y respetados en el mundo entero.

Nuevamente Naruto volvía a cortar el sorgo sin importarle el ruido que daba la hoja de su espada por causa de la velocidad, un leve silbido que pasaría desapercibido para muchos, pero para un experto combatiente no.

-ha, ha, ha- comenzaba a jadear por el cansancio. Lentamente llevo su muñeca a su frente para limpiarse el sudor y mirar la luna. Ya era tarde, muy tarde, así que decidió que por hoy era suficiente, giro y comenzó a caminar en dirección de su castillo, cuando se percató de una extraña presencia sobre una de las ramas del olmo viejo. Un gato negro.

Quizás ver un gato no debía ser cosa extraña para muchos, pero… estaban en esa isla flotante donde solo habían dos habitantes: Naruto y Sasuke, y como el primero era el, solo quedaba el segundo: Sasuke el cambia formas.

Su cara dibujo arrugas de enfado al comprender que nuevamente el moreno lo espiaba. Que maldita manía del azabache. No pudo evitar buscar en el suelo cubierto de sorgo alguna piedra o lo que sea para arrojarle al maldito gato.  Sinceramente lo que más deseaba era estar solo en esa isla y entrenar y no tener a ese engreído “cuidándolo”

Definitivamente una vez resuelta la situación de su reino, y sentado en el trono de su padre ordenaría al ejecución de todos los cambia formas por prepotentes.

Su mano apretó con fuerza una pequeña piedra y no dudo en apuntar al maldito gato que dormía tranquilo sobre la rama, pero en cuento estuvo a punto de lanzar la roca a su mente vinieron esos recuerdos no tan lejanos.

-Ellos son cambia formas-Dijo su padre con la calma que lo caracterizaba mirando fijamente a sus hijos- Actualmente el reino se ha visto amenazado por los demonios. Por tanto considero prudente que tengamos guarda espaldas…- continuaba hablando su padre, mas Naruto y Boruto dejaron de escucharlo al ver a los adolescentes que se escondían detrás de ese imponente hombre de quien ni por un segundo dudaron que fuese fuerte, pero… Esos dos adolescentes. Si su padre hubiera dicho: el será nuestro guarda espalda y esta es su familia. Eso sería aceptable y compresible tomando en cuenta esa cara seria de perfil imponente de fugaku. Pero su padre dijo: ¡Ellos!

Miraron con detenimiento a los adolescentes. Si eran más grandes que Boruto y Naruto, quizás cuatro años más. Miro al más alto y dedujo que era el mayor.  Bueno… de seguro sabia pelear, tenía pinta de guerrero y esas ojeras lo hacían pasable, pero el segundo… Era un señorito de piel fina y ojos filos, dios si parecía chica, pero al ver que vestía pantalones y era plano dedujo que era varón, pero no encajaba en la descripción de un guerrero. Ambos ni se tomaron la molestia de ver a la madre de los adolescentes, era una mujer no serviría para anda más que para la limpieza supusieron.   

Tanto Naruto como Boruto miraron fijamente la moneda de oro que su padre lanzaba al aire para determinar cuál de los hermanos Uchiha cuidaría de cual.   

-Cara-Dijo Boruto- supongo que me toca el afeminado- concluyo mirando como Naruto comenzaba su danza de victoria al tener como guardián a Itachi, de seguro aprendería técnicas de pelea y si no era así… era mejor que Sasuke. Pero se equivocó.

Itachi no le hablaba, ni siquiera se mostraba frente a Naruto en su forma humana. Si, lo vigilaba pero mantenido un distancia exagerada. Nunca escucho su voz. Cuando entrenaba simplemente observaba a lo lejos algún animal mirándolo desde una distancia segura. Llego a creer que los cambia formas solo servían para vigilar y no para pelear, quizás eran buenos espías ya que de no ser por esos ojos rojos, Boruto ni Naruto hubieran deducido que esos animales eran nada más y anda menos que los Uchiha. Pero se equivocaron.

Fue un día soleado cuando su reino se tiño de rojo. Cuando una tropa de demonios ataco y el rey  de esta lucho feroz mente contra el gobernante celestial y el cambia formas Fugaku Uchiha. Mientras el resto de los soldados trataban de proteger a los civiles, y contener al resto de los demonios. Cuando ambos hermanos rubios trataron de demostrar su hombría y fueron acorralados por cuatro demonios. Cuando de la nada aparecían Itachi y Sasuke para protegerlos de un posible final, cuando miraron como ágilmente los hermanos azabaches daban pelea fiera contra los demonios dejando a los rubios en ridículo.    

Odios, envidia, admiración… eso causaron a Naruto y Boruto. Pero más que anda respeto. Ahora comprendían porque su padre había elegido a los cambia formas como sus guardaespaldas.

Pero la historia no tuvo un final feliz.

Naruto recordó como el rostro inalterable de Itachi se llenaba de furia al ver a su hermano acorralado por diez demonios y el impotente sin poder ayudarlo pues debía protegerlo. Naruto también sintió esa impotencia al ver como a duras penas Sasuke esquivaba los ataques sin abandonar esa incomoda posición de escudo pues detrás suyo tenia a Boruto que permanecía estático y perdido por la imagen de ver a su padre muerto a manos del rey demonio.

-!Sasuke!- se oyó la voz desesperada de la madre de ambos pelinegros. La mujer cuya falda se hallaba cortada por un extremo no dudo en abalanzarse sobre los demonios y con tan solo unos golpes lanzarlos lejos de su hijo menor.

Naruto entonces comprendió que todos los cambia formas era poderosos, sin importar su sexo o edad.

Itachi relajo su expresión y tomo a Naruto por el cuello y lo lanzo en dirección de Sasuke, al ver que estaban más cerca de la salida. Las órdenes de su padre eran claras: proteger a la noble familia celestial, y como Uchiha también tenía otra misión aparte: proteger a su familia.

-¡No olvides el juramento!-Grito Itachi comenzando a realizar una invocación. Tanto Sasuke como su madre comprendieron la acción de Itachi. Mikoto miro a  Sasuke y a los dos rubios.

Aun que deseaba ir a ayudar a Itachi, supuso que esta era su despedida. Sasuke no podría poner salvos a ambos herederos, no solo y fuera del castillo había más demonios.  

-I…-Apenas dijo Sasuke, pero callo con cada mano a los herederos celestiales y se convirtió en un gran dragón. El juramento: proteger el reino celestial pero sobre todo a la familia real celestial sin importar nada más.

Mikoto vio a su hijo alzar el vuelo          

-¡Nosotros recuperaremos el reino!-Grito Mikoto mirando como Sasuke esquivaba las flechas lanzadas por algunos demonios de tierra y otros demonios de aire lo atacaba sin reparo. No dudo en convertirse en una arpía y despedazar a cuanto demonio podía, para que su hijo escapara. Pero pese a sus intentos no pudo evitar que esas flechas llegaran  herir a su hijo que intentaba cubrir con sus lazas  a los heredero celestiales, mas no fue suficiente. Una de las flechas alcanzo el corazón de Boruto, mientras Sasuke seguía enfocado en escapar y alejar a los herederos de la zona de peligro. Y hacer eso era complicado con solo tres alas que buscaban ascender al cielo, mientras una cubría a los rubios. Sasuke seguía recibiendo los ataques, perdiendo sangre y aun así… no se rendía.

-Cumpliré el juramento!-Replico para si mismo y Naruto puso oírlo fuerte y claro, era la primera vez que la voz de Sasuke.

En medio de las nubes Naruto diviso una extraña isla flotante, a la cual Sasuke llego a duras penas y divisado el campo de sorgo, Sasuke se dejó caer sobre este. Su espalda estaba llena de heridas y flechas clavadas en su gruesa piel que no dudo en simplemente cambiar su forma de dragón a al de un simple humana aun sabiendo que eso era más peligroso pues en su forma humana eran más débiles, sin embargo esas flechas no eran flechas normales, tenía veneno, y sus puntas extraños insectos que no dejaban de taladrara su carne tratando de llegar a los huesos y los órganos. Al cambiar de forma por la misma presión de su cuerpo al encogerse podría apalastrar a los insectos. O al menos a la mayoría de estos.

Al perder su forma los tres cuerpos cayeron bruscamente sobre el sorgo rojo. Girando violentamente contra el suelo hasta detenerse  cada uno a una distancia del otro.

Naruto que se reincorporaba pese a sus heridas. Miro con detenimiento el cuerpo de su hermano

-¿Boruto?-Le llamo con algo de miedo pues vio su espalda atravesada por una flecha. Sin dudarlo corrió a su lado y le arrebató la flecha y dio vuelta para verle y atender su herida.

Sasuke con algo de conciencia miro a los rubios, miro como Naruto posesionaba sus manos sobre el cuerpo sin vida de Boruto tratando de curar sus heridas. Una luz tenue de color naranja sabia de ambas palmas y sellaba las heridas de Boruto, pero era tarde. Esa flechas había perforado el corazón de Boruto y aun cuando sus heridas… Naruto no podría deshacerse del insecto hospedado en el corazón de Boruto. Naruto podría curar eternamente a su hermano y tarde o temprano se daría cuenta de ello. 

Sasuke sintió el sueño apoderándose de su ser, quiso  dormir, pero la voz de Itachi, la voz de su madre y sobre todo la voz de su padre, lo incitaron apararse. Y tambaleante simplemente comenzó a caminar hasta llegar a las orillas dela isla flotante y divisar la posible presencia de enemigos.

Naruto ignoro por completo al cambia formas aun seguía terco en la curación de su hermano, pero por más que lo curaba nuevamente heridas comenzaban a aparecer en el corazón de Boruto.

Naruto soltó la piedra y camino enfadado en dirección de su castillo.

Sasuke abrió un ojo y miro al rubio marcharse en dirección del castillo. Se paró y estiro su cuerpo felino antes de saltar, debía dar otro recorrido por la isla flotante antes de poder dormir. Como odiaba que Naruto se pusiera a practicar por al noches. Era bastante agotador realizar las rondas, vigilarlo, bajar a la tierra en busca de comida para el rubio, cocinar, lavarle la ropa y el rubio tonto no el tenía ni una pisca de consideración.  

Supuso que su cuerpo llegaba al límite, necesitaba descansar más, necesitaba deshacerse de los insectos, pero si seguía con ese ritmo de vida no lo lograría. Necesitaban ayuda pero cuando bajo a la tierra, al continente que gobernaban los celestiales las cosas estaban peor que antes. Los celestiales fueron derrotados. Los demonios gobernaban y los humanos eran simples esclavos de los caprichos de los demonios o su alimento.

Y para colmo de males Sasuke solo podía convertirse en animales pequeños pues de tomar una forma grande los insectos podrían moverse al ya no ser presionados por sus tejidos y atacar algún órgano vital. Miro sus manos al tomar su forma humana. No podía hacer mucho con la forma humana y la de pequeños animales. Pero aun así… debía proteger al último celestial.

Cuantas horas habían pasado desde que el sol salió y las nubes se imponían en el paisaje como un manto de neblina. Recordó acostarse sobre el suelo de madera en la puerta de la habitación de Naruto. Recordó como el rubio abría la puerta y lo descubría como siempre y lo alzaba como el animal que era en ese momento y lo metía a la cama a su lado par adormir. Al parecer Naruto dormía con Boruto y no estaba acostumbrado a la soledad. Así que simplemente se dejaba. 

-Maldición- se quejó Sasuke al ver la cama de Naruto vacía. ¿Dónde se había metido el celestial? Se preguntó molesto por su descuido, de verdad, la falta de sueño le cobraba factura y la ineficacia era prueba de ello.

Miro extrañado al rubio parado en la cocina… ¿Cocinando?

No dudo en saltar de la vigueta al suelo.

Naruto oyó el ruido que la rata había hecho al saltar desde la vigueta al suelo y giro, no le sorprendió contemplar al roedor de ojos rojos mirándolo fijamente moviendo su cabeza como si loa analizara.

-¡No soy un inútil!- le grito Naruto apuntándole con un dedo. Al despertar fue al comedor pero no hallo el desayuno, quiso reclamarle a Sasuke su ineficacia como solía hacerlo cada que no cumplía sus funciones de “guarda espaldas” pero al verlo dormido profundamente, tanto que pese  a tener la aprecia de un gato no sintió su despertar y movimientos bruscos sobre la cama, supuso que los cambia formas no eran maquinas, también se cansaban.

“Son increíblemente fuerte” recordó a su padre “Leales. Sin importar nada son capaces de dar  la vida por cumplir su misión y una vez eligen a alguien como amo y señor, te sorprenderías de lo que son capaces de hacer. Sin importar lo que digan las personas los cambia formas son los guerreros más leales y nobles de este mundo”

Pues si lo eran… Reconoció para si Naruto. La imagen de Sasuke tambaleándose por el campo se sorgo rojo hacia la orilla de la isla le hizo suponer que lo abandonaría para ir a por su familia, pero solo miro el vacío cerciorándose de que nadie los siguiera. Aunque en ese momento pensó que lo había abandonado, Sasuke parecía al cabo de unas horas aun con ese andar trompe y con la heridas abiertas, pero el sangrado paralizado se podía frente suyo y le arrojaba hierbas, frutas y un botellón de cuero con agua.

Naruto que solo había llorado la muerte de su hermano hasta ese momento y caído al suelo por el cansancio, solo abrió levemente un ojo al sentir el ruido de las cosas que Sasuke arrojaba cerca suyo. Quiso gritarle alguna que otra cosa, pues era su deber proteger a Boruto, sin embargo lo había dejado morir. Pero no pudo. No al ver como el cambia forma se acercaba al cuerpo sin vida de su hermano y se arrodillaba frente suyo para comenzar un rezo en un idioma antiguo y desconocido, comenzado el cuerpo de su hermano a brillar y lentamente desaparecer como si fuera simples esferas de energía que se hacía uno con la naturaleza. De las esferas de luz quedaba una especie de gema de color azul. Sasuke la tomo entre sus manos y hábilmente al sujeto a una cuerda hecha de telaraña. Giro en dirección de Naruto y puso la gema al lado suyo. Para acto seguido bajar su cabeza hasta que su frente rozo el suelo del campo de sorgo rojo y dijo fuerte y claro.

-He fallado en mi misión. La muerte seria mi castigo, pero aun debo cumpliré tu última voluntad… Protegeré al heredero celestial. No olvidare mi juramento… Nunca más volveré a fallar. Yo Sasuke Uchiha Acabare con los demonios- Concluyo. Para luego enderezarse y pararse torpemente y comenzar a caminar y dejar al rubio solo para que este siguiera descansando mientras él se convertía en algún animal y se perdía entre el sorgo rojo.

Comiendo de forma violenta y mirando asesinamente a Sasuke esperando que alzara bocado del plato. Naruto se arrepentía de haber sentido admiración por el cambia forma. 

-¡No vas a comer!-Le grito furioso y Sasuke solo tomo la cuchara y puso la primera bocanada de comida en su boca. Naruto sonrió, pues podía haber hecho el desayuno, pero eso no le impidió hacerle una jugarreta al cambia forma cuyo rostro carecía de emociones. No dudo en hacer colas de lodo y bañarlas con ahogado de curri. Ya deseaba ver la cara de Sasuke cuando se dieran cuenta de que comía lodo.

Sasuke miro la bola de “carne” y mirando a Naruto y su extraña sonrisa no dudo en meterla de un solo bocado a su boca.

-Y… ¿Cómo está?-Pregunto maliciosamente Naruto, ya no aguantaba la riza, pero debía hacerlo un poco más.

Sasuke sintió el granulado del lodo y su extraño sabor metálico y alcalino, sin mencionar su olor característico de tierra húmeda. Sin embargo prosiguió masticando y trago ante la mirada incrédula de Naruto.

-Bien- Dijo Sasuke para luego tomar otra cucharada del plato y seguir comiendo.   

-¿EH?- fue lo único que pudo decir Naruto. Esto no se lo esperaba

-Gracias por la comida- dijo Sasuke levantándose de la meza para cambiar de forma a la de un gato y caminar sin mirar a Naruto que de seguro nuevamente se tiraba sobre su silla enfadado.

Sasuke y había perdido la cuenta de las veces que Naruto le tendía ese tipo de travesuras. Supuso que el celestial se aburría. Por ello no dejaba de caer en sus jugarretas, pero no tenía mucho tiempo en complacer al rubio, debía ir al mundo humano y continuar averiguando más sobre el demonio rey y tratar de buscar aleados y formular alguna estrategia para derrotarlo, recuperar el reino y posesionar a Naruto como el nuevo rey. Cosa que desagradaba a Naruto, pues eso equivalía a días, semanas e incluso meses solo en la isla flotante y a regañadientes termino admitiendo que la soledad incluso volvía a Sasuke una compañía indispensable.

-Sasuke- Llamo Naruto y el gato se detuvo y giro a verlo confuso, Naruto casi nunca le dirigía la palabra a menos de que decidiera jugarle una mala pasada o le exigiera que le enseñara a pelear, cosa que Sasuke rara vez hacía.

El gato mantuvo sus ojos rojos fijos en los azules de Naruto, el silencio era lo único que envolvía el lugar. Dudo sobre si seguir o marcharse, parecía que Naruto tenía otro de esos momentos de duda, miedo y cosas humanas- todos…- dijo débilmente empuñando sus manos- están muertos ¿cierto?- al fin pregunto, pues de seguir alguien con vida no dudo que ya hubieran visto a buscarlos, pues de seguir alguien con vida significaba que había ganado, pues lo demonios no dejaban a ande vivo, no si los consideraban peligrosos para su planes no cuando se trataban de celestiales.

-Si-dijo Sasuke para volver a darle la espalda y caminar- no te preocupes… yo matare al rey demonio. Tu solo se paciente- concluyo saltando por una de las ventanas de la cocina apara luego perderse por los tejados del castillo.

-¡Mierda!-se quejó Naruto tirando los platos. Sin pensarlo dos veces volvió a tomar su espada y practicar como loco en el patio de sorgo rojo. Debía hacerse fuerte, debía recuperar su reino, vengar a su familia. Debía hacerlo el. No Sasuke.

Sasuke corrió a más no poder al sentir la presencia de demonios. Al parecer el rey demonio sabia de la aun existencia de Naruto y los buscaba como locos para dar muerte al último celestial. Sasuke jamas creyó que lograran dar con la isla, no después de todo ese tiempo, no después de todos esos años. Y menos que lo burlaran y lo detrajeran para llegar al castillo donde Naruto se hallaba solo y desprotegido.

Ocurrió tan rápido… solo pudo sentir al mano de Sasuke cogiendo la suya, mientras Sasuke anteponía su otro brazo para recibir el filo de aquella espada y fue despojado de su brazo. Los demonios alados seguían persiguiéndolos de forma lenta. Burlándose de ellos, dando a entender que no importaba donde corrieran no tenían escapatoria y solo les daban tiempo para disfrutar de su agonía pues como claramente lo dijo uno

-Nos gusta jugar con la comida

-¡Sasuke!-Exclamo Naruto mirando el hombro ensangrentado con el brazo ausente. Mordió sus labios antes de volver a hablar- déjalo… Olvida la promesa y huye- dijo serio deteniendo sus pasos. Cosa que obligo a Sasuke a detenerse y mirarlo enfurecido

-¡Nunca!-Grito Sasuke enfurecido- ¡Nunca olvidare mi juramento!- concluyo volviendo a jalar de la mano a Naruto, aunque a rastras pero sacaría al celestial del apuro, huirían. Hallaría una forma de derrotar al rey demonio y posesionar a Naruto en su trono así fuera lo último que hiciera en la vida, aun si perdía la vida misma en el intento, pero jamas se rendiría jamas olvidaría el juramento.

Cerca de la orilla de la isla los demonios los acorralaron y comenzaron a cuestionarse quien debía llevarse la gloria de cortar la cabeza del celestial y quien debía comerse al cambia formas.

Sasuke miro con desprecio a esos ocho demonios voladores. Eran horribles, cubiertos de plomas moradas, con picos que poseían dentadura de cierra, con esos ojos oscuros e iréis rojo. Con esa altura de tres metros.

-Alto. Me rindo pero deben dejar al cambia formas fuera de esto-Dijo Naruto y todos posaron sus miradas en Naruto. Al cabo de unos segundos los demonios comenzaron a matarse de risa arrojándose sobe el suelo denudo.

Sasuke suspiro, aun en esa situación el rubio no se daba cuenta que su palabra, sus acciones y todo el eran absurdamente ridículos.

Naruto miro a los demonios con enojo, que nunca se lo tomaría en serio, ni Sasuke ni los demonios. Maldijo ser  aun un niño de trece años y no haber logrado el despertar. No poder mostrar sus verdaderos poderes.  

-sin importar que…-Dijo Sasuke trayendo al rubio de su meditación- sobrevive- concluyo Sasuke comenzando a transformarse en un gran dragón de color negro, que sin soltar la mano de Naruto y enfrente de los demonios alzaba le vuelo, antes de lanzar llamaradas de fuego a los aun despistados demonios que apenas esquivaban las llamas y alzaban el vuelo para comenzar un contra ataque.

Sasuke el dolor que causaban esos insectos que al verse libre comenzaban a perforar sus tejidos. No pudo evitar soltar un gruñido de dolor, antes de perder el control de su vuelo, por causa del daño de los bichos y comenzar a caer a la nada con Naruto refugiado entre sus alas

-¡SASKE!-Gritaba una y otra vez Naruto al ver a la bestia inconsciente- ¡SASUKE!-volvió a llamar al ver a los demonios tan cerca, atacando con sus lanzas.

El dolor y lo gritos de Naruto obligaron Sasuke a reaccionar y mirando la situación comprendió que era el final.

Contemplo al celestial y vio su cara con expresión desesperada. Sonrió aunque con esa forma su sonrisa no era descifrable. Abrió su garra y dejo caer al celestial, mientras Sasuke trataba de recuperar el equilibrio de su vuelo. 

Mientras cuatro demonios volaban a atacar a Sasuke en el aire, el resto volaban en picada para coger a Naruto.  Sin dudarlo Sasuke volvía a cambiar de forma, sus escamas caían y el fuego rodeaba su cuerpo. Los demonio que no pudieron evitar parar su vuelo al dirigirse a Sasuke murieron quemados por las llamas azules del ave de fuego y al ver a cuatro de los demonios muertos  Rápidamente volaba en busca de los otros cuatro restantes que al ver a sus camaradas muertos volaron en dirección del cambia forma para atacarlo.

Naruto solo pudo ver al ave de fuego luchar contra los demonios alados en las alturas mientras el caia en picada y las nubes cubrían la batalla.

-Vamos. ¡Tú puedes!- dijo pero su voz fue tapada por el aire que se tornaba agresivo según llegaban al suelo. Cerro los ojos, al menos deseaba que el camia formas sobreviviera. Pero de la nada la gema que tenía en su cuello, la gema Sasuke le dejo el día que su hermano murió brillo y Naruto comenzó a flotar a escasos metros de tocar el suelo. Amortiguando la caída y dejándolo ileso sobre el suelo pedregoso del desierto.  

....

Naruto despertó y miro su oficina. Otra vez había soñado con el pasado... Rasco su cabeza. Debía olvidar esas tonterías de una buena vez por todas. El  tonto mundo de seres poderosos. De camia formas y demonios. Debía comprender que en el mundo donde actualmente vivía solo existía humanos. Que la gema creada por Sasuke con el poder que rescato de su hermano lo había transportado a un mundo extraño. Que todo su pasado quedaba enterrado en el ayer lo deseara o no, pues no había forma de regresar. Que al fin era libre para ser feliz, no habían más obligaciones, mas ataduras, mas demonios, mas cambia formas… todo era paz y tranquilidad.  Quizas su psiquiatra tenia razon y todo eso solo era un sueño... Aunque eso no explicaba por que seguia vivo y con esa apariencia de 25. si el habia llegado a ese mundo hacia más de ciena años atras.  

 

Notas finales:

See. Otra historia y eso que no acabo las que debo... Eso que borre algunas pues hubo problemitas con algunas personitas XD. Pero bueno la vida sigue, anuncio que ya no subiré tan seguido pues estoy con algunos compromisos y mi abuela enferma… Perdí el hilo de esas historias, cuando lo pille de nuevo seguiré las historias. Esta historia y otras más ya las tenía escritas pero están en borrador, así que creo que poder cumplir y publicar los domingos. Como sea, siéntanse libres de maldecirme.

 

Mi disculpas las molestias. De verdad.   

 

Gracias por el apoyo. nos leemos la siguiente semana. 


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