UNO
Recostada en la cama escuchó como pequeñas gotas caían en su ventana. En días así se acrecentaban sus deseos por salir y así los cumplió. Tomo un par de zapatillas y se coloco el primer poleron que encontró, tomó las llaves y salió lo más pronto posible. Afuera miró el gris cielo, sonrió y hechó a correr. No sabía donde iría, solo quería sentir esas gotas sobre sí.
Llevaba 20 min de trote intenso, en eso la lluvia se intensifico, divisó una parada de autobús a lo lejos, llegó hasta ella para refugiarse. Observó fascinada el danzar de las luces de los autos y el reflejo de estas en el asfalto mojado. Ya casi no se veían personas en las calles, sin embargo sintió otro cuerpo cerca, miró de reojo, era una chica de su misma estatura pero mucho más delgada, iba lo bastante abrigada como para evitar cualquier consecuencia del frio y la lluvia. Trató de verla ya sin tanto disimulo, sino con mas curiosidad. Eso, hasta que sus ojos se encontraron y la primera bajo su mirada avergonzada. La chica de abrigo saco su celular y unos audífonos y comenzó a menear su cabeza como si por ella pasaran múltiples movimientos. Un autobús se detuvo frente a ambas y la más delgada subió apresurada, haciendo que con ese movimiento cayera un largo pañuelo rojo intenso. El transporte comenzó a avanzar dejando a una castaña con un el pañuelo en la mano. Lo envolvió en su mano y siguió su rumbo a un trote suave. Sonreía al sentirse libre.
Pronto llego a su hogar, tomo una ducha de agua caliente, sus pensamientos divagaban en los ensayos que mañana comenzarían, al igual que la clases que debía impartir en la academia. Salió de la ducha, se envolvió con una toalla y seco sus cortos cabellos castaños con una toalla más pequeña. Se observó en el espejo, no era delgada, tampoco gorda; sus pechos eran pequeños, pero había donde agarrar. Sonrió de medio lado al pensar en ello. Se vistió y se acostó.
De pronto sonó un teléfono
-Aló - contesto la castaña
-Hola Anne - Se oía
-Hola... - se escucho un estornudo - sorry! -
-¿Qué te paso?... ¿no me digas que saliste con esta lluvia? - dijo la mujer al otro lado del teléfono en un tono de regaño
-... -
-¡Lo sabia!... mientras mañana llegues a la clase...-
-Llegaré - carraspeó su garganta - ya tengo preparada la clase, así que no te preocupes -
- Está bien, recuerda que yo solo te seguiré, observaré y si veo que necesitas ayuda intervendré -
-Oka, gracias profe... -
-Te he dicho que no me llames así -se escucho una risitas
-Lo siento, Susan -
- Mejor, mejor... oye y dime, ¿Cuándo empiezas los ensayos para el nacional? -
-Mañana - respondió
-Dime y te iré a ver, así puede que te corrija algunas cosas -
- Si, gracias - sonrió desganada
-Ya, no te molesto mas, nos vemos mañana Anne. Chao -
-Chauu, nos vemos - ambas colgaron, dejo el teléfono a un costado.
Se recostó, ya más cómodamente. Mañana comenzaban nuevos desafío; por un lado estaba el nacional de danzas, en el cual participaría en dos categorías, en grupo y pareja. Además empezaba a impartir clases de salsa. Cerró sus ojos y con esos pensamientos se durmió.
A las 7:00 a.m comenzó a sonar muy sutilmente al bolero de Ravel, Anne un tanto perezosa apago la alarma y se sentó en la orilla de la cama, tomo su ropa y se dirigió al baño a vestirse. Ordeno todo, llevándolo en una mochila negra, tomo su casco, sus guantes, se abrigo y salió en bicicleta. Se encaminaba al gimnasio, así comenzaba cada día. Estuvo ahí cerca de una hora y media, se ducho y emprendió su camino al ensayo.
Entro en un pequeño galpón, se notaba que estaba descuidado, pero ese sería su lugar de ensayos, unos de los chicos del grupo lo consiguió gratis, cosa difícil en esos tiempos. Dejo la bicicleta en un costado
- ¡Hola! - Saludo sonriendo a dos chicos que se encontraban sentados en un sillón
-¿Qué tal? - Contesto uno de los dos, era moreno
- ¡Hola Anne! - Saludos el otro. Este tenía el pelo castaño claro.
- Uff!... se nota que hoy esta heladísimo - dijo la chica caminando lentamente a donde se encontraban los otros.
- La verdad es que si, mejor ve a cambiarte, que debes venir sudando - dijo uno de ellos
-Sí, ahora iré - se acerco a besar en la mejilla a los dos muchachos. El moreno se llamaba Abel y es quien sería su pareja en una de las competencias. El otro, castaño, de menor contextura y altura era Andy
La chica se cambio ahí mismo sin ningún pudor, eran tan cercanos y bailaban juntos hace tanto que ya no recordaba que en algún momento hubiese sentido vergüenza por cambiarse delante de ellos.
-Listo - Saco su emparedado y su termo
-¿Desayuno? - pregunto el más alto
- Por supuesto, no funciono sin comida en la mañana - respondió ella enfática en lo importante que era la comida - A todo esto... a las 10 comenzamos ¿verdad? -
-Claro, solo que nosotros llegamos antes a lo mismo que tu - contesto, refiriéndose al desayuno que minutos antes se estaban sirviendo.
Pasaron los minutos y comenzaron a llegar los demás, era un grupo de seis.
- Mira este es el lugar de ensayo y ellos... - dijo apuntando al grupo - son los demás - un chico alto y delgado, de cabellera larga y dorada tomada en una coleta.
- Chicos ella es Ginette - presentó a la chica, la cual era bien proporcionada; caderas anchas, pechos prominentes, una melena negra hasta los hombros, ojos de mismo color y una tez blanca que resaltaba.
- ¡Hola! - saludo la chica nueva con una sonrisa
-Mira, ella es Caroline... - apuntando a la mayor de todas, una mujer de 30 años, crespa y de cabello cobrizo, delgada - Abel y Andy - apuntando al moreno y castaño, respectivamente - pero tú ya los conoces - le sonrió a la chica -y.... - observo por todos lados - ¿y Anne? - preguntó
- Lo siento, salí un momento a comprar, hola soy Anne -miro al grupo y luego a la chica nueva -disculpa no alcance a llegar... ¿Cómo te llamabas? - preguntó curiosa
- Ginette, asi se llama - contesto apresurado el rubio. Todos rieron.
- Gracias bebe - Anne lo miro sonriendo - bueno ya que estamos todos podríamos empezar... - dijo caminando hasta donde se encontraban sus cosas.
Así comenzó el ensayo, algo lento debido a que primero era necesario discutir algunas cosas. Lo que siguió del día paso rápido, entre algunas clases que impartir y la primera de salsa.
- ...Y con esto terminamos, ahora tienen media hora de salsa social ¿qué significa eso? pues que pueden bailar con quien quiera y practicar lo aprendido hoy, así que… ¡A disfrutar! -terminó diciendo con una sonrisa, mientras se dirigía hasta el equipo de música a reproducir una lista de canciones de salsa.
- Estuvo muy bien - dijo una mujer de unos 40 años de edad, alta, de contextura media, cabello largo y rubio tomado en una coleta, en su rostro se notaba el pasar de los años y del ajetreo de una vida de estrés.
- Gracias Sussan - sonrió la de pelo corto
- Por lo que observé, no es necesario que venga a ayudarte, aun así la próxima semana necesito que me ayudes con un detalle de un proyecto coreográfico -
- Claro, me avisas - sonrió y la observó alejarse, su cuerpo, sus anchas caderas moverse al ritmo de un caminar perfecto. Bajó su mirada, ya sabía que eso no sucedería, lo sabía ya hace tres años.
- Nos vemos - se despidió la mayor, camino hasta la puerta y salió.
El día casi terminaba, ella ya estaba en su casa. Saco de la nevera una cerveza, y la bebió lentamente, mientras la lavadora terminaba de lavar varias prendas. Una alarma sonó, la castaña se levantó y comenzó a colgar toda la ropa en el pequeño balcón. Tomo el pañuelo rojo que se le había caído a la extraña. Terminó su quehacer y su cerveza.
La semana transcurrió sin mayor reparo, todos los días más o menos iguales, gimnasio, ensayos, clases y su típica cerveza para terminar el día.