Invierno.
Hace frio, la brisa al lado del rio Han es la más fría. Kyungsoo siente el frio rosar su piel, su labios están morados a causa de la temperatura. La noche está cayendo sobre la ciudad; la luz solar se despide dejando todo iluminado por la luz artificial. Cuando todos duermen Kyungsoo decide emprender su camino.
Hace ya casi una semana que Jongin despertó y pronto le darán el alta pero Jongin no se quiere ir; no, a él no le gustan los hospitales pero él está esperando ver a su cantante. Desde que despertó solo ha recibido visitas de amigos o familiares pero nunca era su cantante. Jongin quería estar consiente cuando esa dulce melodía llene sus tímpanos suavemente con amor.
¿Dónde está su cantante? ¿Por qué no ha ido a verlo? ¿Lo olvido tan rápido?
Una vez más Kyungsoo pasaba por el pasillo, saludaba a los doctores y enfermeros que ya estaba acostumbrado a ver. Era de noche y todos los pacientes dormían incluso Jongin y el mayor solo le miraba de la lejanía. No entendía porque seguía yendo si el menor se encontraba bien, a pesar del accidente y del coma Jongin podría seguir su vida. Un largo suspiro y el mayor deciden irse.
Jongin estaba juntado las pertenencias que su amigo le había traído para pasar el rato y no aburrirse. Una selfie a su bello rostro para Baekhyun que esta con una hora de retraso. Aunque algo agradece el retraso de su amigo capaz en algún momento llegue su cantante.
Del otro lado de la puerta Kyungsoo está luchando mentalmente consigo mismo ¿Qué hará cuando lo vea? ¿Qué hace ahí? ¿Se debe disculpar? La puerta se abre dejando ver a un animado Jongin. El corazón de Kyungsoo se detiene y sus cortas piernas emprenden una carrera lejos de su vergonzosa culpa. Jongin mira extrañado a ese hombre pero por alguna razón desconocida una sonrisa suave y dulce se forma en sus labios, no es la sonrisa a que está acostumbrado, es una sonrisa que hace sentir esponjoso su abdomen.
--- Ese era su cantante. —le advierte una enfermera que acababa de ver aquella escena.
Jongin quiere correr tras esas cortas piernas, quiere escuchar su voz. Pero la mano de su amigo lo detiene ya lo había ido a buscar, ese día volvería a su casa.
En otoño emprendió el camino a casa y nunca pensó que fuera tan largo para volver en invierno. Baekhyun detiene el auto en un lujoso restaurante con la idea de celebrar su recuperación y año nuevo.
La nieve había dejado de caer pero el frio aun se sentía. Kyungsoo se paraba en el escenario. Una cosa positiva de que lo hayan despedido de su estresante y horrible trabajo de oficina. Ahora Kyungsoo trabajaba de algo que le gustaba era cantante en restaurantes lujos.
El destino sabe mover las piezas.
Jongin prácticamente devoraba su cena. Cualquier comida era mejor que lo que sea que le daban en el hospital. Y la dulce voz hizo a Jongin ahogarse con el pedazo de carne. Esa canción que no salía de su mente al fin la podía escuchar consientemente, con rostro, con ojos, con labios. Era un hombre.
A una cuadra del rio Han Kyungsoo cantaba su canción preferida en un restaurante de lujo.
A una cuadra del rio Han Jongin comía con hambre en un restaurante de lujo.
--- Oh, es el cantante. —Advirtió Baekhyun. —El siempre iba a cantarte mientras estabas en coma.
Jongin lo sabía porque ya conocía esa canción.
Por primera vez Kyungsoo estaba cantando mientras veía esos profundos ojos marrones que estaban centrados solo en el. El rubor de Kyungsoo no se hizo esperar al igual que la sonrisa tonta de Jongin.
La comida término tranquila acompañada de esa amorosa voz, Jongin sentía que tocaba el paraíso. El destino los volvía a poner frente a frente. Baekhyun dejo solo a su amigo en ese restaurante con ese cantante desconocido que lo único que sabía de él era su nombre y que su voz era perfecta; no quería dejar de escuchar nunca. Por favor que esa vos no se detenga.
Kyungsoo volvía a su casa caminando, cruzando el rio Han.
Jongin se detuvo a observar el rio Han, su casa estaba para el otro lado y aun que hiciera frio eso no le importaba solo quería ver a ese hombre una vez más.
Una vez más el hilo rojo se acorta. El destino los une una vez más en el rio Han.
Las miradas se cruzan, los corazones se detienen. Jongin sonríe y Kyungsoo se ruboriza.
--- Perdón. —se disculpa el mayor.
Y Jongin no entiende sus palabras ¿Perdón?
--- ¿Porqué te estás disculpando?—pregunto desconcertado el menor.
--- Era otoño y había tenido un mal día y estaba lloviendo y perdí el control del auto e hice que chocáramos. —el mayor hablaba con nerviosismo, vergüenza y arrepentimiento se mezclaban.
---Yo también suelo manejar rápido. —sonrió con tranquilidad.
Desde el fondo y muy fondo Jongin estaba agradecido del accidente.
Los dos siguieron su camino. El destino los había juntado, solo el rio Han los separaba pero por suerte había más de un puente.
Ese día era el cumpleaños de Kyungsoo y si no corría más rápido llegaría tarde al trabajo y en el rio Han volvió a chocar con Jongin. Se disculpo y sus miradas se cruzaron; pero llegaría tarde.
Jongin quedo con ganas de más. Jongin quería escuchar esa voz por más tiempo.
Al principio no te das cuenta que es amor verdadero pero tampoco puedes explicar el deseo de estar con esa persona, escucharla, verla, tocarla, respirar el mismo aire que esa persona. Jongin no podía explicar porque tarareaba una y otra vez las canciones que el mayor le había cantado, tampoco podía explicar el deseo que tenia por escuchar esa melodiosa voz. Y le rezo al destino para que los vuelva a juntar.
La hermana de Jongin era dueña de algunos lujosos restaurantes de Seúl y para que su hermano pudiera trabajar le ofreció administrar uno de sus restaurantes.
Era el cumpleaños de Jongin cuando entro al restaurante que su hermana le había concedido cuando su deseo se cumplió. Su cantante era el espectáculo de esa noche. Jongin nunca creyó que soplar las velas de una torta de cumpleaños le cumpliría su deseo pero esta vez funciono. Kyungsoo estaba frente a él, cantando con esa voz que tanto le gustaba a Jongin sin que pudiera explicar el motivo.
El show termino y el nuevo gerente del restaurante esperaba al cantante en su oficina para ofrecerle un contrato de trabajo fijo para ese restaurante en el que Jongin trabajaría.
--- ¿Está seguro de lo que me está ofreciendo?—pregunto con los ojos bien abiertos mirando el papel que el gerente le ofrecía.
--- Una vez cada tanto no es un trabajo fijo. Yo le estoy ofreciendo seguridad laboral. —expreso Jongin ocultando su deseo de adueñarse de esa voz.
--- ¿Lo puedo pensar?—cuestiono aun dudoso el cantante.
--- No lo pienses. Quiero que trabajes aquí. —Jongin buscaba varias formas de persuadirlo y la encontró. —De consuelo por haber chocado conmigo. —las palabras justas para martillar la conciencia del mayor.
Kyungsoo suspiro derrotado y acepto el trabajo.
Las semanas empezaron a pasar y el frio se sentía menos, la nieve disminuía y las nubes cada vez eran más claras pero los pensamientos de Jongin se volvían cada vez más oscuros. Sentía un nudo en sus tripas, un sentimiento inexplicable. Ahora escuchaba todos los días a Kyungsoo cantar pero no era igual para él porque Kyungsoo cantaba para el público no para Jongin y él gerente solo deseaba que el mayor cante solamente para él como lo había hecho más de una vez en el hospital. Jongin quería que esa voz le perteneciera solamente para él, quería ser el único espectador. Jongin no quería compartir a Kyungsoo.
Ya no hacía frio pero el corazón de Jongin se estaba helando por celos.