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Confrontación Milagrosa por Ritsundere

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Los rostros serios del equipo de la Preparatoria Seirin dejaban mucho que decir, Akira sabía que los cerebros de estas personas lógicamente dirían que no, pues ellos creían que ningún ni ningunos podría tomar el lugar de esos prodigios inigualables. 
Lastimosamente, para alguien caprichoso, meticuloso, mentiroso, e inteligente como Akira, las cosas son muy diferentes.

— Akira... Tú estás bromeando ¿Cierto?—dijo en suspiro la entrenadora.

— No bromeo con cosas como éstas, hablo muy enserio acerca de que serán la Etiopía de la Generación de los Milagros—dijo pellizcando una envoltura de dulces, tragándose en un segundo aquella pequeña cantidad de azúcar carbonatada.

— Akira-kun... ¿Cómo se supone que harás eso?—preguntó con su casual rostro anti-expresivo.

— Normalmente Taiga, Kiyoshi, Hyuga, Izuki y tú juegan como los titulares... Ustedes tienen las mismas habilidades que ellos, solo que están escondidas—dijo.

"Este tipo está loco... ¿Ser la nueva generación?" pensó Riko.

— ¡Alto! ¿De qué hablas Akira? Nosotros no somos iguales a ellos—exclamó Kagami agresivo.

Akira río dos segundos, el resto solo se preguntaba el porqué. — ¿Quienes destrozaron a los milagros uno por uno? ¿Quienes llegaron a la Winter Cup? Ustedes solos no son capaces, claro. Pero juntos los igualan o son mejores.

"Jaque mate"

— ¡Bien! ¡Bien! Suponiendo que podemos hacerlo... ¿Cuál es tu plan?—preguntó Hyuga a Akira.

— Empezar desde el capitán. Hyuga, te especializas en los tiros de tres, tú serás el mejor tirador del equipo, serás Midorima Shintarou—aclaró.

Akira señaló a Izuki. — Tú tienes ojos muy peculiares ¿No es así?—el pelinegro solo asintió. — Genial, sé que no son tan graduales como los del chico de Shutoku, pero son lo suficiente fuertes para percibir los movimientos de tu oponente—dijo caminado alrededor de él comiendo dulces y jugando con sus envolturas. 

— No me digas... No es enserio—respondió Izuki sorprendido.

— Así es... Izuki Shu, tus ojos serán el emperador del equipo ¿No es genial?—dijo con entusiasmo.

— Dorsal número siete, Kiyoshi Teppei.

— ¿Eh? ¿Yo?—contestó nervioso.

— Exacto, eres el más alto de los cinco, eres bueno en la defensiva, tus manos son... Ágiles, creo que te vendría bien el papel de Murasakibara Atsushi—dijo viendo al muchacho de pies a cabeza.

— Taiga

— ¿Qué?—preguntó gruñón.

— Por ahora eres el único que puede entrar en la zona, saltas muy alto, eres rápido y solo me queda decir que eres el único que puede vencerte—dijo con burla recordando a Aomine Daiki.

— Akira-kun ¿No crees que lo que haces está mal?—preguntó Kuroko llamando la atención de todos.

Akira se sorprendió, pues él no creía tal cosa. Él estaba consciente de lo que está haciendo.

— ¿De qué hablas Kuroko? ¿Tú crees que lo que hago está mal?—dijo mordiendo su paleta.

— Estamos cambiando, no somos nosotros. Las personas que vamos a "igualar" no somos notros. Por eso mismo pienso que estas mal ¿Crees que eso está bien?—dijo directo, y conciso.

— Ahora déjame responderte con otra pregunta ¿Crees que está mal si lo hago para que sean más fuertes y logren metas que creían que eran imposibles, crees que está mal si lo hago porque sé que son capaces de lograrlo... Crees que está mal si lo hago porque serán ustedes mismos sin importar a quienes representen?—llevó su chocolate a la boca, y espero las respuestas. El fantasma solo calló, y retomó lo que dijo el mayor.

— Eso creí. Escucha Kuroko, tus habilidades son muy distintas y es difícil de tratar de copiarlas, sin embargo, Kise lo logró. Eres asombroso tal y como eres, pero puedo hacer que tu poder alcance el cien por ciento, y dure cuarenta minutos.

"Cuatro cuartos seguidos de diez minutos sin tener que dejar a Kuroko en la banca" dijo mentalmente Aida llevando su dedo índice a la barbilla, tomado la postura del pensador.

— Sé que es una idea loca, a pesar de que las personas que representaran son distintas a ustedes, no por ello deben cambiar, también sé que ustedes se especializan en el tira y pasa, saben que lo hacen no porque lo logren, sino porque está bien hacerlo. Me gustan las personas que no se rinden, y ustedes son una de ellas—declaró con una amable sonrisa.

— Akira...—dijo Furihata con cierta incertidumbre desde que se otorgaron papeles en el equipo.

— ¿Qué sucede, Furihata Kouki?—dijo con las mejillas llenas de dulces.

— Tengo una duda, ¿Quién sería Kise en todo este embrollo?—preguntó.

— Kuroko.

— Ah... ¡Espera! ¿¡Qué!?—gritaron, incluso Kuroko lo hizo.

— Kuroko Tetsuya tiene buen ojo en observar el compartimiento de las personas... Imagínate lo que pasaría si esos lindos ojos pudieran mirar más allá que eso—dijo viendo al techo.

— ¿Y tú que harás?—preguntó Hyuga enojado.

— Yo les voy ayuda... Ah... ¿Por qué me miran así?—dijo asustado al notar las malas miradas que notó  por parte de sus compañeros.

— Si no juegas al menos unas cuantas veces, no aceptamos tu propuesta—dijeron todos al mismo tiempo. Akira los vio por un momento, volvió a colocar más azúcar en su boca, y suspiro.

— Como sé que no se rinden... ¿Tengo que aceptar, no?—Seirin asintió.

— Ni modo... Pero les advierto que ganaremos muy rápido —contestó arrogante.

— A todo esto... ¿Cómo llegaste a Seirin? Digo... ¿Por qué estás aquí?—preguntó Teppei.

— Yo le dije.

"¡Lo sabía! Kagami-kun ya conocía a Akira-kun"

— ¿¡Eh!?

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— ¿Qué te traes en manos, Akashi?—preguntó el moreno muy serio ante la actitud de su ex capitán.

— Tengo entendido que ustedes cuatro sienten algo por Taiga ¿Cierto? Por eso están aquí —respondió.

— ¿Por qué Tetsu no está aquí?—dijo Aomine.

— Ya hablé con él.

— Akashicchi... Dijiste que no nos hablaríamos o mantendríamos contacto por eso.

— No es solo por Taiga que los llamé.

— Hablas de de Akira Ryo—afirmó el peli verde ajustando sus lentes con un lápiz de madera B² en su mano, ya saben... Su objeto de la suerte.

— Maldito gigante—susurró Akashi.

— Ni que fuera tan guapo—susurró de hundas Kise.

— El único que puede quedarse con Bakagami soy yo—siguió Aomine.

— Es molesto e irritante—dijo también Midorima.

— Me dan unas tremendas ganas de aplastarlo—susurró Atsushi con papitas en su boca.

En alguna parte del gimnasio de Seirin, el pobre de Akira estornudó cinco veces, pensando que tal vez se enfermaría de un resfriado... Que equivocado está, pues se había ganado el odio de los milagros.

— ¿Saben qué? Yo creo que están complicándose la vida ustedes mismos—pensó viendo la escena con una sonrisa boba en sus labios.

— ¿Sabes qué pienso yo? Que eres una metida ¿Daiki, por qué traes a Satsuki contigo?—preguntó Seijuro molesto, Momoi hizo un puchero.

— ¡Ella que se prendió como garrapata!—contestó en defensa propia.

— Momochin... ¿Qué puedo hacer para que Kagamin se fije en mi?—preguntó el titán a Momoi.

— Esto... Muk-kun... Kagami-kun y tú tienen algo en común—dijo viendo desde abajo.

— ¿Enserio?

— Los dos aman la comida chatarra... Podrías llevarlo al Maji y hablar sobre básquet, y Himuro-san —contestó imaginando la escena bonita que harían esos dos.

— ¡Ki-chan! Creo que a Kagami-kun le gusta comprar, tal vez podrías invitarlo a un helado y podrían comprar ropa juntos—dijo sonriendo le a Kise.

— Midorima-kun la idea que me contaste aquel día está perfecta para que la uses, no te preocupes tanto, después de todo, Oha Asa siempre está contigo—dijo Momoi, le guiñó un ojo y sonrió.

— Akashi-kun... Tú eres muy elegante, así que ¿Por qué no invitas a Kagami-Kun a una linda velada y comparten cosas triviales?—le dijo sonriendo. Aomine tenía la boca abierta, esta súper mega híper sorprendido ¡Su amiga estaba ayudando a sus rivales!

— ¡Detente ahí loca!—gritó Aomine con el ceño fruncido.

— ¿Qué sucede Dai-chan?—preguntó asustada, y un tanto perpleja.

— ¡Eres mi amiga! ¡Al único que debes ayudar con Bakagami, soy yo!—gritó dramático.

— ¡Aominecchi! ¡No te molestes!

'No te esponjes' 'Ni que fuera para tanto' 'Te ordeno que te calles, Satsuki es amiga de todos' Eran los comentarios de sus "rivales" es injusto, al menos así lo sentía él.

Momoi suspiro y le sonrió a su adorable, y tierno amigo. — Dai-chan, tú también tienes cosas en común con Kagami-kun. Aman el básquet con toda la pasión que se puede pedir, invitarlo a un uno a uno sería divertido para ambos ¿Cierto?

Y así la peli rosa amiga termino siendo de Cupido para sus amigos, aunque, su instinto femenino presentía que ardería Troya. Mientras tanto un peli celeste también buscaba consejos para enamorar a un tigre distraído, buscó a la persona que menos se podía uno imaginar.

— Vaya que sorpresa, es la sombra de mi bro.

— Himuro-san, necesito su ayuda.

— ¿Eh?

Himuro escuchó con mucha atención los problemas amorosos que tenia la sombra de su inocente hermano menor, el problema es que no solo era él, sino otros cuatro ilusos también. Himuro sabe perfectamente ese pequeño problema, si las otras personas no estuvieran tan colgadas de los encantos del dorsal diez, podría encontrar una solución más eficaz a los de Kuroko.

"Kuroko, de los seis prodigios, tú lo conoces mejor. Tú eres su sombra, la persona que siempre estará para él. Por eso mismo, estoy seguro que sabrás exactamente que hacer"

Tantos prodigios enamorados, y uno esperando al menos un perro que le ladre.

 


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