— No es justo Satsuki—regañó el morenito a su amiga.
— No te quejes, Dai-chan. De todos modos, es depende de ti si Kagami-kun te elige—reprendió con los brazos cruzados.
— Por supuesto que se quedará conmigo, al único que puede elegir es a mí—dijo con arrogancia.
— Te pasas Dai-chan... Aunque debes tener cuidado—dijo Momoi pensando en lo celeste que se miraba el cielo.
Aomine sonrió. — Hablas de Tetsu, ¿Cierto?—atinó, ¿Quién es la persona que vive más apegada a Kagami las veinticuatro horas del día? Obviamente, Kuroko Tetsuya. La peli rosa sonrió soltando una risita divertida, dedicándosela a Aomine, con un comodín de buena suerte en su siguiente jugada (que sería muy pronto) Momoi conoce muy bien a la pantera para decir con certeza que él no se quedaría de brazos cruzados sin hacer nada, Aomine no descansaría hasta tener al pelirrojo debajo de él, pidiendo por más.
"Pero así como conozco a Dai-chan... Ki-chan, Muk-kun, Midorin, Tetsu-kun, y Sei-chan, ellos no renunciarán a aquello que tanto anhelan tener"
— Hey... Satsuki—llamó Daiki. La más baja le voltio a ver esperando la pregunta.
— ¿A dónde demonios vamos? Solo me haces salir de casa por gusto... Que flojera—susurró.
— Iremos a ver a Kagami... —dijo nerviosa. Los ojos de Aomine brillaron de felicidad.
— ¡Genial! ¡Pensé que eras molesta, ahora pienso lo contrario! Voy a jugar con Bakagami, iremos a comer, luego lo acompañaré a casa, y... ¿¡Por qué jodidos no me dijiste que el resto estaría aquí!?—gritó causándose así mismo una interrupción, La Generación de los Milagros estaban reunidos hoy para "convivir" de forma "pacifica" y "agradable" junto al tigre de Seirin.
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— Himuro... Akira, plis... Hoy decidí quedarme en casa, no tengo ánimos para salir, adiós—dijo el pelirrojo cerrando de un portazo en la cara de su bro, y un Akira concentrado en sus dulces.
— Akira, dime una buena razón por la que estemos aquí... ¿Quién te dijo que vinieras a buscar a Taiga?—preguntó molesto. Akira llegó temprano a casa de Himuro, pues quería compañía.
— Estaba solo, así que fui a buscarte, por eso estas aquí. La niñera de Pantera-kun me dijo esta mañana, "Lleva a Kagami-kun a las canchas a las dos"—imitó con voz de chica y las mejillas repletas de chocolate.
Himuro se sonrojó, ya que Akira había pensado en él como buena compañía, fue tierno. — ¿Pantera...? Oh, Aomine... ¿Crees que los juntará ella?—preguntó muy curioso. Akira sonrió.
— Estoy cien por ciento segura, que esa chica no solo va a juntar a Kagami y a Aomine, todos los milagros van a estar allí, después de todo, son rivales—dijo insinuando las posibles cosas que sucederán.
— Ya veo...—susurró Himuro, una idea pasó por su cabeza. — Lástima que Taiga no quiere ir, estoy seguro que Aomine jugaría un uno a uno con él —dijo en voz alta para así poder llamarla atención del tigre. En eso se escuchó el abrir de una puerta, fue rápido, y ágil.
— Bien, vamos... Al final ni tengo nada bueno que hacer—dijo Kagami cerrando con llave la puerta de su departamento, caminado sin esperar a sus confidentes.
— Felicidades, Tatsuya—dijo Akira haciendo que Himuro se pusiera rojo de la vergüenza por segunda vez, pues era la primera vez que el ojos negros le llamaba por su nombre.
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— Esto es...—susurró Midorima.
— Increíblemente...—le siguió Murasakibara.
"Incómodo" pensaron los seis, desde que llegó Aomine el ambiente cambio aún más pesado de lo que estaba al principio. Momoi había decidido que la mejor idea era reunir a todo el harem de Kagami, y juntarlos para que se conocieran más, el problema es que no todos estaban de acuerdo ¡Qué va! El único que estaba muy tranquilo era Akashi el capitán de Rakuzan. Saber qué se trae entre manos el emperador de la selva.
— Satsuki... Te lo voy a preguntar lo más lindo que pueda... ¿¡Qué mierda hace Akira Ryo aquí!?—gritó furioso Aomine. Es curioso porque ¿Es que Akira tiene más presencia ó tal vez puede dejarse ver? Es raro, ¿no? Inmediatamente los chicos giraron sus cuellos como robot, solo para amargarse la vista, cuando el castaño es dulce a la vista de otros.
— ¿Eh...? ¿Qué hace Muro-chin aquí?—susurró Atsushi masticando frituras.
— ¡Hey peli rosa! Ya traje a Kagami, dame mi recompensa—dijo Akira acercándose a Momoi. La chica le sonrió malvadamente.
— No no, primero jugaran un partido, y si lo ganas te lo daré—sonrió victoriosa con los brazos cruzados. Todos expresaron confusión en sus rostros, más Akashi, sin embargo Akira se mantuvo firme.
"Que traviesa, bien... Si eso quieres. Aún así, no lograras nada" pensó el castaño.
— Acepto—dijo sonriendo.
— ¡Genial! Himuro-san, y yo seremos los árbitros, Ki-chan, Muk-kun, Dai-chan, y Midorin serán un equipo. El resto está junto—organizó de una vez.
— Moo... Yo quería ir con Kagamicchi—dijo Kise infantilmente.
— ¡Satsuki! El único que puede jugar con Kagami soy yo—exclamó molesto. Murasakibara y Midorima decidieron callar, ambos se habían propuesto mentalmente que se llevarían a Kagami de otra forma, una más romántica.
Akira le hecho un ojo a su equipo.
"Akashi Seijuro; ojo emperador, Kuroko Tetsuya; invisibilidad, Kagami Taiga, zona y poder de salto, vaya equipo" sonrió Akira a sus compañeros -por ahora- de básquet.
— Eh... Momoi-san, ¿Que planea hacer con todo esto?—preguntó el pelinegro curioso.
— Himuro-kun, ¿Akira está enamorado de alguien...?—preguntó.
— ¿Eh? Por lo que yo sé, no ¿Piensas que Akira y Kagami...? Ya sabes...—dijo nervioso.
— Dai-chan y todos mis amigos piensan que Akira es un caos, un peligro—dijo pensativa. Himuro sonrió divertido.
— Todo lo contrario a un milagro, seguramente el destino piensa ahora que no es precisamente un cuatro a cuatro, sino un milagro contra el caos—decía mientras apreciaba a su hermano no de sangre sonreír amable e inocente, mientras que los otros se lo comían con la mirada.
"El caos... Un tierno y dulce caos" pensó sonriendo.
— Akashi... ¿Cómo estás?—preguntó Akira.
— Estaba mejor sin verte.
"Uy..." exclamaron mentalmente el pelirrojo y su sombra.
— Que pena, I' am sorry, Little Emperore, porque me veras el resto del día, supongo que deberemos jugar juntos—dijo sin expresar ninguna emoción, tipo Kuroko.
— ¡Bien bien! ¡Empecemos el juego! ¡En sus lugares!—gritó Momoi nerviosa con una gotita de sudor en su cabeza. A continuación, todos se colocaron en posición para lo que se aproximaría, Himuro se colocó en el centro para elevar el balón y comenzar el juego. Curiosamente eran Kagami y Aomine los que pelearían primero, pero como era de esperarse del súper saltador, el tomó la delantera del juego.
Kagami saltó y sostuvo el balón unos segundos para pasárselo a Akira, tenía tantas ansias de jugar.
"Haz tu magia, Akira" sonrió Kagami a Akira, el cuál entendió el significado de ese gesto. Akira corrió a la canasta de los otros, pero Kise lo detuvo.
— ¿Recuerdas lo que dijiste Kiracchi el día que nos conocimos? Dijiste que sabría más de ti, si jugaba contigo—dijo Kise sonriendo con el aura de la copia perfecta.
— No te ilusiones Rubio, voy a ganarte—usó la velocidad de Daiki para salir de la marca de Kise, se detuvo, y sonrió.
"Midorima... Ya valiste" pensó Himuro, al ver la posición del castaño, pues estaba listo para encestar tres puntos. Pero se detuvo.
"Si la tiro, Murasakibara la detendría" el castaño diviso al titán cerca, el chico es alto, pero no tanto como el chico morado.
"Oh no, ¡No harás eso!" Aomine corrió para detenerlo, sabía que haría aquella misma jugada 'ser la su propia luz y sombra' Akira le pasó el balón a Akashi (sorprendido, al igual que Aomine) este uso su ojo emperador contra Shintarou haciéndole caer, gracias a la falta de presencia de Kuroko logró desviar la atención de los contrincantes, y el balón de nuevo estuvo en manos de Akira, haciendo canastas con un tiro sin forma ¡Estaba en el aire, solo quedaba ser como cierto peli azul! Aomine quiso, lo intento, lo dio todo... Aún así, a pesar de todo, el caos y la distracción puede llegar a ser más fuerte que un milagro.