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Confrontación Milagrosa por Ritsundere

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El silencio era abrumador, tanto por parte del equipo de Aomine, como de parte de Seirin.

Con la entrada de Akira, el marcador había dado una vuelta, pues después de aquello Too no volvió a encestar... El partido era drástico con una diferencia de cinco puntos.

"Es el momento, Aomine esta en el punto de partida"

— Momoi, ¿has descubierto algo?—preguntó el entrenador de Too.

Ella negó — No puedo leerlo, es extraño... Por más que lo intente él aguarda todo para sí—dijo la de pelo rosa.

Por otra parte Aomine ya estaba saliéndose de sus casillas ¿Cómo era posible que él le ganara? Es ridículo.

— Entrenadora—llamó la voz suave del nuevo.

— ¿Que sucede?

— Aomine está por entrar a la zona—contestó.

— ¿Eh? ¿Cómo lo sabes? No importa... Hay que hacer algo—dijo Riko.

— Puedo seguir marcando a Aomine—le dijo. La entrenadora lo observo extrañada. Después de dos minutos de pensar esa propuesta, la entrenadora acepto.

El tiempo fuera que Seirin tomo llego a su fin, de nuevo Akira y Aomine se enfrentaban en la cancha, los azules oscuros de la pantera expulsaban ondas eléctricas, estaba sumido en la más profunda concentración.

"Esta en la zona" Se dijo el castaño.

El balón naranja, en nueva cuenta, estaba siendo manipulado por la mano derecha de Aomine, Akira no perdía de vista la mirada del moreno.

"¿Por que no ve al balón? ¿Qué cree que está haciendo?"

Los asombrosos movimientos de Daiki no se hicieron esperar, el balón se movió de una a otra mano.
Uno y dos, dribleo a los lados y paso de lado de Akira como si fuera un huracán.

En ese momento Kagami corrió y en un segundo estuvo frente a Aomine, el resto de jugadores estaban bloqueados, en cambio, Kuroko y Akira eran los únicos libres.

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— Eh... Kasamatsu-senpai, camina más rápido... Escuche que Aominecchi y Kurokocchi jugarían hoy—el rubio Kise Ryota arrastraba a su senpai hacia el gimnasio, pues estaba ansioso por el juego, él sabía que cuando se juntaban Aomine y Kagami todo explotaba.

Kasamatsu se soltó del agarre de su rubio amigo y tremendo golpe que le metió.

— Kise, idiota, en primer lugar no quería venir, que necedad —le reclamaba.

— ¡Que cruel!—dijo sobando su cabeza.

En cuanto llegaron al gimnasio los invadió un aura tensa, incómoda y efusiva (más de lo común) Kise tenía en mente de que algo no iba bien, de hecho, en cuanto dirigió sus ojos miel al escenario arrugo su entrecejo.

¿Que era ese nuevo vacío? Algo no colaba bien dentro de la cancha ¿A caso Kurokocchi tenía menos presencia que antes? ¿Qué jocotes sucedía que todos estaban tan callados y tensos?

— Kise ¿No sientes algo diferente?—preguntó Kasamatsu, él también tenía las mismas dudas que su rubio amigo. Kise asintió, estaba sumido en ese partido.

Kagami enfrentaba a Aomine, no solo en quien era el primero en robar la pelota, pues también mantenían una guerra de miradas. Azul contra rojo ¿quién ganaría? ¿Quién era más fuerte?

— Kuroko—llamo Akira, el chico busco a Akira hasta encontrarlo a su lado, se asustó, pero lo disimulo. Eh... Kuroko, ahora entiendes a Bakagami y a tus amigos.

— Aomine tiene una desventaja, Kuroko ve al lado de Aomine y roba le la pelota—dijo. Kuroko, confiando en su nuevo compañero corrió hasta donde Aomine y trato de empujar la pelota, falló.

Antes de que la mano del fantasma tocase la pelota, Aomine desvío la mirada y diviso a su oponente, realmente estaba en todos sus sentidos.

"Sabía que harías eso, Aomine Daiki" El chico esperaba el cambio de manos del de cabellos azules, Aomine abrió los ojos de la sorpresa y al darse cuenta de su grave error, en cuanto la pelota divagó de la mano derecha a la izquierda, Akira ya se mantenía del otro lado, logrando así, quitarle la pelota a Aomine.

En cuanto la tuvo en sus manos, corrió y llego detrás de la línea central de la cancha y encestó tres puntos, como si fuese Midorima Shintarou.

— ¿Quién es? Parecía Midorimacchi quien encestara—dijo Kise.

— No lo sé, pero no solo imitó a Midorima, fue una marcación de tres, Kagami, Kuroko y él... Él sabía que Aomine cambiaría de posición y lo esperaba allí—dijo Kasamatsu.

— ¿A caso Aominecchi no lo vio? Eso significa que...—Kise al momento de decir lo que no se escapo de sus labios, abrió los ojos de la sorpresa.

— Así es Kise, también tiene la misma falta de presencia de Kuroko y el chico de Rakuzan—terminó lo que diría el rubio.

Al paso de los minutos Too logro encestar cuatro puntos, pero luego de eso Seirin tomo la delantera, ganado así setenta a sesenta y dos. El silbato de que el juego había finalizado no se hizo esperar, Seirin y Too estaban a no más poder y como era de esperarse de Aomine, no salía de su transe "perdí" "otra vez" eran las palabras que su subconsciente gritaba.

— Muy bien chicos, hicieron un buen trabajo—Riko felicitaba a sus jugadores, pero hubo un momento que confundida empezó a buscar a Akira.

— ¿Akira...? ¿En donde se metió?—pregunto Riko.

Los demás, incluso Kuroko la buscaban con su mirada.

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— Aomine—una voz interrumpió las voces en la cabeza del chico. Él lo voltio a ver y con una mirada como si estuviera arrancándole la cabeza le pregunto un molesto "¿¡Qué!?".

Akira estiro su mano al pelo de azul y con ella formó un puño haciendo ver sus nudillos algo pálidos por la fuerza con la que apretaba su mano, llevó su puño al brazo de Aomine y lo chocó contra él.

De inmediato frunció su ceño— ¿Que estas...? Olvídalo me voy—dijo este caminando.

Para sorpresa de este, Akira lo detuvo y de una manera inesperada, lo tomo por la espalda.

— Pe-ero ¿Que ha... Haces?—Aomine estaba un tanto sonrojado.

— Buen partido, espero volver a jugar contigo, no te desanimes... Deberías aprender a jugar dentro de la zona, no fuerces el pie derecho cuando juegues con Kagami, procura darte cuenta quien te gusta y de quien gustas, Aomine—dijo Akira mientras lo soltaba de aquel inesperado agarre.

"¿Por que...? ¿Me está ayudando? Él... Él, me da miedo"

Aomine vio a Akira y dejo escapar un suspiro.

— No entiendo, ¿quién me gusta?—preguntó confundido Aomine.

Akira saco un chocolate del bolso de su pantalón, lo despojó de su envoltura y le dio una mordida.

— Por supuesto Aomine, a ti te gusta un milagro chillón que anda por ahí, pero... Hay alguien más.

 


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