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Sinbaddy y Juju por Comunidad SinJu

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Notas del capitulo:

Si leíste por orden todo, esta debe ser la segunda actualización siguiendo el orden de los tres fics de hoy.

¡Eres alguien muy ordenado, eh!

Sin más, te dejo el capítulo aquí. Nos leemos al terminar~

Sinbaddy y Juju.

Capítulo 2.- Amigos.

— ¿Y cuál es tu salón?

— No lo sé, eh… —El muchacho se quitó la mochila de los hombros y la dejo en una banquilla del jardín. La abrió y buscó su horario dentro. Sacó una hoja doblada y la abrió. — Mh… Aula 3-27.

— ¿Estás bromeando?

— No tengo porque…

— ¡Juju, estamos en el mismo salón!

— ¿¡De nuevo!?

— ¡Sí! —abrazó a Juju, fuerte.

— Ow~ —Y él se dejó.

Primer grado de preparatoria, o primer semestre. Tanto Juju como Sinbaddy habían pasado la secundaria con notas decentes, quizá uno más sobresaliente que el otro. En los tres años de secundaria se habían hecho buenos amigos, a pesar de que al principio era obvio que Juju no quería estar muy cerca del hombre, pero fue hasta mediados del primer grado que finalmente, lo consideró un amigo.

Y ahora ambos habían entrado incluso a la misma preparatoria por insistencia de Sinbad, porque su madre deseaba una más cerca. No se sentía muy segura de dejar que Sinbaddy tomara el metro, clásica preocupación de madres. La madre de Juju en un principio también se sentía nerviosa.

Y hablando de ellas, ya su amistad era formal. Las madres de Sinbad y Juju parecían llevarse bien, a pesar de la diferencia de culturas incluso.

Juju ahora tenía 15 años, Sinbad 18. Quizá la diferencia era poca. Resulta que Sinbad no fue el mejor alumno en la secundaria y justo antes de terminar, tuvo que regresar a primero, algunos dicen que fue un error haber pasado a segundo grado siendo él como… es. Pero fue gracias a Juju que finalmente decidió poner atención a clases y a estudiar con él los fines de semana o dos días antes de un examen.

Por fin había encontrado una amistad con buena influencia y eso alegraba mucho a Ersa, otro motivo bien para llevarse bien con la madre de Juju. Ambas familias eran buenas, con dinero suficiente, madres trabajadoras –la de Juju era escritora, la de Sinbaddy era doctora– y ambos padres igual de trabajadores y buenos amigos. Venga, que ya no era raro que el padre de Sinbaddy llegara a casa de Juju con cervezas y chatarra para ver algún partido y se trajera a Sinbaddy con él y a Ersa para charlar con la madre de Juju.

Todo parecía bien entre ellos, al igual que las amistades. La única diferencia que habían tenido hasta ahora fue por una tontería que realmente no debía ni recordarse en esta narración. Celos, de parte de Juju. A veces se notaba demasiado que a Sinbaddy le gustaba su madre.

Pero eso pasó hace tiempo.

Ahora eran adolescentes de preparatoria, y qué bien se sentía avanzar más en su educación. Sobre todo para Sinbaddy, que por fin consiguió salir de ese otro lugar… solo para entrar en otro que seguramente sea peor.

Luego de que el abrazo terminara, ambos no tardaron en notar que había algunos estudiantes mirándolos. Eso era lo de menos.

Sinbaddy se llevó a Juju de ahí del brazo, había un lindo sonrojo en sus mejillas mientras era llevado. A veces era incomodo tener tantas miradas encima, incluso para alguien tan social como lo era él.

Ambos se dirigieron hacia el interior del enorme e imponente edificio, de colores no tan alegres pero de diseño moderno, incluso las ventanas tenían cierto agrado a la vista. No era un instituto feo, y tampoco malo en cuestiones académicas. Lo mejor para lo mejor, aunque con el promedio de Sinbad fue un milagro que consiguiera estar en un sitio tan afamado.

— Vaya que es grande.

— Y leí en los folletos que el instituto no contaba con elevadores… —Se lamentó Judal.

— Eso sí que es lamentable. —Se burló Sinbad.

Tuvieron que caminar sin conocimiento hasta encontrar las escaleras, vaya que era un sitio muy grande. Hasta el momento habían encontrado el aula de 7 clubs distintos y una sala de maestros, además de la oficina de la consejera. A un lado de las escaleras una enfermería y el resto, laboratorios. Había uno de física, otro de química y otro de biología, todo en orden, todo era del gusto de Juju, pero Sinbaddy…

Parecía un poco agobiado.

— ¿Cuántas materias tendremos…?

— Once. Pero nada complicado.

— ¿Tenemos matemáticas?

— Sí, y física.

— Santa madre. —El pelimorado se detuvo y se sostuvo con fuerza del barandal de la escalera, dejando caer su cuerpo hacia atrás de forma dramática, como si muriera de un momento a otro. — Ciencias exactas. ¡Mis favoritas!

Juju sonrió y empujó a Sinbad desde atrás, insistiéndole para que avanzara.

Llegaron al tercer piso, en todos los pasillos transitaban estudiantes, ¡y vaya que eran demasiados! Todos con una camisa igual. La camisa del uniforme era una polo blanca con el escudo de la preparatoria en el pecho, un diseño simple pero siempre funcional. Aunque el color del pantalón no fuera obligatorio, la mayoría los usaba de colores obscuros, como el azul o el negro. Y casi todos de mezclilla. Lo que si variaba era los colores tan alucinantes de cabello, sobre todo los colores claros como el rubio y los castaños claros. Algunos anaranjados y otros azules, celestes… El cabello de Sinbad era otro sobresaliente, mientras el suyo era de una cabellera negra que él consideraba normal.

Aspiró de forma profunda y luego tomó el brazo de Sinbad, continuando con el camino. Pasaron las primeras aulas hasta encontrar la 3-27, un aula grande, con paredes blancas y pupitres dobles negros, un pizarrón blanco inteligente y un proyector, además de un minisplit. Las ventanas, como ya las habían visto, eran grandes y estaban tan bien limpias que Judal podía jurar no había cristales.

Ya había algunas personas sentadas para cuando ellos entraron. Si fuera por Juju, se habrían sentado justo en frente, pero Sinbaddy consiguió un sitio por las filas del centro, cercanos a una ventana y justo detrás de una peliazul que se notaba ocupada enviando mensajes de texto bajo el escritorio del pupitre.

Sentados en el mismo pupitre, cerca de una ventana, exactamente como la secundaria. Juju dejó su maletín a un costado del pupitre y Sinbaddy lo imitó al otro.

Comenzaron una conversación hasta que la dama del frente se giró para verlos con una sonrisa y presentarse.

Yamuraiha, era un nombre interesante, y la señorita frente a ellos era demasiado linda, con unos ojos demasiado brillantes pero algo… ¿tímidos? Si parecía una señorita bastante tímida, era sorpresivo que ella se girara para presentarse. Al parecer Yamuraiha venía de Paris, Francia. Eso explicaba su piel tan blanca y linda, su rostro pero no su cabello, era de un color alucinante. Era un azul cian bastante brillante y lindo, y su cabello se notaba suave. Era una mujer hermosa, volvió a pensar Juju.

Además, tenia una forma de vestir un poco especial. Camisa de colorines y una falda hasta las rodillas de color negro, junto a unas medias negras, zapatillas con plataforma negra y una gargantilla de listón negro con el dije de un delfín al frente. Un look tierno, y femenino. ¿Y era colonia eso que olía?

Todo parecía marchar bien, Yamuraiha era a simple vista agradable y era fácil hablar con ella. Pronto el aula comenzó a llenarse un poco más y alguien pidió permiso a un lado suyo para tomar el asiento de al lado.

Fue Sinbaddy quien se giró para encontrarse a un pelirrojo, de cabello corto pero algo despeinado.

— ¿Por qué me pides permiso si el pupitre de al lado está completamente vacío?

— Pido permiso para hablar con ustedes. — Masrur miró a los tres, fijándose un poco más en la peliazul y su llamativa forma de vestir. Luego a Juju y de nuevo en Sinbaddy. — Por eso quiero este lugar.

Recibió una gentil sonrisa de parte de Sinbad.

— No tengo problema, ¿y ustedes?

— Claro.

— No molesta y no te preocupes por preguntar, adelante. —Invitó Yam, con una sonrisita en sus labios, luciendo más el brillo labial que tenía encima.

— Gracias.

— No es nada, te ves como un sujeto agradable. Y tu cabello me gusta.

Masrur se sonrojó ligeramente por el halago de Yamuraiha, aunque su rostro no mostró demasiada expresión. Simplemente se sentó en la parte izquierda del pupitre doble y luego giró su cuerpo hacia el trio. Se unió a la charla bastante fácil, y así hasta que tocó el primer timbre.

El salón comenzó a llenarse por fin, una señorita de cabello rubio se sentó a un lado de Masrur y un hombre de cabello semi-largo, lacio y castaño a un lado de Yamuraiha, Sinbaddy y Juju permanecieron juntos.

La primera profesora llegó, la materia era Ciencias experimentales, con clases de una hora entera. Y así pasaron tres horas hasta llegar al receso, otra cosa buena que tenía la preparatoria, no todas cuentan con receso y esta, además de tener un buen plan de estudio, lo tenía. Ni Masrur ni Yam o Sinbad y Juju se levantaron, los cuatro tenían su almuerzo, la mayoría del salón sí que salió a comprar algo. Tampoco se fue el sujeto a un lado de Yam, aunque no dijo palabra alguna ni volteó a verlos, ni siquiera a presentarse por cortesía.

Se quedaron conversando y almorzando juntos hasta que Yamuraiha tuvo que salir para comprar una botella de agua a una de las tantas máquinas expendedoras de sodas del pasillo.

Momentos después, fue una fortuna que Juju se desviara la mirada de Masrur –quien en ese momento hablaba con los dos– hacia la puerta, porque de no ser así no habría visto a Yamuraiha siendo acosada por un grupo de tres hombres. Codeó a Sinbad y cuando este lo vio, Juju le señaló la dirección. También Masrur volteó a ver y bueno, los tres se levantaron casi al mismo tiempo, con Masrur al frente, parecía apretar los puños.

Spartos los miró fijamente cuando salieron por la puerta.

Si Juju no hubiera visto aquello ni alertado a los otros dos, se habrían demorado en conocer a Sharrkan, un alumno del aula 3-26.

— Hey, ¿no es demasiado estúpido molestarla por el tamaño de su busto? ¡Es una belleza!

Sí, ese era el motivo por el cual molestaban a Yamuraiha, porque a pesar de tener apenas 16 años tenía un busto a considerar, y era una joven delgada, así que resaltaban un poco.

— Prefiero que mi futura novia esté así que tener a una tabla por novia, o tan siquiera amiga.

Yam parecía asustada, abrazándose el pecho, y a sus pies una botella de agua. Tenía las mejillas demasiado rojas y se mordía el labio inferior con fuerza, Juju le tomó del brazo y la saco de ahí para abrazarla, a Sharrkan se le unió Sinbad y pronto Masrur, aunque él fue más directo y no usó las palabras.

Golpeó la pared y el trio de tontos se exaltaron por el sonido de algo crujiendo, pidieron disculpas a Yamuraiha y se fueron de ahí a empujones.

Primer día y primer riña, pero los cuatro festejaron, y así es como Sharrkan se unió al grupo de amigos. Sharrkan los acompañó de regreso al salón luego de recoger la botella de agua y ofrecérsela a Yamuraiha de nuevo, quien se asomó apenas un poco, saliendo de su escondite en el pecho de Juju.

Sharrkan había llegado como un héroe, uno moreno de extravagante cabello blanco y una personalidad que a todos agradó rápidamente, y animó a que el sujeto sentado a un lado de Yamuraiha les dirigiera por fin palabra, y así se unió también Spartos.

El grupo iba creciendo bien, en dos días ya era un buen grupo de amigos. Spartos, Sharrkan, Masrur, Pisti, Yamuraiha, Sinbaddy y Juju.

Sharrkan pidió un cambio de aula en los primeros días, usando como excusa que estaría cerca de Yamuraiha para protegerla de otro posible ataque. Aunque no se sentaba en el mismo pupitre, estaba justo enfrente. Era un grupo llamativo, por todos los colores de cabello resaltaban, a pesar de que el cabello de Juju fuera de color negro como la mayoría de los japoneses, era un cabello realmente largo. Eso bastaba para llamar la atención por donde fuera.

Y ahora, Juju estaba sujetando ese mismo cabello en una próxima coleta alta, mientras Yamuraiha a su lado le ayudaba a acomodarle el flequillo y Masrur regresaba con unos cuantos refrescos en las manos, con Sharrkan ayudándole con el resto de gaseosas. Luego Sinbad y Pisti se acercaban también con manos llenas. Dos bandejas con comida.

Habian ido a una feria todos juntos, y luego de haberse divertido un poco el hambre llegó, y ahí estaban ellos. La zona de restaurantes era amplia, consiguieron perfectamente sitio para los siete. Entre todos cooperaron con una cantidad de dinero y ahora el grupo se habia dividido en tres. Los que fueron por los refrescos, los que fueron por la comida y los afortunados que no tuvieron que moverse y solo esperar.

Juju tomó la liga para el cabello de su boca y luego ató su cabello, agradeciendo la ayuda de la francesa.

— Bien, bien. Pedí dos ensaladas, dos sándwich, algunas frituras y una hamburguesa. Juju, tu comerás una de las ensaladas.

— Yo traje sushi y omelette

— Ay, yo quiero el omelette~

 — Servido.

— ¡Jó, pero yo lo quería!

— Yo traje otro.

— ¡Sinbaddy, eres mi héroe!

— Juju, por ti todo.

— ¿Van a comenzar? Vamos, si hacen sus homosexualidades taaan alto, la gente nos va a ver.

Juju sonrió apenas un poco y llevó una de sus manos hacia su cabello, apartando un poco su flequillo. Vamos, que hasta se puso rojo…

Y Sinbaddy sonrió complacido por tan tierna reacción.

— ¿Y qué más da, aburrido? Mira lo lindo que se ve Juju sonrojado. —Murmuró Yamuraiha, atrayendo uno de los obentos hacia ella, cualquiera. El que le tocó no pareció desagradarle, pues hasta sonrió de oreja a oreja y se dispuso a quitar la tapa. El aroma animó a Juju a abrir el suyo también y a comenzar a comer.

— Bruja…

— Tú nunca me dices nada lindo.

— ¿Cómo qué no?

Masrur y Pisti se miraron, luego regresaron la mirada hacia Sharrkan y Yamuraiha. Spartos solo desvió la mirada, aunque se le veía una pequeña sonrisita en sus labios.

— ¡No, nunca! —tomó de la bandeja un par de palillos desechables y con ellos tomó una de las siete croquetas de pollo.

— Te he dicho cosas lindas.

Yamuraiha enarcó una ceja, y lo señaló con los palillos, aún con la croqueta. — ¿Qué me has dicho?

— Que tienes un busto bonito.

Un par de palillos se rompieron al instante, y una croqueta cayó hasta la mesa.

El rostro de la francesa era un poema.

•○●•○●•

— ¿Pensaste en que club unirte?

Sinbaddy dejó la botella de agua a un lado y luego alzó ambos brazos, estirándose perezosamente. Luego, sencillamente se dejó caer hacia atrás y llevó ambas manos a su nuca, ampliando una sonrisa.

— Fui a deportivo esta mañana.

— Creí que fuiste al baño.

— Te mentí. No quería que me descubrieras~ —Le guiñó un ojo.

Juju se sobresaltó, aun no se acostumbraba al nuevo rasgo de Sinbaddy: el lado coqueto. Pero de todas formas enarcó una ceja y se cruzó de brazos.

— ¿Por qué has de mentirme? ¿Qué hacías en deportivo esta mañana?

— Inscribirnos a un club, por supuesto~

Bueno, ahora alzó ambas cejas con sorpresa. — ¿”Inscribirnos”? ¿También a mí? Sinbad… —Juju suspiró. — ¿En dónde me has metido?

— Hey, no es tan malo. —Aseguró el pelimorado, todavía sonriente. — Ciclismo. ¿Ves? Vamos a montarnos en bicis, a pasar obstáculos, a competir… —La mueca del pelinegro hizo que Sinbaddy callara, y pusiera una carita de pena fingida.

Pero finge demasiado bien.

— Está bien…

O Juju era demasiado suave.

Sinbad volvió a sonreír y cerró los ojos.

Juju lentamente se recostó a su lado y miró el cielo, despejado. Delante de ellos tenían una pista de carreras, y la escena le parecía ciertamente familiar, sola que en aquél entonces él tenía un bolso deportivo. La pista también era distinta, era más corta. Las gradas más largas y de otro color, el fondo no era el mismo, porque a un lado estaba una cancha de tenis y un poco más atrás una de básquet. Era un sitio grande.

— Qué recuerdos.

— ¿También pensabas en lo mismo? —Sinbaddy abrió los ojos de nuevo y giró la cabeza para verlo.

Juju también lo hizo, descubriendo ya la mirada dorada del pelimorado sobre él. Asintió con la cabeza y luego rió.

Sinbaddy rió con él, y luego se sentó de golpe, su sonrisa cambió de una alegre a una confiada.

— Vamos a correr.

— Estás loco. —Se negó rotundamente.

Sinbaddy le tomó una mano y lo obligó a levantarse, recibiendo varias quejas del pelinegro.

Fue una tarde de verano luego de clases cuando Sinbaddy llevó a Juju a la pista y lo animó a correr con él, siendo Sinbad la liebre* y Judal el pobre corredor que casi desfallece en los primeros 10 metros.

Había cosas que no cambian.

Notas finales:

Aquí se terminaron las tres actualizaciones del día, con este último capítulo del dia.

Pronto saldré de vacaciones y no podré escribir más, por eso decidí actualizar tres fanfics, ¡y casi decido poner a Pescador en la lista! Pero me quedaba en blanco para completar el capítulo final. Lo siento~

*Con liebre me refiero a la persona que corre frente a alguien para que este se anime a alcanzarlo y rebasarlo. Usualmente la liebre es la persona más rápida entre los dos y con más experiencia.

Gracias por leer, ¡Grandiosas vacaciones a todos! Me mantendré en contacto con el grupo en FB, porque seguramente escriba cortos drabbles en notas del cel y quiera compartirlos.

 ¡Próximo capítulo!

Capítulo 3. Rival.

¡La aparición de Ja'far!


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