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Lágrimas Derramadas por Akizora11

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Notas del fanfic:

Dije que habría una historia donde explicaría lo ocurrido en "Red De Mnetiras", y ya ha pasado mucho mucho tiempo, pero mejor tarde que nunca. Espero les guste.

Notas del capitulo:

¡Mis bebés! Extrañaba escribir aquí TuT pero ya ni tengo tiempo de respirar, y aún así busco empleo :v soy un asco con mis horarios, siento dejar abandonada esta cuenta. Aahh, pero ¿y wattpad? Ahí si nada más termino una historia y empiezo otra :,v Ya regrese aquí y no me ire tanto.

Tengo vacaciones así que puedo estar en la compu un rato y checar amor yaoi, estare editando todas mis historias aquí como ya hice en wattpad así que no desaparesere.

2:00 p.m.


LuHan permanecía en silenció esperando a que alguna idea llegara a su cabeza. ¿Cómo entregarle aquellos papeles a Minseok? Esos papeles que definirían todo.


Suspiro y negó con la cabeza, no podía hacerlo.


Su celular comenzó a vibrar frente a él en aquel escritorio color chocolate que se encontraba al centro de su oficina.


— ¿Bueno? —preguntó cuándo tomó el teléfono en sus manos y respondió la llamada.


— Lu ge. —Dolía oír su voz, dolía que lo llamará por su apodo.


— ¿Qué pasa, Minseok? —Sabía que estaba siendo demasiado "tosco", pero sino lo era su debilidad volvería y retiraría lo hasta ahora planeado.


— ¿Llegarás a casa temprano? —pregunto, pero LuHan se percató del toqué de extrañeza en su voz.


— No —fue directo. Era doloroso, cerro fuertemente sus ojos tratando de evitar que las lágrimas salieran, pero su voz no se perturbó.


— La niña preguntara por ti. —"La niña", la preciosa Nana que había sostenido en sus brazos desde pequeña, su princesa...


— Estoy trabajando.


— LuHan, por favor...


— Minseok, necesitó que la niña se encuentre dormida para cuando llegue. Necesitó hablar contigo. —Tenía que seguir y no desviarse de sus planes solo porque estaba enamorado.


— ¿Todo está bien?


— Te veo más tarde. —Colgó sin saber que más decir.


Quería gritar hasta quedarse sin voz, quería regresar a aquel momento cuando lo conoció y alejarlo de su vida, deseaba con todas sus fuerzas no haberse enamorado de él.


6:00 p.m.


— ¿LuHan? —preguntó esa voz que, en lo más profundo de su ser aunque no lo aceptará, extrañaba.


LuHan permanecía en silenció tratando de escuchar lo que le decían, pero simplemente no podía concentrase. La sala de conferencia era demasiado grande solo para ellos dos, pero era lo suficientemente silenciosa como para trabajar cómodamente. El otro hombre permanecía a un lado de LuHan, ambos descansaban en sus respectivas sillas y el enorme escritorio estaba a un lado de ellos.


— ¿Si? —Se escuchaba bastante distraído hasta para sí mismo.


— ¿Estas bien? —pregunto el otro hombre preocupado al verlo de esa forma.


— Kai. —Nunca lo llamaba así, le recordaba a la juventud que vivieron juntos y era mejor evitar esos dolorosos recuerdos.


La caricia que JongIn le otorgó en su mejilla le hizo sentirse débil, pero no le importó; lo necesitaba, necesitaba sus caricias, necesitaba de él.


— ¿Qué ocurre, nene? —Tomó asiento aún lado de él.


— ¿Porqué? —preguntó sin esperar respuesta, sabía lo "vaga" que podía llegar a ser aquella pregunta.


— Hay miles de millones de formas de poder terminar ésa pregunta —su voz sonaba con tranquilidad mientras le hacía saber lo obvio —, ¿por qué nos volvimos a ver después de tanto?, ¿por qué te casaste?, ¿por qué trabajas para SeHun? ¿Porqué...


— ¿Por qué me enamoré? —soltó en un sollozó y sin realmente estar consciente de ello, se recostó en el pecho del contrarió buscando consuelo.


— Es inevitable, pequeño. Para cuando te das cuenta, ya lo estas. —Lo cobijó en sus brazos y LuHan dejó que las lágrimas salieran sin suprimirlas ni un minuto más.


— ¿Por qué duele? —soltó en otro sollozó después de un pequeño lapso de tiempo.


— No tiene por qué doler.


LuHan se sentía como un niño pequeño y no como el adulto que se suponía era.


— Entonces ¿porqué? —preguntó sin mirar a JongIn directamente a los ojos.


— Pequeño. —JongIn tomó entre sus manos las mejillas de LuHan para guiar su mirada a sus ojos—. Tú más que nadie sabe la respuesta —su voz era tranquila y calmada buscando darle consuelo a LuHan.


— Yo... —Realmente no sabía que decir, pero sabía perfectamente lo que quería; seguir en los brazos de JongIn.


— Algunas veces decidimos no saber, pero tenemos la respuesta frente a nosotros.


JongIn le permitió volver a cobijarse en sus brazos, escondió su rostro en el cuello del otro empresario y se permitió llorar hasta que las lágrimas no salieran más.


— Lo amo —susurró.


— ¿Y él? Sería egoísta solo pensar en lo que tú sientes.


— No lo sé, sus palabras parecen tan ciertas —hablaba con un poco de calma recuperando la compostura, pero aún no se alejaba de su escondite en los brazos del contrario.


8:00 p.m.


— Según lo planeado. —La voz de SeHun no parecía perturbada después de ver a LuHan con los ojos un tanto rojos e hinchados de tanto llorar—. El contrato no se verá perturbado por ninguna otra cláusula.


LuHan aún recuerda lo cercanos que fueron, hasta hace unos años parecían los amigos inseparables, pero después del nacimiento de Nana todo había cambiado, en sí toda su vida había cambiado.


— Así es —carraspeo y prosiguió—, SBS está de acuerdo en todos los términos ya previstos.


— Entonces todo está perfecto —término de decir SeHun y LuHan dio por entendido que la conversación había terminado.


LuHan se disponía a salir de la oficina de su jefe cuando lo escuchó hablar.


— Lo siento. —Sabía muy bien que se refería al contrato con la empresa SBS, la empresa de sus padres.


— Es sólo un negoció, SeHun —dice antes de salir de aquella oficina.


10:00 p.m.


LuHan no se percató cuando aquel auto color rojo iba a gran velocidad en su dirección, tampoco se percató de lo mojado que se encontraba el pavimento.


Las gotas de lluvia caían sobre su, ahora, oscurecidos cabellos. No se percató de nada hasta que el rechinido de las llantas y el estruendoso golpe se escucharon.


El pavimento ahora era pintado por un tinte carmesí, los sonidos de la sonora sirena de la ambulancia, el bullicio de las personas corriendo, el auto destrozado y su último aliento... Se unieron todos en un milímetro de segundo.


 


Un pequeño niño corría de un lado a otro en el parque de diversiones junto a su padre...


El pequeño se encontraba junto a su madre mientras esta le leía un cuento. "El principito" se leía en la portada


El niño reía ante el "ataque" del "monstro de las cosquillas" que le proporcionaban sus padres...


Un niño, aún más pequeño que él, le contaba un chiste para que dejase de llorar...


Una niña sonreía victoriosa al ganar por tercera vez consecutiva aquel videojuego mientras competía contra él...


El pequeño lloraba sin parar mientras sus padres le gritaban enfadados por hace amistad con la pequeña...


Un joven, por fin, decía "te amo" y daba su primer beso casi al mismo tiempo...


Un joven lloraba en su alcoba al percatarse que aquella persona nunca lo amo...


Aquel joven escucho un "te amo" de los labios contrarios y se permitió amar una vez más...


Un joven de veinte años era abofeteado por su padre al decirle que se casaría... con un hombre...


Él lloraba desconsolado al darse cuenta que había sido traicionado, allí recibió lo que fue el primer beso de la extraña relación de "amantes" que comenzó con su mejor amigo...


El joven se enteraba de que sería padre... O eso creía...


El joven jugaba con la pequeña en brazos mientras su esposo cocinaba...


Aquél joven había derramado miles de lágrimas...


Aquél joven era feliz...


Aquél joven había sido feliz...


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