Se le estaba haciendo tarde para ir al colegio. Ichiro Miyata era un joven muy serio, orgulloso pero también muy estudioso. No tenía malas calificaciones y leía todos los libros de la biblioteca, se podía decir que es un ratón de biblioteca pero en realidad era el estudiante prometedor más guapo de toda su clase pero esta vez su diploma de asistencia estaba en juego porque ya se estaba acercando el momento de coger un taxi y partir a la escuela de manera inmediata pero varios taxis lo ignoraban o simplemente estaban ocupados por señoras gordas con sus hijos pero revisaba su reloj y estaba pensando en ir en autobús pero varios estaban en hora pico y él no quería estar cerca de las personas y no porque fuera esa clase de gente snob sino porque una vez un joven de copete peculiar le había agarrado el trasero en el autobús la semana pasada y no quería ya tener ese tipo de acoso otra vez asi que esperaba cerca de las banquetas el taxi que al menos no estuviera ocupado; alzó su pulgar para que alguien ya se detuviera pero nada hasta que uno se detuvo y al inclinar la cabeza se horrorizó al ver las cochinadas que tenía el conductor en su cabina, pero le dio un vuelco al corazón y las mejillas se sonrojaron al ver al conductor: Este era de piel morena, cabello castaño y muy atractivo que vestía con unos jeans que marcaban sus muslos y una camisa blanca sin mangas que marcaban su figura tan apeteciblemente musculosa.
-Buenos días joven, ¿A dónde se dirige?
-Mm...-se había quedado sin palabras ya que el conductor no estaba nada mal y varias escenas con él aparecieron de repente, vamos Miyata despierta debes de mantenerte de pie. Que llegaras tarde a la escuela- quiero que me lleve a la Preparatoria Eitoku por favor.
-De acuerdo, joven siéntese atrás por favor- asintió el conductor y le abrió la puerta y el joven Ichiro Miyata entró con cuidado y revisó su reloj.
-Se lo ruego, tengo prisa por favor podría ir un poco más rápido, tengo prisa.
-Está bien- dijo sonriendo mientras arrancaba el taxi y manejaba y decidió hacerle la plática ya que por el espejo retrovisor lo veía algo apurado- ¿Por qué tan apurado? ¿Va a presentar un examen?
-No, es que tengo estar puntual para recibir diploma de asistencia- respondió mientras miraba la ventana algo nervioso.
-Vamos, no sea ai de seguro no se lo quitaran por llegar minutos tarde- decía el conductor mientras seguía y pasaba la luz del semáforo una vez que cambiaba de color.
-No entiende- bajaba la mirada- dese que entré a la preparatoria he estado obsesionado con la puntualidad.
-Sí, eso pensé- el conductor, de nombre Takeshi Sendo suspiraba ya que él no era asi en la escuela sino todo lo contrario, ya que estaba la mayor parte del tiempo repartiendo palizas a los que se lo merecían por robarle dinero a los débiles- pero no te preocupes conmigo no podrás llegar tarde.
-A propósito ¿Cuánto va a ser?
-30 yens- dijo mientras revisaba la tarifa.
Miyata pensaba que algo iba mal, buscaba y rebuscaba en su maletín escolar pero no encontraba el dinero que tenía para pagarle al taxista.
-¿Qué sucede?
-No tengo...
-¿Qué?
-No tengo el dinero, ay no estaba tan apurado en llegar temprano que se me olvidó- y después recordó que su padre le había dejado el dinero en la mesa y al tomar su teléfono vio que no tenía saldo- genial.
Sendo miraba a Ichiro Miyata por el espejo retrovisor y al verlo así decidió ayudarle de una forma no muy normal.
-Hay una forma de cobrarte si no traes dinero.
-¿Ah sí? Dígamelo por favor, de verdad porque no quiero llegar tarde.
-Tienes que mamármela.
-¿Qué?- el rostro del joven peli negro se puso de un tono escarlata, ya que no daba crédito a lo que había dicho el sexy taxista, bien si estaba imaginándoselo en la cama mientras estaban haciéndolo rico y todo pero también tenía que estar demente ese taxista como para pedir algo asi ya que no tenía ninguna experiencia en eso.
-Claro que no lo haré.
-No puedes negarte, sabrás que yo no fio, la última vez que lo hice un niño dijo que me pagaría y no lo ha hecho.
-Pero... por favor no sea...
-Dime Sendo por favor.
-De acuerdo, Sendo no seas asi de verdad necesito llegar temprano a clase.
-De verdad lo siento o...- de pronto se desvió del camino para llegar a un lugar donde no pasaba nadie.
-¿Es usted un secuestrador?
-No, ¿Cómo crees? Sólo porque tenga apariencia de vago sin remedio no significa que sea un secuestrador es solo que- apartó el asiento delantero para poder pasar por donde estaba su pasajero- lo que pasa es que desde que te vi me ha dado ganas, todo el trayecto te imaginaba que me chupabas el pene.
-Estás loco- dijo con seriedad Miyata mientras apartaba la mirada, es verdad, él también le tenía ganas. Genial algo de verdad que estaba atraído por el taxista pero no se lo iba a decir con facilidad, aún quedaba para llegar a la escuela pero no tenía el dinero para quitarse ese problema de encima. No iba a decirle que desde que lo vio tenía ganas de él.
-Vamos, de verdad que te tengo ganas- decía Sendo mientras se acercó aún más a su pasajero y lo besó pero no era un beso tierno sino uno apasionado metiendo su lengua de manera intensa y empezaba a acariciar a su entrepierna entre la ropa.
Miyata se sonrojaba cada vez más mientras sentía que el calor corporal aumentaba cada vez más y le ayudaba de manera inconsciente al taxista Sendo en quitarle la chaqueta de la preparatoria y este le acariciaba los pezones con lentitud; logrando excitarlo cada vez más.
-Ahh...- jadeó Sendo mientras lo seguía haciendo y Miyata después de eso se inclinó para desabrocharle el cinturón y el botón de los jeans para quitar la ropa interior y ver el tremendo pene que tenía, estaba muy grande que tragó saliva por un momento.
-Es que está muy grande, no me cabrá en la boca.
Sendo rió un poco al ver la cara sorprendida de su pasajero, del hermoso pasajero, la razón por la cual se detuvo, era obvio que su pene estaba muy grande.
-Vamos, no pasará nada. Te gustará- acarició su espalda para animarlo y después de eso vio como los labios rozados de Miyata estaban rozando su pene un momento y después pasaba a lamerlo como si fuera un dulce y él solo arqueaba la cabeza ya que estaba sintiendo ese ligero cosquilleo y cuando vio que la boca de Miyata estaba llevándoselo a la boca jadeó aún más y abrió los ojos cuando este lo masturbaba al mismo tiempo que lo mamaba.
¿Con que así se sentía eso de mamar penes? Pensaba el taxista mientras veía que Miyata seguía haciéndolo metiéndolo ada vez a su boca pero su mirada daba algo de nervios y cuando este dejó el pene para poder respirar, Sendo le acarició la mejilla.
-No estés asustado, se siente muy bien, continua- creyendo que su trabajo estaba hecho se acomodó para seguir disfrutando y efectivamente Miyata se lo volvió a llevar a la boca una vez más pero con un buen bonus: Le estaba acariciando los testículos y pasaba la lengua sobre ellos y Sendo se sentía en el cielo ya que la boca de Miyata estaba cálida y que en cualquier momento se iba a correr pero se detuvo cuando Miyata retiró su boca...
-Ahhh... no quiero que te corras, no tengo donde limpiarme- movió ligeramente la boca ya que no estaba acostumbrado a eso.
-Bueno- estaba loco ya por él asi que se quitó la camisa blanca y Miyata casi se queda sin respiración ya que el cuerpo musculoso de Sendo estaba tan deseable, el sudor corría ligeramente sobre los pectorales y los pezones estaban totalmente visibles y se apartó un poco- ¿Te gusta lo que ves?- preguntó con una sonrisa mientras se quitaba el resto del pantalón y de la ropa interior y le ayudaba a desnudarse quitándole el pantalón escolar.
-Bueno yo...
-Acomódate- lo ayudó a ponerse bien en el asiento trasero y abrirle bien la piernas y admirar el miembro algo flácido pero la entrada toda roja y húmeda y se relamió los labios cuando rozaba su pene por aquella entraba tan deseable y escucharlo gemir una y otra vez.
-¿Qué haces?
-Me encanta esta vista.
Miyata se sonrojó, miró su reloj de reojo y vio que ya estaba retrasado, ya no había nada que hacer. Pensó que con tan solo chuparle el pene al taxista con eso iba a bastar pero el momento se encendió y ambos estaban desnudos; el deseo se estaba apoderando de él y cerró los ojos cuando poco a poco el miembro del sexy y moreno taxista pasaba por su entrada, arqueó la espalda y tras pasar dos minutos Sendo comenzó a embestirlo.
Al principio lo hacía muy lento y miraba con intensidad a Miyata desde abajo y este estaba jadeando de dolor que poco a poco se estaba convirtiendo en placer y las embestidas aumentaban cada vez más y los gemidos ahogados.
-Más..- pedía de manera entrecortada cuando las embestidas le cortaban la respiración y el aliento y empezaba a masturbarse.
Los besos eran intensos cuando sus cuerpos se juntaban y sus lenguas juntas y húmedas.
-Ohh- como buen amante Sendo besaba a Miyata por el cuello, dejándole ligeras marcas sexuales pero Miyata no se inmuto en cambio pedía más.
-Me encanta... ohhh si...
Después cambiaron de posición, Sendo subió en su regazo al estudiante Ichiro Miyata, su entrada estaba sobre su pene y empezaba a saltar; cada vez más y más alto y rápido.
-Sigue... sigue...- tocaba sus pezones para darle a entender que lo necesitaba más pero también se movía y el pene entraba y salía y los gemidos de Miyata invadían el taxi con cada embestida brutal pero sobre todo lo gozaba.
Cuando se corrieron, siguieron, dentro del taxi y por todos lados y estaban muy sudados.
Estaban acomodados tapados con sus prendas y jadeaban cada vez menos.
-¿Te gustó?
-Pero ¿Cómo llegué a esto?- se tapaba los ojos con vergüenza.
-Vamos, sé que te gustó.
-Pero yo pensé que sólo era chupártela.
-Y lo era pero me gustaste para más que no pude detenerte.
-Adiós diploma de asistencia- se quejaba Miyata.
-Vamos, en realidad no importa ese dichoso diploma. Más bien deberías ganarte un diploma por la mejor mamada que has hecho.
-Eres un cerdo- espetó al ver la sonrisa cínica de su rostro mientras empezaba a vestirse.
-¿Qué haces?- preguntó Sendo mientras se incorporaba.
-Debo irme recuerdas, tengo que ver lo de mis siguiente clase y ver cómo puedo recuperarme, esto jamás me había pasado.
-Pero debes admitir que me deseabas.
-No, la verdad no sólo fue el calor del momento.
Eso fue la gota que derramó el vaso y lo dejó irse y tras recuperar las energías regresó al trabajo normal. Pero no con la actitud que tenía antes porque el estudiante se lo había arrebatado.
¿Se había enamorado? Tal vez pero aunque había tenido sexo con algunas de sus novias de juventud ellas no se comparaban al Ichiro Miyata.
Habían pasado 4 meses y aunque las pasajeras buscaban seducirlo para que él se acostara con ellas en el taxi el no correspondía hasta que recibió una llamada de un número algo desconocido para él y respondió:
-¿Diga?
-Soy Miyata, mmm... quisiera pedirte que... si puedes venir al hotel que está cerca del parque?
-¿Y para qué? ¿Para qué me vuelvas a dejar?
-Ve antes de que cambie de opinión- y colgó.
Sendo se sorprendió por eso pero aún asi fue y lo vio pero esta vez con ropa normal y bajó del taxi para caminar hacia él.
-Bueno aquí me...
No alcanzó a decir lo demás porque Miyata lo besó metiendo esta vez su lengua y apretaba su trasero que él no tardó en corresponder de la misma manera, haciendo que le otro gimiera.
-Me extrañaste.
-Algo.
Sendo estaba penetrando a Miyata momentos después mientras que este sólo pedía más. Sería alto precio sólo para él.
Continuará...