Frisk al fin habia llegado al castillo dejado tras suyo un rastro de sangre y destruccion a su paso. ¿Quien iba a creer que un pequeño niño seria capaz de tener ese nivel de sadismo dentro suyo?
Mas sin embargo no solo era el quien controlaba la vida y la muerte de la gente de undergroud pues habia alguien mas que solo le guiaba y usaba como marioneta.
Frisk en realidad no estaba del todo consiente de lo que hacia ya que solo se dejaba llegar por la voz en su cabeza y las ordenes que esta le daba; tenia conocimiento del daño que causaba pero creia que era algo irreal asi como aquella figura sonriente de mejillas rosadas que le guiaba a cada paso.
Por su parte el niño no se habia percatado que en las sombras alguien lo seguia con cada huella en la tierra que dejaban sus botas cubiertas de la sangre de sus victimas, dispuesta a salir en cualquier segundo.
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El castillo de Asgore era inmenso ante los ojos de un niño como Frisk; los vitrales del pasillo principal en tonos amarillos llenaban la atmosfera de una incipiente calma, similar al efecto que se tiene en los templos de donde el venia.
Todo estaba bastante silencioso, tranquilo... lo unico que el menor podia oir era el eco de sus pisadas contra el suelo de brillante marmol; solo veia su sombra en todo ese pasillo iluminado por los rayos que se colaban por los cristales coloreados. Ya habria tiempo de detenerse a admirar, penso para sus adentros y siguio caminando hacia lo que sellaria su destino.
Mas la aparente calma duro muy poco, demasiado para la suerte del chico. Ahi frente suyo se encontraba una figura tan solo unos 30 cm mayor que la suya; ¿quien era? ¿de donde habia salido? Se cuestionaba curioso al no oir algun otro sonido que el de sus propios pies en todo el recinto.
Aquel extraño estaba cubierto por la conveniente sombra de uno de los pilares decorativos que se hallaban a lo largo de aquel pasillo amarillo mas sin embargo pudo divisar algo rojo alrededor del que suponia era el cuello del desconocido.
-¡Hey!- el niño se puso en guardia al reconocer esa voz que le saludaba tan amigable como siempre habia sido a lo largo de todo el camino que lo vio.
-Tranquilo niño- hablo aquel individuo en aparente calma aun cuando se mantenia inmovil en su sitio, a Frisk no le agradaba su presencia pues le dejaba una sensacion agridulce, bastante familiar a pesar de que fuera la primera vez que se encontraban asi.
Un bufido por parte del extraño asi como un suspiro se oyeron antes de seguir hablando, al parecer comenzaba a crisparse.
-He estado algo ocupado, ¿sabes?... Ya me conoces- solto una pequeña carcajada entonces, a pesar de que su voz aun se mantenia relajada su cuerpo no respondia igual y eso iba poniendo señales de alarma dentro de la cabeza del castaño.
Hubo un largo silencio incomodo entre ambos, ninguno se atrevia a romperlo... pero era necesario para terminar con este asunto...
-Dime niño...- entonces finalmente volteo su mirada al pequeño que yacia tras suyo, dejando ver como de pronto la magia se acumulaba en una de sus iris tornandose en un azul mucho mas brillante, mas intenso, un azul tan cegador que parecia formar llamas desde la pulila del muchacho -¿te gustaria pasar un mal rato?-
Al mismo tiempo que termino de decir esto el pequeño se vio acorralado por el mayor que se giro por completo para encararle con ira.
El muchacho de tez y cabello blanquecino tenia una mirada filosa, sus manos estaban apretadas en puños y la sudadera azul tenia rastros de sangre seca; alrededor de su cuello descansaba la bufanda roja de su hermano menor, su ultimo recuerdo de este y el motivo de que el estuviera ahi.
Se acerco mas al menor, esta vez en pose amenazante y aun con la permanente sonrisa en sus labios que lo hacia lucir en esos momentos como un verdadero psicopata.
Frisk retrocedio tan solo unos pasos, el niño castaño empuño su cuchillo poniendolo frente a el con el filo apuntando hacia Sans como medio de defensa.
-Bonita arma- se burlo el muchacho para despues chasquear los dedos y hacer aparecer tras suyo unos enormes cañones con forma de craneos que dispararon sientos de rayos hacia el niño -¿te gustan las mias?- su sonrisa se iba ensanchando mirando como Frisk intentaba esquivarles
A duras penas el menos logro escapar del potente laser que casi termina desintegrandolo en mas de una ocasio para despues volver a ponerse en guardia.
Sans estaba impresionado, pero eso no iba a detenerlo; debia vengar a Papyrus.
-Que comience el juego-