Era una noche fría en las puertas de Konoha. Naruto había acompañado a Sasuke para despedirse. Una vez más salía de la aldea para expiar sus pecados.
—Voy a casarme con Hinata. Es una buena persona, en aquel momento que Toneri la había secuestrado, al saber que ella siempre me ha amado… yo, desee hacerla feliz. Creo que es la indicada para mí.
—¿La amas?
—Ella es dulce, inteligente, y fuerte, siempre ha estado preocupada por mí desde hace años. Es lo correcto.
—¡Respóndeme!-gritó—¿¿LA AMAS??-alzó la voz.
El blondo se estremeció. El Uchiha se escuchaba furioso.
—Le tengo afecto-concluyó. Sasuke no estaba muy seguro que significada aquello, pero en su voz entendió que era una decisión definitiva. No daría más vueltas, no había nada más para hablar.
—Felicidades entonces-dio media vuelta y comenzó a irse con su respectiva vestimenta negra.
—¡Espera…! ¿Vendrás a mi boda, verdad? ¡Te enviaré una invitación con un halcón!
Sasuke se detuvo abruptamente sin mirarlo. Intentando no perder la calma, con una voz seria, largó aquello que llevaba tiempo sin salir a la luz.
—Quizás tú lo hayas olvidado, Naruto, porque no eres más que un idiota. Pero yo nunca lo olvidaré. No olvidaré que tu y yo nos-
—¡DETENTE! ¡No digas más, Sasuke!-gritó desesperado—Eso… eso quedó en el pasado. Tienes que borrarlo de tu mente.
El azabache esta vez enfrentó su mirada a solo unos pasos de él.
—Te comportas como un cobarde, ¿lo sabes?
—No me importa lo que creas. Eso que ocurrió, no debía de pasar… ¿Sasuke, tu deseas restablecer el clan, cierto?-estaba nervioso—Sakura-chan te ama tanto, deberías darle una oportunidad, estoy seguro que sería una magnifica esposa y-
—¡No cambies de tema!
—¡Y tu Sasuke, tienes que sentar cabeza y olvidar eso!-gritó, perdiendo la calma—¿Quieres hijos, cierto? Tener una familia como la que perdiste. ¡Volverás a ser feliz!
—¡Mi única familia eras tú!-respondió dolido. Todo sonido pareció detenerse al instante, y solo el grito ahogado de Sasuke había llegado profundamente a sus oídos y su corazón.
—… Yo…
—Ya no encuentro rumbo en mi vida, Naruto-por más ganas de llorar que tenía, no derramó ninguna lágrima frente al rubio. No quería su lastima—Necesito encontrar respuestas. No puedo estar aquí un minuto más. Y tú no puedes ayudarme, nadie puede. Adiós.
—¡SASUKE!
…to.
…ruto.
—Sasuke… no te vayas.
—¡NARUTO!
—¡AAHH!-el séptimo cayó de espalda al suelo junto con la silla, llevándose una torre de papeles encima.
Shikamaru suspiró.
—Llevo un rato llamándote. Tenías una pesadilla. Deberías ir a tu casa a descansar.
El blondo se levantó del piso poniendo la silla en su lugar y recogiendo las hojas desparramadas por doquier.
—No puedo. Siento que cada vez me acerco a la verdad. He encontrado cientos de técnicas pasadas de generación a generación, estoy seguro que encontraré esta. Solo que en algún momento me he quedado dormido.
—Deja que termine yo de recoger este lio. Tú sigue con la investigación.
—Gracias, Shikamaru, ¿Temari no se enfadara si te quedas tan tarde?
—Le pedí permiso.
—…
—…
—Entiendo.
…
…
Mitsuki, se encontraba en el techo de una casa en esa fría noche, como era su costumbre hablaba con su progenitor a través de la serpiente que rodeaba su cuello.
—Estoy bien, no te preocupes. ¿Boruto? Sí, es muy divertido estar con él. Tuvimos una misión en la mañana, pero Boruto estaba molesto, encontrar un gato perdido no era la gran cosa para él. Estoy seguro que seguirá sorprendiéndome, después de todo, es mi Sol-sonrió, observando la enorme luna alzarse frente a él—¿Sí? no. Todavía el séptimo no ha hallado una forma de traerlo. Padre, ¿Tú quizás puedas- … entiendo. Sí. Si ocurre algo te lo informaré, hmm-se quejó levemente un instante, era un dolor agudo en el pecho—No es nada. Solo… sí. Adiós-la serpiente volvió a ocultarse debajo de su manga, se puso de pie, un horrible mareo amenazó con tirarlo al piso inmediatamente—¿Qué…?-cayó al piso sin saber exactamente qué ocurría con su cuerpo, estaba entumecido, difícilmente pudo despegar el rostro del suelo—¿Por qué… no puedo moverme?-suspiró intentando tranquilizarse—Tendré que pedir ayuda, pero a esta hora ¿habrá alguien que pueda oírme? Pero…no…-sus ojos comenzaron a cerrarse—¿Por qué estoy tan… cansado?
Mitsuki perdió la conciencia.
…
…
Shikamaru iba de un lado a otro en la oficina, observaba a Naruto acostado en un sofá provisorio, comenzaba a preocuparse.
—¡Estoy aquí!-entró agitada sin anunciarse.
—Sakura, pronto, revísalo por favor. Siento molestarte tan tarde, pero fue tan repentino su desmayo…
—Está bien, hiciste bien en llamarme. Sarada y yo ya habíamos cenado. Ella también estaba preocupada y me apuraba para venir.
—Ya veo.
—Veamos-se arrodilló y puso sus manos en el pecho del blondo, inmediatamente el chakra verde comenzó a emanar de ella—Está respirando normal, su corazón está bien, pero…
—¿Pero?
—Shikamaru-la peli-rosa volteó a mirarlo—¿Naruto ha dormido algo? Su cuerpo está fatigado. Tiene ojeras y está un poco pálido, tú tienes que decirle que debe dormir y comer apropiadamente, no puede descuidarse así, ¿Quién salvará a Sasuke-kun, entonces?
—Sé lo he repetido cientos de veces, pero él no me escucha-suspiró—Solo piensa en traer a Sasuke de regreso.
—No hay manera en que pueda traer a Sasuke-kun en estas condiciones—miró a su amigo durmiendo—Tiene que cuidarse también, preocupará a Hinata y a sus hijos-se puso de pié—Solo déjalo dormir, es mejor si tarda un poco, recuperará energía.
—Por favor no menciones esto a Hinata, creo que Naruto no querría que supieran esto.
—Lo sé. Conozco a este tonto, y sé que Hinata se pondría mal. Guardare el secreto, no te preocupes.
El de coleta se mostró más aliviado.
—Cambiando de tema, ¿Ha habido algún avance?-preguntó preocupada.
—Temo que no. Solo meras hipótesis, en lo único que concuerda es que mientras más permanezca Sasuke en otra dimensión más peligrará su vida, eso significaría también su pasado.
—Ya veo…-respondió desanimada—No puedo darme el lujo de derramar lágrimas, todavía tengo esperanzas, debo cuidar a mi hija si lo peor ocurre.
—Sakura…
—Tengo que ser fuerte por Sarada, ya no estoy sola, y también, Sasuke-kun no bajará los brazos tan fácilmente. En fin, dejo en tus manos cuidar a Naruto, me retiro a descasar. Hoy tuve un día agotador en la clínica. Necesito reponer energías.
—Que descanses.
—Gracias. Cualquier otra cosa, vuélveme a llamar.
—Sí, adiós.
El Nara observó a su amigo desmayado.
—¿Qué voy a hacer contigo…?-tomó una manta que el rubio tenía guardada en un armario cuando pasaba las noches encerrado en la torre, lo cubrió y salió sin hacer ningún sonido.
…
…
El día estaba resplandeciente. Las calles estaban concurridas, y como era de esperarse, los ninjas tenían mucho trabajo. El equipo Konohamaru esperaba paciente en el puente como era habitual para su próxima misión de “niños chiquitos” como mencionaba hasta el cansancio Boruto.
Pero aunque se trataba de un equipo.
—¿Dónde está Mitsuki?-preguntó el mayor, llegando al punto de encuentro.
—Es extraño, sensei, Mitsuki siempre es el primero en estar aquí por las mañanas-mencionó, Sarada.
—Sí, por lo general yo soy el que llega tarde dattebasa-respondió el blondo.
—Me hubiera informado si tenía algo que hacer…-se mantuvo pensativo—No es normal esto de Mitsuki. Sarada, Boruto, les daré una misión-estos se mostraron atentos—Encuentren a su compañero ahora, lo haremos los tres por separado, ¿De acuerdo? Tomen una ruta y síganla derecha.
—Iré a las tiendas que visitamos en la semana-respondió la muchacha.
—Yo… Yo subiré a los techos, Mitsuki siempre se sube en ellos, sé que habla con alguien… pero no sé quién es-murmuró.
—Siendo así, iré a su casa. Nos vemos en media hora a no ser que lo encuentren. Avísenme lo antes posible.
—¡Sí, Konohamaru-sensei!
—¡Andando!
Entonces la búsqueda de su compañero de equipo dio inicio. Sarada entró a tienda por tienda revisando los clientes, Boruto llevado por una corazonada había decidido inspeccionar las casas cercanas a la suya. Kohamaru llegó a casa de Mitsuki, pero por más que tocó, nadie abrió. No había nadie en la casa.
—¡Mitsuki!-gritó, saltando de techo en techo—¡¿Dónde estás, Mitsuki?! ¡Mitsuki! ¡Mitsu-…—entonces le vio. Tirado boca abajo sobre un tejado—¡Mitsuki!
Se dejó caer a su lado y rápidamente lo dio vuelta, él era pálido así que no notaba nada extraño en su persona.
—Oye, despier-apenas tocó su rostro, sintió el frió tacto sacudir sus dedos. Sus ojos se ensancharon—Mit… ¿Mitsuki…?-comenzó a desesperarse. Estaba helado—Esto no puede…-pegó su oreja sobre su pecho, su corazón latía, latía muy débil casi no podía escucharlo—Vas a recuperarte, amigo, ya lo verás-a través de un dispositivo en su oído hizo contacto.
¿Boruto?
—¡Encontré a Mitsuki, estaba tendido en el techo de una casa, está muy frío! Sensei lo llevaré directamente con mi tía Sakura, no puedo esperar más!
Entiendo. Le avisaré a Sarada, iremos para allá pronto. Ve rápido.
Tomó al alvino en sus brazos y corrió rápidamente a la clínica. Sus pies se movieron increíblemente hasta su destino. Por los tejados era más fácil, sin gente que esquivar. No podía olvidar el tacto helado en sus dedos, todo el cuerpo de Mitsuki estaba frió, parecía un… un cadáver.
Cuando se tiró a tierra, entró al hospital y gritó frente a los pacientes en plena recepción.
—¡Tía Sakura!
—Disculpa, Boruto, pero ella está en una cirugía y-
—¡Necesito que revise a Mitsuki, mi amigo está muy mal!
—Lo entiendo, pero debes respetar las normas-
Hastiado estaba. La recepcionista no podía ayudarlo. La gente le miraba sorprendida. Bien, sería por las malas. Acostó al alvino en el suelo cuidadosamente.
—¡Kage Bushin no jutsu!-un clon bastaba—Ve a la sala de operaciones y trae a la tía.
—¡Lo haré ttebasa!-corrió en dirección por un pasillo al fondo esquivando ágilmente a la mujer encargada.
—No puede interrumpir una cirugía.
—¡Y yo no puedo dejar morir a Mitsuki, en mis brazos sin poder hacer nada!-gritó irritado abrazándolo con todas sus fuerzas de pie.
Ella decidió guardar silencio. El carácter del menor estaba a punto de descontrolarse. No pasó mucho tiempo que desde el pasillo, el clon junto a la peli-rosa venían corriendo.
—¿Qué ocurrió, Boruto?
—Tía, Mitsuki está muy frió, haz algo por favor-se angustió. Su clon se desvaneció habiendo cumplido su tarea.
Sakura puso su mano en la frente del menor.
—¿Cómo puede ser posible…? Su calor corporal no está…
Las puertas de la clínica fueron abiertas bruscamente.
—¡Sakura-san!
Konohamaru llegaba agitado con nadie más que Sarada inconsciente en sus brazos. Sakura palideció. Fue corriendo a ella.
—¡¿Qué le pasó?!
—Su frente, tócala…
—Está perdiendo su temperatura, se está enfriando. Es como Mitsuki. ¿Qué está sucediendo?
—La encontré desmayada en un parque. No puedo creer que estando perdiendo calor aún ella esté-
—Por favor, no lo menciones-tomó a su hija y caminó junto a Boruto—Ven con Mitsuki a la sala de operaciones. Konohamaru, cuéntale a Naruto de esto.
—¡Sí!-dio vuelta y corrió hacia afuera.
—Tía…-comenzó a llorar—¿Qué les va a pasar…? ¿Van a morir…?
—No, no lo harán-sus ojos jade se cristalizaron, pero se mantuvo firme—No llores, Boruto, vamos.
Siguió a la peli-rosa a la sala cargando a su amigo sin dejar de derramar lágrimas.
—No mueran dattebasa… no me dejen…
Por otro lado, en el pasado, Naruto llegaba de una misión. Pero apenas piso su sala de estar encontró gotas de sangre, un camino de sangre que conducía al baño.
—¡Esto es malo! ¡Haru!-empujó la puerta que estaba entreabierta. Sasuke estaba tirado en piso boca arriba, su sangre había descendido por sus labios—¡Haru! ¡Haru, abre los ojos! ¡Despierta, por favor!-no abría los ojos, no lograba reaccionar por más que sacudía sus hombros—¿Qué hago? ¿Le digo a Kakashi sensei… o al viejo… que hago, Haru?
¿Qué hago?
(Continuará)