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Amor en el tiempo por pri_sasukelove20

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—Hinata está preocupada, tus hijos te extrañan, Naruto tienes que reaccionar. ¡Has estado aquí encerrado durante una semana!

Su deber era velar por el séptimo, no solo ayudarlo en su trabajo, sino también estar atento a su estado de ánimo. Siete días habían transcurrido, estaba de más decir que lucía destruido. Pálido, ojeroso, cansado, indicios en sus ojos de que se había pasado toda la noche… llorando.

Su lugar de trabajo era un desastre, libros tirados por doquier, papeles, pergaminos, todo el piso estaba cubierto de ello. Por lo visto, había mandado por alguien para que le trajera la biblioteca entera de Konoha.

—Diles que estoy bien-su mirada seguía pegada al pergamino en sus manos.

—Naruto…

—Tienes que entenderme, Shikamaru, la vida de Sasuke está en peligro. Cuanto más pasa el tiempo, más pánico tengo de que esté al borde de la muerte-le miró, unos ojos apagados, sin brillo alguno—Intento hallar la manera de traerlo de regreso. No importa si tengo incluso que ejecutar un jutsu prohibido, Sasuke volverá.

—Al menos, ¿estás comiendo adecuadamente?-vio tazones junto al escritorio.

—Ramen, es suficiente para mí.

—Necesitas cambiar tu alimento, le diré a Hinata que te haga algo nutritivo, necesitas fuerzas si es que piensas pasarte otra semana más aquí.

Sabía que era difícil discutir con Shikamaru cuando le reprendía algo, y estaba ciertamente en lo correcto, necesitaba energía para mantenerse despierto.

—De acuerdo-aceptó.

—En cuanto vuelva, me pondré a limpiar, no entiendo cómo puedes concentrarte en medio de este desastre.

Shikamaru lo dejó solo nuevamente, volvió a su trabajo, leyendo curiosamente cada párrafo.

Si la persona permanece demasiado tiempo en la otra dimensión, lo más seguro es que su pasado comience a fragmentarse llegando a un punto en que su futuro dejaría de existir.

—Es tal como lo suponía, Sasuke-se tomó la cabeza con ambas manos, una horrible jaqueca comenzaba punzar—No me importa si no duermo, necesito leer más… necesito…-gotas salpicaron el pergamino—No otra vez…-sollozó—Cálmate, Naruto, cálmate-llevó su mano a su corazón—Él va a estar bien, Sasuke estará aquí de vuelta, a mi lado… deja de llorar, maldita sea.

Sasuke había vagado durante días por la aldea, cuando la noche llegaba iba al bosque y dormía sobre una rama de árbol por seguridad. Su dinero estaba escaseando, pronto ya no podría comprar nada para comer, debía hacer algo. Quizás arriesgarse e ir a ver al tercer Hokage y solicitar trabajo como guardaespaldas o algo parecido.

—Es tan ridículo… aunque hago misiones clase S por el bien de la aldea, aunque soy la sombra del séptimo, todavía sigo siendo un simple genin… las misiones que me darían, tks…

El portador del sharingan posó sus ojos ónix en la resplandeciente luna, más grande de lo normal, algo hermoso para contemplar. Su mejor amigo pasó por su mente instintivamente.

—Yo soy la luna. Tú eres el sol que todo lo ilumina, yo soy quién resguarda esa luz para que pueda brillar cada día con más intensidad…-suspiró exhausto—Naruto…-su rostro envuelto en pavor era lo último que sus ojos habían visto —Je-una débil sonrisa escapó de sus labios—Sé que estás haciendo todo lo posible para llevarme de vuelta. Te conozco lo suficiente como para saber, que estás preocupado por mí… Naruto-estiró su mano hacía la luna—Apresúrate, por favor, esta luna, está muy débil-sus ojos se entrecerraban, cada día era aún más pesado, su cuerpo dolía horrores. Pronto sería insoportable. Era doloroso el caminar. Su vista dolía, y en  algunas ocasiones parecía sufrir delirios, porqué extrañamente podía ver a través de su mano, su piel por segundos se traslucía—Naruto…

 —¡¡SASUKE!!-gritó saltando de su silla, el Nara le miró sobresaltado, estaba terminando de ordenar la oficina.

—Tranquilo, solo fue una pesadilla-tocó su hombro—Estás temblando…

—Shikamaru, Sasuke estaba en un abismo, no podía escucharme, no importa cuánto gritara él desaparecía frente a mis ojos… yo… estoy aterrado-se cubrió el rostro lleno de lágrimas.

—Tú nunca te has rendido, Naruto, menos lo harás ahora, estoy seguro que hallaras una respuesta.

—Todo lo que he leído no son más que meras hipótesis. Ninguna tiene una manera de revertir un jutsu tan desastroso. Lo único en que aciertan es que el tiempo es primordial, la vida de Sasuke está en peligro.

—¿Has revisado la biblioteca que operaba la organización AMBU? En aquel tiempo eran miembros de Raíz, guardaban muchos secretos entre ellos, técnicas prohibidas.

—Soy un imbécil-le miró sorprendido—¡Como no lo pensé antes, maldición!-golpeó el escritorio con sus puños de pura rabia—¡Shikamaru, muchas gracias!-lo tomó de los hombros—¡Iré ahora mismo!-fue corriendo a la puerta.

—¡Oye, espera…! Al menos come algo-le mostró el bentō que había hecho su esposa Hinata.

—Lo comeré luego, dile a Hinata que se lo agradezco-salió corriendo dejando la puerta entreabierta.

—De verdad, cuando se trata de Sasuke, olvida todo lo demás…

Eran las diez de la mañana, un día soleado, el Uchiha había elegido un sitio junto a un rio donde podría asearse. Sus ropas quedaron en la orilla, se zambulló completamente buscando relajarse, el agua llegaba hasta su cadera, con el único brazo que poseía quitó sus el flequillo que tapaba su visión, debía estar alerta por si alguien pasaba por ahí.

 Aunque adolorido, eso no le impedía hacer sus tareas, procuro lavar todo su cuerpo, al salir volvió a vestirse e ir a los puestos de comida más cercano, su estomago rugía.

—Gracias por su compra-habló entusiasmado el mercader.

—No es nada…

El azabache se sentó alejado de tanto movimiento, justo debajo de la copa de un árbol, y se dispuso a comer tranquilamente sus tres onigiris.

—Sasuke-kun, ha estado raro últimamente.

—El teme siempre ha sido raro ttebayo.

—Cof-cof…-Sasuke casi se ahoga con el arroz.

Sakura y Naruto caminaban frente a sus narices como si nada, iban perdiéndose entre la multitud de gente, no lo pensó dos veces, guardó las dos bolas de arroz restante en su bolso morado y comenzó a seguirlos.

—¿Qué dijo Kakashi sensei?

—Hoy es nuestro descanso-respondió la Haruno—Sasuke solo le dijo que necesitaba descansar. ¿Naruto, lo has notado? Está más pálido, y tenía ojeras, es sin duda, falta de sueño. ¿Pesadillas tal vez?

—Sakura-chan le estás dando muchas vueltas al asunto, Sasuke teme no es débil en absoluto. No debes preocuparte demasiado, quizás solo es un simple resfriado.

—¡No lo tomes a la ligera, tonto!-le dio un coscorrón en la cabeza.

—¡Ouch! ¿Por qué me…?

—¿No lo entiendes?-no le permitió hablar—Esto es serio. Sasuke-kun está mal, tengo un mal presentimiento-sus ojos se humedecieron.

—Sakura-chan…-quedó boquiabierto.

Sasuke estaba de espaldas escuchando mientras se mostraba interesado en la venta de baratijas. Era tal como lo temía. Su presencia en esta dimensión perjudicaba a su yo del pasado.

—Vayamos a visitarlo.

—¿Eh?

—Necesitará ayuda, Sakura-chan, somos un equipo, ¿cierto?

—Sí, pero…-no creía que Sasuke estaría a gusto si iban e interrumpían su preciada paz.

—No podemos dejar a Sasuke solo. Si está tan mal como dices, iremos a ver que le sucede-tomó la mano de la peli rosa y comenzó a correr.

—¡Más despacio, Naruto!

Estaba interesado en saber cómo estaba su otro yo, por eso, tomó atajos que conocía de memoria y llegó antes a lo que había sido su pequeño departamento. Las ventanas estaban cerradas, no podía ver nada.

—Llegamos, ttebayo. Ahora la cuestión es que Sasuke nos abra la puerta.

Subieron los escalones hasta estar frente a la puerta. Sasuke observaba todo desde el techo contiguo.

—Sasuke-kun-tocó la puerta—Vinimos con Naruto a verte, estamos un poco preocupados. ¿Estás bien?

La puerta se abrió.

—Estoy bien, Sakura…-miró a Naruto y este desvió la mirada hacia otra dirección avergonzado—Solo necesito descansar. Mañana estaré bien.

—Ya… ya veo. Bueno, siendo así, no te molestaremos más, y te dejaremos dormir. Naruto-lo jalo de la muñeca—Lamentamos interrumpirte, Sasuke-kun, te veremos mañana entonces.

—Sí, gracias…-cerró la puerta rápidamente.

El dúo terminó de bajar las escaleras, Sakura soltó al blondo finalmente.

—Ah, me lastimaste, Sakura-chan-se tomó el brazo adolorido.

—No exageres. Creo que tal vez, lo pensé demasiado, tal como dijiste. Seguramente mañana todo estará como siempre. Nos veremos luego, acompañaré a mamá a hacer las compras. Adiós.

—Adiós-se despidió el rubio. Sin embargo, Naruto permaneció mirando el complejo del moreno unos instantes, Sasuke entendió que no se había convencido de lo que dijo su otro yo.

Lo leyó perfectamente de los labios de Naruto.

“Mentiroso”

Una pequeña sonrisa afloró de sus labios. Solo el dobe podía entenderlo. Pero aún así, Naruto decidió dejarlo solo tal como quería, más él permaneció sobre el techo mirando todo el tiempo su solitaria casa, mientras terminaba de comer. El tiempo pasó demasiado rápido, en cuanto menos lo supo, ya estaba anocheciendo, podía percibir la luz encendida de su habitación, pero solo eso.

Se puso de pie, era hora de buscar un lugar adecuado para dormir. De golpe, un ataque de tos no le permitió mantenerse, cayó de rodillas tosiendo sin parar, con dolor en la garganta.

—¿Acaso seré yo el enfermo?

Sin pensar mucho en ello, salió de allí, la gente entraba a sus hogares y comía en familia, las calles quedaban deshabitadas y solos los faroles eran la única compañía. El dolor esparcido por todo su cuerpo vino con más fuerza, tanto así que tuvo que sostenerse de la pared, era como si un millón de kunais apuñalaran su espalda, le recordaba cuando peleaba por su vida. Miró la solitaria luna en el cielo.

—Naruto…-susurró con tristeza, se dejó caer boca abajo, casi besando el suelo—No puedo más… Naruto…

—¿Señor…? ¡¿Señor, está bien?!-la voz se oyó cada vez más cerca, un joven alarmado, la vista de Sasuke comenzó a nublarse—¿Puede pararse?

—N-no…-respondió con esfuerzo.

—A la cuenta  de tres, lo haremos juntos, ¿de acuerdo? Uno, dos, ¡Tres!-Sasuke se agarró al hombro del muchacho, y este le rodeaba la cintura cuidadosamente—Lo acompañaré a su casa, dígame donde vive dattebayo.

Está de más decir que los ojos del Uchiha se abrieron desmesuradamente.

—Me iré solo-se apartó bruscamente sosteniéndose de la pared, él y Naruto definitivamente no tenían que encontrarse, ¿Qué le podría ocurrir a su futuro?—Gracias por tu ayuda.

—¡Espere! No hay manera que pueda dejarlo solo en ese estado.

—No te entrometas. Es por tu bien-podía oírse amenazador, pero Sasuke lo hacía con el fin de protegerlo.

—Lo siento, señor, pero no daré marcha atrás-se acercó para ayudarlo a pararse bien.

Sasuke iba a perder la paciencia.

—¡¿Es que no lo entiendes…?!-enfrentó su mirada, sus ojos se entrelazaron inmediatamente, echaba de menos a Naruto, lo extrañaba demasiado—¡Déjame solo! ¡Yo...-

—¡Señor! ¡Señor! ¡Resista!

Sasuke había finalmente sucumbido al dolor, quedó tirado en el suelo boca arriba, lo nuevo de su malestar, era la sangre. Su mano tocó los labios húmedos, salía sangre por su boca.

¿Cuánto me queda?

—Vete…

—Está loco, no lo dejaré aquí. Buscare ayuda, no se preocupe, volveré-iba a irse, pero la mano de Sasuke le apretó la muñeca.

—Lo que tengo no tiene cura, niño, no gastes energía.

—Pero-

—Es difícil de explicar. Moriré tarde o temprano-le soltó—Pensé que tendría más tiempo…

Naruto no dejaba de mirarlo. Su cabello largo, sus ojos, el color de su piel, su mirada, su voz.

—¿Sabe? Me recuerda a alguien.

—No me digas…-enderezó la mitad de su cuerpo y se apoyó contra la pared—Es tarde, regresa a tu casa. Estaré bien-cerró sus ojos intentando tranquilizar su respiración, su corazón latía anormalmente rápido.

—Tengo la sospecha de que usted no es de esta aldea.

Rayos.

—Lo que me indica que no tiene donde pasar la noche-sonrió—Yo vivo solo, es pequeño, pero es mejor que pasar la noche afuera ¿no lo cree?

—¿Por qué invitar a un extraño a tu casa? ¿Eres estúpido?

—Ja, ja, me lo dicen a menudo-rascó su cabeza.

—No es un alago, dobe.

—¿Qué dijo?-preguntó sorprendido.

Mierda. Era una maldita costumbre, después de todo estaba hablando con Naruto, pero no había podido controlar su boca. El estúpido debía ser él.

—Nada, no dije nada.

—Pero le oí decir-

—Estás cansado, y yo también, ayúdame a levantarme de aquí.

—¡Sí!

Sasuke apoyó su mano en el hombro, el rubito rodeó su cintura y comenzaron a caminar cuidadosamente.

—Iré contigo, pero solo será temporal. No me meteré en tus asuntos.

—No se preocupe dattebayo. Tengo que confesarle que mi habitación está un poco desordenada.

—No me extraña-suspiró.

—¿Cómo dijo?-le miró.

—Nada, olvídalo.

—¡Cierto! ¿Cuál es su nombre? ¿O le llamo señor?

—No soy tan viejo, sabes-frunció el seño—Mi nombre… mi nombre es… Haru, sí, me llamo Haru.

—¡Un placer! Me llamo Uzumaki Naruto, y me convertiré algún día en el Hokage, es mi sueño, para que todos me reconozcan-le sonrió.

—Lo sé-susurró—Sé que podrás conseguirlo.

—¿Eh…? Gracias, señor Haru-le miró avergonzado.

—Solo llámame Haru, Naruto.

—D-de acuerdo, Haru, ya estamos llegando.

Sasuke le miraba discretamente con nostalgia. Y recordó su añorada época de juventud junto a él, todo por lo que pasaron para que finalmente su amistad se fortaleciera, al tal punto, que él y Naruto… cruzaron esa delgada línea una vez. Algo que quería dejar enterrado en lo más profundo de su corazón.

Iba a aceptar lo que el destino le tenía preparado.

 

“Si voy a morir, que sea a tu lado, Naruto”

 

 

(Continuará)


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