El tiempo pasó demasiado lento para el gusto del rubio, quien todavía estaba siendo arrastrado como un costal de papas por Sasuke. Finalmente Naruto reconoció su casa y como pudo se soltó de su compañero.
- ¡Bien, ya llegamos! – dijo aliviado – ahora puedes irte a tu departamento y dejarme tranquilo.
- Así que esta es tu casa. Bien, te visitaré un día de estos – sonrió de manera burlesca y se retiró lentamente.
- ¡NO SE TE OCURRA VENIR, UCHIHA BASTARDO! – gritó desesperadamente - ¡si lo haces, juro que te cerraré la puerta en esa cara de espantapájaros que tienes!
- Ya veremos – rió en un tono arrogante – Hasta mañana – Dijo para luego desaparecer tras la esquina.
- Ese idiota… sabía que no traería nada bueno.
- ¿Idiota? – pregunto una voz femenina - ¿De quién hablas, hijo?
- Ah, madre eres tú – volteo a verla y le sonrió – no es nadie importante, solo es el chico nuevo.
- ¿Un chico nuevo en tu escuela? Vaya, espero que un día lo traigas a la casa – comento la alegre pelirroja – Ya va siendo hora de que hagas más amigos, al único que conozco es a Shikamaru.
- Lo dudo madre, ese sujeto es de lo peor. No te imaginas lo irritante que es – hizo un puchero y entro a la casa.
- Los chicos son tan incomprensibles… - suspiro y siguió a su hijo.
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- Ya estoy en casa – Sasuke entro a su departamento y dejo su maletín en el sofá - ¿qué hay para comer?
- No tuve tiempo para preparar algo, lo siento hermano – respondió un hombre que se parecía mucho a él, solo que este poseía un cabello más largo y unas notorias ojeras.
- No pasa nada Itachi – tomó su celular y se dispuso a realizar una llamada - ¿Quieres que ordene algo?
- Lo que sea está bien.
- Bueno, entonces pediré sushi – marcó el número y comenzó a ordenar la comida. Mientras lo hacía Itachi observo que del maletín sobresalía una fotografía, él la tomo cuidadosamente para poder verla. En ella aparecía un chico rubio, de piel morena y ojos tan azules como el mismísimo cielo. Tan pronto como Sasuke termino la llamada dejo en su lugar la imagen – Listo, llegará en unos 20 minutos.
- Y, ¿Qué tal tu encuentro con Naruto? – pregunto curioso.
- Es más estúpido de lo que imagine, será difícil acercarme por lo obstinado e infantil que es – dijo molesto
- Será mejor que te apures y se hagan amigos. Así se facilitará el trabajo.
- ¿Por qué no solamente lo forzamos y ya está?
- Son órdenes del líder, además si lo torturamos o matamos el problema será grande – le recordó – lo mejor es hacerlo por las buenas y no levantar tantas sospechas.
- ¡Ja!, tienes razón. Si lo obligamos a cooperar puede que termine igual que su padre.
- Exacto, por eso es mejor ir con calma y ser cuidadosos.
- Como sea, él no me lo pondrá fácil – bufó cansado – ese bastardo ha conseguido agotarme con tan solo pasar un rato juntos.
- Solo trata de ser amable… o usa tus encantos – sonrió divertido al imaginar la clase de situación en la que estaría su hermano.
- Olvídalo, no me atraen los hombres – su hermano sí que conseguía fastidiarlo con estas cosas.
- Bueno, yo solo decía que podías usarlo a tu favor.
- ¿Por qué mejor no te callas? – lo estaba provocando y no le daría el gusto de verle perder la paciencia – Mejor vete, ¿tienes más trabajo que hacer, no es así?
- Por supuesto. El caso de ese rubio no es el único que tengo pendiente, sin embargo me interesa mucho ver que tanto estás progresando en tus labores. No me decepciones hermanito o esto puede traernos graves consecuencias.
- Lo sé, lo sé. La organización irá tras nuestras cabezas si no conseguimos darles lo que tanto desean.
- Bien, ya lo asimilaste – dijo dirigiéndose a su habitación – trata de soportarlo un poco más, sé que vas a lograrlo.
- Como tú digas.
- ¡Ah! Lo olvidaba – miro nuevamente al menor – Sakura vino a verte
- ¿Qué? ¿Es que no sabe cuándo rendirse? – comenzaba a frustrarse, primero tenía que lograr su misión con el rubio, y ahora esa chica regresaba a molestar.
- Le dije que no estabas pero no creo que la haya convencido. Si de casualidad la vuelves a ver, trata de ser bueno con ella. Es nuestra aliada después de todo.
- Déjame tranquilo, ya he tenido suficiente por el día de hoy – suspiro – Si la veo trataré de solucionarlo por la paz.
- Bien, suerte con eso.
- ¡G-R-A-C-I-A-S! – dijo sarcásticamente. Y se acostó en el sillón.
- Definitivamente eres un gruñón Sasuke.