Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Así que nos tumbamos en la oscuridad por Tony Trinket

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Esta es una traducción.

Notas del capitulo:

Dato adicional: creo que este fic está basado en la canción Run de Daughter, si la escuchan leyendo la letra es probable que lloren ;)

Título Así que nos tumbamos en la oscuridad

Título original So we lay in the dark

Autor original NadaCitizen

Traductor Tony Trinket

Un fuerte viento se coló a través del cuarto oscuro por la ventana entreabierta, pero no pudo contra la calidez de Mello. Su frente fundida con el pecho de Nathan; había caído dormido a mitad de un beso al pecho del albino, los brazos alrededor de su cuello como si Nathan fuese un faro y Mihael se estuviese ahogando.

Nathan, sin embargo, estaba inquieto, atormentado por sueños que él no le desearía a su propio asesino siquiera. El miedo aumentó en su cuerpo, sacudiéndolo hacia delante –pero el peso de su durmiente novio lo mantuvo en su lugar. El sudor perlaba sus plateadas cejas mientras miraba hacia abajo, esperando encontrarse con los ojos azules de Mihael mirando los suyos. Pero no lo estaban. Siguieron imperturbables, ni siquiera se entreabrieron, continuaron en un profundo sueño; entonces algo más captó la atención de Nathan. Rojas, luces difusas se le quedaron mirando desde la punta del cuarto, diciéndole que eran las 2:37, que debía ir a dormir. Era la rutina: euforia poco dispuesta ahora, letargo indeseado después. Por más mal que Near deseara que pudiera, el despertador no lo convencía. En vez de eso, sus ojos grises se encontraron con el techo, estudiando frenéticamente las texturas aleatorias y las filigranas como grietas en esperanza de aburrirse a sí mismo para volver a la inconsciencia.

No funcionó.

Respiraciones temblorosas y un agitado latir del corazón reemplazaron lo que debería haber sido aire muerto, pasando desapercibidos por Mihael, cuyo cuerpo desnudo descansaba con total tranquilidad sobre la parte superior de su novio. Nathan tomó consuelo en ello, rozando con los dedos a lo largo de las ranuras en la columna del rubio, rebobinando al momento de la combustión, reviviendo la pasión que los dos habían creado entre sí hacía unas cuantas horas. Un sutil sonrojo cubrió sus mejillas cuando se encontró a sí mismo con ganas de más, pero no se atrevía a despertar al otro. Por ahora, lo sustituyó con más delicados toques: rozando sus dedos a través de los mechones rubios, aplanando las palmas cuando pasó por sus lados ásperos, parando una vez que llegó a los hoyuelos incrustados en la espalda baja. Se sintió bien.  Aunque Nathan no tenía ningún deseo de ser dependiente de los demás –sobre todo después de tantos años de su vida girando en torno a la muerte de cierto detective- no podía imaginarse viviendo una vida normal sin Mihael en ella. Nathan lo que le faltaba de emoción y compasión, lo compensaba por la noche, inundando el aire con gritos y cambios de fútiles en nada.

Hacía poco, el silencio había sustituido a la violencia y la mañana llegaba sin un episodio. A veces.  Nathan estaba logrando tratar de despertarse a sí mismo en medio de la noche antes de tener la oportunidad de compensar, no tanto por su propio bien, si no para evitar asustar a Mihael; dos veces, se deslizó, incapaz de recordar lo que hizo. Pero sabía que era imperdonable; ambas veces el rubio despertó con un moretón con el cual no se había ido a dormir la noche anterior. Nada perjudicial, especialmente teniendo en cuenta la propia fuerza de Mihael y el grosor de su piel –pero el hecho de que él puso una mano encima de él de manera no romántica le rompió el corazón, y Nathan se odiaba a sí mismo por eso.

Mientras él se volviera mejor manipulando sus síntomas físicos, todo lo demás se mantendría. Sus ojos grises brillaban como platos con destellos de terror. No valía la pena arrastrar a Mihael a todo eso. Simplemente no. A través de un puñado de verdades a medias Nathan convenció a el otro de que lo que le sucedía eran solo pesadillas, de que todo lo ocurrido era solo algo extraño y que no necesitaba preocuparse.

Dios, él no quería perderlo. Nathan movió sus dedos a través del cabello rubio otra vez, tomando un mechón sin preocuparse por una lagrima que salió de su parpado y rodó de su mejilla a su oreja. Todo lo que Mihael había hecho fue tranquilizarlo, amarlo y garantizarle que siempre estaría ahí –con sus propias y brutas, pero bien intencionadas, maneras. Pero él no lo sabía, y Nathan tenía intención de que así siguiera. Mihael no necesitaba esa carga. No encima de todo lo demás con lo que tenía que lidiar.

Una voz murmuró por debajo de las sábanas, y Nathan se levantó un poco para encontrar a su novio mirándolo, la preocupación acaparando su sonrisa. “¿Estás bien?”

“Sí.” Nathan asintió, posando sus labios sobre la frente de su novio. Por un momento pensó que Mihael estaba finalmente viendo a través de él, listo para retarlo. Pero no lo hizo. Levantó sus manos, enredándolas en los rizos blancos como la nieve del hombre frente a él, mientras que Nate tomaba la cabeza de Mihael entre sus propias manos, besándolo una vez más. “Sí, estoy bien. Vuelve a dormir.”

El rubio posó sus labios en el cuello del albino, suspirando somnoliento. “¿Vas a hacerlo tú?”

Nate apoyó su cabeza en la almohada, incapaz de mirarlo a los ojos. “Mhmm.”

La sonrisa en la voz de Mihael fue audible cuando presionó su cara devuelta contra el cuerpo de Nathan. “Okay. Te amo.”

“Yo también te amo.”

Notas finales:

Bueno, esta historia me ha roto un poco el corazón. La manera en que está escrita es un poco extraña, por eso el traducirlo fue una pesadilla, pero espero que se entienda de qué va.

Según lo que yo veo en esta historia, todo va más o menos así: Near y Mello sobrevivieron juntos al Caso Kira, pero ya no son más detectives. Ambos tienen secuelas de lo que pasó, aunque parece que quien las tiene peor es Nate, ya que en la historia está hablando de que se levanta con ataques de pánico, sin control sobre sí mismo, probablemente agresivamente. Mihael siempre trata de calmarlo, pero tal parece que Nathan cree que está sobrepasando el límite de “paciencia” de Mello o “bondad”.

Es bastante triste, pero tierno en cierta forma.

¡Espero que les haya gustado!

La próxima historia que subiré será, seguramente: “¡Dame mi bebida!”


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).