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Alfa con garras y omega de hielo por RavenGirl

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Notas del capitulo:

El capitulo es corto, pero pues es el primero. Espero no os aburra tanto y que les interese. 

El sonido del hacha golpeando contra el tronco era repetitivo y muy molesto, Logan odiaba tal sonido, pero le encantaba trabajar en la tala. Su habano estaba a punto de acabarse, y el estaba impaciente por ir a casa. Logan llevaba años recluido de la sociedad, amaba su vida solitaria en su pequeña casa en el acantilado con una hermosa vista a las montañas.

Hace mucho que el ya no necesitaba lo que todos los alfas necesitaban, estaba muy seguro de su autocontrol, durante tantos años se había acostumbrado a sobrellevar aquella situación de una manera u otra. Él estaba más que convencido que no volvería a tocar a un omega, no había ninguna posibilidad después de lo que había pasado con su ultima pareja. Esos seres tan inferiores no merecían ni su más mínima atención.

—¡Los veo mañana, hijos de puta!— Gritó Jeff desde su vieja camioneta negra. Todos rieron y le respondieron levantando su mano.

El sol se estaba ocultando cuando Logan se metió a su pequeña camioneta roja y se dirigió a casa. El viento estaba helando más de lo normal, claro que el moreno solo lo sentía ligeramente. Era raro, estaban en pleno verano.

El camino estaba oscuro, la luz de sus faroles apenas le daban abasto suficiente para mirar tres metros adelante.  

Prendió la radio, en la cual sonó una vieja canción de rock clásico. Se puso un nuevo habano en la boca y se agachó para buscar el encendedor que escondía en la guantera mientras golpeaba el volante al ritmo de la canción, cuando un estruendo sacudió el camino y lo hizo parar en seco. Se bajó de la camioneta y miró hacia donde un brillo titilaba ligeramente, podía oír como pedazos de metal caían al suelo y los gemidos de dos personas pidiendo ayuda. El olor a sangre en el aire casi era palpable.

Logan se dirigió a paso apresurado hacia aquellos sonidos a través de la oscuridad y al llegar al lugar se llevó una gran sorpresa al descubrir una especie de jet con medio frente destruido y algunas partes en llamas, era casi imposible que hubiera alguien dentro, pero los gemidos seguían ahí. Logan pues, corrió hacia aquella nave y cortó y arrancó un pedazo de metal con sus grandes garras que brillaban con las llamaradas. Entró y se encontró con el cuerpo de una chica, la mitad de él se encontraba aplastado por un gran pedazo del avión, Logan no pudo más que sentir escalofríos y lastima por la muchacha, la cual seguía emitiendo susurros de auxilio. El alfa rápidamente movió el metal y sacó a la muchacha de la nave, la recostó lo suficientemente lejos del peligro y le preguntó si se encontraba bien, claro que bien para Logan era tener la posibilidad de sobrevivir.

—Bo… Bobby— susurró la chica antes de caer desmayada. Logan no supo a que se refería hasta que escuchó un grito proveniente del interior del jet. Un grito de sufrimiento.

No pasaron ni tres segundos cuando Logan volvió a estar dentro del avión. A la primera no pudo oler nada más que la sangre de la chica dispersa por todo el lugar, pero luego lo vio, era un chico, estaba hecho de hielo y esta atorado en la parte trasera del jet, ese debía ser Bobby. El pobre estaba atrapado debajo de una enorme pila de metal y su hombro estaba atravesado por una gruesa varilla. Logan corto gran parte de la barra y sacó a Bobby de debajo de todo aquello, no sin que este soltara un alarido de dolor. Cuando lo puso a salvo, junto a la otra chica pudo darse cuenta de lo que eran en realidad. La chica con el mechón blanco era una beta y el chico que ya no era de hielo, era un omega. Logan se sintió asqueado, sus manos habían vuelto a tocar a un omega, algo que se había prometido no volvería a hacer, pero no se arrepentía de haberle salvado la vida.

Los dos sobrevivientes estaban inconscientes, heridos y sangrando. Pero no podía llevarlos a un hospital, eran mutantes y no eran muy bien recibidos ni tratados. El gran alfa no sabía qué hacer. Él no podía curar sus heridas y no podía moverlos sin agravar más sus heridas. Estaba bloqueado completamente, hasta que una aclaración le llegó a la mente.

¡Por dios soy un maldito mutante!

Llamó a una ambulancia al lugar sin darle detalles del accidente, mencionando que no era tan grave, pero que necesitaban ayuda urgente. Tendría que obligar a esos betas a cooperar.

Cuando la ambulancia llegó al camino donde se les había indicado el accidente, Logan salió de entre los árboles y los amenazó con sus garras rozando sus cuellos. Como se había imaginado eran betas.

— Escúchenme, basuras. Van a salvar la vida de dos mutantes hoy, o ustedes perderán la suya. Soy su alfa van a obedecerme quieran o no ¿entendido?

— Sí, señor — respondieron los dos al mismo tiempo. Logan podía oler su miedo y oír el ritmo de sus corazones, sabía que no tendrían el valor de revelarse.

La noche fue larga, llena de replicas y excusas, pero al final Logan se había salido con la suya. Aquellos chicos mutantes se salvaron gracias a la habilidad de los betas principiantes. El alfa no entendía el por qué su afán de salvarlos, era un beta y un omega, y no entendía su esfuerzo en prolongar su supervivencia, tal vez se sentía responsable de las vidas que intuitivamente había salvado o tal vez, con una remota posibilidad, todavía había algo de esa humanidad que creía perdida dentro de él. 


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