Parte 2.
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Mizaki.
-Mei… ¿Por qué dices que Izumi Hana me ganaría en una discusión?
-¿Eh? Pues, porque… Es la representante de la clase, además de que desde el jardín de niños ella es muy estricta. Y parece que continuamente está pensando en cosas que sobrepasan nuestro intelecto. Ella es buena en Biología, Historia, Matemáticas… A lo que me refiero es que es muy recta en su forma de actuar y debido a todo el conocimiento acumulado en su mente, puede fácilmente ganar una pelea verbal. Claro…
-Tonterías, nadie puede igualarse a mi intelecto.
-Pero es enserio, aparte, ella es diferente, a pesar de aparentar no tener sentimientos ella es buena en el fondo. Es como…
-Basta, no tengo tiempo de que me compares con otras personas. Mei, sigo preguntándome como es que puedo juntarme contigo, si sólo te preocupas en compararme con los demás.
-¡Pero no te comparo Mizaki! Solo me preocupo de que llegues a estar sola por el resto de tu vida… ¡Y yo no quiero que eso pase!
Bastante tierno de su parte, pero mientras yo esté bien, no necesito a nadie más, ni a Mei. Aunque creo que estoy siendo muy dura con ella.
-Mientras me tenga a mí, todo está bien.
Me levanto de la silla dispuesta a salir del salón, Mei me agarra del brazo y me dice.
-Disculpa, Mizaki, de verdad. No era mi intención.
Sé que no lo era. Las personas suelen actuar como idiotas cuando están junto a mí.
-Necesito salir, enseguida vuelvo, Mei.- Fue lo único que formulé. Error mío.
Saliendo por la puerta, escucho un “¿Un jugo de uva? ¡Claro que sí!” que me hace volverme a ver quién era el personaje autor de aquella frase divertida.
Hisao. ¿Cuándo se dará cuenta de que Izumi no le va a hacer caso en su vida?
Me dispongo a ir a la azotea para meditar un poco acerca de mi vida en la escuela. Pero a medio camino de detengo.
-Fui demasiado ruda con Mei… Es la única que soporta como soy… Y la única que está conmigo.
“Mientras me tenga a mí, todo está bien.” ¿Eh? Vaya estúpida frase dije… Creo que regresaré con ella a decirle algo, no sé, quizá a acariciarle la cabeza.
Doy media vuelta por el pasillo del segundo piso, y me acerco de nuevo a la puerta de mi clase, la 2-A. Justo antes de entrar, veo a Mei sosteniendo conversación con Izumi Hana.
-Vaya vaya… ¿De qué estarán hablando?... ¿Eh?... ¿Mei?…
Es algo diferente, ya había visto a mis padres hablar a escondidas con alguien más, profesores, directores, psicólogos… Pero en ningún momento sentí el palpitar de mi corazón de esta forma, deseando saber qué se estaba hablando de mí, ya que en todos los casos anteriores era seguro de que el tema de conversación era yo.
Pero esta vez, no. No estoy segura de qué hablaban, de qué articulaban sus labios. Hasta intenté sacar mis dotes de lectora de labios (¿Eso existe?) Pero fue inútil, no logré acercarme a nada de lo que decían.
-Debería acerarme a escuchar…
No, eso es de mala educación, hasta para mí eso es malo.
-Quizá Mei me diga luego… O no.
Hana.
-¿Tanaka?... ¿Qué querías hablar?
-Ah… este… la verdad…
Mientras Mei intentaba formular la pregunta la vi de reojo. Aoyama espiando desde la puerta del salón.
-Vaya que no eres discreta…
-¿Perdón?- Pregunto Mei mientras se daba la vuelta para ver si alguien estaba detrás haciendo algo que requería discreción. Para lo que no obtuvo resultado, todos estaban en sus cosas, y ocupados por el proyecto.
-Nada… Mei… Perdón… Tanaka ¿Te gustaría un jugo de la máquina?
-¿Eh? Ah… si… pero tengo que decirte algo…
-Eres muy tímida cuando no hablas con Aoyama.
-¡Ah! Este… Sí... Un poco… puedes decirme Mei… por cierto…
Ya lo hago jeje.
-Pero lo que quiero pedirte, más que preguntarte… es…- Continuó.
De nuevo, Aoyama se asomaba aún más por la puerta.
-Creo que debemos ir por un jugo… ¡Vamos! Yo invito.- Eso sonó algo que debía decirle un chico a su chica en un cortejo, pero se lo dije a Mei. Fase uso del “consigue amigas” completada, supongo.
-Bueno… Supongo que no vendría mal…- Dijo.
Enseguida que terminó la frase, la tome del brazo y me la llevé, fuera del salón. Aoyama hizo un esfuerzo en vano en ocultarse. Mei no la vio, pero obviamente, yo sí.
Mizaki.
Siento algo… como si me observaran…
-¡Hola!
Oka Hisao, el tonto que molesta a Izumi. Casi me mata del susto.
-¡Shhhh!
-¡Oh! ¡Lo siento!- Dijo en su intento de susurro.
-Gracias…- Le dije mientras regresaba mi atención al interior del salón.
-¿Es una misión secreta?
-Algo así…- Mei volteó como buscando a alguien… extraño.
-¿Puedo ayudar?- Preguntó, al mismo tiempo que se acercaba a la puerta.
-¡No!- Lo jalé del brazo, deteniendo su acción.
-¡Vale! ¡Vale! Nada de ayuda.
-Gracias… Ahora creo que debes dejarme sola para poder seguir escuchando de qué hablan esas…- Me interrumpió la enorme presencia de Izumi en el pasillo. Viéndome de reojo, llevándose a Mei.
-¡Hana! ¡Tú jugo…!- Dijo Hisao, ahogando su grito.
-Creo que nunca te hará caso.- Lo dije en voz alta, error mío.
-Eso es lo que crees, pero dame unas semanas más y Hana estará a mi merced, rogando por mí.
Ja, ja, ja. Buen chiste, amigo.
-Jeje, si, en unas semanas… Claro.- Aventuré.
-O incluso días.- Se atrevió a decir.
Hisao no importaba, lo importante es cómo me vio esa Hana, no lo puedo soportar.
-Creo que me iré, tengo cosas que hacer.- Le dije a Hisao, mientras emprendía mi camino por el pasillo hacía las escaleras que daban al patio y a la cafetería.
Hana.
-¿Piña? ¿Enserio?
-Es mi favorito… ¿Enserio es tan extraño?- Me dijo Mei mientras metía la pajita en el agujero de la caja del jugo de piña.
-A nadie le gusta el jugo de piña de estas máquinas, sabe a jarabe para la tos.
-El de uva sabe a eso.- Dijo. No lo negaré, hirió mi corazón.
-El de uva es mi favorito, cualquier tipo de bebida con base de uva me gusta, pero más el jugo que otra cosa.
-¿Y el vino?- Preguntó con entusiasmo.
-Lo he probado pocas veces.- Le di un sorbo profundo al jugo, casi terminándomelo. Estos cubos no son lo suficientemente grandes para satisfacer la sed de alguien.
-Jeje…- Rió. Una risita muy baja.
-Ahora si… Dime que me querías pedir.
-Bueno…-Bajó la y dejó caer sus manos a los costados. -Quiero que le ayudes a Mizaki a pasar los exámenes de parcial que se aproximan.
No lo negaré de nuevo, eso no me lo esperaba.
-¿Ah? ¿Enserio?- Pregunté, incrédula.
-Si… Mizaki es buena chica, pero le preocupa muy poco su futuro. No quiero pensar que no pueda lograr su sueño de ser cantante, pero en el peor de los casos, me gustaría que pudiera hacer otras cosas aparte de ver documentales de animales en la televisión…
Vaya… Eso tampoco me lo esperaba.
-¿Ella ve documentales de animales?
-Sí, tiene cientos grabados en video y siempre está comprando más. ¿Por qué?
Rara coincidencia, bastante rara.
-Por nada, es… peculiar.- Fue lo único que pude apurar a decir.
-Pero bueno… ¿La ayudarás? – Dijo abruptamente apretando el jugo que traía en las manos.
-¿Por qué me pides esto a mí?
-Porque a mí no me hace caso, es buena, pero es testaruda. Y pensé que alguien de tu carácter podría ayudarla a entender que debe estudiar.
Le di un sorbo a mi bebida. Divisé a Aoyama bajando por las escaleras, cautelosamente, tratando de ocultarse.
-Vaya que es mala para eso… - Mei se giró en si para ver lo que yo estaba observando.
-Es buena… No en ser espía, pero es buena persona… - Dijo.
-Interesante…- Dije terminando el jugo que me quedaba
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