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Solo los Viernes por D_Army

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Notas del fanfic:

Primer fanfic que escribo de esta pareja que amo y me tiene enamorada. Espero que disfruten leyendo tanto como yo escribiéndola. 

Notas del capitulo:

Won*: Moneda oficial de Corea del Sur y del Norte.

Advertencia: Namjoon es muy vulgar.

 

Gira en el primer callejón que viene antes de llegar a la panadería. Devuelve la mirada a los mendigos que le observan con curiosidad, y sonríe en su interior al reconocer las caras de un par de ellos. Demasiadas veces usando esta travesía como atajo.

 

Estruja el asa de la mochila entre sus manos y la oprime contra su pecho, asegurándose de que siga en el mismo estado en que la encontró.

 

Se impulsa sobre una caja de madera y se aferra con fuerza en una verja, saltando hacia el lado exterior mientras echa una mirada hacia atrás. Nadie le sigue, pero aún así no piensa detenerse. Corre, ahora más rápido que antes porque falta poco para llegar a casa. Siente su corazón palpitar a una velocidad descontrolada, y parece que los latidos están intentado quemar su garganta. Duelen, arden, como sus ojos a causa del viento gélido de medianoche, y su respiración se acelera cuando un coche esquiva su figura en plena oscuridad. En momentos así las normas de cómo ser un buen peaton le importan una mierda.

 

Cuando ve un pequeño piso al que reconoce como su hogar, sus pies colisionan con más potencia que antes contra el suelo, ansiosos de deshacerse del calzado de 13.157 wons* para sentir la suavidad del edredón del mismo precio.

 

Su hermana le mira con una regaliz entre los labios al abrir la puerta de la entrada. Se acerca hacia ella y le da un beso en la mejilla, evitando así escuchar sus comentarios para luego encerrarse en la privacidad de su habitación.

 

Entretanto se despoja de sus pantalones intenta recordar cómo era eso de volver a respirar.

 

___

 

Posa la parte trasera de la cuchara sobre sus labios, lamiendo las sobras del helado de chocolate que acaba de comer. Presta atención al programa de televisión que últimamente se ha vuelto tan famoso, intentando averiguar qué es lo que a todo el mundo le parece tan divertido y entretenido. Porque a Jimin, eso de presentarse en un concurso en que el objetivo principal es hacerte pasar un mal rato, no le provoca ningún tipo de gracia.

 

Su cuerpo salta cuando aparece el primer trueno de la noche. Se acurruca entre las mantas y cubre su cabeza con la capucha de la sudadera, sintiéndose alejado y protegido de la tormenta. Nunca le ha gustado la lluvia. El repiqueteo de las gotas de agua contra la ventana siempre le ha causado molestia, y los truenos y relámpagos manifestándose en el negro cielo miedo e inseguridad.

 

Recuerda que cuando era pequeño, cuando aún no sabía siquiera cómo bañarse por sí mismo, su madre le dejaba solo en casa porque tenía que ir a trabajar. Para conseguir que no saliera a la calle en su ausencia, le contaba anécdotas y leyendas horribles sobre los días de lluvia.

 

-¿Sabes que un trueno es capaz de quemar todo tu cuerpo?-decía, a la vez que acariciaba el cabello del pequeño-. Mamá no quiere que te pase eso, así que espérame como un buen niño en casa.

 

Y eso era lo que hacía. Se quedaba sentado en la cama de su habitación, coloreando los dibujos de los cuadernos que le traía su abuela por navidad, y se escondía bajo la cama cuando los relámpagos parecían querer imitar la función del sol.

 

Según Taehyung, su madre tiene la culpa de todo, y es muy probable que tenga razón. Porque si ella no hubiera llenado su cabeza de cosas estúpidas, aumentando el pánico en su cuerpo con cada palabra que salía de su boca, quizá ahora no estaría con los ojos fuertemente cerrados y las manos sobre sus orejas.

 

____

 

-¿Quieres?

 

El humo del cigarro entra por sus fosas nasales, viéndose obligado a echarse hacia atrás. Aparta la mano de Namjoon sin siquiera mirarle a la cara, ganándose un suspiro de su parte.

 

-Suelta lo que sea que tengas que decirme, me pones nervioso con tanto misterio.

 

Jungkook sonríe, preguntándose en qué momento empezó a ser tan transparente. Cuenta las estrellas que hay en el cielo, deteniéndose en el número 22.

 

-He estado en el centro con Jongsuk, cerca de Coffee Pink. Ya sabes que a los banqueros les encanta ir ahí, y uno ha aparcado delante de nosotros.

 

-¿Y tú cómo sabes que trabaja en el banco?-deja salir su curiosidad, jugando con el cigarrillo entre sus dedos.

 

-Olía a dinero. La cosa es que se dejó la puerta del coche abierta y le robé la mochila que tenía en el asiento trasero.

 

Namjoon suelta una carcajada limpia, tosiendo al instante por el humo en sus pulmones.

 

-¿Y?

 

-Hyung, hay más de 3.947.368 wons* dentro.

 

El cigarrillo se pierde entre la arena y la felicidad del mayor. Sus pupilas se dilatan y su boca se mueve sin saber muy bien qué decir ante las palabras de Jungkook. Porque no todos los días te dan una noticia como esa, y menos cuando las cosas están peor que nunca.

 

-Dios, eso es increíble. ¿Qué harás con el dinero? ¿Nos compramos un coche de segunda mano o una moto? Pero eso ya podemos tomarlo prestado por ahí... ¡Mejor vámonos de putas!

 

Asqueroso, Namjoon se transforma en un ser asqueroso cuando de dinero se trata. No mide sus palabras ni sus actos, porque lo único en lo que piensa es en la de cosas que va a poder comprarse.

 

Jungkook se dió cuenta de lo materialista que era cuando le traicionó delante de sus narices por un par de billetes. Consideró partirle las piernas pero no lo hizo, porque eran demasiados años los que llevaban juntos y no tenía ganas de mancharse las manos con sangre.

 

-Eres repugnante, y ya puedes meterte en la cabeza que tú no vas a ver ni un won*. Además, no me lo quiero gastar en tonterías, Hyerin no me lo perdonaría.

 

-Claro, pero seguro que te perdonará que hayas robado, ¿verdad?

 

Jungkook prefiere no seguirle el juego y mantiene el silencio, pero no niega que la imagen de su hermana gritándole por lo que había hecho hoy no ha cruzado su mente. Últimamente está más rara y tensa que de costumbre.

 

-Bueno, me estoy cagando.

 

-Hyung, por Dios.

 

-Por cierto, ¿seguro que no quieres?

 

Le ofrece el cigarro por segunda vez, y Jungkook se lo piensa, porque siente el sabor en la punta de su lengua y le pican los dedos por agarrar el cigarrillo y llenar su cuerpo de nicotina. Aún así se controla y aparta la mano ajena con decisión.

 

-Gracias, pero solo fumo los viernes.

 

 

Notas finales:

Gracias por leer, nos vemos en el siguiente cap.^^


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