Jimin le gustaba por muchas razones. Una de ellas, y quizás la más excitante, era su desbordante sensualidad. No podía evitarlo, cada vez que Jimin hacía algo, lo hacía con una expresión y unos movimientos que le resultaban terriblemente provocadores. No sabía si lo hacía a propósito porque sabía que a él le encantaba o le salía sin querer.
Pero V no se quedaba atrás, claro que no. Le encantaba devolverle las muestras de sensualidad a cada rato, porque sabía que también lo excitaba.
Así es como su relación se convirtió prácticamente en una lucha por ver quién podía ser más sexy.
Estando un día ensayando, Jimin se levantó la camiseta como siempre solía hacer en No more dream, sin embargo aquella vez movió la cadera de forma exagerada, provocativa, mirándolo a través del espejo. Nadie más notó que aquella mirada y aquél movimiento iban especialmente hacia su compañero de año… excepto el mismo chico.
Pasaron varias canciones y Tae tuvo su oportunidad de vengarse, usando el movimiento que volvía locas a todas las A.R.M.Ys. Sí, sacó su lengua mientras hacía también un movimiento de cadera. Y claro está, dirigió su mirada al moreno.
…
—Muy bien chicos… ¡Hora de un descanso! —Anunció el líder tras un rato, haciendo que todos salieran del salón.
Todos menos dos personas.
Jimin se encontraba bebiendo agua de su botella y tenía como objetivo practicar un poco más, queriendo perfeccionar unos pasos que según él no estaban demasiado bien.
Taehyung… tenía otros planes. Y para ello necesitaba bloquear la puerta, que fue exactamente lo que hizo.
No fue nada gentil cuando lo empujó directamente contra la pared. Se aseguró de que no se hiciese daño, sí, pero el golpe fue bastante duro.
Jimin sonrió de lado. Y ahí estaba de nuevo, provocando al otro solo con algo como eso. Poniéndolo duro sin tener que tocarlo.
—¿Te pasa algo, Tae? —Preguntó, inocente.
¡Maldita sea! Claro que algo el pasaba, ¡algo muy grave!
—Tú. Me pasas tú, Jimin—. Murmuró con su voz ronca, ladeando la cabeza—. No puedo aguantar más viéndote de forma tan sensual sin sentirte. ¿Entiendes? —Y entonces lo besó, de forma burda pero apasionada.
Y Jimin correspondió, claramente, igual de necesitado que él.
No paso mucho tiempo hasta que el beso se hubo profundizado, con ambas lenguas chocando y buscando por dominar el susodicho. Sin embargo, y como era de esperarse, fue Taehyung el que controló la situación. Como siempre pasaba. Porque Jimin podía provocar todo lo que quisiese pero era V el que tomaba siempre las riendas.
—¡Deja de hacer eso! —Le espetó al separarse, jadeando—. Provocarme. Lo haces constantemente y… saber que todos te están viendo también… no poder demostrar que eres mío… me pone enfermo —admitió entonces, aun con la respiración entrecortada, mirando directamente a los ojos del otro.
—Soy tuyo, Tae Tae. No te preocupes por otros, solo existes tú para mí, ¿sabes? —Lo tranquilizó entonces Jimin, sonriendo.
Y entonces, el tiempo pareció pararse para ambos. En aquel momento, el par sintió que no había nada más en el mundo, solo ellos dos, disfrutando de la compañía del otro. Sus miradas conectadas, sintiendo chispas recorriendo por sus cuerpos. El calor se hacía agobiante.
—Me vas a tener que demostrar eso —sentenció el pelirrojo, con un tono pícaro saliendo de sus labios. Labios que se estaba relamiendo antes de volver a besar con fiereza al otro.
Aquella unión fue, más que nunca, deseada, anhelada.
Empezaron a quitarse la ropa mutuamente, desesperados por sentir cuanto antes el tacto de la piel del otro contra la suya propia. Con lo liados que habían estado por las numerosas presentaciones, vídeos, viajes y demás obligaciones, apenas habían tenido momento para pasar tiempo juntos. Afortunados eran cuando podían compartir un par de besos o una tarde abrazados.
Sin dejar de jugar con sus lenguas, llegaron a encontrarse desnudos mucho antes de lo esperado.
Las hábiles manos de Taehyung bajaron hasta acariciar el ya erecto miembro del otro, haciendo que empezaran a escapar leves gemidos de sus carnosos labios. Sus besos bajaron de forma juguetona hasta alcanzar su cuello, donde dejó delicados toques que provocaron aún más cosquilleos en la parte baja de Jimin.
V, ansioso, bajó sus besos, acompañados de lametones, hasta alcanzar el miembro viril del más bajo. Jugó primero con su lengua en la punta, haciendo que el que recibía jadease y gimiese lleno de placer. Si había algo en lo que V destacaba, esto era su habilidad con la lengua.
Jimin llevó sus manos hasta la cabeza del otro chico, entrometiendo los dedos en su sedosa cabellera para poder tirar levemente de ésta.
Fueron segundos de tortuosa espera en la que Taehyung no paró de juguetear con Jimin, encantado de escuchar sus gemidos ansiosos, dándose a sí mismo satisfacción con las manos.
—Taehyung… por favor~… entra ya… —pidió entonces, jadeando y sintiendo que no aguantaría más con aquel jueguecito.
Entonces, la sonrisa del nombre se ensanchó de forma perversa. Se puso de pie con rapidez y obligó a Jimin a darse la vuelta, dejándolo totalmente preparado para lo que se venía.
No esperó más, él también lo necesitaba, y sin previo aviso, entró en él de una estocada. Jimin gritó de placer, dejando su cabeza caer para tocar la fría pared.
—Vamos Jimin… di lo de antes, di de quién eres —exigió Taehyung, hablando en roncos susurros contra la oreja de su amante.
Cada estocada se volvía más feroz y placentera, mientras que el miembro del moreno recibía más caricias por parte de sus manos.
V mordió el cuello del mayor por meses, dejando unas marcas que posiblemente lo avergonzarían y harían que se enfadase con él. Pero no le importaba, porque quería marcar lo que era suyo.
—Ah~ Tuyo, Tae… soy todo tuyo~ —respondió sin duda Jimin, ahogado en placer, muestra de ello eran sus seguidos gemidos.
Aquellas palabras, Tae daría lo que fuese por escucharlas siempre que su existencia durase. Oír que Jimin era suyo, solo suyo y de nadie más, era su razón para seguir viviendo de esa manera.
La sala se llenó después solo de gemidos, jadeos y gruñidos hasta que ambos chicos llegaron al clímax, resonando los orgasmos por todo el lugar.
Cuando Tae finalmente salió de Jimin, ambos se miraron jadeantes.
Y rieron. A los segundos rieron con felicidad. ¡Acababan de hacerlo en la sala de práctica! ¡Aquello había sido una locura!
Se encargaron de dejar todo lo más limpio posible tras vestirse y al desbloquear V la puerta, el resto de integrantes del grupo hicieron su aparición.
—¡Eh, chicos! —Habló Jungkookie, tras entrar —Aquí huele algo raro, como a…
—Sexo —completó Yoongi la frase, dirigiendo una mirada nada disimulada hasta los 95’.
Jimin se sonrojó y se alejó, nervioso, mientras que Tae solo sonrió y se encogió de hombros.
—No sé de qué hablas, hemos estado bailando —dijo con total normalidad.
Sí, la sensualidad de Jimin le atraía como nada, pero también adoraba ese lado tierno, inocente y avergonzado que dejaba ver cuando eran pillados.