Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mil caras, mil pecados, mil secretos. por katzel

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Quería mostrar - más que la acción - los recuerdos y su poder sobre las personas cuando pasa el tiempo. Me llamaba mucho describir a Milenka y Stanislav como dos personajes por quienes había pasado la vida como un río, dejando pocas cosas a las cuales aferrarse. Quería complementar el primer episodio con algunos detalles que justificaran ciertas cosas. Gracias por leer. 

Saluditos.

Milenka tenía líneas en la cara. Las huellas de toda una vida surcaban su rostro.


A quiénes habría amado. A quiénes habría odiado. A quienes habría llorado... esos misterios estaban escritos en el libro de su faz.


Sus ojos, sin embargo, conservaban el salvaje brillo juvenil, animando las expresiones y dándoles el significado que ella deseaba emanar. Seguía siendo una mujer hermosa, de un modo distinto al que había sido. Ya no pintaba las puertas con carmín de labios ni hacía reposar sus tacones contra el piso. Los años le habían regalado sutileza y discresión. Milenka Hládick, Helga Aigner, Sarah Andrews, Georgette Stain y ahora, Ilenia Ivanova, era una dama retirada con una familia grande y un pasatiempo inocente como la pintura. Su esposo era traductor, sus hijos, administradores y las fotos de sus nietos abarrotaban un muro pintado a mano con las pequeñas huellas de sus dedos. Nunca creí que podría llegar a ella y - mucho menos - penetrar en su nuevo mundo, en la nueva vida que había inventado y a la que se aferraba intentando olvidar el pasado.


Hablaba el ruso con fluidez nativa y su departamento tenía una decoración minimalista, un poco kitch, clásica para esa parte de San Petesburgo. El café que sirvió era perfumado y tostado. Sólo estábamos los dos.


-- Me sorprende mucho que estemos teniendo esta conversación - dijo francamente -... pensé que Svetan sería un tema olvidado para usted. Sé que ha estado buscándome por largo tiempo. ¿Cómo ha logrado encontrarme?


-- Tuve que recorrer la mitad del mundo... - respondí acomodándome en la butaca.


-- ¿Y aniquilar a la otra mitad? - preguntó ofreciendo azúcar. Rechacé la oferta para beber la taza en toda su amargura. Ese era el sabor de la vida. Amargo, directo, honesto, brutal. El sabor de la ausencia. Ella se aferró a los brazos del sillón con cierto nerviosismo.


-- Sabe que es inútil que esté aquí. No puedo hablar de lo que sucedió entonces. Se lo dije cuando nos contactamos y a pesar de ello he cedido por su insistencia. No quiero involucrar a mi familia. Mi esposo es un buen hombre. Mis hijos, chicos maravillosos y ahora soy una abuela feliz. Nadie tiene por qué saber lo que ha pasado. Si empiezo ahora podría generar problemas, incluso aquí el servicio secreto nos tiene entre ojos, nunca podré escapar pero esta es una fantasía que quiero vivir hasta el final. Quiero morir como la pacífica señora Ivanova, tengo ese derecho, ¿entiende? Svetan está muerto, ¿por qué no lo acepta y continúa? La verdad podría cambiar muchas cosas para usted. No todos podemos acceder a la verdad y en su caso es mucho mejor que no lo sepa.


Esperé que terminara y asentí.


-- Deje que le cuente un pequeño relato, Milenka, si después de mi historia quiere enviarme a paseo: hágalo. Pero no me iré sin decirle lo que tengo aquí. No soy un hombre trágico y sería absurdo afirmar que me he negado la existencia por Svetan. He querido sin mucho éxito y he sido querido también. Lo he intentado... pero mi fin es mi principio. Cuando me di cuenta que no podría llegar a él siendo quien era también me convertí en otra persona, me infiltré, aprendí e hice cosas que pensé que jamás haría. Le disparé a mucha gente y fui capaz de seguir por el derecho a saber dónde está y qué sucedió con él, pero esta historia no se trata de mí, se trata de una jovencita que fue enrolada por la facción comunista checa y llegó a Boheme para servir de coartada a su contacto. La joven era idealista, estudiante de historia y ciencias sociales, muy despierta y fogosa. Fiel a la causa hasta el grado del sacrificio. Su misión: espiar el movimiento nacional socialista alemán en Boheme, visitando los bares en compañía de alguien que no despertara sospechas. Su contacto era un hombre muy hábil. Un joven actor provinciano que empezaba a ganar fama. Sólo tenían que simular ser una pareja universitaria por un par de meses, pero las cosas se salieron de control y ella se enamoró de él. Se entregó sin que nadie se lo pidiera y pensó que bastaría para conquistarlo. Si estaban juntos en la ficción ¿por qué no podía convertirse en realidad? ¿No eran del mismo bando? El futuro incierto y el riesgo sólo aderezarían un amor de por sí riesgoso. Sin embargo él rechazó la propuesta. No podía corresponderle. Repetidas veces las discusiones fingidas llevaban el sentimiento real de la frustración porque Svetan tenía muy en claro que no funcionaba para él. Y no funcionaba porque estaba enamorado de otra persona, de un hombre... de alguien que no esperaba conocer, ni amar, porque se había cruzado en su misión sin saberlo. Éste hombre no tenía idea de lo que estaba sucediendo y a pesar de todo su esfuerzo por negarse y resistirse, terminó traicionándose... sí, traicionándose. Y fue entonces cuando su compañera, antes de huir de Boheme con los demás, omitió - a propósito - el mensaje donde le indicaban su ruta de escape poniendo, por despecho, su cabeza a merced de las huestes alemanas que lo torturaron y lo desaparecieron. Él no se merecía aquello... Svetan... no tenía por qué terminar de esa forma...el hombre era yo... la joven era usted... al final he terminado hablando un poco de mí, pero lo ha valido, ¿no es una historia interesante? ¿Aún piensa que no me merezco la verdad?


Ella mantenía la mirada baja y sus cabellos caían verticalmente sobre el rostro. A medida que iba revelando aquello que sabía su tensión iba en aumento. Se diría que en las últimas líneas casi no podía respirar.


-- ¿Ha venido a matarme por ese pecado?


Todavía la hacía temblar aquella vieja emoción que debía haber muerto. Recordaba sus noches vacías con él. Su antiguo odio flotaba entre los dos. Por algunos segundos volvió a ser la muchacha que era y repitió con desprecio su pregunta.


-- ¿Eso es lo que quiere? ¿Cree que no me he sentido culpable por ese pequeño gesto de mujer herida que le costó la vida al hombre que amaba?¿Tiene usted idea de la cantidad de personas que murió por mi debilidad? Mil checos fueron inmolados porque no pude aceptar que le amaba sólo a usted. Cada día me he arrepentido desde entonces... Svetan Lom ha sido la voz de mi conciencia... pero logré triunfar sobre él. Reconstruí lo que él destruyó y aquí estoy, pero usted nunca logrará escapar de él. Tiene razón, es hora de terminar con esta historia. Mis pecados no terminan en ese punto... soy mucho peor de lo que cree. Pero ya he pagado por ello. Se lo diré y luego no volveremos a vernos. Antes tengo que darle algo. Esto llegó por correo una semana después de su arresto. Me lo remitieron los compañeros con una carta para usted. La he guardado. Quizás en el fondo esperaba que viniese. Quizás está rompiendo también mis cadenas...


Fue hasta un mueble con llave y abrió un cajón oculto dentro de otro cajón. De ahí tomó un paquete envuelto con papel periódico y lo sacó con cuidado.


-- Esto fue lo que dejó.


Temblaron mis dedos al tomarlo. Los lentes redondos de lunas azules que yo le había regalado... una luna estaba rota...


La nota sólo decía: "soy mil caras, no me ames"


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).