MISAKI POV
¿Amar a alguien tiene que ser tan doloroso? ¿Hasta cuándo tendré que seguirlo, conformándome con el puesto de mejor amigo?
El amor es algo tan tóxico, y más cuando es unilateral. Es hermoso estar al lado de quien amas, pero cuando lo ves saliendo con otras personas sientes que tu corazón va a explotar. Y no es lo de menos. Quedarte en la zona de confort, siendo su "mejor" amigo duele. Duele el saber que nunca vas a estar con él en el sentido romántico.
Mi vida cambió al conocerlo. Éramos muy unidos en el pasado. Sin embargo, con la llegada de la secundaria, Akihiko se fue alejando poco a poco de mí, afirmando que lo hacía por su reputación y no por nada más. Eso me dolió. ¿De verdad era tan importante ser popular para él? ¿Será que esa amistad que algún día me brindó fue verdadera?
Todos los años su actitud era la misma. Enfrente de todos, no me determinaba, pero cuando era algo relacionado con lo académico si se acercaba a mí, ¡qué cínico!.
Nunca entendí su forma de actuar. El día que Ijuuin se me declaró, pareció molestarle. Por primera vez llegué a pensar que tal vez había una pequeña oportunidad, pero me equivoqué. ¿A qué estás jugando Akihiko?
Este mismo año apliqué a una beca en Francia. Desde pequeño, siempre se me hacía ilusión estudiar allí. Y no era algo novedoso, mi madre vivió allí varios años. Tal vez ese gusto hacia la cultura francesa se la heredé.
Mandé mi currículo de estudiante y a los pocos días me contestaron. Había sido aceptado en La Sorbonne, una de las mejores universidades en toda Europa. Al recibir la noticia me alegré, por fin había cumplido uno de mis sueños.
A pesar de toda la alegría que sentía, había algo en mí que me decía que me faltaba algo. Y lo noté, por primera vez iba a estar lejos de aquella persona por la cual me desvelaba noches enteras. Entré en un dilema por ello, no quería alejarme de Akihiko, pero por otra parte anhelaba estudiar allí.
Duré meses en decidirme. Pero no fue hasta el pequeño altercado que tuve con mi "mejor" amigo que me di cuenta que ya era hora de dejarlo. ¿De qué me servía derramar lágrimas por alguien que me ve como su amigo? De seguro le dará igual que me vaya, es más, tal vez le alegre la noticia.
Lo primero que hice fue avisarles a mis padres. Luego, llamé a la universidad para confirmar el cupo en la universidad. Me quedé un buen rato en mi cuarto mirando el pequeño retrato que yacía en mi mesa de noche. Éramos Akihiko y yo cuando éramos pequeños. Una pequeña sonrisa nostálgica se dibujó en mi rosto y noté que paulatinamente empezaron a caer lágrimas de mis ojos.
-Tal vez sea hora de dejar esta dependencia que tengo hacia ti. Al fin y al cabo, tengo que encontrar mi felicidad en otra parte-dije regresando el retrato a su correspondiente puesto.
-Hijo, ¿estás bien?-preguntó mi madre con un tono de preocupación.
-¡Claro que sí!-mentí.-Al fin puedo cumplir mi sueño. Lo único que me da tristeza es alejarme de vosotros-agregué.
-No te preocupes, sabes que podemos mantener el contacto por vídeo llamadas-sonrió.-Me alegra saber que mi hijo está creciendo como un hombre ejemplar-afirmó mientras me daba un abrazo, al cual yo correspondí. Ese abrazo era perfecto en estos momentos, donde mi corazón estaba totalmente fragmentado.
-Mamá quiero que esto de lo de Francia quede entre nuestra familia, Ritsu y Hiroki-afirmé mientras tomaba sus manos.
-¿Y qué pasó con Akihiko? Pensé que eráis buenos amigos-preguntó algo confundida.
-En parte lo éramos, pero prefiero que no sepa nada de mí-contesté cabizbajo.
-¿Acaso os peleasteis?-preguntó.
-Algo así. Me di cuenta que solo me buscaba para favores en lo académico.-dije.-Entonces, ¿Si me harías el favor?-pregunté.
-Claro que sí mi pequeño. Sabes que por ti, nosotros haríamos lo que fuese-dijo.
-Gracias mamá, eres la mejor-dije.
-¡Dejémonos de cursilerías!-dijo.-Es mejor que te ayude a arreglar todo tu equipaje. Ya sabes, es un viaje muy largo, necesitarás mucha ropa-sonrió.
Y así fue. Con mi madre empezamos a empacar casi todo mi ropero, dejando una que otra prenda que ya no me quedaba. Estuvimos toda la tarde hablando de diversos temas. Desde la vida en Francia y sus costumbres. La verdad iba a ser algo complicado para mí, acostumbrarme a Occidente. Su cultura es tan diferente a la nuestra.
Por la noche le comenté a mis amigos acerca del viaje. Al parecer, se sintieron felices por la noticia y empezaron a felicitarme. Ese gesto por parte de ellos, me hacía feliz. Ellos eran los únicos a los que les podía contar sobre mí sin sentirme juzgado ni nada por el estilo.
-Tío me alegro por ti, te lo mereces :D-Escribió Hiroki en nuestro grupo de Whatsapp.
-Es bueno para ti que la tomes. Ya sabes, para darte un aire de todo lo que pasó con ese imbécil y conocer a nuevos chicos ;)-Esta vez fue Ritsu el que tomó la palabra. Ritsu siempre me hacía sentir mejor. Era tan parecido a mí, que era fácil llevar una conversación con él.
-Jolín, solo piensas en eso, ¿eh?-dije mientras soltaba una pequeña risa.
-Sabes que somos perversos de pensamiento :P- agregó Hiroki con su típico sentido del humor.
- ¿A qué no sabes quién también se ganó una beca en La Sorbonne?-dijo Ritsu. No quería pensar que la otra persona era Akihiko, era lo último que me faltaba.
-No me digas que Akihiko :/-dije con preocupación.
-¡Obvio no! No soy tan mal amigo xD Ijuuin Kyo también va a ir a París-Afirmó.
-¿Hablas del capitán de fútbol del instituto que queda al lado del nuestro?-pregunté.
-Y el que se te declaró enfrente de toda la escuela en el final del campeonato, ¿acaso lo olvidas?-Preguntó Hiroki. La verdad no olvidaba a ese chico. En ese entonces solo me concentraba en Akihiko y cuando me propuso el salir lo rechacé diciéndole que estaba enamorado de alguien más y por eso no podía aceptar. Es un acto algo masoquista por mi parte el seguir en ese entonces al lado de la persona que me intoxicaba. Ijuuin Kyo es guapo, pero estuve cegado en ese entonces por el amor que profesaba por el peliplata. Sin embargo, actualmente no me desagrada irme con alguien. Es decir, prefiero irme con Kyo a París y no esperar que la suerte me acompañe si voy solo.
Pasamos horas hablando por el chat. Ya era medianoche cuando les propuse hablar el día siguiente. Estuve reflexionando un par de minutos sobre mi decisión. Y no me arrepiento de nada. Me siento feliz de poder irme y tomar nuevos aires, darle un nuevo rumbo a mi vida.
Empecé a faltar a clases por el tema del visado. En un principio fueron días, pero poco a poco se convirtieron en semanas. Al fin y al cabo obtener dicha visa requería muchas entrevistas y pruebas de francés para dar testimonio de mi nivel.
En la última cita que me dio la embajada me encontré con Kyo. Portaba un gabán negro y unos jeans algo desgastados. Lucía muy bien. Al percatarse de mi presencia soltó una sonrisa y levanto su mano en señal de saludo. Poco a poco el castaño se fue acercando a mí.
-Hola Misaki, no esperé encontrarte aquí-dijo con una cálida sonrisa.
-Hola Kyo, ni yo tampoco. ¿Te ganaste una beca para Francia?-pregunté.
-Claro que sí, ¿y tú?-preguntó.
-También me la gané-sonreí.-Apliqué para La Sorbonne y me aceptaron-afirmé.
-¡Qué bien!-exclamó.-Yo también gané un cupo en esa universidad-sonrió.
Los dos terminamos los trámites de la visa a eso de las dos de la tarde. Al salir, me propuso el salir a comer un helado. No me negué por el hecho que estábamos a vísperas de verano, y poco a poco se sentía el calor.
Al terminar de comer los helados dimos una pequeña vuelta por el parque. Hablamos de temas clichés y me di cuenta que Kyo era una persona muy amigable. Me contó el por qué de la rivalidad entre los dos institutos. Y no era de extrañarse, una ex novia de Akihiko empezó a salir con Kyo y eso molestó al peliplata. Desde allí empezaron a odiarse y la rivalidad entre los dos institutos se hizo presente.
Kyo me acompañó a mi casa a eso de las seis de la tarde. Se lo presenté a mi familia y al parecer les cayó bien. Les comenté que Kyo será el que me acompañará al viaje y mi madre soltó un suspiro en señal de relajación. Era una preocupación menos para una madre. Al menos si me pasaba algo, Kyo sería el primero en encargarse de llevarme al hospital.
Mis padres le invitaron a cenar. Aunque en un principio él se negase, al final terminó aceptando por insistencia de mi madre. Platicamos un rato mientras mis padres le preguntaban de todo. Al final lo acompañé a la puerta de mi casa.
-Gracias por la cena Misaki. Ha sido una tarde magnífica-sonrió.
-No tienes por qué agradecerme. Soy yo el que te debe agradecer. E igualmente me pareció una tarde mágica-agregué.
-Nos vemos mañana en el aeropuerto-afirmó mientras depositaba un beso en mi mejilla. Sentí como mi cara se acaloraba y toqué la zona en la que me había besado. Definitivamente tenía un sonrojo en mi cara.
-S-Sí claro-dije nervioso.
-Buenas noches, descansa-afirmó.
-Buenas noches, igualmente :)-sonreí.
CONTINUARÁ....