La entusiasmada audiencia se quedó pasmada, no podían creer lo que escuchaban ¿ojos y cabello? Era imposible que su madre luciera así, a menos que…
—Oye ¿no eres adoptado?
Ryu aparto con delicadeza a las personas que le tenían rodeado para poder ver a la dueña de aquellas palabras. Una joven de piel pálida y cabello obscuro, una típica muchacha japonesa, su rostro estaba adornado con unas gafas redondas que enmarcaban la figura de su rostro.
— Disculpa ¿Qué fue lo que dijiste? — Pregunto Ryu con un tono muy suave y amable.
—Dije “Oye ¿no eres adoptado?” — con una mirada llena de cinismo miro a Ryu directamente a los ojos — acaso ¿Eres sordo?
—Oh, disculpa no te escuche
Era obvio que esa chica quería burlas de él, pero para su infortunio Ryu no iba a permitir que lo humillaran.
—Respondiendo a tu pregunta, es imposible que sea adoptado, soy un Asami autentico.
En cuanto a mi madre, la persona que describí no me dio a luz, pero es una persona muy especial para mi padre y para mí.
Los ojos y rostro de Ryu radiaban de felicidad, felicidad que hipnotizo a los presentes con excepción de aquella chica.
Como si de un animal salvaje se tratara la chica se abalanzo sobre Ryu, tomándolo con fuera de la corbata, jalándolo para que sus rostros quedaran al mismo nivel.
—¡¿Quién?!, ¡¿Quién es esa mujer?!
Ryu la obligo a que lo soltara.
—¿Quién? Nada más y nada menos que mi madre
Ryu solo quería hacerla enojar más, por el disgusto que le estaba ocasionando en su primer día de clases.
—Es la persona más hermosa que conozco, supera fácilmente a cualquier mujer, no lo digo yo sino mi padre— unas mentirillas piadosas no hacen daño.
El rostro de la chica estaba completamente rojo, lleno de furia con una mirada tan filosa como un cuchillo, listo para apuñalar a Ryu en cualquier momento.
—Bien, muchachos por favor tomen asiento.
Inmediatamente los alumnos corrieron a tomar asiento. Ryu se mantuvo de pie ya que no tenia un lugar designado y no podía sentarse donde le diera la gana.
El profesor empezó a escribir cosas en la pizarra son préstale atención a Ryu que aún seguía de pie.
—ummm profesor, hay un alumno nuevo —menciono tímidamente una de las alumnas.
El profesor detuvo su mano, se quedó congelado por un instante, poco a poco giro para encontrarse con un hermoso muchacho, Ryu.
—Oh es verdad, discúlpeme Asami sama— se notaba el nerviosismo en su voz.
—¿Puedo tomar asiento?
—Claro, hay un lugar desocupado junto a la señorita Okinawa.
Okinawa levanto su mano, era nada más y nada menos que la chica que lo estuvo molestando hace algunos instantes.
Ryu hizo una cara de disgusto, el profesor lo noto de inmediato y se retractó de sus palabras.
—El asiento frente a mi escritorio está desocupado, ese será su lugar desde ahora Asami sama.
Ryu se sentía un poco nervioso, podía sentir la mirada penetrante de Okinawa en su espalda y al frente tenia al profesor, quien le había dedicado varias miradas durante toda la clase, pero lo que le tenía más nervioso era Okinawa. Ryu hecho un vistazo rápido hacia atrás Okinawa estaba en la fila de alado para ser exactos tres lugares atrás, al parecer estaba jugando con su teléfono celular.
Okinawa estaba llena de rabia y lo único que podía hacer era mirar con desprecio a Ryu, no sabía la existencia de esa mujer en la vida del padre de Ryu, tenía que comunicárselo a su madre inmediatamente.