Asami entro a su oscura habitación, que solo era iluminada por la luz de la luna, en su cama se encontraba un bulto envuelto en sabanas.
—Vamos Ryu, si no me dejas tocarte voy a enojarme.
—¿Quién es esa persona? —dijo en voz baja, sacando su brazo entre las sabanas apuntando a su enorme foto que estaba en la habitación.
¿Eh? Eres tu hijo.
—¡No! Yo no soy esa persona, dime la verdad…Asami.
Asami se quedó en silencio por algunos segundos, tomo a Ryuichi e intento abrazarlo pero este se negaba, empujándolo con ambos brazos.
—Vamos, papá se podrá triste
Ryuichi dejo de resistirse y se dejó abrazar, ambos abrazados en la cama con un silencio melancólico de fondo.
—Ese eres tú, mi hijo Ryuichi Asami —acariciando con cariño las mejillas de Ryuichi, mirándolo directamente a los ojos—Tienes¿ 19 años pero aun te comportas como un pequeño malcriado, eres muy inteligente, amas las flores de sakura, prefieres el invierno, le temes rayos y anhelabas tanto salir pero ahora estas encerrado aquí por voluntad propia, ¿Qué paso? Mi hijo no se comporta de esa manera.
Ryuichi miraba fijamente a su padre, como queriendo buscar algún tipo de información en su rostro.
—¿Tanto te asusto esa mujer? Ya todo está bien, ya no podrá ponerte un dedo enc…
—¡No! — grito interrumpiendo a su padre—¡No,es la mujer! Hay un hombre.
—¿Un hombre?
—Todas las noches aparece un hombre en mis sueños y el…¿Dónde estabas papa?¿Porque no evitaste que me hicieran daño? —Ryuichi se aferró a su padre mientras cientos de lágrimas se deslizaban por sus suaves mejillas —¿Por qué no me ayudarte?
Asami miraba incrédulo a su hijo—Solo son pesadillas, será mejor que lo olvides.
—Pero papá… siento que ese hombre es real, yo lo conozco ¿y si el viene por mí?
—Eso no pasara.
—Pero.
—¡Ryuichi! eres lo más importante que tengo, no permitiría que alguien te dañara—Asami recostó a su hijo en la cama y lo rodeo con sus brazos por un largo rato se quedaron así, sin habar solo fundiéndose en el calor de un abrazo.
—Ya no llores solo vas a arruinar tu lindo rostro— pellizcando las mejillas de Ryuichi, lo cual logro sacarle una sonrisa—Los cerezos pronto florecerán.
Paso una semana para que Ryuichi pudiera dormir tranquilo de nuevo y ahora estaba tan alegre como siempre. Todos los días acompañaba a su padre a la oficina, siempre se mantenía al lado de Asami estando a su ladi incluso en juntas de negocios, Ryuichi solo se quedaba sentado en silencio mientras observaba todo lo que pasaba esto creo un poco de distracción en los socios de Asami que de cuando en cuando le echaban una rápida mirada al jovencito, los socios se interesaron tanto en Ryiuchi hasta el punto que algunos le ofrecieron a Asami sus hijas como futuras esposas de Ryuichi , de esta manera obtenían grandes beneficios, un yerno bien parecido, inteligente, de buena familia y los millones que poseía su padre, pero Asami se negó educadamente argumentando que su hijo aún no estaba en edad para casarse.
Los días pasaban con tranquilidad, no había tanto trabajo en la oficina así que padre e hijo se quedaron en casa.Ryuichi estaba leyendo un libro en la sala de estar cuando el llamado de su padre interrumpió su lectura.
—¡Ryuichi!¡ Mamá está aquí¡
—¡Ya voy! —respondió con alegría, apresurándose para llegar lo más rápido posible al lado de su padre.
Mientras tanto en la puerta principal de la casa Feilong tenía los ojos bien abiertos, buscado disimuladamente a sus espaldas la señal, el indicio de una mujer detrás suyo pero no encontró nada.
—Maldito bastardo ¿has llegado tan lejos como para contratar a una actriz?¿Dónde está esa mujer? — sujetando fuerte mente la camisa se Asami, sin tener intenciones de soltarlo hasta causarle algún daño, pero de pronto algo se impactó contra su cuerpo abrazándolo.
—Hola mamá, ¿Por qué no me habías visitado? — dijo un sonriente Ryuichi.
Esto solo desato más la furia de Feilong —Maldito enfermo le hiciste creer que yo soy su madre, que tan lejos puedes…
—Lo siento pero yo no tuve nada que ver —Quitándose de encima a Feilong y acomodando su camisa de nuevo—El mismo decidió que tú eres su madre, así que no te molestes conmigo.
—Ryu…
—¿Te molesta que te diga mamá? —Con voz quebrada y con ojos de cachorro a punto de morir miro fijamente a Feilong—Te amo demasiado, creí que te aria feliz…
—Ohh, ¿Mamáte hizo sentir mal? Vamos ven aquí —Asami extendió sus brazos indicándole a Ryuichi que fuera a su lado y así lo hizo.
—Perdóname hijo no era mi intención, claro que estoy feliz —dijo Feilong abrazando a Ryuichi el cual aún seguía abrazando a su padre.
—Oye mamá espera tu turno — envolviendo mas a Ryuichi en sus brazos para abrazar más su cuerpo.
—Vamos papá no seas celoso—jalando un poco a Ryuichi para tenerlo solo para él.
Feilong no estaba pensando en qué clase de situación se estaba metiendo, estaba peleando por la atención de su ahora “hijo” y sin ningún problema acepto el papel de madre.
—Papá, mamá me están lastimando un poco…
—Perdón hijo— dijeron al unísono.
—Casi me matan, iban a matar al único hijo que tienen, que crueles— decía Ryuchi mientras cruzaba sus brazos e inflaba sus mejillas.
—Jajajaja que lindo eres pequeño Ryu— Feilong tomo la mejilla de Ryuchi y empezó a pellizcarla un poco— por cierto te he traído algunos regalos, ve a mi limosina y pídele a uno de los empleados que te ayuden a cárgalos.
Ryuichi salió corriendo del recibidor hacia la limosina, curioso de ver qué tipo de regalos le traería su ahora madre pero a mitad del camino se detuvo en seco y regreso a la mansión.
—¡¿Papá?! — Grito Ryuichi al no ver rastro de su padre o su madre.
—Estoy en la sala— le contesto su padre.
Ryuichi apresuro su paso hacia la sala, su padre se encontraban cómodamente en los sillones uno frente a otro.
—Perdón, lo olvide— Inclino su cabeza para llegar a la altura de su padre, y le dio un fugaz beso en los labios.
—Oh,que buen chico.
—En seguida regreso— Ryuichi se preparaba para salir corriendo de nuevo pero una voz lo detuvo.
—¿Ehh?¿No vas a besar mamá ?— menciono Feilong apuntado hacia sus labios.
—Lo siento mamá, pero papá dice que solo debo de besarlo a el— y así Ryu emprendió marcha a la limosina.
—Veo que lo tienes bastante controlado.
—Te lo dije, lo tengo todo planeado.
—Y yo te recuero que no va a ser así siempre y cuando ese día llegue mama estará muy feliz de recibir a su hijo en sus brazos.
—Eso no pasara y si se diera la remota posibilidad que pasara, Ryu sabe que las mamis no besan a sus hijos ni los tocan de manera indecente.
—¿Pero los papis si pueden?
—¡Papá! —Entro Ryu seguido de tres empleados que le ayudaban a cargas los regalos.
Los empleados acomodaran los regalos en el centro de la sala y se retiraron haciendo una pequeña reverencia.
—Papá ya estoy de vuelta—Ryuichi le dio un apresurado beso a su padre y se arrodillo en el centro de la sala, abriendo cada uno de las cajas, sacando lo que había en el interior de ellas.
—Mira papá son ropas chinas— dijo extendiendo la ropa para que su padre la pudiera apreciar mejor.
—Son prendas muy lindas ¿Por qué no te las pruebas? Para que veas como te quedan.
—No necesita probárselas, las ropas chinas le sientan muy bien.
—¿Ehh? Pero yo nunca he usado ropas chinas…
—Lo siento hijo, quise decir que eres muy lindo y cualquier ropa te quedara bien— se apresuró a dar una explicación—Anda ve y pruébate las ropas.
Ryuichi hizo caso y se retiró para cambiarse de ropa, mientras que en la sala el ambiente se sentía algo pesado.
—Feilong, no vuelvas a decir otra estupidez como esa.
—Se me escapo, si tuviera esas intenciones desde hace años te hubiera delatado, pero mírame aquí, ahora tengo un hijo y soy su madre.
—Y más te vale que sigas así, además te equivocas ambos perderíamos si llega a saber algo.
—¿Yo?
—sí, o caso ya olvidaste lo que paso en Hong Kong.
Una melodía interrumpió la plática de los hombres, era el celular de Asami.
—Diga,… Si… Entiendo, estaremos ahí en 30 minutos.
Ryu llego a a la sala vestido con un traje típico chino, la camisa roja con magas largas las cuales eran más anchas en las muñecas , adornada con pequeños peces dorados en el hombro derecho y un pantalón negro.
—Te vez muy lindo hijo, definitivamente la ropa china te queda—Dijo Asami levantándose del sillón y acariciando el cabello de su hijo. —Bien es hora de irnos.
—¿A dónde? — Pregunto extrañado Ryu, hoy era su día libre así que no había motivos para salir.
—El doctor no podrá venir a hacerte tu revisión, así que tendremos que ir al hospital.
—Ya veo, ¡vamos mamá!—Tomando la mano de Feilong, animándolo a que los acompañara.
—Hola doctor—Saludo Ryu, al ver entrar al hombre al consultorio.
—Hola Ryu, mira cuanto has crecido y mírate esa ropa te sienta muy bien.
—No sea mentiroso, siempre dice eso cuando me ve—Ryu no comprendía porque siempre el doctor le decía que estaba más grande, lo veía cada 15 días era imposible que creciera cada quince días.
—Asami
—Lo siento no fue mi intención— Se disculpó al instante, cuando su padre lo llamaba con su apellido solo era para reprenderlo.
—No te preocupes— dijo despreocupadamente el doctor.
Ese doctor era de la edad de su padre, 37 años, era un tipo bastante agradable y Ryuichi le tenía bastante confianza, todos estos años el doctor iba a la mansión a hacerle el chequeo, esta era la primera vez que veía su consultorio.
El celular de Asami sonó, mientras hablaba el doctor le pidió a Ryu que tomara asiento en la camilla para empezar con la revisión.
Asami se acercó a Ryu y le dio un beso su frente.
—Lo siento hijo tengo que atender un asunto a unas calles de aquí, mamá estará afuera esperándote, regresare en 15 minutos.
—Está bien, adiós papá.
Asami salió del consultorio, con Feilong detrás de él.
—Bien y ¿cómo vas con tu padre?
—Ya puedo salir, bueno solo si estoy con el pero algo es algo.
—Bueno es comprensible— dijo mientras palpaba la cabeza de Ryu —¿Te duele? — Pregunto al palpar una cicatriz en su cabeza.
—Solo un poco, y ya pasaron 4 años ya debería de habérsele pasado.
—Asami trata de comprender a tu padre estuvo a punto de perderte, no es como si hubieras caído de las escaleras o golpeado tu cabeza con un objeto contundente fue…
—Si lo sé— se apresuró a interrumpir el doctor —Fue una bala.