—Asami trata de comprender a tu padre estuvo a punto de perderte, no es como si hubieras caído de las escaleras o golpeado tu cabeza con un objeto contundente fue…
—Si lo sé— se apresuró a interrumpir el doctor —Fue una bala.
O al menos eso le había contado todo el mundo, lo cual él creía imposible. Una bala atravesando el cráneo de alguien e incrustado en el cerebro, y que ese alguien estuviera vivo , era algo realmente “maravilloso” según las palabras del doctor. Ryuichi no recordaba nada del incidente, solo recordaba que un día despertó, sentía su cuerpo rígido y sujetaba la mano de un hombre diciéndole que no se fuera, Ese hombre resultó ser su padre y no podía recordar absolutamente nada, ni siquiera al hombre que decía ser su padre.
A causa del accidente Ryuichi estuvo en coma por 19 meses, había permanecido postrado en una cama por tanto tiempo que su cuerpo olvido como caminar, al igual que algunas palabras de su lengua madre, volvió a ser un niño pequeño.
Por más de un año Ryuichi asistió a terapias teniendo una recuperación rápida, además de ser asistido de un “escuadrón” de tutores que le enseñarían de nuevo todos los conocimientos que había perdido ya que ni siquiera sabía en qué país se encontraba. Ryuichi aprendió rápidamente y en menos de 3 meses era más inteligente que cualquier muchacho de su edad.
Ryuichi sabía muy bien que todo ese proceso había sido muy duro para su padre, su único hijo herido de muerte a las 15 años y lo único que escuchaba de los profesionales era que estaba condenado a permanecer en estado vegetativo, despierta milagrosamente de su estado y no recuerda absolutamente nada, no es algo que se lleve con calma por ese motivo Ryuichi se esforzaba al máximo para no más darle preocupaciones a su padre y ser un buen hijo, un hijo digno de llevar el mismo nombre que uno de los hombres más influyentes y poderosos de todo Japón, pero meses atrás no sabía qué hacer para llamar su atención.
En una ocasión por un descuido se tropezó raspando sus rodillas, cuando su padre notó los raspones rápidamente llamó a un doctor para que desinfectara las pequeñas heridas, algo excesivo para algo con tan poca importancia, y su padre canceló todo lo que tenía ese día y se quedó a su lado mirándolo.Eso llevó a una Ryuichi a hacerse una idea errónea, creyó que si dañaba su cuerpo su padre estaría más tiempo con él, llevó a su cuerpo a un estado bastante lamentable, lleno su cuerpo con marcas y moretones por doquier pero su padre estaba tan ocupado que no noto los pequeños moretones y rasguños que adornaban sus brazos al igual que sus piernas.Ryuichi estaba muy consciente de que había cometido algo realmente estúpido pero eso estaba en el pasado, ahora estaba en todo momento con su padre y eso la hacía muy feliz.
La revisión terminó y antes de que el doctor abriera la puerta del consultorio le dijo algunas palabras a Ryu.
-Trata de no preocupar tanto a tu padre, no tienes idea de cuánto sufrió cuando estabas en coma- dijo para después abrir la puerta para que Ryu saliera.
-Oh Ryuichi ya estás de vuelta- comentó el doctor al ver a su padre.
-¿Cómo está Ryu?
-Él se encuentra muy bien, solo sigan con el tratamiento regular.
-¿Hijo quieres ir por un helado?- Pregunto Feilong a Ryu.
-¡Claro!- contestó animadamente Ryu.
-Claro que no, eso solo va a dañar tus dientes- se opuso Asami.
-Vamos papá un helado no dañara la dentadura de Ryu.
-Por favor papá, solo uno ¿si?- rogó Ryu.
Al final terminaron en un lujo bar donde también servían algunos postres.
Asami y Feilong pidieron unos tragos mientras Ryu decidía seriamente en pedir un helado o un trozo de pastel, esta era una oportunidad única en la vida, su padre no le permitía consumir alimentos dulces, así que debía de elegir sabiamente.
-¿y bien Ryu, que vas a pedir?- le cuestionó su padre.
Ryuichi miraba detenidamente la cartilla de los postres, hasta que una foto de uno de los postres le llamo demaciado la atencion.
-Quiero este,un helado de lavanda- dijo con una enorme sonrisa en el rostro.
Asami se quedó pasmado por un momento, mirando fijamente a Ryu.
-No es nada.
Después de unos minutos,Ryuichi ya estaba degustando el delicioso helado de lavanda, jamas habia probado algo igual, pero el el fondo sentía como su lengua recordaba ese sabor. Ryu volteo a ver a su padre y a Feilong, se quedó hipnotizado al ver a su padre.
-¿Pasa algo hijo?- Preguntó Asami al sentir la mirada de su hijo sobre el
-No es nada, solo pensaba que me gustaría crecer para verme tan maduro como tu.
Asami abrió sus ojos como platos, se quedó observando a su hijo por un momento como queriendo buscar respuestas a través de sus ojos, elevo su mano y la poso sobre la cabeza de Ryu.
—Si dejas de comer dulces, seguramente lo lograras.
—Yo también quiero probar lo que están bebiendo— estiró su brazo para alcanzar aquel vaso de cristal que contenía una bebida alcohólica, pero fue detenido por la mano de su padre.
—¿Qué crees que haces jovencito?
—Solo quiero probar, por favor. Mamá
— Llamó a Feilong para que convenciera a su padre.
—Lo siento hijo, pero ese no es mi asunto — sentenció Feilong, un helado era algo inofensivo pero el alcohol era otra cosa, así que prefería evitar meterse en problemas con Asami.
—Aun eres muy joven para probar este tipo de bebida, están prohibidas hasta que cumplas 28 años.
—¿¡28!?—Replicó Ryu.
—Bien es hora de que me vaya, adiós hijo—Dijo Feilong abrazando a Ryu.
Asami se despidió de Feilong, padre e hijo veían como este se alejaba en su limusina y Ryu se quedo viendo a la nada.
—¿Padre cómo conocí a Feilong?
—…¿Porque preguntas eso ?
Ryu miró a su padre y era evidente que esa pregunta le había incomodado, su postura cambió y lo veía detenidamente, la educación que le habían inculcado le dictaba que cuando una persona se ponía de esa manera lo mejor era mantener la boca cerrada, pero tenía curiosidad ¿Bajo qué condiciones se vieron por primera vez Feilong y él?
—Es solo que cuando me abrazo sentí escalofríos, como si me hubiera lastimado.