Ryu miró a su padre y era evidente que esa pregunta le había incomodado, su postura cambió y lo veía detenidamente, la educación que le habían inculcado le dictaba que cuando una persona se ponía de esa manera lo mejor era mantener la boca cerrada, pero tenía curiosidad ¿Bajo qué condiciones se vieron por primera vez Feilong y él?
—Es solo que cuando me abrazo sentí escalofríos, como si me hubiera lastimado.
Ryu estaba a punto de decir algo pero fue sorprendido por la mano de su padre que se posaba sobre su cabeza revolviendo sus rubios cabellos.
—¿Por qué no le preguntas a él cuándo lo veas de nuevo?— deslizo su mano hasta la mejilla de Ryu para darle un pequeño estirón —Seria más especial si le preguntas a él.
—Si eso hare.
Asami empezó a caminar y Ryu lo seguía a sus espaldas como un pequeño patito siguiendo a su madre, después de caminar unos cuantos metros alrededor de los jardines Asami se detuvo en seco provocando que el distraído Ryu chocara con él.
Asami giro su cuerpo para quedar frente a su hijo —¿Ryuichi, te gustaría tomar un baño con tu padre?
Ryu se quedó extrañado por un momento, que el recordara nuca había tomado un baño junto a su padre así que le parecía algo inusual.
Oculto su consternación con una sonrisa y contesto alegremente —si.
—Que buen niño eres, te estaré esperando en el baño principal.
Ryu ya se encontraba en la puerta del baño principal, sus manos sostenían una toalla y una cubeta con patitos de hule, abrió la puerta cerrándola detrás de si.
El baño principal era el más grande de la mansión, el suelo estaba cubierto de azulejos blancos, las paredes eran cubiertas por espejos, un gran ventanal que tenía vista hacia los jardines, el cual impedía que las personas en el exterior vieran dentro y lo que más llamaba la atención era la piscina de agua caliente en el centro del enorme baño.
Ryu empezó a desvestirse y a limpiar su cuerpo en las regaderas, una vez con su cuerpo limpio envolvió una pequeña toalla blanca en si cintura, tomo su cubeta con los patitos de hule y se dirigió a la piscina donde su padre se encontraba sentado en una de las partes menos profundas, relajado con sus brazos extendidos y su cabeza ligeramente hacia atrás.
Asami observaba detenidamente cada parte del cuerpo de su hijo, el cual ya se encontraba enfrente suyo rodeado por unos patitos.
—Sigues siendo un niño.
Ryu se acercó a su padre con un patito en su mano — ¿Ah? No tiene nada de malo, además tú me los regalaste por eso me gustan.
Asami no respondió, solo se limitó a observar a su hijo mientras jugaba con los patitos, examino cada parte de su cuerpo, por fortuna ya no había ni un morete o rasguño en su cuerpo Asami sonrió satisfecho lo único que su hijo necesitaba era atención de su parte y vaya que se la había dado los últimos meses, gracias a ello Ryu había dejado de lastimar su cuerpo.
— ¡papá!
—¿Qué ocurre?
—Te hice una pregunta.
— Lo siento Ryu estaba distraído
— Te pregunte si ¿nosotros ya nos habíamos bañado juntos en el pasado?
Una sonrisa traviesa se formó en los labios de Asami y su mente viajo hacia el pasado recordando cada escena, reproduciéndola en su cerebro.
—Claro, desde que tenías 14 años.
Ryu miro extrañado a su padre —¿Desde los 14?
—Bueno también lo hicimos cuando eras más pequeño, pero cuando tenías 13 siempre estabas pegado a mí en todo momento.
Ryu siguió jugando con su patitos, su rostro al igual que todo su cuerpo estaban rojos de vergüenza, desde ya hace unos minutos atrás se dio cuenta que su padre no le quitaba la mirada de encima y era realmente incómodo. Asami noto que Ryu estaba rojo como un tomate, temiendo que estuviera mareado por el calor y fuera a desmallarse se apresuró hacia donde estaba tomándolo de la cintura haciendo que este se sentara en su regazo, esto solo complico las cosas para el pobre de Ryu, que solo se preguntaba, como podía sentirse tan abrumado por la cercanía de su padre.
Asami se dio cuenta de que el calor no estaba afectando a Ryu sino otra cosa, tomando provecho de ello pego más su cuerpo al de Ryu y sintió como el pequeño cuerpo de su hijo se estremeció.
Tomo la barbilla de Ryu, para que no se moviera susurrando en su oído —¿Qué pasa, estas mareado? — De repente el cuerpo de su hijo se sintió bastante ligero, Ryu se había desmayado. Asami suspiro tomando en brazos a Ryu sacándolo de la piscina, dándole un tierno beso en la frente.
Ryu abrió sus ojos poco a poco acostumbrándose a la tenue iluminación, giro su cabeza para ver con claridad donde se encontraba, se llevó una gran sorpresa al ver el rostro de su padre tan cerca del suyo provocando que como cual resorte se sentara de inmediato en la cama.
Con nerviosismo y un ligero sonrojo en sus mejillas —¿Qué me paso?
—Te desmayaste — Asami jalo a Ryu haciendo que se recostara de nuevo para abrazarlo fuertemente—Las sakuras están por florecer, te llevare a verlas.
Ryo respondió abrazando a su padre, escondiendo su cara en el pecho de Asami.
—Se buen niño y dale un beso de buenas noches a tu padre.
Ryu con su rostro aun sonrojado, beso rápidamente a su padre para esconder su rostro de nuevo.
—Buenas noches, mi lindo niño—beso la cabeza de Ryu, y estiro su cuerpo para apagar la lámpara que estaba sobre una de las mesitas de noche, quedando totalmente en penumbras.
El auto se detuvo y el primero el salir de el fue Ryu, esta vez era un día totalmente padre e hijo, nada de guarda espaldas o choferes, después de todo solo estaban a unos 200 metros de la entrada de la mansión, Ryu quería llegar caminando pero su padre insistió en ir en auto.
Ryu estaba muy emocionado corría por todos lados, Asami solo se limitaba a seguirlo de cerca, Ryu encontró pétalos de sakura acumulados, tomo tantos como sus manos se lo permitieron y los arrojo por encima de su cabeza, con una enorme sonrisa miro a su padre —Mira, es como si fuera nieve rosa.
“Son como nieve rosa” —repitió Asami, quedándose inmóvil mirando a su hijo jugar con los pétalos, poco a poco avanzo hacia donde estaba Ryu, lo detuvo y lo sujeto de los hombros.
—¿Pasa alg…?— Ryu no pudo terminar de formular su pregunta, sus labios fueron atrapados para ser besados, pero eso no era un beso como los de siempre, su padre metió la lengua dentro de su boca.