Los rayos del astro rey iluminaron poco a poco la habitación del joven muchacho, que aún se negaba a despertar, con pesar tomo asiento sobre su mullido colchón, sus cabellos rubios revueltos y sus ojos rojos denotaban que no había pasado una noche grata.
Sin previo aviso una figura masculina irrumpió en su habitación, obligándole a ponerse alerta de inmediato al igual que adoptar una postura defensiva.
—Buenos días, Ryu —se inclinó para llegar al rostro de su hijo pero este rápidamente se envolvió en las sabanas, dejando a Asami un poco desconcertado.
Al ver que su hijo se negaba a cambiar de postura, se resignó y prefirió no iniciar una discusión, después hablaría con el aunque no entendía muy bien la razón de su enojo.
—Vamos levántate es hora del desayuno Llegaremos tarde a la oficina si no te apuras.
—No quiero ir.
Esas tres simples palabras hicieron que la quijada de Asami se casi se le descolgó la mandíbula pero como era común en él simplemente se mantuvo calmo y mostró indiferencia, no iba a caer en el juego de su pequeño niño malcriado.
—No te lo he pedido es una orden, baja al comedor en 10 minutos.
Con esas palabras frías Asami salió de la habitación dejando a Ryu solo, preguntándose qué debería a hacer, ¿Realmente iba a desobedecer a su padre? y ¿atenerse a lo que viniera después? Sin pensarlo mucho salió disparado de su cama, salió de su habitación y corrió directo a su vestidor, que estaba exactamente 7 puestas después de la habitación donde se encontraba. Se vistió rápidamente con unos jeans negros y con una camisa en la cual se podía leer “Fuck you”, nunca se había puesto algo tan informal para in a la oficina de su padre, a excepción del primer día, solía llevar un traje el cual hacía juego con el de su padre, le gustaba llevar un traje similar al de su padre porque las empleadas comentaban cosas como: “son como dos gotas de agua”, Ryu amaba ese tipo de comentarios, por fin escuchaba esas bellas palabras, que le dijeran que era muy parecido a su padre era muy importante para él ya que por mucho tiempo había escuchado lo contrario.
Sin mucho ánimo bajo al comedor, donde su padre se encontraba.
Asami solo subió una ceja al ver el atuendo de su hijo, no era que desaprobara ese tipo de ropa pero no era apropiado para la ocasión además de que era obvio que el estampado de su camiseta iba dirigido hacia su persona.
El desayuno como el camino hacia la oficina fue tenso y callado, contrariamente a lo que estaban acostumbrados padre e hijo, entre ellos rara vez había silencio, hablando de cosas simple o Ryu recibiendo regaños o órdenes, pero en esta ocasión reinaba el silencio. Asami estaba tan callado que Ryu empezó a pensar que está enojado con él, eso hizo enojar más a Ryu se supone que él le aplicaría la llamada: “ley del hielo” a su padre y no al revés.
Ryu se quedó solo en la oficina, Asami estaba en una junta, a pesar de que le ordenó que siempre estuviera a su lado Ryu se negó y Asami no pudo hacer nada, la junta sería pronto y no tenía tiempo para gastarlo en reñir con su hijo así que opto por encerrarlo bajo llave en la oficina además de dos guardaespaldas fuera de la misma.
Ryu simplemente se quedó sentado en la cómoda silla de su padre, aprovechando que su padre no estaba empezó a hurgar en los cajones del escritorio para ver si encontraba algo interesante pero solo un cajón estaba abierto los demás estaban bajo llave,s olo encontró papeles sin importancia para él y el teléfono celular de su padre, sin pensarlo dos veces lo tomo, era la primera vez que tenía un teléfono celular en su manos, su padre le prohibió la utilización de cualquier aparato electrónico que pudiera realizar llamadas, mensajes o conectarse a internet.
Trato de acceder a dicho aparato pero este le pedía una contraseña, Ryu intento con varias cosas pero no funcionó por un momento tuvo la esperanza de que la clave fuera su nombre o la fecha de su cumpleaños, tal vez a perdonaría un poquito a su padre.
El leve rechinido en las bisagras de la puerta sorprendió a Ryu haciendo que el celular bailara en sus manos y estuviera a punto de precipitarse al suelo.
—¿Se puede saber para qué necesitas mi teléfono? —preguntó Asami cerrando la puerta tras de si, acercando a tal punto de estar a un paso de su hijo.
—¿Que no estabas en una junta? — evitando enfocar su mirada en su padre.
—Se canceló. Devuélveme el teléfono ¿Acaso pensabas llamar a alguien ?¿Quién es? ¿Cómo lo conociste? ¿Qué relación tienen?
Ryu solo se preguntaba qué clase de artimañas estaba diciendo su padre, como demonios se suponía que tendría alguna relación con alguien y porque estaba tan desesperado por tener devuelta el teléfono, seguramente contenía cosas que no quería que Ryu supiera, esto lo hizo enfurecer más y optó por hacer enojar a su padre, aunque sabía muy bien que habría serias consecuencias.
—Si, estaba tratando llamar a mi novia, su nombre es Kasumi, nos conocimos el día que tú y esa mujer se besaron, debo de agradecerte padre gracias a ello he conocido a una bella mujer.
—Eso es imposible, cómo demonios puedes estar con alguien que conociste por unos minutos no me hagas reír, pequeño
—No es ninguna broma padre, solo tuve que decirle mi apellido y cayó rendida a mis pies, nunca pensé que fuera tan fácil, si es así pienso tener algunas amantes
Ryu dijo esas palabras con tal seguridad e imponiendo autoridad que Asami realmente estaba dudando, si era así tenía que encontrar a esa chica para asegurarse que el lindo Ryu no se encontrara de nuevo con ella, si se interesó en su apellido, solo bastaría con ofrecer una generosa cantidad de dinero para que se alejara de su hijo.
—Hiciste tal tontería solo ¿porque una mujer me beso?, eres un malcriado
—Saca tus propias conclusiones...Padre— Ryu se levantó de la silla pasando a un lado de Asami sin mirarlo a los ojos, siguió hasta llegar a la puerta pero no pudo abrirla, una mano se interpuso en su camino.
—¿Adónde crees que vas?
—¡Con mi novia!, así que puedes ir tranquilamente con esa mujer.
Asami aprisionó al jovencito entre la puerta, sujetando sus muñecas sobre la cabeza de Ryu.
—No te permitiré ir a ningún lado, soy capaz de encerrarte para siempre, mi pequeño niño.
Sujetando con una mano ambas muñecas de Ryu y con la otra sujetando su barbilla, acercándose lentamente para besarlo, pero algo lo freno, Ryu estaba llorando, su rostro en cuestión de segundos se hizo un desastre, rojo,su pecho subiendo y bajando rápidamente, esforzándose por obtener oxígeno.
—No no lo hagas —suplico Ryu —No....Asami
Asami soltó las muñecas del pobre Ryu, para abrazarlo fuertemente y besar su frente.
—Por favor perdóname, no volverá a pasar, no besaré a nadie que no seas tu
Ryu levantó su cabeza, aun con lágrimas en sus ojos trato de encontrar un signo de mentira en la cara de Asami.
—Te amo, Te amo, eres la persona que más amo en este mundo, ¡Por favor no me dejes!
—No iré a ningún lado, Asami— dijo Ryu aferrándose al cuerpo de su tembloroso progenitor...