Changkyun despertó lentamente al sentir que alguien mecía con delicadeza su brazo. Cuando sus ojos se acostumbraron a la tenue luz de la habitación, encontró a Kihyun con una cara somnolienta.
— Tenemos que ir a grabar el video —informó mientras se tallaba los ojos—, alístate.
Kihyun salió de la habitación y Changkyun resopló aún acostado. Levantarse de la cama era la parte más difícil del día. Hizo caso y se alistó para partir, tuvo que esperar veinte minutos para su turno en la ducha, tiempo que perdió en su celular, sentado junto a la puerta del baño.
— Tu turno —escuchó que lo llamaba, era Jooheon que salía con una pequeña toalla blanca sobre la cabeza y un pijama gris de playera y pantalones—. Apresúrate que salimos pronto.
— Sí, hyung —contestó sin mucho ánimo mientras entraba al cuarto de baño.
Al dar un paso adentro, el menor resbaló por los azulejos húmedos del piso, cayendo con las manos por delante directo al suelo. Chang esperaba la risotada que el mayor le daría por ser tan torpe, pero lo que en realidad sucedió fue un Jooheon exclamando con angustia y acercándose a su lado para levantarlo.
— ¿Estás bien? —le tomó del codo, dándole apoyo para ponerse de pie.
— S-Sí —dijo todavía aturdido por el golpe, sintiendo punzar su brazo izquierdo.
— Idiota, mira el tamaño de eso —Jooheon miraba con horror una mancha rojiza que se extendía rápidamente por el antebrazo del menor—. Quedará una marca fea.
— Hu... —Changkyun mordió su labio inferior y apartó su brazo del agarre del más alto, tomando a este por sorpresa—. No pasa nada, no me duele.
El mayor torció la boca y asintió lentamente, saliendo del baño después de unos segundos en silencio. Aquella situación había sido incómoda. El que Jooheon se preocupara por Changkyun era incómodo.
[...]
Al llegar a la agencia, los camarógrafos del programa separaron al equipo de Kihyun en diferentes salas para preparar el mequillaje y vestuario del video musical. Chang y Joo aguardaron en un salón donde les fue dada una computadora, y el mayor por instinto comenzó a buscar canciones de los superiores con los que trabajarían.
— Me encanta Madclown... quiero decir, es la segunda vez que trabajo con él —el de pequeños ojos hablaba como al aire, con una pequeña sonrisa creciendo en sus labios—. Hacer música juntos es un honor.
— Totalmente —concordó el castaño, prestando atención al video que corría en la pantalla.
— Entonces a quién eliges... ¿Mad Clown o Genius Nochang?
Chang volteó la cabeza hasta mirar de frente a Jooheon, se encontraban cerca uno junto al otro, entre-sonriendo mutuamente, ¿estaban teniendo una conversación amigable? ¿Era porque las cámaras los filmaban?
— Es una decisión difícil —admitió con sinceridad.
— ¿Estás diciendo que consideras elegir a Genius Nochang-sunbaenim? —Rió el muchacho con el beanie negro.
— Sí —sonrió divertido por la reacción del más pálido, quien abrió la boca casi ofendido—. ¿Y tú?
— Mad Clown obviamente —contestó de inmediato.
— ¿Sin ninguna duda?
— Sin ninguna duda —afirmó, alzando un poco las cejas.
Ambos rieron por lo bajo, olvidando por un minuto que habían otras cinco personas en la sala observándolos, dejando la conversación llevar un ritmo cómodo.
— Deberías ir al otro equipo en ese caso —Jooheon devolvió la vista al computador, cambiando de canción.
— oh, vamos~ —puchereó el menor, ganando una última risilla de Joo.
Habían pasado varios días desde que la misión cuatro les fue encomendada, y el día de la presentación se encontraba a la vuelta de la esquina. Jooheon había tenido que convivir diariamente con Changkyun durante tres horas mínimo, ya sea para ensayar, compartir ideas, mejorar letras o simplemente aconsejarse.
Kihyun tenía razón, Jooheon no permitía que sus malestares emocionales influenciaran su trabajo, pues al menos en aspectos profesionales ayudó en todo lo que pudo a su menor, cosa que sorprendió a Chang. Cada que recibía un sincero consejo o alago algo en su estómago se removía de manera agradable y las ganas de mejorar eran inevitables.
Incluso se daban la confianza de bromear entre ellos y reír aunque no hubiera nadie observando. Daba la impresión de que realmente no se llevaban tan mal como Jooheon quería aparentar. Pues tenían muchas cosas en común; gustos musicales, en comida y hasta en películas.
Tal vez, si se hubiesen conocido en otra situación, ser amigos no sería tan incómodo.
— Es nuestra oportunidad para demostrar el talento que tenemos —habló el mayor—. Y sé que lo harás, pero da lo mejor de ti y enseña de lo que eres capaz, ¿okay?
El muchacho de pequeños ojos alzó la mano en un ademán inconfundible, chocando las manos con Changkyun como sólo los colegas cercanos lo hacen con naturalidad. El castaño correspondió enseguida, con la sensación de alivio invadiendo su pecho y estómago, emocionado.
[...]
Grabar un video musical era un mundo totalmente diferente. Las personas corrían de un lado a otro con luces, maquillaje, reflectores y cantidad más de etcéteras; no había nadie desocupado. I.M tomó asiento en un sofá frente al enorme fondo blanco que servía como locación para su video , detrás de las cámaras y el director.
— Toma.
Changkyun apenas pudo atrapar entre las manos una pequeña caja de cartón blanca que le fue lanzada. El rapero mayor (el responsable) se sentó a su lado, tendiéndole una botella de agua.
— Kihyun hyung dijo que serviría para el dolor —comentó casual, sin mirarle directamente.
Eran analgésicos por lo que pudo leer en el empaque, y recordó el moratón que aún pulsaba en su antebrazo.
— ¿Le contaste?
— Algo así —Jooheon abrió la botella de agua. Changkyun abultó los labios de manera infantil y Joo frunció las cejas—, ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué está mal?
— No debiste haberle dicho.
— ¿Eres un niño que no quiere que sepan que se lastimó? ¿Cuántos años tienes? ¿Cuatro? —Se levantó de su lado—. Tómate dos pastillas, rápido, que casi es nuestro turno.
— Sí —aceptó como quien no quiere la cosa—, gracias.
Jooheon le miró un momento, sin saber qué decir asintió rápidamente y caminó hacia el lado contrario.
[...]
La madrugada del día de la presentación, Changkyun no pudo dormir, por lo que se levantó a mitad de la madrugada y caminó hasta la cocina para devorar lo que había sobrado de la cena, llevándose con la sorpresa de que no era el único ansioso.
Gunhee se encontraba ahí, sentado en el comedor del departamento. Chang consideró darse media vuelta y regresar a su habitación, pero era demasiado tarde y el mayor le había visto ya.
— Puedes sentarte —dijo el azabache, con un tono tranquilo.
I.M asintió y tomó el lugar frente a Gun, todo en completo silencio aunque extrañamente sin tanta incomodidad. Nunca había tenido la oportunidad de estar a solas con el mayor, pero el muchacho (aunque reservado) despedía un aura ligera y amigable.
Chang había aceptado semanas atrás que todos los demás competidores tuvieron sus razones para actuar como idiotas con él. Porque si lo pensaba, él probablemente hubiese reaccionado de la misma manera. Kihyun había dicho una noche que cargar con rencores hacía mal para el alma, y desde que Kyun adoptó esa manera de pensar, su relación con todos los integrantes mejoró.
No es como si fuese el total amigo y confidente de todos, pero en comparación a cuando recién llegó, había avanzado en cuanto a volverse cercano a los demás. Incluso con Gunhee con quien había hablado tal vez tres veces desde que se conocieron.
— ¿Nervioso? —Preguntó el mayor.
— Bastante.
— Eres bueno —rió—, no tienes por qué estarlo. O bueno, eso dice Jooheon, todo el tiempo.
El castaño mordió su labio inferior, no estaba bien sentirse emocionado al saber que el Joo hablaba de él con alguien más.
— Es raro, se siente como si me hubieras robado a mi amigo —repuso Gun, recargando su mandíbula en la palma de su mano.
— N-No lo creo; él me odia —admitió en un susurro—. Además, escuché que su meta es que ustedes dos debuten juntos —bajó la mirada.
Gunhee suspiró.
— Todos en esta casa queremos debutar, ¿no? —Hizo una pausa—. ¿Cuántos crees que lo logremos?
Changkyun no contestó y se limitó a jugar con sus manos por debajo de la mesa.
— No creo que yo debute si te soy sincero —dijo el mayor con tristeza—. Y lo he estado pensando... la vida como un ídol... no sé si estoy hecho para eso.
— Pero eres muy bueno —se adelantó el menor.
— ¿Lo soy? —rió una vez más—. Por más que intento, no puedo superar o igualar a Joo; y tú me haz ganado el debut-... no lo tomes a mal, pero es obvio que tu ya estás del otro lado. En cambio yo...
— Yo no-.
— Estoy triste, chico. Pero supongo que también resignado —agachó la mirada—. De verdad, necesitaba probar que estoy listo, que para esto nací. Sólo supongo que... todavía no es el momento. ¡Ah! Tan decepcionante.
El castaño sintió un nudo en la garganta. Cuando uno se volvía trainee sólo tenía una meta, el debut; uno lo daba todo para que ese sueño se hiciera realidad, y fuera cual fuera el motivo, la determinación en cada uno era la misma. Escuchar a Gunhee diciendo aquello... un sentimiento de tristeza lo rodeaba.
— Al menos promete que lo harás mejor que yo para no sentirme mal, ¿okay? —Dijo el azabache, con una media sonrisa frente a él.
[...]
No había ni un sólo ruido en el escenario. El equipo de Giriboy y Mad Clown había ganado por decisión del público, por lo tanto se encontraban a salvo. Pero alguien del equipo blanco no correría con la misma suerte.
— Yoonho.
Tristeza, frustración, lágrimas.
Sólo malos sentimiento eran perceptibles sobre el escenario, y nadie podía quebrarse del todo frente a las cámaras. Jooheon se sentía tan furioso que no pudo aguantar un segundo más ahí y salió corriendo a los camerinos en busca del aire que le faltaba.
Tenía ganas de romper todo y gritar de frustración. Reclamar a todo el mundo y llorar del coraje y la injusticia. Tan injusto que un chico que lo había dado todo de sí, durante tantos años, un amigo que no podría compartir escenario.
Todo ese jodido programa era una burla, una injusticia.
Y en el peor momento, la persona menos indicada apareció frente a él en la sala de los camerinos. En el umbral de la puerta, el chico que representaba una de las más grandes injusticias del programa le miraba con los ojos aguados.
— ¡Todo es tu culpa! —Gritó y señaló a Changkyun, sintiendo el veneno de lo incorrecto quemar su garganta—. ¡¿Por qué ilusionar a Yoonho si al final su lugar iba a ser ocupado por ti?! ¡¿Por qué mierda aceptaste entrar?!
El castaño se quedó inmóvil en su lugar, temblando un poco bajo la mirada del mayor de los raperos, con los ojos cristalizados por las lágrimas bajó la cabeza.
— Jooheon, cállate —Llamó la firme voz de Kihyun, quien con el resto del equipo se encontraban a espaldas de Changkyun.
— ¡¿Estoy diciendo algo que no todos aquí pensemos?! ¡Todos sabemos que él debutará sin haber sufrido nada y nosotros sólo fuimos piecesillas en toda esta mierda!
— Bien —habló la grabe voz de I.M con un tono quebrado—. Yo renunciaré, s-si me elijen, yo renuncio al lugar... ¿Estás feliz ya? —Levantó la mirada, con las lágrimas saladas rodando por sus mejillas y el ceño fruncido.
Changkyun se abrió paso hasta salir huyendo del cuarto de espera. El pecho de Jooheon subía y bajaba aún por la ira y adrenalina corriendo por su cuerpo, con el ceño fruncido y la mandíbula apretada. El resto de trainees le miraban con reproche y algunos abandonaron el lugar en silencio.
Oh, mierda, ahí estaba el sentimiento de culpa. Ojalá hubiese llegado antes de que lo arruinase todo.