Kihyun era un sujeto de corazón blando. Probablemente el más susceptible de los diez trainees. Es por eso que, a pesar de la furia que sentía el día anterior, le podía más el ver a Changkyun alejado de ellos a la hora de la cena.
Torció la boca y suspiró con frustración. Tomó el paquete de comida (que el manager había dejado) para el nuevo rapero y se levantó de la mesa.
— ¿A dónde vas? —Preguntó Hoseok, con los palillos a medio camino hacia su boca.
— Está bien si quieren odiarlo. Pero tampoco que se muera de hambre —respondió Kihyun.
Los demás trainees guardaron silencio y continuaron con su comida, sin objetar nada. Todos conocían la actitud de madre reprimida que poseía Yoo Kihyun, lo mejor era dejarlo ser.
El más bajo de los muchachos se acercó hasta el rincón de la sala donde Changkyun se encontraba sentado abrazando sus piernas. Dejó el paquete con arroz, kimichi y algún guiso junto a él. Se cuestionó qué se supone que debía hacer; no era un carcelero para dejarle la comida e irse. Algo incomodo se sentó frente a él.
Changkyun respingó ante aquella acción y fijó su vista en el castaño cantante.
— Gracias —dijo por el paquete de comida, aunque realmente no tenía apetito. Kihyun asintió en silencio.
La verdad, Hyun era el menos indicado para la situación. Es decir, había quedado bastante claro que no se sabía integrar a las personas que le incomodaban cuando lo obligaron a trabajar con Hyunwoo. Pero este chico, a pesar de haber causado tantos problemas, le parecía inocente. Como un cachorro perdido.
— ¿Cuál dices que es tu nombre?
— Im Changkyun —respondió con un tono entre melancólico y alegre—. ¿Y tú?
— Yoo Kihyun, tengo veintidós años y soy vocalista.
— Cumpliré diecinueve este mes*.
Kihyun se relamió los labios con algo de culpa. Era sólo un chico. Debía ser horrible estarla pasando tan mal cuando se acercaba tu cumpleaños.
— Come o se enfriará —le ordenó con un tono enfurruñado.
El menor asintió y tímidamente desenvolvió su paquete de comida y sus palillos desechables. Le ofreció al mayor, pero este lo rechazó gentilmente con un gesto de la mano, pidiéndole que comiera a gusto.
— ¿Cómo va la parte del rap? —Preguntó Kihyun, extrañamente divertido por los infantiles gestos de Changkyun al comer.
— Bie~en... mal. Muy mal —Chang tragó fuertemente—. Él me odia, no sé si esto funcione, sinceramente.
— Jooheon puede ser inmaduro en muchas cosas menos en su trabajo. No juega con la música —Kihyun volteó la mirada hasta la mesa donde sus demás compañeros seguían comiendo—, si le demuestras que de verdad tienes el talento no te pondrá "peros".
— ¿Y si cree que no tengo talento? —El rapero bajó su plato de comida, pensativo.
— ¿Tú crees que tienes talento?
Changkyun asintió en silencio, bajando la mirada. Kihyun sonrió sólo un poco, ¿podía un rapero ser así de lúgubre? Cuando I.M demostró sus habilidades en el estudio de grabación parecía una persona totalmente diferente a la que tenía frente a él en ese momento. Kihyun no sabía mucho de rap, pero para sus adentros admitía que Changkyun parecía hacerlo bien.
— ¿Sabes? —Llamó la atención del menor—, sigo en desacuerdo porque entraste. Pero ya que estás aquí, me esforzaré por llevarnos bien... espero hagas lo mismo.
— L-Lo haré —asintió enérgicamente con los ojos un poco abiertos.
— Y aprende a comer, tienes arroz en la nariz —rió el bajito.
[...]
La mañana siguiente, Kihyun desayunó junto a Changkyun en el mismo rincón privado de la noche anterior. Changkyun le contó al mayor sobre su vida, como que sabía hablar inglés o que antes de entrar al programa, él estaba listo para debutar con otro grupo, pero por tal o cual situación no fue posible.
— ¿Me estás diciendo que el que debutes ya es un hecho? —Kihyun frunció el ceño.
— No, no —el rapero negó con las manos—. De verdad, yo estoy compitiendo con las mismas posibilidades que ustedes hasta ahora. Sólo... no quiero que piensen que no estoy... ¿Capacitado? Como para estar aquí.
El cantante dio un monosílabo de aceptación y cambiaron el tema mientras seguían desayunando. El manager y los productores fueron por ellos (por todos los trainees) a las diez de la mañana, llevándolos a la compañía y dejándolos libres hasta el medio día.
Durante el camino y ya en la empresa, Kihyun y Changkyun hablaron durante un montón de tiempo, el mayor se sorprendió al encontrar que Chang era extrañamente divertido. Debajo de su rostro serio, su tono grave y su expresión oscura; Changkyun era un adolescente algo loco, que hacía raros gestos, muecas tiernas y reía de manera agradable.
— Hyung.
Una voz seria interrumpió su agradable charla. Kihyun miró desde abajo el rostro de la persona que lo llamaba. Changkyun agachó la cabeza pues no hacía falta encarar a Jooheon para saber que era él.
Para ser sinceros, le era incómodo estar junto al rapero de pequeños ojos. Lo había lastimado. Y le tenía cierto resentimiento por ser tan cruel con su persona. Sin embargo, no le odiaba o caía particularmente mal.
— Debemos seguir con lo de la canción —informó—, Seokwon y Hoseok hyung te esperan en la sala de grabación.
— Oh, gracias —se levantó del suelo y le sonrió una última vez al menor de los presentes— ¡fighting! —le susurró antes de salir del cuarto de ensayos.
Jooheon dejó caer una libreta en el suelo, creando un estruendoso eco que sobresaltó un poco a Chang. Se sentó frente al menor y acomodó su gorra hacia atrás. Hojeó un momento el cuaderno hasta.
— ¿Ya tienes una idea de lo que haremos?
— Sí, yo... —Changkyun sacó su teléfono de su bolsillo, buscando entre sus archivos por un momento y posteriormente mostrando la pantalla al mayor—, escribí esto ayer y, hum.
Jooheon tomó el aparato entre las manos y revisó con cuidado la letra. Torció la boca y frunció un poco las cejas. ¿De verdad había escrito aquello en sólo una noche?
— Claro que sólo es una idea- —intervino Chang, estirando la mano para tener de vuelta su celular.
— Es buena —repuso el mayor, alejándose un poco para que I.M no le quitara el teléfono—. De verdad es buena. ¡Oh! ¿Tienes más? —Jooheon abrió un poco más los ojos cuando al seguir deslizando la pantalla del block de notas, nuevos párrafos aparecieron.
— ¡No, no! Esa son-
— ¿Rap de amor, en serio? —Se burló el Joo, dándole la espalda a su compañero.
— ¡No es eso! —elevó un poco su tono de voz, y se acercó a la espalda del mayor, forcejeando—. ¡Devuélvelo!
Changkyun pasó los brazos por encima de los hombros de Joo, pegando su pecho a la espalda contraria, estirando los dedos para tomar su celular. Jooheon apretó accidentalmente el botón de inicio, y en la pantalla principal un chachorro vestido de bailarina junto a Changkyun se mostraba como fondo. El mayor estalló en carcajadas.
El chico de gorra se levantó encorvado, con Changkyun colgando de su espalda (era sorprendentemente ligero). Los dos gritando y dando de manotazos. Jooheon tenía una sonrisa de oreja a oreja que dejaba al descubierto sus hoyuelos, Changkyun la cara roja en la parte de los pómulos y frente. El mayor paró en seco.
¿Qué demonios se supone que hacía?
Jooheon se enderezó y el menor cayó de sentón en la duela del salón, susurrando un "ouch" al instante. El de pequeños ojos carraspeó mientras se mordía el interior de la mejilla para obligarse a dejar de sonreír.
— Lo siento —admitió en un tono neutro, devolviendo el teléfono móvil a su dueño.
I.M tomó dudosamente el aparato y cerró el puño cuando lo tuvo consigo. Por un momento pareció que Jooheon jugaba con él y al minuto siguiente volvía a ser el rapero serio que le odiaba.
Jooheon acomodó su gorra de visera plana y tomó asiento en el suelo junto a su libreta. Debía controlar su instinto juguetón si quería mantener su palabra de sólo hablar con Changkyun por trabajo.
— Me saldrán moratones en el trasero —susurró el menor.
— Linda foto —sonrió ladinamente. Era inevitable.
— ¡Yah!
— ¿Me estás diciendo "Yah" a mí? —Fingió indignación, señalándose con un dedo—. Soy mucho mayor que tú. Para ti yo soy hyung-nim.
— Piri ti yi ñiñi ñii —repitió en un tono bajo, con la cabeza agachada, haciendo raros gestos con la cara mientras desbloqueba la pantalla del móvil.
Jooheon apretó los labios con fuerza, sufriendo internamente por no poder estallar en carcajadas por la rara cara de Changkyun. De verdad, tratar de odiarlo era una tarea difícil.
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