Llevábamos dando vueltas ya hacia un largo rato, hablando cosas sin importancia, fingiendo no saber lo que se avecinaba, pasando por alto aquel tema, pasando por alto los problemas que habíamos tenido. Íbamos caminando uno al lado del otro cuando le pregunte-¿Vale la pena?-no era necesario decir más, no era necesario aclarar, él sabía perfectamente a que me refería, él sabía que mi pregunta había sido “¿vale la pena el dolor? ¿Vale la pena seguir estando contigo?’’
Mi mundo temblaba como una hoja, al igual que mi cuerpo. Tenía tanto miedo, sabía lo que se venía, podía sentirlo, la ruptura era más que obvia en esta instancia. Todo estaba por perderse, todo se estaba derrumbando. Cada caricia, cada te quiero, cada beso estaba a punto de perderse. Todo este tiempo junto a él, todas las cosas que nos habíamos confiado, lo que nos habíamos dicho, jurado, prometido… todo se estaba rompiendo en pedazos. Podría haber pasado un día o un año a su lado y aun así lo arriesgaría todo por él. Lo quería como nunca había querido a nadie y eso estaba matándome. Mi corazón amenazaba con dejar de latir en cualquier instante, y el aire se negaba a entrar sin dificultad a mis pulmones. Sentía esa presión en el pecho, esa que aparece cada vez que estamos a punto de quebrarnos por algo.
-No lo vale- Respondió con su fría e indiferente voz. Como siempre, nada parecía afectarle, su corazón estaba resguardado bajo una coraza del metal más resistente y pobre de aquel que quisiese penetrarla, pues el intento sería inútil.
-Qué triste que pienses así de tu persona- Fue lo único que alcance a responder y entonces… desperté.
Mi pecho subía y bajaba con fuerza, sudor frió me recorría el cuerpo, las manos me temblaban y el corazón me iba a mil. Había sido un sueño, no. Había soñado un recuerdo. Las lágrimas comenzaron a brotar mientras sentía cada vez más presente la depresiva realidad. ¿Por qué? ¿Por qué no fui capaz de decirle en ese momento lo que realmente pensaba? VALÍA LA PENA. Claro que valía la pena. Volvería al pasado una y mil veces más con tal de volver a ser tan feliz, inclusive si el resultado siempre fuese el mismo, inclusive si la ruptura fuese inevitable. Dolía no tenerlo, pero no lo suficiente como para hacer que me arrepienta. Jamás desearía que esto no hubiera pasado, porque así como el dolor era inmenso en este momento, la felicidad anterior fue la más grande que tuve. Él me hacia feliz, él me hacía sentir querido, y aunque hoy me este derrumbando, me este rompiendo ante el llanto, siempre voy a agradecerle por haberme dado la oportunidad de amar.
El amor duele, pero no tanto. No lo suficiente.
FIN
Lo siento, no llegue a las 500 palabras, pero lo publico igual, esto más que un fic es un pedacito de mi realidad, y se lo dedico a todas esas personitas que estén sufriendo por amor, y les pregunto… ¿Vale la pena?