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¿Sabías qué...? por lezti akira

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Notas del fanfic:

Yo subiendo esto...

 

Notas del capitulo:

Espero que el fic les agrade.

 

Único

 

 

La cuestión empezó como casi todas las bombas que estallaban dentro de la inestable tranquilidad del grupo. Es decir, en medio de un descanso en el estudio de baile.

Tirados sobre la duela, como cadáveres en medio de la calle, Jimin y V esperaban recuperar sus ganas de levantarse. Recargado contra el espejo, Jin hacía gestos ridículos mientras se fotografiaba, a su lado JungKook le miraba divertido. Rap Monster bebía agua de una botella prácticamente vacía en el otro extremo de la habitación, rogando por estar en cualquier otra parte menos ahí. Suga… bueno, el chico se limitaba a respirar como un bulto junto a la puerta.

—¡Eh, chicos! — llamó J-Hope, arrodillándose junto a V.

—Ahora no, Hope. Solo ahora no — se quejó Rap Mon. Sintiendo su instinto materno decirle que el rapero saldría con alguna barbaridad.

O una estupidez, con JHope era difícil distinguir ambas cosas. HoSeok era así, todo un chico alegre, prudente y un tanto serio… hasta que el agotamiento lo tocaba. Entonces todos sufrían. El HoSeok de después de un exhaustivo día de práctica, de un concierto, o de lo que fuera, era un chico desinhibido y desvergonzado que salía con cosas random, como si intentara aferrarse a cualquier cosa antes de rendirse en los brazos de Morfeo. Igual y ese era su modo de no enloquecer bajo la presión.

—¡Pero si todavía no he dicho nada! — se quejó, sentándose como un jefe indio, y jugueteando con las mejillas de TaeHyung.

—Pero vas a hacerlo — intervino Jimin.

—Es que es interesante — se excusó JHope.

Jin bajó el celular, con un dramático suspiro de por medio. JungKook le hizo un gesto con la cabeza, señalando al grupo en general. Cuando HoSeok colapsaba era V quien se encargaba de evitar la guerra, pero con lo cansado que lucía, el — dudoso — honorable título de héroe pasaba a SeokJin, el mayor del grupo y quien, por más infantil que fuera, siempre lograba hacer que todos convivieran en armonía. Y que no se mataran entre sí.

—¿Es necesario que lo sepamos, Ho? — intervino Jin.

—Pues yo considero que sí. Es conocimiento que debería ser universal.

—¿Alguien intentara matarte después de que lo digas? — preguntó un entusiasta Jimin, ya sentándose e imitando la pose de su amigo.

—Uhh — JHope dudó un momento, paseando la vista entre sus amigos, y deteniéndose escabrosamente en JungKook. El maknae se arrimó más junto a Jin. Repentinamente sentía que algo malo iba a pasarle muy prontamente —. A lo mejor uno…

—Entonces suéltalo — lo alentó Jimin.

—Jin no puedes defender al caballo si lo que dice es una estupidez — ordenó como el buen líder que era Rap Mon. Ya más interesado de lo que admitiría jamás. Jin asintió con la cabeza, aprovechando para abrazar al maknae.

Cuando JHope supo que tenía la atención de sus amigos, se aclaró la garganta, carraspeando por si Suga estaba dormido. El rapero podía quedarse dormido donde fuera y como fuera. Una habilidad un poco envidiable. En respuesta Suga gruñó.

—¿Sabían que el tamaño del pene es inversamente proporcional al tamaño de la nariz?

Rap Mon se llevó una mano a la boca, evitando escupir el trago de agua que acababa de tomar. Jimin inconscientemente se llevó las manos al rostro, palpándose la nariz. Suga, que era mucho más discreto, buscó mirarse en el espejo que ocupaba toda una pared, moviendo sutilmente la cabeza para ver su mejor ángulo. V abrió los ojos, clavándolos con intensidad en el rostro de JHope, luego mirando de reojo el bulto que estaba a centímetros de su rostro. Jin fue el único en soltar una risita nerviosa, conteniéndose apenas de tocarse o de mirarse en el espejo, tenía su rostro muy bien estudiado como para estar seguro de que lo más grande en su cara eran sus labios, esponjosos y rosas.

HoSeok, en cambio, malditamente miraba a JungKook. Inmediatamente los demás hicieron lo mismo, casi de manera sincronizada. Lo cual solo resultaba más escalofriante. Kook tenía las mejillas furiosamente rojas, al grado que sus orejas también lo estaban. Las ganas de preguntarles a todos si tenía monos en la cara murió en su garganta, porque era obvio que no los tenía, lo que sí había ahí en su cara y era el centro de atención de todos era, como no, su nariz. Prominente y sobresaliente, se había convertido en el foco de todos los ojos.

Excepto los de SeokJin. El mayor apretó el agarre, intentando infundirle seguridad.

—¿Ya te la mediste? — masculló JungKook. Sintiendo que su voz adquiría un tono mordaz, completamente diferente al tono inocente con el que quería hacer la pregunta. Tampoco especifico que se había medido.

—Eso no es válido en todas las razas, ¿no? — soltó V — Es decir, solo mira a los negros…

—Creo que Hope-Hyung ha tenido suficiente internet por una buena temporada — convino Jimin.

Un «Sí» general llenó el incómodo silencio.

—¿Quieren ir por helado saliendo de la practica? — añadió Rap Mon, aplastando la botella ya vacía.

 

 

 

 

 

Jimin miró la cinta métrica en su mano izquierda y luego su miembro flácido en la mano derecha. Llevaba media hora en el baño intentando decidirse entre medir su pene, o no hacerlo. En cualquier caso, Hope no había especificado si tenía que estar erecto o no.

Un fuerte toque a la puerta lo hizo pegar un brinco, dejando caer la cinta y no sabiendo que hacer en realidad. Un ahogado «está ocupado» fue lo que logró articular.

—Jimin, llevas todo el día metido ahí. Si estas enfermo mejor dile a Jin — Suga sonaba molesto detrás de la puerta. Recargado contra el muro y de brazos cruzados, parecía a punto de derribarla de una patada.

—¡No! — exclamó demasiado alto Jimin —Digo, estoy bien…

—Entonces sal de una puta vez.

La carita de un apenado Jimin se asomó un minuto después.

—Tienes la cinta, ¿no?

Jimin tragó duro, sabiéndose descubierto. ¿Es que acaso Suga podía leerle la mente, o solo era ridículamente transparente con lo que pensaba?

—¿De verdad creíste lo que dijo ese caballo?

Suga extendió la mano, esperando a que el menor le entregara la dichosa cinta. El rostro avergonzado del menor era totalmente tierno.

—A ti no te importa eso del tamaño, ¿no?

—Pues no… la verdad es que no. Me importa más como se mueve que si la tiene de treinta centímetros — Suga se encogió de hombros —. Además ¿para qué quieres un monumento ahí abajo? El hombre con el pene más grande tiene problemas de impotencia sexual por lo mismo de que es muy largo.

Los ojos de Jimin se abrieron de par en par. Eso tampoco lo sabía, y dentro de su cabeza no parecía tener sentido. Todos los hombres se la vivían fantaseando con que su miembro creciera más, como si el tamaño fuera directamente proporcional a la virilidad.

—HoSeok solo quería ver el mundo arder.

—Creo que más específicamente quería ver la reacción de JungKookie.

—Entonces habría sido más fácil preguntándole a Jin, que tan larga la tiene Kook. O si lo hace rico.

Jimin salió finalmente del baño, acompañando a Suga hacia la cocina, moría de hambre y se había saltado la cena para que nadie fuera a interrumpirlo. YoonGi le atrajo junto a él por la cintura, y en un impulso de esos que casi no tenía le beso las mejillas.

—¿Yo lo hago rico? — y soltó tal carcajada que Jimin quedó paralizado. Abochornado. Suga era un desvergonzado cuando quería y le salía de los testículos.

Se quedó callado dejando que la risa de Suga fluctuara en el aire mientras ellos iban abrazados a buscar algo de cenar.

 

 

 

 

V estaba acostado boca abajo sobre la cama de JHope. Estaba recién bañado, el pelo mojado le humedecía la playera del pijama. HoSeok lo contemplaba desde la cama vecina, con un deje de curiosidad. El menor parecía estar esperando algo de él, aunque él no tenía ni idea de lo que fuera. Una parte dentro de él lo intuía, sin embargo esperaba que el tema no saliera a colación esa noche.

Ese era un día especial, después de ruegos a Suga, chantajear a Jin con una alpaca de peluche, sobornar a JungKook con dinero y echar a casi todos de la recamara, JHope finalmente consiguió un poco de tiempo en privado con su novio.

Estaba cansado, por supuesto. Sus músculos resentían cada uno de sus movimientos bruscos o enérgicos, la coreografía al ser nueva estaba drenando su energía como un Dementor. Así que probablemente todo lo que planeó sobre una noche agitada y llena de gemidos se vería reducida a una cama compartida, piernas entrelazadas y besos dulces y tranquilos. Como fuera, el punto era estar a solas con TaeHyung.

Con suerte tendrían un mañanero.

—¿Ahora me dirás a qué se debió tu dato cultural esta tarde?

HoSeok supo en ese instante dos cosas: la primera y menos espantosa de ellas era que Tae estaba muy molesto con él, aunque la furia de V siempre era fácilmente aplacable si sabías como tocar la fibra sensible y piadosa dentro de él; la otra y verdaderamente horrorosa era que eso significaba adiós sexo antes de desayunar.

—A nada en específico, solo me pareció curioso y me moría de aburrimiento.

V arqueó una ceja, incrédulo. Palmeó el pedazo de cama que sobraba junto a él. JHope se acercó cauteloso.

—Si yo fuera JungKook me habría molestado contigo.

—Pero tú no eres nuestro Kookie, él es un chico fuerte y estoy seguro de que ni lo notó.

—Oh, pero te estas olvidando de Jin. A lo mejor y te envenena mañana por molestar a su bebé.

JHope tragó duro. Jin era el encargado de cocinar, y todos estaban de acuerdo con ello, era el único de la casa que podía hacer platillos elaborados y deliciosos y no solo sopas instantáneas y poner agua a hervir sin que se le quemara. Probablemente meterse con el novio del que te alimenta no era la decisión más inteligente que había tomado esa semana.

—¿Crees que la princesa lo haría?

V emitió un sonidito con sus labios juntos, dándole entender a JHope que lo estaba pensando seriamente.

—Quizás… — luego añadió, girándose para poder encarar a su torpe pareja —: solo un tonto molestaría al maknae consentido de la casa.

—¡Eh! — se quejó JHope, palmeándole el abdomen al más pequeño —. Esto es serio, no lo pensé de esa forma. Aunque tampoco sabía que nuestra princesa era un asesino en potencia… — dejó la frase en el aire. Como paladeando sus propias palabras.

—Bueno yo lo haría — sentenció V.

—¿Qué? ¿Matarme o defenderme hasta la muerte?

—Supongo que ambas… — entonces V se rio, atrayendo el cuerpo de un espantado HoSeok, el rapero quedó casi tendido sobre él. Aplastándolo contra las sábanas frías de la cama. Le mordió la punta de la nariz, todavía demasiado feliz por ver al mayor tan asustado ante la perspectiva de un desayuno homicida.

—Promete que vas a probar de mi plato antes que yo — murmuró JHope.

—Ajá — convino V, tirando más del rapero hasta que este estuvo a cuatro patas sobre él. Enredó sus piernas en la cadera del mayor, buscando que sus hombrías entraran en contacto incluso bajo las capas de ropa que los separaban —. Ahora hazme el amor… podría ser la última vez.

 

 

 

 

SeokJin acomodó el preservativo entre sus dientes y la parte interna de su labio superior de tal forma que podía sujetarlo y no temer que lo rompería. El sabor a fresa inundaba su paladar.

JungKook lo miraba desde arriba, extasiado con la escena frente a él. Consideraba que Jin era terriblemente guapo, pero verlo arrodillado entre sus piernas, con el condón asomando entre sus hinchados labios y el cabello alborotado, solo lo hacían pensar en que era un pecado. Se mordió el labio en anticipación, amaba cuando Jin le ponía el condón con la boca. Su miembro dio un tirón, también feliz al sentir la húmeda cavidad envolviéndolo poco a poco.

SeokJin sujetaba el falo con una mano mientras descendía lentamente sobre el miembro erecto del menor. Sus ojos fijos en la cara sudorosa y roja del maknae. Llegó un punto en que el glande hizo contacto con la parte posterior de su garganta, las lágrimas bajaron casi inmediatamente, y ese reflejo incómodo y nauseoso lo hizo subir más rápido de lo que hubiera deseado. La parte de la base tuvo que desenrollarla con los dedos.

—Hoy usaremos las bolas chinas — murmuró JungKook, sacando el dichoso juguetito de una caja metálica que tenía a su lado, bajo la cama.

Jin asintió, escalando el trabajado cuerpo del menor hasta estar a la altura de su boca. Le lamió los labios superficialmente, sin verdadero animo por besarlo. Su propio miembro tocando el abdomen contrario. El líquido preseminal manchando ahí donde tocara. Su culo al aire buscaba atención.

—Ven acá bebé — JungKook lo cogió de la cadera, invirtiendo la posición, quedando ahora él encima. Jin no tuvo tiempo de apreciar el rostro de su novio cuando este ya lo estaba girando. Él acató la silenciosa orden separando las piernas y sosteniendo su peso con sus rodillas enterradas en el colchón, puso su cabeza entre sus brazos, de modo que solo sus nalgas se elevaban en ese momento.

JungKook fue dejando un camino de besos por la columna vertebral de SeokJin, gozando internamente de como el cuerpo del mayor respondía ante el mínimo estimulo.

Mordió la nalga izquierda y luego lamió la entrada rosadita del mayor. El primer grito de la noche quedó amortiguado por la almohada. Pero eso no evitó que las piernas del menor se abrieran más, ansioso por el contacto. JungKook se tomó su tiempo degustando de la zona, ocasionalmente metía un dedo y entonces Jin arqueaba la espalda y pedía de manera sofocada que por favor ya se la metiera. Lo que era gracioso pues a ninguno de los dos les iban las palabras sucias cuando tenían relaciones. Eran demasiado tiernos para eso.

Tan tiernos que JungKook metió las tres bolas chinas sin aviso, lo mejor de ese juguetito era que vibraban. Así que mientras estas chocaban dentro del moreno, él podía ya encargarse de otras cosas. SeokJin se cubría el rostro con las manos, luego apretaba las sábanas, y finalmente se clavaban en los hombros de JungKook.

—Vamos amor, esto te encanta. No me gusta que te cubras.

—¡Por favor, para! — suplicó el mayor. Sintiéndose en las puertas del orgasmo.

En cambio Jungkook junto sus miembros, su preservativo de fresa seguía ahí. Era curioso que el principal motivo para que Jin se lo pusiera hubiera sido para hacerle un oral, y que al final hubiera sido el mismo JungKook quien terminó haciéndole un beso negro al mayor. Al ver el tamaño de sus penes recordó momentáneamente el comentario de HoSeok. Y con ello las miradas de sus amigos. Sí, él podía tener una nariz más grande de lo esperado, pero eso no significaba nada. En cuanto a tamaño ciertamente era del mismo que Jin, y él no era precisamente pequeño. Desechó la idea de vengarse del rapero tan rápido como SeokJin empezó a delirar presa del placer.

Aunque quizás debería darle una lección.

Apagó la vibración de las bolas cuando Jin arqueó la espalda y sus ojos se cerraron. El orgasmo no llegaría en ese momento. JungKook era un hedonista, buscaba recibir placer tanto como darlo. Y ver retorcerse a Jin en su cama, era solo una pequeña parte de lo que le haría y lo que amaba. Hacer que a SeokJin se le olvidara hasta su nombre era una buena recompensa.

Besó suavemente a Jin, dejándolo tranquilizarse. La eyaculación tenía dos fases, en la primera todavía podía controlarse pero en la segunda no había marcha atrás. Jin estaba en la primera, así que si lo dejaba descansar un momento todo estaría bien.

—Kookie ¿puedo?

El aludido supo que Jin se refería a cabalgarlo. A veces pensaba que él era el mayor en esa relación. Al menos dentro de la cama. Probablemente HoSeok pensara que él era el pasivo con Jin por ser menor y porque fuera de su recamara era SeokJin quien mandaba, y él obedecía más para complacer al mayor que por ser sumiso verdaderamente. Y por su nariz, gruñó, no lo olvidaría tan fácil.

—Claro princesa. Soy todo tuyo.

JungKook retiró con cuidado las bolas antes de acostarse y dejar que Jin se pusiera en posición de ranita sobre él.

 

 

 

 

 

Rap Monster prendió la bocina portátil que guardaba en el primer cajón de su mesita de noche. Había salido por un poco de jugo, la noche era calurosa y pese al agua fría de la regadera, todavía sentía cierto bochorno. En la cocina se topó con Jimin y Suga, el rapero tan fresco como una lechuga bebía agua, mientras Jimin se zampaba lo poco que quedaba de la cena.

Y estaba tan rojo que daba miedo.

—RapMon, ¿verdad que es mejor como se usa que cuánto mide? — soltó descaradamente Suga. Los ojos del líder se abrieron de sobremanera.

—Supongo que sí…

—Te digo ChimChim — en la voz de Suga se notaba que todo era para incordiar al menor —. Además la vagina solo tiene terminaciones sensitivas en el primer tercio. Así no necesitas treinta centímetros para darle placer a una mujer. Y no olvides el clítoris, estadísticamente las mujeres alcanzan el orgasmo de esa forma y no tanto con la penetración.

NamJoon huyó de ahí sin ningún jugo.

Caminó apresuradamente hacia su cuarto, algún día sus chicos lo harían explotar… o explotarlos. Su error fue pasar demasiado cerca de la puerta del cuarto de V, ahí dentro sonaban risitas… y un escandaloso gemido que le erizó todos los vellos de la nuca y los antebrazos.

Prácticamente corrió, tropezándose con sus pies ante la puerta del dormitorio de Jin. Tragó duro, ya pálido. ¿Cómo era posible que Jin no fuera el vocalista principal con esas cuerdas vocales? ¿Estaban derrumbando una pared? ¡Sonaba a aplausos!

«En mi puta vida me sacaré esos ruidos de la cabeza» pensó azorado. Imaginando a Jin a saber en cuantas posiciones. Con lo mucho que le gustaba SeokJin, no podría verlo a la cara por un mes entero.

Ya a salvo en su recamara lo primer que hizo fue buscar su bocina, dormiría con música esa noche. Ni siquiera era tan tarde. Casi media noche y ya todos los terrores nocturnos lo habían atacado. La próxima vez que HoSeok fuera a abrir la boca él se encargaría personalmente de ahogarlo con las toallas con que se limpiaban el sudor.

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado, cualquier duda, queja o sugerencia es bienvenida.

Nos leemos el miercoles con la continuación de Celos y el viernes con Aroma (al fin VHope, pal pueblo).

 


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