Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Paraíso a lo prohibido por LadyBondage

[Reviews - 135]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola señoritas, gracias por comentar, leer y marcas de favoritos. Iré respondiendo los comentarios poco a poco, perdonen mi lentitud.

Aquí está la siguiente parte, espero que la disfruten mucho.

 

A leer.

Cita para cinco

[1]

 

Sakura suspira nuevamente, sus ojos verdes se enfocan en el cuerpo masculino de Sasuke mientras este se mueve de un lado a otro con el balón de baloncesto en las manos. Ya había sido rechazada por él, pero eso no le quitaba el sentimiento que aún mantenía por el Uchiha. A pesar de que sus amigas insistían en que sólo era una etapa que superaría con el tiempo.

 

Tal vez si, el tiempo es la mejor cura para un corazón roto pero mientras siguiera asistiendo a esa misma escuela, sería imposible.

 

—Hola, fea —Sai interrumpe sus pensamientos con esa voz irritante y burlona.

 

— ¿Qué quieres? —pregunta sin amabilidad. Sai es novio de su mejor amiga, Ino. Pero ella estaba faltando a la escuela por una terrible varicela por lo cual andaba merodeando sola los rincones de las canchas.

 

—Yo nada, pero veo que tu si quieres algo. —la voz de Sai apunta en dirección a Sasuke que nuevamente encesta un tiro perfecto desde una distancia imposible.

 

—Ay, cállate —ella se sonroja tímidamente. Sai acentúa su sonrisa ácida, contento con el efecto que ha provocado en la bonita pelirrosa.

 

—Te gusta mucho. —le dice seguro. Sakura abochornada baja la cabeza ocultando sus mejillas rojas tras los mechones de su cabello.

 

—Y qué, a él yo no le gusto. —suspira melancólica. Recordar el cruel rechazo a manos de Sai, el tipo hiriente de la clase sólo le hacía más peso a su lugar de perdedora en toda la escuela.

 

—Lo sé, a quién le gustaría una niña sin tetas, más flaca que un palo de escoba y frentona. —emite una risa sardónica. A Sakura se le anegan los ojos en lágrimas.

 

Con toda su dignidad maltrecha se pone de pie ignorando al idiota de Sai para alejarse de ahí, no quiere ser vista llorando y menos que Sai la vea así. Sólo le crecería más el ego.

 

Pero Sai es un chico despiadado. Imita a Sakura alcanzándola en cuanto ella avanzó unos cuantos pasos.

 

—Déjame en paz. —vocifera con la voz ronca.

 

— ¿Vas a llorar? —Sai le pregunta con fingida preocupación. Ella se detiene en la esquina de los salones, gira su cabeza encarando a Sai quien despreocupado le ensancha una sonrisa gatuna.

 

— ¿Qué quieres? —su voz se torna histérica. Extraña a Ino porque sólo la rubia es capaz de meter en cintura al idiota de Sai. Sin ella, toda ayuda es imposible.

 

—Quiero ayudarte, tonta. —responde indiferente. Sakura levanta una ceja.

 

— ¿A mí? ¿Por qué? —cuestiona incrédula.

 

—Porque es fastidioso verte lloriqueando por cada lugar. Sasuke te rechazo pero no todo está perdido. —una sonrisa sugerente aparece en el cariz de Sai. Una sonrisa que promete cosas malas.

 

 

 

 

 

[2]

 

Sasuke mete su cabeza bajo el torrente de agua fría, el calor es increíblemente plúmbeo. Después de entrenar con su equipo optó por darse una ducha con agua bien helada que le quitará todo el sudor y le aliviara el calor.

 

Salió de las duchas y se dirigió a los vestidores para colocarse su ropa limpia, ya quería salir de ahí. Se moría por ir a casa para ver a Naruto. Hoy le había prometido que él se encargaría de ayudarle con su tarea, además era viernes y siempre miraban una película de terror antes de dormir.

 

El rubio por lo normal se asustaba tanto que terminaba compartiendo la cama con él y eso le gustaba. Pensar en su hermanito le arremolinaba un calorcito interno justo en la boca del estómago y que se extendía más al sur donde su miembro se endurecía. Ya le estaba pasando eso con cierta frecuencia, no le gustaba pensar que todo eso era a causa de Naruto.

 

Negó con la cabeza, despejando cada pensamiento frívolo que pudiera instalarse en su cabeza. Al salir de los vestidores se encuentra con la sonrisa bobalicona de Sai, su compañero de clase.

 

— ¿Qué haces aquí? —es lo primero que puede decir puesto que todos seguro ya estaban en clases.

 

—Oh, daba un paseo. Sabes que detesto la clase de Kakashi.

 

—Ajá, ¿y entonces que haces aquí? ¿Me estabas espiando pervertido? —ambos comienzan a caminar sin rumbo alguno. Sai con las manos detrás de la espalda sosteniéndose las muñecas y la barbilla en alto. Sasuke tiene los brazos cayéndole a los flancos, anda a paso lento, a decir verdad él tampoco tenía ganas de tomar clase con Kakashi, era la última antes de que los dejaran ir a sus respectivos hogares.

 

—Para nada Uchiha, soy demasiado heteroflexible para ti. En caso de que quisiera ligarme a alguien de nuestro mismo sexo, creo que me iría por tu amigo dientón de ojos violeta. —Sai hace referencia a Suigetsu, su mejor amigo y aficionado al waterpolo, la cual era su clase extracurricular.

 

—Idiota, tiene novia.

 

—Yo también, pero apuesto a que si dejaría que se la meta. —Sasuke se rie de sólo pensar a esos dos en una situación embarazosa.

 

—O tal vez él quiera metértela a ti. —Sai hace un mohín gracioso, Sasuke rie con más ganas.

 

—Ahora dime, ¿qué quieres? No sólo estás aquí para hablarme de Suigetsu, ¿o sí?

 

—En realidad no, de hecho quería invitarte a los bolos está noche. Iremos varios de la clase de Kurenai, es para desestresarnos, es fin de semestre. ¿No te apetecería?

 

 

 

[3]

 

No, no iba a aceptar pero termino enganchado al chantaje emocional de Sai. Increíble para alguien que sabe poco de los sentimientos de los demás. Al final, el Shimura le salió con una retahíla de la amistad y de lo malagradecido que era porque lo había considerado para salir esa noche.

 

Adiós noche de películas, adiós Naruto asustado.

 

Ahí se encontraba él, sopesando la idea de salir con sus idiotas compañeros de curso. No los detestaba pero dios sabía que tampoco los soportaba demasiado tiempo. Sólo Suigetsu y Juugo eran manejables porque respetaban su espacio personal.

 

—Oh, oh. —Itachi entró sin preguntar a su habitación. Bufa en respuesta, su hermano mayor atina a esbozar una sonrisa de disculpa.

 

—Toca antes de entrar.

 

—Lo siento, pero es que te presté mi corbata y la voy a ocupar. —dice Itachi con su siempre sempiterna naturalidad, y a Sasuke se le suben todos los colores. La corbata de Itachi la había tomado prestado alegando que era la única que combinaba con un traje gris platinado para una cena de su padre, pero en realidad la usó para vendar los ojos de Naruto y jugar a las escondidillas mientras nadie estaba en casa.

 

Sí, era un juego para niños y él ya no lo era, pero Naruto lo arrastraba a toda esa vorágine de niñez cuando lo miraba con esos ojitos suplicantes.

 

—Ah, está en el armario.

 

Itachi sonríe asintiendo, se dirige al armario para sacar su corbata, y entonces se percata de que su hermano está muy arreglado para sólo ser un viernes cualquiera.

 

— ¿Vas a salir?

 

—Ehm, sí. Me invitaron a los bolos. —Sasuke apremia avergonzado. Es una persona taciturna que disfruta de su soledad, jamás salía con amigos, es más, su familia no le conocía a alguno que él haya invitado por iniciativa propia a casa.

 

Itachi se acerca rápidamente a Sasuke tomándole del rostro analizándolo críticamente.

 

—Vaya, no pareces estar enfermo. —su voz sale como un lamento. Sasuke frunce el ceño. —Pero hay malas noticias hermanito: papá y yo tenemos una cena con gente importante, y Kushina fue invitada a un evento de caridad. Lo que deja a Naruto sin alguien que lo cuide. —finaliza con una ligera curva de labios hacia abajo.

 

— ¿Qué? —se aleja del mayor. No podía estar mejor, Naruto iba a quedarse solo. Bueno, no podían dejar a un menor de edad sin cuidados. — ¿Y Fuu? ¿No vendrá a cuidarlo? Ella es su niñera.

 

—No, se enfermó, Shizune tampoco podrá, recuerda que los fines de semana son sus días libres. Creo que tendrás que llevarte a Naruto contigo.

 

 

 

[4]

 

Naruto, por lo normal, era un niño bien portado, no le tomó mucho tiempo explicarle que esa noche no sería de películas sino que saldrían con sus amigos. Algo que el menor tomó con mucha naturalidad.

 

Sakura estaba sumamente emocionada porque Sai había invitado a Sasuke. Todo fue una trampa, no iban a ir sus demás compañeros, sólo Sai, Ino y ella, ah, claro y Sasuke. Su amado príncipe de hielo.

 

No podía ser más perfecto. Incluso se preocupó por apartar la zona más privada del lugar para que ninguna chica buscona los interrumpiera, era noche de viernes y había tanta gente joven pululando por ahí que corría el riesgo de que otra llamara su atención.

 

Fue así que se adelantó para esperarlo en la entrada del boliche. Pero nada grata fue la sorpresa que recibió cuando de la mano de Sasuke se meneaba un bracito de niño, y un cabello rubísimo opacaba cualquier luminiscencia por ahí. Sasuke se veía tan ameno platicando con el niño que por un momento Sakura dudó si tallar sus ojos o no ante lo que veía.

 

Ese no era Sasuke, porque Sasuke repele a los niños.

 

—¡Hooola! —una vocecita chillona la distrae de sus ensoñaciones. Baja la cabeza, dos ojos azules la miran intrigados.

 

Ojos de niño que nadan en curiosidad y una sonrisa de dientes de leche. Sakura esboza una tímida sonrisa para el menor. Va muy abrigado con su pequeña gabardina obscura y un gorrito con orejitas de gato cubriendo su corona dorada, los mechones sobresalen por cada lado de su cara, la naricita respingona es preciosa. Sakura intuye que cuando el niño crezca será tan guapo como quien lo lleva de la mano.

 

Sus ojos verdes trepan por el largo torso de Sasuke hasta conectarse con sus orbes noche. Sasuke no le sonríe, parece que esa actitud mimosa sólo va para el niño repeliendo a cualquier persona ajena a ellos. Eso la entristece un poco.

 

—Hola —saluda a los dos hombres.

 

—Hmp…

 

—Sasuke, viniste. —ella gira su cabeza encontrándose con otros ojos azules pero mucho más claros que los del niño. Ino tiene la bufanda alrededor de su cuello y la nariz tan roja como una fresa.

 

Animosa se acerca al trio, lo primero que hace la Yamanaka es chillar como toda una adolescente cuando su mirada advierte la presencia del menor, rápidamente aleja al niño de la protección de Sasuke estirándole las mejillas como si estas fuesen de hule encantada con él.

 

—Pero que lindo estás, ¿Cómo te llamas? —Sasuke gruñe por lo bajo tomando nuevamente la mano de Naruto atrayéndolo hacia él.

 

—Se llama Naruto y no lo toques.

 

Ino lejos de sentirse ofendida, vuelve a atacar el rostro del niño que ahora Sakura sabe se llama Naruto. Aun extrañada por la presencia del rubito, se arma de valor para preguntar.

— ¿Él es…?

 

—Soy su hermano. —Naruto responde con esa voz pequeñita que Ino enternece. Sai sale a buscarlos encontrándose con la escena más inverosímil de todas.

 

 

 

 

[5]

 

Lo que iba a ser una cita perfecta se convirtió en un jardín de niños. Naruto emocionado pedía cuanta cosa se le viniese a la cabeza y Sasuke lo complacía en todo, lo peor fue en cuanto quisieron jugar bolos, los niños alrededor fueron atraídos por la destreza de Sasuke y la torpeza de Naruto para jugar, así que prontamente se vieron rodeados de esos mocosos con sonrisas crispantes.

 

Sakura estaba incomoda con la situación, Sasuke en ningún momento se dirigió a ella o la miró. Eso dolió mucho, empero, su hermanito era tan dulce, le hablaba de cosas que ella apenas podía entender. Aún estaba incrédula por toda la información nueva que tenía sobre Sasuke. No tenía idea de que tuviera más hermanos además del guapísimo Itachi.

 

Y no es que quisiera ser grosera pero Naruto se parecía en nada a los Uchiha; rubio, ojos azules, piel morena. Nada que ver con los especímenes que ellos eran, sin embargo, su belleza angelical atrajo miradas de adultos que iban acompañando a sus hijos, eso Sasuke no lo pasó por alto, así que se mantenía pegado al menor como una lapa.

 

La noche terminó con risas y miradas cargadas de cariño. Ino estaba en modo maternal porque nunca se quejó de los niños que se les adjuntaron a ellos, su mejor amiga parecía menos enferma y más sonriente. Sai extrañamente parecía tranquilo. Y Sasuke olvidó preguntar por los demás enfocándose exclusivamente en la felicidad de Naruto.

 

Sakura más avergonzada que antes decidió irse con Ino para no ser mal tercio con los hermanos Uchiha. Ya tenía suficiente con la noche arruinada.

 

Naruto por su parte estaba más que feliz. Esa noche mejoraba por mucho las anteriores, Sasuke se mantuvo a su lado todo el tiempo y le compró muchas golosinas. Arriba del auto Naruto encendió la radio y se puso a cantar a todo pulmón, Sasuke esbozo la sonrisa más amplia que tenía en su repertorio.

 

Al llegar a casa, el menor se adelantó a su cuarto para lavarse los dientes por órdenes de su hermano mayor. Sasuke le da alcance poco después de estacionar el auto en el garaje.

 

Naruto hace su ritual de cada noche frente al espejo cepillándose meticulosamente los dientes.

 

Cuando su tarea finaliza se dirige al cuarto de su hermano mayor para pedirle que le cuente un cuento. Sasuke no accede al principio pero se rinde ante la insistencia del menor.

 

— ¿Puedo dormir contigo? —antes de que inicie el cuento Naruto le pregunta con la voz baja.

 

—Sabes que sí. —le sonríe al menor.

 

Y hay algo ahí que lo deja intranquilo, Naruto tiene los labios gorditos y su aliento huele a dentífrico con un poquito de canela.

 

Las miradas se atraen, es una noche fría allá afuera. Naruto se junta más a su cuerpo. Su hermanito es cálido, suavecito y tiene un aroma de almendras con chocolate. Su nuez de adán se mueve en cuanto traga saliva.

 

—Hermano…

 

Sasuke no puede con ese tono de niño, poco a poco acerca su rostro al del menor robándole el aliento con un sorbo. Naruto cierra los ojos lentamente dejándose llevar por la cercanía de Sasuke, su hermano mayor.

 

Un roce pequeñito, los labios se unen. Al principio, Naruto serpentea su cuerpo reacomodándose en la cama, y Sasuke se posiciona encima de su rubio. Es el primer beso de Naruto. No suyo porque él ya tiene experiencia besando a algunas chicas de otros grados pero no se siente igual.

 

Naruto es diferente, se siente delicioso, ese calorcito en el estómago vuelve a él, sus manos cobran vida y pasean por el cuerpo del menor.

 

Entonces Naruto jadea, y él pierde todo rastro de raciocinio. 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).