Había intentado salir corriendo de aquel lugar sin mirar atrás pero nuevamente los nervios lo invadieron y rápidamente fue alcanzado por el rubio que apenas vestía unos bóxer entallados, nuevamente ofreció mil disculpas por su indiscreción y prometió que no se lo contaría a nadie pero ningún esfuerzo funciono, termino siendo arrastrado a la sala de aquel enorme penthouse y espero hasta que los amantes estuvieran presentables para entablar una charla adecuada. Una vez el Sayajin y el Son se sentaron juntos frente al azabache comenzó la lluvia de preguntas: ¿quien se creía que era? ¿Cómo se atrevía a entrar de esa forma a su hogar y de qué forma lo había conseguido? ¿Desde cuándo los estaba mirando?
El pobre joven se aclaro la garganta y comenzó a presentarse y resolver todas sus cuestiones, aun sin atreverse a alzar la vista hacia el Sayajin. -Mi nombre es Gohan, me entere de tu accidente y también de tu pérdida de memoria así que vine lo mas rápido que pude a verte... la puerta estaba abierta así que tome la irrespetuosa decisión de entrar sin llamar y por eso los he visto en la cama... nuevamente me disculpo- Por su parte, el rubio comenzaba a ponerse nervioso ya que lo más probable era que Vegeta nuevamente le preguntara y no sabría que responderle mientras que el azabache mayor permanecía con el gesto fruncido, brazos cruzados y completa concentración en el chico del traje, pasaron eternos segundos en los que intento recordarlo pero nada le llego, nada más que coraje y frustración.
Dejo salir un cansado suspiro y lejos de preguntarle a Kakarotto le pregunto directo al chico de forma que aun sin saberlo, liberaba de un tormento al rubio “¿Y para mi quién eres?” nuevamente un eterno silencio domino el lugar hasta que el chico se acomodo los lentes y pensó muy bien lo que debía decir -Ya que no recuerdas te diré todo desde un principio... afortunadamente soy uno de los más exitosos abogados del país... en una ocasión tuve que defenderte en una pequeña demanda... cosa de nada pero en alguien tan importante como tu si tendría repercusiones y.... a partir de ese momento... se podría decir que somos buenos amigos- “¿A si, Y en donde estuviste todo este tiempo, por qué te presentas hasta ahora?” -Yo lo siento mucho.... mi trabajo consume demasiado de mi tiempo y.... apenas tuve oportunidad de venir-
Por un buen rato estuvieron charlando y contestando las dudas que le surgían al mayor hasta que el más joven tuvo una idea que lo impulso a levantarse del sillón y decirla con un tono de voz bastante alto y animado -¡Ya se! Si te quedas aquí encerrado te será mucho mas difícil recordar ¿por que no te llevamos a todos los lugares en los que has estado?- en ese momento los dos pares de perlas negras se posaban en el rubio, un par lo miraba fijamente y pretendía convencerlo de su idea mientras que el otro par solo le preguntaba si aquello sería correcto. "Bueno... no lo sé, el médico dijo que no debías alterarte y además hoy tienes cita" el azabache se levanto y camino hasta la entrada, apenas deteniéndose a verlos junto a su característico ceño fruncido "andando, si no se mueven menos sabremos si al doctor le da la gana dejarme vivir" ambos hombres que permanecieron en la sala mostraron una amplia sonrisa al ver que el Sayajin, que poco o mucho conocieran, había vuelto a ser aquel príncipe que desbordaba orgullo y ego.
Rápidamente salieron del penthouse y subieron al auto de Gohan a quien guiaron hasta llegar al hospital, los menores se quedaron en el despacho del doctor mientras que Vegeta entraba al consultorio a su revisión y en cuanto el Sayajin salió ambos supieron que no habían buenas noticias, los tres se enteraron de que afortunadamente no había tenido traumas que afectaran su movilidad sin embargo, seguían sin haber grandes avances respecto a su memoria y aquello era algo para preocuparse ya que si no era capaz de recuperar sus memorias ahora era probable que jamás lo hiciera, el azabache mayor se encogió de hombros, se llenaba de ira y frustración tan solo de pensar en aquello pero... tampoco podía dejar de pensar que no era tan malo, aunque le costara admitirlo ahora se sentía sumamente bien con Kakarotto y el saber que tenía un hermano por ahí que pronto volvería a conocer además... a pesar de que no era capaz de recordar, cuando estaba con Kakarotto se sentía como creía que nunca se había sentido con otra persona.
Dejo de darle importancia y se cruzo de brazos cuando el joven azabache comenzó a hablar y decirle su *increíble* idea al doctor, comenzaba a fastidiarse de aquello, ya no deseaba recordar lo que había perdido, ahora solo quería estar bien con lo *nuevo* que tenia y aquel chiquillo lo estaba arruinando -No me parece adecuado para su descanso que se la pase por ahí deambulando y deberá disculparme pero no sé quién es usted jovencito, apenas puedo confiarle mi paciente a su pareja- aquello hizo que Goku soltara una pequeña risa nerviosa y que el gesto de Gohan entristeciera notablemente "¡No se preocupe doctor! Le juro que lo cuidare tan bien como hasta ahora" -Eso es lo que me preocupa- se pudo escuchar otra risilla burlona, con la diferencia que esta vez pertenecía al Sayajin y eso fue un gesto que el azabache menor no paso de largo.
Finalmente, después de muchos ruegos por parte de los dos menores el médico termino por ceder y permitirles salir bajo varias advertencias; salieron del hospital y supieron que al primer lugar al que debían ir era un restaurante cuando los tres estómagos rugieron fuertemente. Pasaron gran parte de aquella mañana devorando cada plato que les pusieran en frente y cuando al fin se sintieron satisfechos comenzaron el tour por toda la ciudad, llegando a lugares de los que Goku tampoco tenía conocimiento. Cada lugar al que iban era cada vez más entretenido y sobre todo lujoso y aun así el Sayajin permaneció sin esforzarse en lo mínimo, había decidido que no deseaba mas dolores de cabeza y que si algo debía llegar, llegaría solo y sin dolor.
Ya cerca del final del día llegaron a una simple plaza en la que solo se sentaron a tomar un descanso y comer un helado. -Entonces... ¿nada?- el mayor negó con la cabeza y continuo lamiendo su helado, ignorando completamente a Gohan que cada vez perdía mas los ánimos -Pues francamente yo ya me he quedado sin ideas... ¿y tú?- en ese momento, un extraño hueco se hizo en el estomago del rubio a pesar de todo lo que ya habían comido, paso saliva con dificultad y aunque mentalmente se negaba a esa idea no pudo evitar que saliera de sus labios "Podemos ir a un circuito" repetidas veces se grito a sí mismo y se llamaba estúpido, no entendía por que ahora que había conseguido estar con el príncipe ayudaba a arruinarlo.
Hasta entonces el Sayajin levanto la mirada de su helado y mostro interés, recordó lo que había pasado en el cuarto de trofeos y se puso de pie "es la primer buena idea que te escucho Kakarotto" eso basto para que el agujero en el estomago del Son creciera tanto que se sentía atravesado. Basto con unos cuantos minutos y el máximo de velocidad para que los tres lograran llegar al mismo lugar en el que se suponía el príncipe seria alabado con un premio más o en el peor de los casos abucheado y olvidado cuando el Son fuera capaz de ganarle. Ni siquiera fue necesario presentarse, apenas fueron vistos los recibieron *como era debido* aun con Gohan como acompañante. Cada segundo que pasaba era una tortura para el de ojos celestes, apenas era capaz de controlar el miedo y el tiriteo de sus dientes cuando veía al Sayajin mirar todo con sumo interés y cuidado.
Tenía deseos de decirle que no tenía sentido quedarse ahí... de todas formas jamás recordaría pero nada ocurría, ni bueno ni malo, simplemente el Sayajin continuaba caminando e incluso le pidió al menor que lo dejara a solas con Kakarotto y en cuanto lo estuvieron comenzó a tocar los casilleros suavemente con sus palmas. Como si se estuviera echando una soga al cuello, el más alto saco las llaves del mayor y abrió el que correspondía. El azabache se acerco al pequeño cubículo y dejo salir una pequeña sonrisa de lado, tomo uno de los trajes y rápidamente se quito la ropa para vestirlo. Cuando al fin estuvo listo, intento concentrarse un poco más en todo lo que lo rodeaba y en un instante una serie de imágenes comenzaron a invadir su mente, tan rápido y dolorosamente que por un momento sintió que su cabeza explotaría, cuando se dio cuenta de que se había tenido que recargar en los casilleros para evitar una caída se despego y se giro a ver directo a los ojos al menor quien sintió un nuevo hueco en su cuerpo, esta vez se generaba en su pecho y cada vez dolía mas cuando no veía otra cosa que no fuera ira en aquellas perlas negras.
Sus labios se abrieron temblorosamente, el miedo lo invadía y un nudo en su garganta le impedía soltar las mil disculpas y excusas que tenia "Vaya mierda... no recuerdo nada" aquellas palabras llegaron a sus oídos junto a la sensación de haber recibido en su espalda y pecho un balde de agua helada. Dejo salir un suspiro cuando toda esa angustia se fue de su cuerpo y lo disfrazo de decepción mientras veía fijamente a Vegeta y sonreía de forma triste, se acerco un poco debido a que no estaba seguro si lo que estaba por hacer era correcto o le agradaría al Sayajin, continuo caminando hacia él lentamente y cuando estuvieron frente a frente lo tomo en sus brazos con todo el amor que podía darle, se estremeció de tan solo pensar que había estado a punto de perderlo y que aquello seria por un buen tiempo.
Se tenso un poco cuando el mayor comenzó a moverse, creía que se separaría molesto por aquel gesto pero muy al contrario sintió como el azabache se aferraba a su cuerpo, tenía la esperanza de que también lo hiciera con la misma pasión y amor que él lo hacía, se agacho un poco hasta poder pasear su rostro por su suave cabello y deposito un pequeño beso, "tranquilo... veras que pronto recordaras todo y... yo estaré contigo". El mayor no respondió, simplemente se dejo hacer hasta que se arto de estar metido en un traje y un lugar como ese, volvió a usar sus ropas y volvieron con Gohan para regresar de una vez por todas al penthouse; apenas llegar tanto el Son como el Sayajin se tumbaron en los sillones, rendidos por aquel día y apenas hicieron caso cuando el menor se sentó frente a ellos y se disculpo nuevamente por no haber sido de ayuda.
"No te preocupes tanto Gohan, estoy seguro de que tus intenciones eran buenas" aquella frase del rubio hizo dar un respingo al nombrado, se mostro un poco nervioso y se levanto rápidamente -Quiero compensarlos... ¿Por qué no juegan un poco en el billar? Así se entretienen un poco y yo mientras puedo prepararles algo de cenar.... se te daba bastante bien- en todo momento se había dirigido al azabache mayor junto a una sonrisa, comenzaba a remangarse la camisa cuando el rubio suplicaba por jugar con el Sayajin y se marcho a la cocina cuando este cedió. Mientras Gohan se lucia en la cocina, Kakarotto había comenzado a enseñarle todo lo que sabía a Vegeta, había tardado un poco en escoger su taco y después tomado uno cualquiera para el mayor, después de acomodar las bolas comenzó a jugar y mostrarle como debía tomar el taco y pegarle solo a la blanca, "¿Lo ves? es sencillo, inténtalo... ¿Vegeta?... ¡Vegeta! ¿Qué sucede? Desde que llegamos luces muy pensativo".
El ceño fruncido se intensifico y después simplemente desapareció dejando a su paso un nuevo gesto que el rubio no supo descifrar -Es ese chiquillo, me tiene arto, ni siquiera yo muestro tanto empeño en recordar... y en realidad dudo mucho querer hacerlo- camino lentamente hasta estar cerca del menor y la bola blanca -Como lo veo ahora, mi vida anterior no vale la pena... y dudo bastante que antes fuera capaz de estar con un insecto- se había acercado hasta estar susurrando a tan solo centímetros de los labios del rubio y cada palabra la acompañaba con una sonrisa burlona sin dejar de mirarlo a los ojos. El menor sonrió ampliamente ante las nuevas provocaciones del Sayajin y no paso de largo el hecho de que el azabache se había arrimado a su cuerpo lo más posible antes de tomar su turno y lograr meter dos bolas de una sola vez.
-Tira tu, no necesito un segundo turno para vencerte- nuevamente había susurrado en sus labios y esta vez fue el menor quien se movió, el azabache le estorbaba para golpear la bola como deseaba pero lejos de hacerlo a un lado lo rodeo con ambos brazos y obligo a agacharse junto a él, se acomodo con el taco y cuando al fin se sintió seguro de hacer un buen tiro golpeo fuertemente la bola blanca, logrando meter dos bolas al igual que el mayor y además se había movido de forma que simulaba una embestida al azabache. Ambos se irguieron y en cuanto el Sayajin se dio la vuelta, tomo al rubio del cuello de su camisa y lo movió bruscamente hasta lograr sentarlo en la mesa de billar, hizo un pequeño esfuerzo por subir él también y sentarse en las piernas del de ojos celestes de forma que continuaba tomándolo del cuello y se unía al menor en un salvaje beso, empujándolo hasta que el juego se arruinara y el menor estuviera recostado.
Ambos enloquecían con tan solo aquel roce, las manos del Son viajaron hasta el pantalón del Sayajin y se introdujeron lentamente por debajo hasta lograr tomar con firmeza los glúteos del mayor y conseguir escuchar el primer suspiro, había comenzado a masajearlos y estrujarlos cuando sus manos y la danza que había comenzado en sus bocas se detuvo, se miraron fijamente y en cuestión de segundos se dirigían al comedor cuando escucharon el aviso de Gohan. Esperaron un poco antes de entrar al comedor, acomodándose las ropas y recuperando el aliento de mala gana y cuando al fin entraron se impresionaron al ver todo lo que el menor había hecho y por el delicioso aspecto, bebían y devoraban todo sin piedad -Disculpa... Vegeta... la última vez que vine me deje una maleta... ¿será que aun la tienes?- no se atrevía a mirarlo, sabía que lo más probable era que estuviera furioso por una pregunta así pero afortunadamente el rubio lo salvo "Es verdad, hay una pequeña maleta debajo de la cama" sonrió de lado y solo se atrevió a mirar de reojo -¿podría tomarla? Siento decirlo pero este es mi único día en esta ciudad por mucho tiempo... mañana debo partir por trabajo- "Adelante, toma lo que quieras" esta vez fue el mayor quien había hablado.
Se levanto de la mesa y se dirigió a la habitación de la pareja, entro lentamente y cerró la puerta, como el rubio había dicho encontró su maleta donde la había dejado, abrió el closet y se entristeció enormemente de no ver un solo traje ahí, abrió la maleta y se alegro de que al menos conservara sus cosas; salió de la habitación y cuando la pareja termino de comer acepto su propuesta de pasar ahí la noche. Paso varias horas dando vueltas en la cama hasta que se decidió por salir a caminar, necesitaba un respiro después de un día terrible.
Caminaba lentamente y procuraba ser lo más silencioso posible sin embargo, supo que ya tenía suficiente cuando llego a la puerta de la habitación principal y aun cuando esta estaba cerrada lograba escucharlos teniendo sexo, regreso sus pasos, se vistió, tomo sus cosas y esta vez no se preocupo por ser silencioso, salió de aquel lugar casi corriendo y se apresuro en subir su maleta en la cajuela de su auto, aventó también su saco y portafolio, cerro con fuerza la cajuela y subió al auto, casi golpeaba el tablero del auto y arrancaba sin importarle que el Son estuviera en camino hacia el... se controlo y mostro su disgusto por el hecho de que en verdad deseaba irse sin demoras y también se sumaba que el rubio, de nuevo, apenas vestía sus entallados bóxer.
Espero a que el chico llegara con él pero se mantuvo dentro del auto, contesto afirmativamente cuando le pregunto si pensaba marcharse sin avisar, miro directo a aquellos ojos celestes y aun con la oscuridad supo que estaban resplandecientes ¿y cómo no? La estaban pasando de maravilla incluso antes de que llegara "¿Pasa algo?" Trago saliva con dificultad y cerró los ojos con fuerza al igual que sus manos en el volante, respiro hondo repetidas veces y al final se decidió por salir del auto, abrir nuevamente la cajuela y comenzar a buscar algo en el portafolios ignorando completamente las palabras del mayor.
Cuando al fin encontró los papeles que buscaba dudo por eternos segundos, incluso estuvo a punto de romperlos pero con tan solo recordar la risa del azabache basto para que le extendiera aquel conjunto de papeles al rubio "¿Qué es?" Apenas el mayor los tomo volvió a cerrar y guardar todo, entro al auto y soltó el aliento cuando supo que el rubio no era capaz de leer lo que decían las hojas debido a la oscuridad -Lo que tienes en las manos es un acta... basta con que Vegeta y tu firmen ahí para que estén casados- Esta vez fue él quien frunció el ceño al ver tanta alegría junta en una sola persona -espero que logres convencerlo de firmar... adiós- arranco y salió de aquel lugar ignorando los gritos del Son, iba en camino al aeropuerto cuando muy a su pesar no logro seguir conteniéndose y una lagrima se deslizo por su rostro, comenzó a recordar lo mucho que se lamentaba el tener que estar fuera con un caso tan difícil, nuevamente no sería capaz de asistir a un premio de Vegeta.
Paso casi una semana trabajando día y noche con aquel caso hasta que había logrado ganarlo como muchos otros y había tomado el primer vuelo cuando se entero del accidente en la carrera, pensó que le debía muchas disculpas a su equipo, nunca había gritado tanto hasta que se entero de que se lo habían ocultado toda esa semana por el bien de su trabajo. Había hecho todo lo posible por llegar y cuando al fin lo había logrado... cuando al fin había llegado a su hogar encontró a su pareja con alguien más... Vio a su pareja con alguien más en su propia cama ¿y que había hecho? Se había comportado como un cobarde y se la había pasado todo el día intentando hacer que lo recordara, llevándolo a todos sus lugares especiales... nada... pensó que ya era suficiente cuando los vio sobre la mesa del billar, aquello le había dolido tanto que de nuevo no supo cómo reaccionar.
Había regresado al comedor y al ver todo lo que había cocinado, todo lo que a él tanto le encantaba, tuvo deseos de perder el control destruir todo, pisotear la comida como ellos lo habían pisoteado a él pero nuevamente... ¿que hizo? Se torturo viendo como ya no había nada de sus pertenencias en su habitación y después cuando escucho como el azabache gozaba de estar en su lugar. Antes era él quien se retorcía bajo el cuerpo y las caricias del Sayajin; no como ahora que escuchaba como el rubio le hacía gemir sin parar. Había decidido marcharse antes de que no se pudiera controlar más y al ver nuevamente al rubio no pudo mas, pensó en lo cambiado que ahora estaba su príncipe, no... Aquel ya no era su príncipe, ya no mas, pensó en todas la veces que el rubio había conseguido sacarle una sonrisa o una risa en todo el día mientras que el apenas lograba hacer que gruñera con sus tonterías, pensó en lo feliz que ahora era el Sayajin y se vio entregándole al mayor los papeles que por tanto tiempo había guardado en su portafolios, esperando el día en que lograra convencer al azabache de firmar.
Se detuvo en un semáforo y se recargo en el asiento, dejando fluir por completo su dolor que delineaba sus mejillas, por dentro hervía del coraje al saber que el si lo conseguiría... quizás incluso para el final de esa misma noche aquellos papeles tendrían la firma de los dos. Termino su camino y abordo el avión con la esperanza de que nunca recordara... con la esperanza de quedarse perdido para siempre junto a sus memorias y todos los momentos que habían compartido; a pesar de todo, en verdad deseaba…