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“Cualquiera en su sano juicio se habría vuelto loco por ti”.
Siempre es lo mismo conmigo, a pesar de que Yugi siempre se la pasa dándome cátedras sobre el buen comportamiento aun no sé cómo hacer para que no se preocupe tanto por mí, sin embargo, eso me hace sentir especial.
Comenzamos a ser amigos desde hace unos cuantos meses después de que pasaron algunos incidentes de los que no me quiero ni acordar, pero lo que si no voy a olvidar jamás es la valentía de Yugi al defenderme a mí y a Honda frente al idiota de Ushio, a pesar de saber que no tenía ni siquiera la mínima oportunidad con él.
A partir de ese día me enamoré de él, Yugi es la persona más bondadosa, dulce y con el corazón más grande que he conocido.
Fue inevitable enamorarme de él y es que ¿quién puede resistirse ante tan dulce chico? Durante el tiempo de conocernos hemos pasado por varias cosas, aunque puede parecer un chico débil tiene una gran fuerza interna, se vuelve valiente cuando se trata de defender a sus amigos, esa es una de sus tantas virtudes, simplemente es único, me fue fácil abrirle mi corazón, tanto que pude hablarle sobre mi hermana Shizuka y el problema de su vista, también le conté del divorcio de mis padres, a nadie nunca le había contado sobre eso, porque nunca había existido alguien que tocara mi corazón y me hiciera hablar de las cosas que más me preocupan o me lastiman.
Me gusta escuchar su dulce voz cuando tiene algo que contarme o algo le emociona, siempre son agradables mis tardes cuando Anzu se va a trabajar y Honda termina acompañando a Miho a su casa, de esa manera puedo quedarme a solas con mi pequeño oji-lila a quien tanto adoro, cuando pasan ese tipo de cosas solemos ir a comer a Burguer World, Yug es fanático de las hamburguesas y a mí me encanta hacerlo feliz yendo a comer a ese lugar, aunque por desgracia allí trabaja la odiosa de Anzu y siempre tiene que andarse dando sus rondines cerca de nosotros, por eso nunca eh podido tener una buena cita con él, aunque tal vez él no lo llamaría así.
Pero ahora volvamos con lo que pasó hoy, desde que conocí a Yug traté de dejar mi mala vida de pandillero, si porque eso era antes de que él llegara a mi vida indicándome con su bondad el camino que debía tomar, sin embargo, aún es muy común que los idiotas con los que estaba involucrado me busquen para “desaparecerme”, odio lidiar con eso, lo odio más porque siempre que llegó a la escuela con nuevos moretones termino haciendo preocupar más de la cuenta a Yug, pero no puedo decirle que es lo que buscan hacer esos chicos conmigo, no me permitiría que mi lindo Yugi pasara malos ratos pensando en cómo ayudarme a salir de ese problema.
—Tsk, Yug… duele -Me quejé de dolor mientras Yug estaba curando las pequeñas heridas que me había hecho durante el enfrentamiento con mis ex compañeros de pandilla de hoy.
Habíamos subido a la azotea mientras Yug sacaba de su mochila todo lo que se requería para que fuera un botiquín de primeros auxilios médico, me impresionara que cargara todo eso todos los días.
—Si te sigues moviendo te va a doler más Jonouchi -Mencionó molesto frunciendo tiernamente el ceño mientras seguía en lo suyo.
—Lamento que tengas que hacer esto cada día y más tener que cargar todas esas cosas en tu mochila -Mencioné apuntando su mochila y el mar de vendas, agua oxigenada y de ese tipo de cosas que había dentro.
—No me cuesta nada traerlas, además se podrían necesitar un día de estos -Mencionó esbozando una pequeña sonrisa.
—Sí, pero con el único que las ocupas es conmigo -Mencioné recargando mi rostro en mi mano derecha mientras Yug pasaba un algodón con alcohol por una pequeña herida en mi ceja.
—Me preocupo por ti, eso no tiene nada de malo -Mencionó restándole importancia a sus palabras mientras buscaba un poco de gasa en cinta para ponerla en la herida.
—Agradezco que lo hagas, es lindo -Mencioné sonriendo desviando mi vista de su mirada, sentí como un mi rostro se sonrojó al mencionar algo tan vergonzoso, o si, Yug tenía la bendita habilidad de hacerme decir cosas vergonzosas y cursis, regresé un poco mi mirada para verlo, él mantenía su rostro sorprendido y también estaba muy sonrojado, solo de verlo me daban ganas de besar sus sonrojadas mejillas, lo estaba adorando demasiado.
—Jono… -Mencionó bajando su rostro algo apenado.
—¿Qué pasa Yug? -Cuestioné intrigado al verlo.
—Yo… -Comenzó a decir débilmente con sus mejillas aún más sonrojadas, tenía curiosidad de saber que quería decirme.
—¡Jonouchi, Yugi! -Mencionó Honda entrando violentamente en la azotea.
—¡Yugi! -Menciono Anzu entrando tras él.
—Miho también vino -Mencionó la peli-violeta llegando al lugar.
Por desgracia el lindo momento a solas con mi Yug se había desvanecido por completo gracias al trío de idiotas frente a mí.
—¡Que ruidosos! ¡Dejen de gritar! -Mencioné molesto, habían arruinado todo.
—Bastardo, estábamos preocupados por ti -Mencionó Honda molesto.
—No, es necesario, estoy bien, Yug ya me curo las heridas -Mencioné mirándolo mal.
—Te eh dicho que dejes de pelearte en las calles, si los directivos se enteran te podrían expulsar -Mencionó molesto.
—Yugi, pensé que te había pasado algo ya que no llegabas -Mencionó Mazaki caminando hasta Yugi sonriéndole, este se sonrojó un poco ante el interés de la castaña en él, era así, ¿no? Yugi había estado enamorado de ella toda su infancia, no podía no ponerse de esa manera si ella mostraba muestras de preocupación por él, ella me jodía, ¿qué tan ciego podía ser el amor de Yugi para no darse cuenta de la forma de ser de esa harpía? Ella solo estaba con los chicos para sacarles beneficios.
—Para nada Anzu -Mencionó mi oji-lila sonriéndole apenado -Solo estaba curando a Jono de sus nuevas heridas -Dijo volteando a verme, yo solo le sonreí cálidamente.
—Bien, si eso es todo su alboroto, ¿por qué no regresamos al salón? -Mencioné molesto metiendo mis manos a mis bolsillos comenzando a caminar hacia la salida de la azotea.
—Espera Jono, aún no termino de curarte las heridas del hombro y tu labio -Mencionó Yug tomando sus cosas yendo tras de mí.
Los chicos también fueron detrás de nosotros, cuando llegamos al salón nos topamos con Karita sensei, él al verme me mando rápidamente a la enfermería.
—Con un carajo -Mencioné frustrado.
—Yo iré contigo Jono -Mencionó Yug sonriéndome cálidamente, yo asentí a sus palabras.
—Yo también los acompañaré -Mencionó Honda uniéndose, me sentí fastidiado nuevamente, ¡¿Qué carajos les costaba dejarme a solas con Yug?! Solo con él podía sentirme bien.
—No es necesario, ya seríamos muchos en la enfermería -Mencioné restándole importancia a mis palabras, además tú no puedes brincarte las clases -Mencioné refiriéndome a sus hábitos como líder del club de embellecimiento y su auto obligación a hacer todo lo correcto.
—Está bien, nosotros nos quedaremos -Mencionó entrando al salón, tras de él entraron Miho y Anzu, me sentí aliviado de librarme de ellos.
—¿Vamos Jono? -Cuestionó Yug sonriéndome cálidamente, yo asentí feliz
Caminamos hasta la enfermería sin toparnos a nadie en el pasillo, ya todos habían entrado a sus respectivos salones para comenzar las clases.
Al asomarnos a la enfermería nos dimos cuenta que la enfermera estaba un poco atareada.
—Buenas tardes -Mencionamos a coro para llamar la atención de la enfermera.
—Oh chicos, buenas tardes -Mencionó siguiendo en lo suyo.
—Bueno… Karita sensei me mandó para que me atendieran -Mencioné mirándola dirigirse de un lado a otro.
—Oh, lo haré enseguida, discúlpame un momento -Pidió sin mirarnos.
—Etto… Si usted está muy ocupada puedo continuar haciéndole y yo las curaciones -Mencionó Yug poniéndose a mi lado -Hace un rato lo estaba haciendo, pero como debíamos entrar a clases no pude continuar -Mencionó apenado.
—¿En verdad harías eso? Me ayudaría muchísimo, ahora debo ir a la dirección a hablar con el director, las cosas necesarias están en ese botiquín -Mencionó mirándonos por primera vez señalando el botiquín de la pared.
— Esta bien -Mencionó Yug feliz.
—Los veré más tarde -Mencionó saliendo de la enfermería con muchas cosas en sus brazos.
—Al parecer hasta ella tiene un trabajo laborioso -Mencioné impresionado.
—Hasta el trabajo que parece más sencillo lo es -Mencionó Yugi sonriéndome, yo mientras fui a sentarme en la camilla que había en la pequeña enfermería.
—En eso tienes razón -Mencioné sonriéndole.
—Bueno, ahora continuaré las curaciones -Mencionó buscando las cosas necesarias en el botiquín de la pared.
—Algún día ya no tendrás que lidiar con esto -Mencioné sonriendo débilmente -Te prometo que esos cabrones dejarán de buscarme -Mencioné sin pensar.
—¿Cómo es eso de que te buscan? -Cuestionó impresionado llegando a mi lado con los materiales de curación.
—Nada, olvida lo que dije -Mencioné apenado.
—Jonouchi… es mejor que me digas -Mencionó mirándome fijamente sus ojos lilas se posicionaron sobre mis ojos miel.
—Está bien -Mencioné rindiéndome -La verdad es que no llego todos los días así solo porque busqué pelea con alguien, estas son las consecuencias de salirme de la pandilla en la que estaba, mis ex compañeros me buscan para hacerme pagar por dejarlos -Mencioné pesadamente.
—Jono… -Mencionó débilmente -Sabia que tú ya no eras de los típicos que buscan pelea por nada, ahora eres una buena persona -comentó sonriéndome, eso me hizo sonrojar un poco.
—Solo espero que no te preocupes más por mí -Mencioné afligido.
—Lamento no poder prometer eso, me seguiré preocupando por ti siempre -Mencionó mientras pasaba delicadamente el algodón por mi labio.
—Gracias… -Mencioné algo conmocionado, como podía seguir soportando su amabilidad sin que siguiera aumentando lo que sentía por él.
—No hables, te dolerá si mueves los labios -Mencionó sonriéndome, yo sentí.
Mientras me curaba había hecho presión de más cerca de mi ceja ya que estaba volviendo a acomodar la cinta de gasa que se estaba despegando haciendo que me desnivelara y me cayera de espaldas en la camilla con él sobre mí.
—Yugi… -Mencioné sorprendido al verlo tan cerca de mi rostro, sus ojos lila temblaban levemente, mis ojos miel estaban igual en medo del silencio de la enfermería podía escuchar los latidos de mi corazón… o serían los suyos, o los de ambos ya no estaba seguro.
—Jonouchi… -Mencionó débilmente, al verlo así no pude hacer nada para impedirme hacer una locura, como si fuera un reflejo posesioné mi mano derecha tras su cabeza para terminar de acercarlo a mí y besar sus labios, Yugi no dijo nada, solo se dejó hacer ante mis caricias.
—Yug, perdona mi estupidez, no debí hacerlo, pero yo… Te quiero -Mencioné al separar nuestros labios.
—Yo también te quiero Jono… -Mencionó mirándome con un brillo especial en sus ojos.
—¿Qué hay de Mazaki? -Cuestioné impresionado al escuchar sus palabras.
—Solo es una amiga, no significa más para mí -Mencionó sonriendo nervioso.
—Pensé que seguías enamorado de ella, como ha sido desde hace mucho tiempo -Mencioné afligido.
—Desde que te conocí a ti tú fuiste el único dueño de mis pensamientos, cada día juntos fue creciendo mi cariño por ti, cuando menos me di cuenta ya estaba enamorado de ti olvidándome de todos los demás -Mencionó apenado bajando su rostro.
—Eso es lo más hermoso que he escuchado -Mencioné con mis orbes temblando mucho más ante sus palabras, mi corazón estaba comenzando a descolocarse dentro de mi pecho, solo podía hablar las palabras que estaba sintiendo -Yo también estoy enamorado de ti Yug, eres el único que ha logrado abrir mi duro corazón y hacerme cambiar, para mí todo ha sido mejor y eh conocido lo que es realmente querer a alguien desde que te conocí -Mencioné sonriéndole.
—Jonouchi… No pensé que me correspondieras -Mencionó mirándome con ilusión.
—Yo pensaba lo mismo -Revelé sonriendo apenado -Pero ahora que sé que me quieres todo será mejor para nosotros -Mencioné atrayéndolo cerca de mis labios una vez más, él asintió terminando la acción para juntar nuestros labios, ni siquiera me importaba el dolor del golpe, solo quería seguir degustando los dulces labios de mi Yug.
Me sentía feliz porque mi oji-lila sentía lo mismo que yo, porque ahora lo tendría a mi lado, porque ahora seríamos algo más que simples amigos, ahora seríamos una pareja, algo que mantendríamos en secreto hasta que nuestros torpes amigos se ganaran un poco más la confianza para contarles algo tan nuestro, solo podía sentirme feliz, tenía a un ángel a mi lado, Yugi había llegado para cambiar mi vida y para hacerme conocer millones de sensaciones y emociones que nunca antes había conocido y estaba seguro que eso solo era el comienzo de lo mejor.
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