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Young Justice’s Phantom por Kunay_dlz

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Notas del fanfic:

Los personajes de Danny Phantom pertenecen a Butch Hartman.

Los personajes de Young Justice pertenecen a DC Comics.

 

 

Young Justice’s Phantom

 

 

 

Todo está mal... todo lo que sucede en Amity Park es culpa mía. Los desastres, las catástrofes dejadas por los fantasmas y nuestras peleas, ya ha habido algunos heridos y, mis amigos y mi familia están hartos de los problemas que causo.

Me siento solo.

Tucker y Sam ya no salen conmigo a patrullar, ya no me cubren cuando no llego a casa, ya ni siquiera me hablan en la escuela. En cuanto a mis padres, solo hay decepción en sus rostros cada que me miran, las bajas notas, las horas de detención cada día, los reportes de mis ausencias, retardos y constantes salidas al baño de las que a veces ni regreso... ya se resignaron a que no soy más que un fracaso.

Por tanta presión, escapé de casa la semana pasada, dejé de asistir a clases, no me había comunicado con nadie... y, aun patrullando me he dado cuenta, que nadie me busca. Nadie me ha echado de menos.

Me siento triste.

En verdad estoy solo.

Cada vez me pregunto lo que seguía ‘protegiendo’, mis amigos y seres queridos no quieren nada que tenga que ver conmigo, ni como héroe ni como simplemente Danny. Mi determinación flaqueaba y no había nadie que me recordara que jamás quise nada a cambio, que lo que hacía era lo correcto… algo me hacía falta.

Y luego, sucedió… volaba cerca de un callejón, varios ciudadanos me acorralaron y por el pánico tontamente olvidé ‘mis poderes’, pedían explicaciones sobre una de las batallas, dijeron que herí a un niño de cinco años... en su furia, me lanzaron piedras, basura y cosas que tenían a la mano... no sé de dónde salió, un líquido fue lanzado directo a mis ojos.

Ardía, era insoportable el dolor, grité y tallaba mis ojos en un intento de menguar el dolor, fue inútil, tan solo sucedió lo contrario.

En mi delirio, escuché la voz de Vlad, mi archienemigo, pero su intervención no fue para agregar más mal... él me defendió, les dijo a los residentes de Amity Park que si no me querían, que si no valoraban ni agradecían lo que yo había hecho por ellos que entonces él me llevaría con él y que jamás me volverían a ver. No escuché respuesta alguna, tan solo sentí que Vlad me tomaba en brazos, yo aún seguía restregando mis ojos, temblaba y me quejaba por el dolor, de un momento a otro ya estaba en un lugar diferente, olía a antiséptico y otras sustancias propias de un hospital aunque según me enteré luego, era la parte médica de su laboratorio.

Vald trato mis ojos lo mejor que pudo sin embargo el resultado no fue muy bonito, me quede ciego.

No importó el cuidado que Vlad tubo, ya no podía ver más que obscuridad.

Pasaron algunos días, al paso del tiempo Vlad me dijo que fue a buscarme a Amity Park porque un día llamó a FentonWorks y sus habitantes no supieron darle noticias mías, parecía que ya me habían olvidado... dijo que ni Sam ni Tucker quisieron hablar con él y que fue así que tomó la decisión de ir por mí.

Quién diría que todavía había alguien que se preocupara por mí… mi archienemigo ni más ni menos.

Con mi reciente problema de la vista, con mi estrés emocional, y con la sincera ayuda de Vlad, nos mudamos bajo la excusa que Vlad necesitaba viajar para tratar personalmente un nuevo negocio, luego de un mes desde que acepté ‘la ayuda’ y el cuidado de Vlad, nos establecimos en Ciudad Gótica.

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No niego que fue difícil. Es decir, no podía ver, era una ciudad completamente nueva: más grande, con más gente, mucho ruido, siempre había movimiento incluso de noche, y, había algunas cenas y eventos a los que Vlad debía asistir... y yo también. Vlad me llevaba con él, jamás me dejaba solo, incluso en su oficina colocó un escritorio para mí y para un tutor privado que me enseñaba braille y me ponía al tanto de las noticias y sucesos importantes.

Se encargó de darme una buena educación pese a mi estado… incluso en temas de nuestra condición híbrida.

Si Vlad tenía visitas o juntas, me llevaba con él, hacía espacio para mí y me daba algo con que entretenerme: libros en braille, reproductores de música con audífonos o audio libros. Sí, hubo veces en las que me molesté con él, sentí que me trataba como un niño que no sabe cuidarse solo.

Pero con mi condición... no había diferencia.

No con el poco tiempo que tengo de estar en tinieblas.

El tutor me enseñaba a ubicarme, hacer uso del sentido de dirección sin la necesidad de mis ojos, contar los pasos, distinguir los cubiertos en la mesa, llenar los vasos con bebidas sin derramarse, comer sin hacer un desastre de mí y en el espacio a mi alrededor, me enseñó a asearme sin desperdiciar nada... era como cuando se le va a enseñando a los niños a ser independientes.

No niego... que hubo veces en las que creí que el mundo se me cerraba, hubo veces en las que pensé moriría de desesperación o de vergüenza en ciertas ocasiones... me sentí inútil, inservible, tan solo un estorbo. Pero, en todas esas ocasiones, en esos momentos de desolación, Vlad estuvo con migo... siempre estuvo ahí, como una padre.

Sí, se escucha extraño, tanto tiempo que él me ofrecía convertirme en su hijo, enseñarme todo lo que sabe… y todo ese tiempo lo rechacé, ahora me pregunto cómo habría sido mi vida si en una de esas ocasiones hubiera aceptado. Vlad en una excelente figura paterna, es un buen padre.

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En una de esas fiestas de caridad, en las Vlad ya frecuentaba bastante, conocimos al famoso Bruce Wayne y a su protegido Richard "Dick" Greyson. Escuché su plática y luego yo mismo me vi hablando con Dick; era divertido, sincero y alguien que se preocupa por los demás. Y no cambió su actitud cuando se enteró de mi 'condición', eso fue lo que más me agradó. En su voz había tantas cosas buenas, había sombras pero quién no tiene sus secretos.

Me gustó estar con él... Dick no era como los otros chicos con los que me he topado en otros eventos, de eso estaba seguro.

La velada terminó con nosotros deseando volver a encontrarnos en otra ocasión.

Y lo hicimos.

Al parecer Vlad y el señor Wayne vieron lo bien que nos llevamos y acordaron reunirnos en la próxima velada. Así en el siguiente evento de la alta sociedad, luego de los saludos obligatorios Dick y yo nos la pasamos platicando, bromeando, riendo de cosas que sucedían en el lugar y embarazosas situaciones de otros invitados puesto que me las describía tan bien que me gustaba fantasear conque yo también podía observarlas.

Sin embargo, el buen rato termino con una emboscada de parte de un enemigo de Batman por lo que pude escuchar. Hubo una explosión en el techo, sentí como Dick me alaba al suelo y me protegía con su propio cuerpo, luego sentí un peso extra, era Vlad quien nos protegió a ambos.

Escuché las clásicas amenazas de los villanos, y claro, para acelerar sus demandas 'me' arrebataron de la protección que Dick y Vlad me brindaban... 'me' usaron como rehén principal... me convertí en su boleto de salida.

No estuve dispuesto a soportarlo.

Lo golpee. Desquite mi frustración en quien me sostenía como alguien a quien pueda manipular a su antojo, el estar sumido en la obscuridad no me convertía en la inocente víctima, mi pasado como ‘héroe’ no me lo permitía. Así que me defendí, actúe manera natural a mi propio criterio. Sentí otra presencia y también lo ataqué, venía una más y no dudé en atacarle... luego, alguien tomó mi mano de manera firme pero sin segundas intenciones y fue entonces que me detuve.

Escuché que Vlad hablaba con el hombre que me sujetaba, le agradecía el que me haya salvado, le hablaba a Batman.

El protector de Ciudad Gótica no respondió nada, pude sentir su mirada en mí. Siguiendo el ‘papel’ de ser a quien han rescatado, fui en busca de la protección de Vlad, mi guardián. No dije nada, todos lo atribuyeron al shock de lo recién ocurrido, Vlad me sacó de ahí en seguida, no le permitió a la policía cuestionarme… actuó como buen padre protector.

Ya en casa Vlad me explicó lo sucedido: cuando el malo me tenía expuesto ante los invitados las luces se apagaron, se escucharon golpes y luego las luces volvieron revelando a Batman tomando mi mano. Él quedó como el héroe que es... y yo, como la víctima indefensa que logaron rescatar. Aunque, según Vlad, eso era lo mejor.

No debíamos atraer atención innecesaria.

Pero creo que fue demasiado tarde.

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Al llegar la noche, una sensación extraña, esa que se siente cuando sabes que no estás solo… cuando hay alguien que te observa, esa sensación que eriza los pelos de la espalada, me impedía dormir. Alguien más estaba en mi habitación, agazapado en un rincón y a la espera de mi reacción, creo.

La puerta se abrió de golpe, Vlad había entrado, se colocó a un lado de mi cama y seguramente se dirigió al ‘invitado’. Tan solo hubo silencio por unos minutos… ni Vlad ni el ‘invitado’ parecían ceder a lo que seguramente era una guerra de voluntades, tratando de doblegar al otro con la simple mirada. Cansado de sus tácticas, me incorporé, ignorando a los ‘adultos’ tomé una bata y me dirigí a la puerta.

--Mientras terminan de jugar a ver quién aparta la mirada primero, voy a la cocina por un poco de helado. –dije de lo más normal.

Como si tener a un ‘invitado’ en mi habitación, en medio de la noche, fuera algo que ocurriese con frecuencia. Escuché a Vlad llamarme, sin embargo, lo que me detuvo fue otra presencia, otro ‘invitado’, estaba a un par de pasos de la puerta… supongo que oculto en las sombras.

Otra vez en silencio, nadie se movía, nadie estaba dispuesto a dar el primer paso. Lo curioso, esa presencia la conocía…

--¿Dick? –pregunté al supuesto vacío.

El aire se hizo pesado, podía sentir dos miradas tratando de atravesar mi mente y obtener las respuestas que deseaban. Cansado del silencio, ya que no veo nada, suspiré. Supuse que lo que mis ‘invitados’ buscaban era una respuesta a lo ocurrido durante el ataque en la fiesta, también supuse quienes eran mis ‘invitados’.

--En verdad no puedo ver nada, un accidente me dejó ciego, Vlad me tomó bajo su cuidado y contrató a los mejores tutores para que mi condición no fuera un obstáculo. Tan solo sientocuando alguien va a atacarme, cuando quiere dañarme, en la fiesta sentí ese intento dañino de los sujetos que me tenían como rehén. –susurré –Detesto que me vean como alguien débil por mi condición.

>>Si nuestra presencia les causa incomodidad, tan solo les pido esperen un mes para que Vlad concluya sus negocios y luego nos marcharemos. –me dirigí a Vlad­ –¿No es así, Vlad? –él respondió afirmativamente. Me volví hacia ‘Dick’ y le dije –Siento haberte confundido, ese fue el primer nombre que vino a mi cabeza cuando sentí que había alguien más.

Al terminar de hablar reanudé mi viaje a la cocina, no bromeaba cuando dije que quería un helado. Pasé a ‘Dick’ y tropecé con algo que estaba en el suelo, me senté con cuidado, tomé entre mis manos lo que me derribó… era tela, tenía el olor del perfume de Vlad, era su bata.

--Vlad, ¿Por qué tu bata está en el pasillo? Si querías matarme debiste colocarla en la escalera, esos trecientos veinticinco escalones te habrían hecho el favor. –dije un poco molesto.

Sí, cada que me molesto digo comentarios mordaces, hirientes, hacia Vlad, hacia mí, hacia quien sea que esté cerca. La mayoría de las veces, implico el hecho con la muerte.

Me levanté y reanudé mi camino con más cuidado, eta vez daba pasos pequeños, tentando el terreno como uno de mis profesores me indicó, sobre todo si no llevaba bastón o alguien que me guiara. Ignoré la disculpa de Vlad, ignoré las miradas que estaban sobre mí, ignoré la incredulidad de uno y la pena del otro. Parece que el segundo jamás vio tropezar a un ciego, pensé con coraje.

Y que siempre pensé que ‘Dick’ no le daba importancia a mi condición.

Ya en la cocina, con el bote de helado y una cuchara en mi regazo, prefería concentrarme en el sabor napolitano que en lo sucedido en mi habitación y el pasillo. Me negaba a sentir pena por mí mismo de nuevo. No importaba que la cusa fuera la sensación que percibí de ‘Dick’… después de todo, pronto Vlad y yo nos mudaríamos.

Sentí a alguien acercarse, y era justamente en quien evitaba pensar.

--Creí que odiabas el sabor de la vainilla. –dijo con su voz suave, intentando no alterarme, deduje.

--No sabe tan mal cuando está acompañado de fresa y chocolate. –contesté luego de un momento.

--Se aprende algo nuevo cada día. –susurró.

--Como no tienes idea. –agregué –Si gustas probar, toma una cuchara…

No terminé de hablar, él tomo mi mano, esa que sostenía la cuchara donde aún había un poco de helado y por lo que escuché y sentí… Dick lo llevó a su boca.

Un beso indirecto.

Tragué saliva, seguro lo estoy interpretando mal.

--Un poco dulce y refrescante… el helado no está mal. –exclamó como si nada.

Eso sí que es algo que no puedo malinterpretar.

¿Está jugando conmigo?

Primero se porta bien, y lo siento como un amigo, fue protector cuando hubo peligro, luego está fuera de mi habitación vigilando, sintiendo pena, y ahora está aquí haciendo ese tipo de comentarios.

Diablos, puedo sentir mi cara arder.

Mi mente estaba nublada, apenas y registré que Vlad y Batman habían estrado a la cocina, a penas y escuché cómo Vlad reñía a Dick, a penas y escuché cuando Batman me extendió una invitación a conocer el ‘equipo’ que formaron varios ayu-eh-aprendices de superhéroes.

Creo mencionaron que antes de venir hicieron una investigación de nuestras vidas, supongo que mi ‘identidad’ secreta no era tan secreta para genios como lo era Batman, menos la de Vlad, y con su historial como villano, mi archienemigo, creo que su situación es más delicada: a mí me extendieron una invitación a un equipo de superhéroes y a él le advirtieron que estaría siendo vigilado.

Fue en ese momento que mi razón ganó control de mi cuerpo, les expliqué que no podría hacerlo, para ser parte de un equipo se necesitaba mucho más de lo yo podría brindarles en el estado que estaba, ignoraba los villanos con los que ellos estaban acostumbrados a lidiar, era más probable que me convirtiera en un obstáculo que alguien de apoyo en una misión.

Además, hacía tiempo que no formaba parte de un equipo y no trabajo bien bajo órdenes.

Vlad intervino diciendo que no era necesario que ‘fuera’ a misiones, conque siga sus audios y reportes y haciendo uso de mi experiencia podría darles consejos, ellos podrían seguirlos o tomar otras alternativas, dijo que al estar rodeado de más chicos de mi edad me haría bien, dijo que con tantos héroes rondando por ahí alguien podría ayudarme a canalizar mi energía y volver a la acción.

Dick se unió a él diciendo que los chicos estarían contentos de ayudar, dijo que les hacía falta toda la ‘experiencia’ posible y que así podríamos pasar más tiempo juntos que tan solo en aburridas fiestas de gala.

Batman dijo que sería de ayuda, y que también yo la recibiría. Pensé en pedir ‘un paseo’ por la base pero se me negó, me dijeron que si entro a la base sería como miembro del equipo o no podría hacerlo, dijo que era por la seguridad instalada y por protocolos.

Pedí tiempo para pensarlo, Vlad dijo que fueran por mí al siguiente día luego de las clases, se justificó diciendo que no debería pensarlo demasiado, dijo que o de ‘héroe’ lo llevaba en la sangre, dijo que nada cambiaría el que me quedara encerrado y pensando en lo que no podría ser capaz de volver a hacer que ser como mi antiguo yo y tomar los retos que se me presenten así como vienen, así para lograr superarlos… entre más rápido mejor.

El dúo dinámico aceptó, y quedaron de ir por mí a las tres de la tarde.

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No pude dormir bien.

Estaba nervioso.

Y la hora llegó demasiado pronto.

El camino a la base fue silencioso, hasta que Dick empezó a hablar de quienes conocería en poco tiempo, me habló de Flash Kid, Aqualad, Miss Martian, Super Boy, Artemis, Red Tornado, Zatana y otros súper héroes que conocería cuando visitaran a sus protegidos, me habló de Black Canary y de lo buena que es cuando se dedica a enseñar al equipo.

Me recomendaron ‘cambiarme’ a mi traje de súper héroe, claramente escuché su sorpresa cuando me convertí en fantasma aunque no comentaron nada.

Para ocultar la venda en mis ojos, me coloqué una capa que llegaba hasta el suelo además que la capa tenía una capucha que tapaba la mayoría de mi cara, según Vlad, era un poco tétrico.

Llegamos al lugar, se sentía algo fresco, Dick dijo que era porque era como un tipo caverna, y enseguida sentí varios ojos sobre mí, parece que me estaban esperando.

Digamos que la primera impresión no fue muy… buena.

No les pude convencer de mi estado de mitad fantasma, no creían que ‘alguien pudiera estar vivo y muerto al mismo tiempo’, tampoco aceptaron muy bien el hecho que yo no saldría a misiones con ellos sino que ‘les daría órdenes desde la seguridad de la cueva’ y decían que ‘no confiarían en alguien que no les mostraba su rostro’.

Por accidente, pisé a Wolf, Super Boy se molestó e intentó atacarme, una cosa llevó a la otra y pronto hubo ruidos de golpes, explosiones y gritos.

En un intento de detenerlos, por no querer dañarlos, usé mis poderes de hielo para ‘pegarlos’ en el suelo o la pared donde estuvieran cerca. No calculé bien, casi toda la cueva quedó cubierta de hielo, los chicos estaban tiritando con fuerza, incluso Super Boy, y… el portal por el que entré acompañado de Dick y Batman se encendió, escuché pasos y voces de adultos acercarse, cuestionar a sus protegidos y acercarse con intensiones nada buenas.

Entre querer ‘atraparme’, ‘obligarme a deshacer el hielo’ y ‘cuestionarme’ todo se volvió una nueva pelea a pesar de los gritos de Dick.

Pasaron un par de horas, algunos chicos lograron ‘salir’ de hielo y se unieron a sus maestros, hasta que al fin apareció Batman y me colocó tras él, la batalla terminó, les explicó mi presencia y bajo su protección fue que me guio a los otros chicos que no habían podido ‘salir’ para liberarlos.

Por lo que escuché, hubo severos daños, Dick trataba de ayudarme a encontrar una manera de deshacer el hielo cuando sentí que alguien tiraba de mi capucha dejando al descubierto mi cabello blanco y mis ojos vendados.

Batman les dijo sobre mi ceguera, les regañó por ‘haber perdido’ ante alguien que no estaba usando todo su poder, les dijo que antes de actuar había que observar, les dijo más de mi antigua vida como héroe y les pidió que aprendieran de mí, que a pesar de estar en desventaja en número y en habilidades fueron derrotados por un ‘accidente’.

El regaño fue dirigido a los héroes y sus aprendices, sin embargo, sentí que fue más un reproche hacia mí… incluso sentí las miradas sorprendidas, algo sospechosas y un par de lástima de parte de los héroes y los chicos.

Esas miradas me hicieron recordar mis últimos días en Amity Park, le pedí a Dick que me llevara a casa y él no objetó, tampoco Batman, así que me llevó de nuevo con Vlad.

Durante el camino de regreso Dick se la pasó disculpándose, dijo que ‘eso’ no debió suceder así, dijo que seguramente la próxima vez todo saldría mejor.

Sinceramente, dudo que haya una próxima vez, llegué cansado a casa, estaba más que exhausto, hacía tiempo que no usaba mis poderes mucho menos los de hielo… a penas toqué el suelo de la entrada de la mansión, caí rendido, literalmente.

Vlad intentó hablar conmigo, me decía que dejara de sentirme culpable y que si no me sentí inútil el día que me enteré de mi ceguera entonces que no iniciara ahora, me dijo que si nunca hui de mis problemas que no inicie ahora que ya superé el obstáculo más grande, el aprender a vivir sin la ayuda de mis ojos.

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Durante la noche no logré dormir bien. Sí, estaba preocupado por cómo sería el siguiente encuentro con protegidos de los súper héroes… pero lo que más me rondaba la cabeza era el ‘alivio’ que sentí con las palabras de Vlad. En verdad, es una figura paterna excelente, sus consejos son acertados y no intente cambiar mi manera de ver las cosas.

Me es extraño que su aviso quite cierto pesar en mí.

Es como si esos años anteriores donde éramos archienemigos no fueron más que una ilusión.

Y sí, es cierto, si antes no me dejé vencer por mi ‘condición’ no veo porqué ahora sí lo haría. Quizá no sea una bienvenida la que reciba en la base, estoy consciente que mi ‘entrada’ es algo sospechosa y el que no vaya a participar en misiones puede que se vea mal a la vista de los chicos que se esfuerzan por ganar el reconocimiento sus mentores y otros héroes al poner su vida en peligro… no es como si mi ‘vida de héroe’ haya sido tan solo miel y azúcar.

Sentí la presencia de Dick y me dediqué a seguirle, lo sentía preocupado, como si esperara que en cualquier momento me fuera a regresar y renunciar definitivamente a ‘enseñarles’ un poco más sobre la trayectoria de Phantom. Iba a decirle que dijera lo que tenía en mente, pero él se me adelantó.

--En verdad siento lo que sucedió ayer, pero no creo que ese ‘incidente’ te obligue a renunciar, no con lo fuerte que eres. –dijo mientras tomaba mi mano.

Apenas dije su nombre cuando me detuvo, habías llegado al lugar que nos transportaría a la base. Algunas veces Dick me confunde, sus palabras y ciertas acciones como la de tomar mi mano o mantenerse muy cerca, me confunde porque es una extraña clase de ‘protección’ que siento emanar de él, no como la protección que se le da a alguien que la necesita simplemente por carecer… de algo esencial.

Ya en la base, nuevamente sentí las miradas fijas en mí aunque esta vez, sí tomaré la palabra.

--Mi nombre en Phantom. Adquirí mis poderes hace dos años y siete meses, protegí mi ciudad por ese tiempo, aprendí en base de prueba y error, aprendí y desarrollé técnicas para no morir a manos de mis enemigos. No tuve un mentor como ustedes, no tuve quien me dijera cómo avanzar ni hasta dónde llegar antes que los errores trajeran problemas con las personas que se quiere proteger. –dije teniendo la atención de todos.

>>Y fue así que mis amigos, mi familia y las personas a las que protegía me dieron la espalda, tan solo causaba desastres a sus ojos. Fueron ellos quienes me quitaron la vista, fue con ese mensaje que al fin dejé la ciudad que ya no era mi hogar.

>>Pensé en retirarme de la ‘vida de héroe’, sin vista y sin conocer cómo combatir a villanos que no sean fantasmas, pero Batman y Robin decidieron que aún les era de utilidad, si ellos creer que puedo ayudarles, lo haré, aún si no puedo más que dar consejos a quien lo requiera, lo haré, incluso si tengo que patearles el trasero para que salgas de sus cavilaciones y vean razón, tengan por seguro que lo haré.

>>No les pido respeto porque eso no se pide, se gana, y ustedes tendrán el mío y podrán mofarse de mi ‘inutilidad’ y ‘existencia’ el día que logren derrotarme. Tan solo espero tengan en cuenta que hay varias formas de derrotar a alguien.

Por el silencio que ‘escuché’, por los latidos acelerados de sus corazones, puedo decir con seguridad que están molestos, ansiosos, y podría decirse que emocionados… vaya, con tanta atención estoy empezando a ponerme nervioso.

--Ese fue un gran discurso, espero que lo hayas grabado. –dije dirigiéndome a Dick.

--No te preocupes, la base tiene cámaras en puntos estratégicos, si quieres puedo enviarte una copia de tu discurso, lo titularé: Phantom, el regreso. –dijo siguiendo mi intento por aligerar el ambiente.

--No eres muy creativo con los nombre, ¿verdad? –le dije mientras trataba de sentir mi alrededor y ubicar a quienes seguían ahí.

--Lo dice quien se hacer llamar ‘Phantom’ siendo un fantasma. –dijo con gracia.

--¡Auch! Eso dolió. –dije pensando en los otros muchos comentarios despectivos hacia mi nombre que mis enemigos dijeron en su momento. Ah, cómo extrañaba esa guerra de comentarios sarcásticos.

--¿Qué tal un poco de helado? ¿Me perdonas con un súper especial cono de helado napolitano? –dijo mientras caminaba hacia una de las entradas de la izquierda, supongo que notó mi incomodidad por tener toda la atención en mí.

--Tienes un trato ‘Ruiseñor’, vallamos por ese helado. –sentí que se detuvo mientras yo seguí caminando/flotando.

--¿’Ruiseñor’?... Así que ya nos llevamos por apodos, entonces qué tal si vamos por el helado ‘Tesoro’. –soltó sin más.

Así inició una extraña conversación entre Dick y yo, una vista un tanto extraña para quienes nos seguían mirando, quienes seguían digiriendo mis palabras y, sí, toda una nueva ‘aventura’ en esto de seguir siendo héroe.

 

Sera difícil pero no me dejaré vencer, tal como dijo Vlad, si ya pasé el momento más duro, lo demás es pan comido.

 

A excepción de Robin, sus bromas me hacen creer cosas que no sé si son verdad o si es parte de su naturaleza.  

 

 

Fin.

Notas finales:

Gracias por leer.


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