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Provocaciones y amenazas por Miss Eun

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***

 

Existen algunas cosas, pequeños detalles que queremos cambiar en nuestra vida.

 

—¡ChanYeol! —grito el líder. —¡Deja de tocarle el culo a BaekHyun! —le reprendió por décima vez esa mañana. —¡Y tú, BaekHyun, quita esa cara de satisfacción! —exclamó haciendo que su voz rebotara por toda la habitación. —¡Entiendan que no pueden manosearse en el escenario! —dijo tratando de modular su voz, pellizcando el puente de su nariz, exasperado.

 

—¡Pero, JunMyeon! —chilló BaekHyun con un puchero dibujado en los labios. —No estamos en el escenario. —replicó dibujando una sonrisa triunfadora en sus labios. JunMyeon arqueó una ceja, tratando que su incredulidad no se viera tan reflejada en su expresión.

 

JunMyeon era consciente que, a diferencia de BaekHyun, ChanYeol era mucho más cuidadoso con las muestras de cariño en público, sin embargo, había momentos en los que el gigante se dejaba guiar por lo que su pene le decía y no su cabeza, bueno, sí su cabeza, pero la otra, ustedes entienden; como en ese preciso instante. Durante todo el jodido ensayo se había dedicado a tocarle el culo a BaekHyun de manera descarada, sin importarle realmente el hecho que todos, sin excepción, los estaban observando.

 

Ya había sucedido algo similar hace unos días, cuando ChanYeol le tocó la polla a BaekHyun en pleno performance. Mierda, si incluso había fotografías, videos y gifs sobre el incidente ese y chistes como ‘cuando le toco el pene a mi novio disimuladamente’, dejando ver claramente la mano de ChanYeol rozando la entrepierna del susodicho.

 

No solo JunMyeon estuvo a punto de degollarlos ese día, el manager casi los rostiza vivos y el mismo Lee SooMan les había llamado la atención. Y no estaba de más, el par de imbéciles que sonreían traviesamente frente a JunMyeon no parecían nada arrepentidos de su comportamiento reciente. SuHo se dijo a sí mismo que debía castrarlos cuando estuvieran dormidos y el dormitorio se encontrara completamente solo, para que nadie fuese capaz de escuchar sus gritos de dolor cuando los descojonara, porque no usaría anestesia, el par de bastardos debían sufrir, así como lo hacía él.

 

—Déjalos, Hyung. —escuchó decir al más joven de todos con su rostro tan inexpresivo como siempre. —Seguro el tío SooMan le consigue una linda novia a ChanYeol hyung. —sonrió en ese punto, con picardía. ChanYeol por otro lado había palidecido y su sonrisa socarrona había desaparecido. BaekHyun frunció su entrecejo con la molestia claramente reflejada en su rostro y el líder trató de no sonreír ante su implícita victoria.

 

—La vida en Corea es linda, Hunnie. —canturreó BaekHyun, con una nueva sonrisa en su rostro, malévola, se permitió pensar SuHo. —Te aprecio, así que no hagas que cambie mi opinión sobre ti y decida empalarte por el culo con un bate de béisbol y enviarte por correo a la Antártida.

 

—No serías capaz. —respondió en automático, entrecerrando sus ojos con incredulidad. —Eso es físicamente imposible, de todos modos.

 

—¿Lo es? —preguntó retóricamente, ensanchando su sonrisa y un escalofrío recorrió a todos los presentes de manera inexplicable. —¿Nunca te has preguntado qué pasó con aquel trainee que trató de coquetearle a ChanYeol en mis narices? ¿Cómo se llamaba? —divagó, frunciendo los labios, haciendo amago de estar pensando seriamente el asunto. —¿Min… algo?

 

—Fue un accidente. —contestó sin convicción. —¡Dijeron que fue un accidente! —chilló con el miedo apoderándose de él.

 

—Ohh… —vaciló BaekHyun, aún siendo observado por todos. —Por supuesto que fue un accidente. —afirmó. —¿Quién sería capaz de hacerle tragar un vidrio al pobre tipo mientras dormía? Es físicamente imposible, Hunnie.

 

—¡Pensé que el satánico era KyungSoo! —exclamó aterrado, corriendo detrás del recién mencionado. KyungSoo rodó los ojos, cruzándose de brazos y bufando con hastío.

 

—No se necesita ser satánico para eso. —respondió con tranquilidad, observándose las uñas de las manos. —Cuida tu boca, mocoso. —advirtió con cierta diversión en su tono de voz y ChanYeol dejó salir aquella carcajada que llevaba reprimiendo prácticamente desde el principio de la discusión.

 

—¡Aléjate de mí, monstruo! —gritó aún escudándose con KyungSoo, zarandeándolo abruptamente al hacerlo.

 

¡You can call me monster! I’m creeping in yo… —gritó emocionado Yixing, casi empezando a hacer la coreografía que conocía a la perfección, pero deteniéndose inmediatamente cuando nadie más cantó con él y todos le observaban con detenimiento. —Ehh… yo pensé que...

 

—No, Hyung. —cortó JongDae.

 

—P-pero…

 

—Ven, iremos a ver al tío SooMan. —volvió a intervenir JongDae, tomando por el brazo al chino mientras se encaminaban hasta la salida del cuarto de ensayos.

 

JunMyeon trató de no golpearse el rostro con lo primero que encontrara. ¿Qué había hecho él para merecer soportar a todas esas personas tan extrañas?

 

***

 

ChanYeol trató de relajar su cuerpo, la maquillista había terminado con él hacía unos cuantos minutos atrás y había empezado con BaekHyun, delineándole los ojos de aquella manera que lo hacía ver tan exquisita y que tenía a todas las fanáticas mojando las bragas por él últimamente. Y puede que él también estuviera un poco afectado por la imagen que los productores habían decidido darle a su pequeño novio este comeback.

 

No podían culparlo, se veía demasiado hermoso y sensual con esas miradas calientes que solía darle a la cámara en cada presentación. También habían estado lo suficientemente ocupados como para no tener el tiempo o las fuerzas necesarias para darse amor, por lo que no podía evitar el tocar a BaekHyun en cada oportunidad que tuviese.

 

Así que sí, estaba frustrado porque el más bajo se veía cada vez más caliente con cada presentación, moviendo sus caderas de manera sugerente sobre el escenario y fingiendo inocencia al hacerlo, mostrándole la mejor mirada de cachorro perdido de su repertorio. Claro que no se había sentado a pensar con cabeza fría que fácilmente, lo podían obligar a fingir un romance con alguna artista, simplemente porque la situación se estaba saliendo de control.

 

ChanYeol no quería fingir salir con nadie, él era sexy, libre y soltero. Bueno, no tan soltero, pero tampoco podía gritar a los cuatro vientos que BaekHyun lo ponía y se lo daba todas las noches cuando no estaban tan ocupados. No, él era un caballero.

 

La paciencia es un árbol de raíz amarga, pero de frutos muy dulces. —dijo soltando un suspiro al final de la oración, JongDae, dejándose caer a su lado sobre aquel sofá negro. ChanYeol lo observó detenidamente, con una ceja arqueada y juzgándolo severamente con la mirada.

 

—¿Qué coño? —se atrevió a preguntar. —Te has equivocado de fic, imbécil. No me hables con proverbios chinos.

 

—No es un proverbio chino, idiota. —lo codeó fuertemente. —¡Es persa!

 

—Lo que sea, no estamos en la dinastía Goryeo. —gruñó. —Y tú ni siquiera sales en ese fanfic.

 

—Querrás decir que aún no salgo. —guiñó un ojo, dejando salir su mejor sonrisa burlona. —La autora me ama, es cuestión de tiempo para hacer mi hermosa aparición inmortal. —afirmó autosuficiente. —Pero no nos desviemos del tema principal, Yeollie. —canturreó. —Le tienes ganas a BaekHyun porque desde hace dos semanas que lo único que hace es menear el trasero frente a ti, ponerte duro y luego irse a dormir como si nada después de una presentación. —observó con convicción. —Es normal, pequeño saltamontes. Eres humano y tienes tus necesidades fisiológicas.

 

—No me saltamontees. —reprochó.

 

—Como digas, saltamontes. —replicó omitiendo la queja del menor. —Ahora, deja que ésta belleza inmortal, barra, dinosaurio, barra, dios del sexo, barra, ser todopoderoso y omnipotente, barra, delicia de persona…

 

—barra, imbécil toca cojones. —interrumpió con hastío. —Continúa antes de que decida ahogarte con éste cojín.

 

—Amargado. —bufó sin perder la diversión en sus palabras. —Déjame ayudarte, tu rostro dice a gritos que necesitas con urgencia de mis servicios.

 

—No me digas.

 

—Te lo digo. Deja de ser tan testarudo y demuéstrale a BaekHyun quien manda. Sé un hombre macho alfa de verdad, ChanYeol.

 

—Está bien. —aceptó cansado. —¿Cuál es tu brillante plan, genio?

 

—Dime sensei.

 

—No voy a decirte sensei. —arrugó la nariz con desprecio. —Apresúrate antes que cambie de opinión y decida que lo del cojín es mejor idea. —JongDae volvió a resoplar.

 

—Bien. —declaró. —Lo que debes hacer Yeol, es demostrarle al pequeño bastardo quien manda.

 

—Nadie manda a nadie, JongDae.

 

—Eso es lo que tú, amigo mío, crees. —ChanYeol rodó los ojos ante aquella afirmación. —BaekHyun te tiene comiendo de su mano, como un vil perro faldero y tú se lo permites. Lo que debes hacer, ChanYeol, es calentar al hijo de puta de la misma manera en la que lo hace él. Menea tu inexistente culo frente a él.

 

—No creo que menear mi culo sea necesario.

 

—Tienes razón, no hay nada de sensual en eso. —maldijo en silencio. —¡Vuelve a tocarle el pene, como en aquel video!

 

—¿Sí sabes que estás superando tus propios niveles de idiotez? —preguntó ignorando la última propuesta de JongDae.

 

—Realmente no sé por qué le haces caso a éste idiota. —se quejó KyungSoo, sentándose en el sofá frente a ellos con un tablero de madera que ChanYeol no pudo distinguir. —Si quieres follar con BaekHyun solo tienes que decírselo.

 

—¡No! —exclamó casi de inmediato el de sonrisa felina. —¡Eso sería doblegarse! ChanYeol debe demostrar su macholinidad vikinga.

 

—Si yo fuera ChanYeol definitivamente no confiaría en alguien que cree que ‘macholinidad’ es una palabra existente. —dijo desinteresado, poniendo su tablero sobre la pequeña mesa que estaba entre ambos sofás.

 

—Es una palabra existente. —contesto llevándose una mano al pecho, dramatizando la situación y reflejándose ofendido. —Puedes buscarla en ‘El diccionario chenchual de palabras chenchuales de Chen.’

 

—No lo haría aunque quisiera, aprecio demasiado a mis neuronas como para quemarlas tan cruelmente.

 

—Bien, tigre. Hazme caso, tienta a BaekHyun o terminarás jugando a la ouija como el ojón aquí presente. —dijo volteándose a ChanYeol, ignorando la mirada filosa de KyungSoo olímpicamente.

 

—Tres segundos, JongDae. —comentó el más joven de los tres, sacando una especie de puntero de su bolsillo derecho.

 

—¿Perdona?

 

—Te daré tres segundos para correr antes de sacarte los intestinos, enrollarlos en tu cuello y asfixiarte.

 

—No serías capaz.

 

—Uno.

 

—Es físicamente imposible.

 

—Dos.

 

—Yo no estaría seguro de eso. —le susurró ChanYeol con malicia.

 

—Dos y medio.

 

—¡Era broma KyungSoo! —gritó poniéndose de pie. —¡Todos sabemos que JongIn te da por las noches!

 

—¡Eres hombre muerto, Kim JongDae! —gritó sin contar tres, corriendo detrás de un asustado JongDae que escapaba ágilmente entre los maquillistas y productores de sonido.

 

ChanYeol se volvió a preguntar si realmente se merecía aquello por algo que había hecho en su vida pasada o algo similar, aún sentado en aquel sofá mientras volvía a divisar a BaekHyun, caminando hacia él porque ya había terminado de ser maquillado y con aquella bonita sonrisa que siempre tenía para él.

 

—¿Pasó algo interesante? —preguntó al llegar al sofá, observando a lo lejos a KyungSoo corriendo tres pasos por detrás de JongDae.

 

—No creo que quieras saberlo. —bufó un tanto divertido, dejando caer su mano en automático sobre el muslo de BaekHyun cuando este se hubo sentado a su lado.

 

—Eso creí.

 

***

 

ChanYeol tenía convicción, fuerza de voluntad y disciplina. Claro, con todo aquello que no tenía que ver con BaekHyun sacudiendo todo su cuerpo frente a él, a su lado, detrás de él y en todos lados, porque en ese momento bailaban frente a miles de personas y que, además, era transmitido en televisión nacional e internacional.

 

Nadie podía culparlo, cualquiera en su lugar ya se hubiera llevado a BaekHyun a uno de los camerinos para follarlo duro, pero él no era así, se dijo. Al menos trató de convencerse de eso y no seguir sus impulsos idiotas. Por otro lado, estaban las estupideces que le había dicho hace unos minutos el gilipollas de JongDae.

 

Era cierto cuando le dijo que nadie mandaba, porque su relación era de ambos y no le apetecía que alguien tuviera más control que el otro y BaekHyun parecía opinar lo mismo. Pero diablos, ¿era su imaginación o BaekHyun estaba bailando más sensual de lo normal? Moviendo sus caderas y sacudiendo el trasero, fue un segundo lo que necesitó para mandar su cordura a tomar por culo.

 

Estaban agachados, toda la atención definitivamente no estaba en ellos por lo que se permitió observar detenidamente el exquisito cuerpo de su novio, no sabe en qué momento su mano se dirigió en automático hasta el trasero del más bajo y cuando se había dado cuenta ya era muy tarde. JunMyeon le podía decir misa, no iba a permitir que le inventaran una novia y tampoco se iba a privar de tocar a BaekHyun.

 

Creyó observar una sonrisa reprimida en el rostro de BaekHyun antes de seguir con la coreografía como si nada y un poco de satisfacción se instaló en su pecho.

 

—Apresúrate, gigante. —susurró BaekHyun cerca de su boca luego que terminarán de interpretar Heaven; tomándolo por la muñeca y arrastrándolo en dirección a los baños del staff. ChanYeol sonrió ampliamente para sí mismo.

 

—Como tú digas, Baek.

 

***

 

—¡Los voy a castrar! —escucharon gritar a JunMyeon esa noche desde el salón principal. —¡Sin anestesia! —volvió a exclamar. —¡Les va a doler, bastardos!

 

Sí, algunas cosas no cambiarían nunca para el líder de EXO. Ni para nadie dentro de ese dormitorio.

 

***

Notas finales:

Gracias por leer! ^^


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