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Melifluo de una M A R I P O S A por Gisselle

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Esa noche Seung Ri no durmió, no pudo y no quiso, en su lugar prefirió contemplar la silueta que le regalaba la luz de la luna de Ji Yong, respirando tranquilamente.

Ji Yong le gustaba porque lo sacaba de la rutina, con sus extrañas ocurrencias y su liberal vida, le gustaba por las risas espontaneas y los besos a medias que sólo era una caricia entre sus labios, le gustaban sus besos de mariposa y lo feliz que se miraba al dárselos, le gustaba cada parte de su cuerpo y su esencia misma, le gustaba el color de su cabello y cada uno de sus tatuajes, le gustaba como lo miraba y le sonreía sin razón, le gustaba porque era directo y le decía las cosas a la cara, pero sobre todo le gustaba verlo dormir, así tan calmado, con la piel de su rostro lisa, le gustaba ver como sus parpados revoloteaban y de sus labios salían extraños sonidos que le sacaban sonrisas, le gustaba que mientras dormía podía sostenerlo entre sus brazos e imaginar que el mayor sólo le pertenecía a él.

 

Cuando Ji Yong despertó ese día se sorprendió un poco de no verlo a su lado como todos los días, se estiró y bostezó antes de quitarse las cobijas de la cama y caminar hasta la cocina, donde supuso se encontraba el menor por todo el ruido que escuchaba, entró a ella y sonrió al verlo batallando con un huevo quemado y pegado a la sartén.

— ¿Intentas quemar el edificio? Porque vas por buen camino—tomó una manzana de un tazón de la isla y lo miró con burla. Seung Hyun volteó a  verlo con la vergüenza marcada en los ojos.

—Lo vi en la TV y pensé que era sencillo pero al parecer no—le sonrió y se deshizo del huevo en el bote de basura, el sartén fue al lavadero y en su lugar tomó el teléfono y se lo llevó a la oreja—. Buenos días…

Ji Yong le sonrió otra vez y salió de la cocina, fue a la sala en busca de la pequeña bolsa que cargaba siempre, su rostro se arrugó cuando no la encontró, fue a la habitación y al baño pero obtuvo el mismo resultado. Cuando iba a dirigirse a la sala nuevamente se encontró con Seung.

 

— ¿buscabas esto? —alzó la pequeña bolsa en sus manos y le sonrió con la ceja alzada. Ji Yong, que vio sus intenciones se lanzó contra él inútilmente, Seung Ri era claramente más fuerte que él así que sólo consiguió que el menor lo apresara entre sus brazos y la pared, hundiendo el rostro en su cuello y causándole cosquillas que lo hicieron sonreír—. Te la devuelvo con una condición—le susurró muy cerca del oído. Lo separó con ambas manos y le sonrió.

—Dime entonces ¿Cuál es esa condición? —le sonrió coqueto.

—Un día, hoy, se mío todo el día—le acomodó los mechones de cabello tras la oreja y lo miró expectante. Ji Yong abrió la boca pero no emitió ningún sonido y en su lugar volvió a sonreírle. El timbre sonó en ese momento. Seung Hyun se dirigió a la puerta, dejando descuidadamente la bolsa en uno de los sillones de la sala para tomar su cartera.

Cuando regresó con el recipiente desechable repleto de comida no encontró la bolsa donde la dejó, el pelirosa tampoco estaba en el pasillo y había ruidos provenientes de la cocina, dejó la comida en la mesa central y se dirigió a la cocina. Ji Yong estaba sentado en uno de los bancos, recargando el codo de su mano derecha en la isla mientras sostenía una revista y con la otra un vaso de agua que tomaba como si su vida dependiera de ello, la pequeña bolsa descansaba a un lado, abierta y mal acomodada, como si la hubieran aventado ahí solamente. El mayor terminó el vaso de agua y le sonrió, volviendo la mirada rápidamente a la revista.

—En serio ¿Qué eres? Según esta revista eres el tercer empresario joven más codiciado aquí en Corea—lo miró divertido durante un segundo y luego volvió a leer—. Ajá, “El codiciado soltero, vicepresidente de CLD, a pesar de que acaba de surgir como tal a logrado escalar hasta el tercer lugar gracias a su buena apariencia y según fuentes muy confiables goza de exquisitos buenos modales, clase y caballerosidad, y aunque han surgido rumores de ser todo un playboy las señoritas hacen fila esperando poder atraparlo ¿podrá alguna lograrlo?” —Ji Yong volvió a mirarlo, esta vez con la mirada desconcertada y con la ceja derecha alzada. Después su boca se fue desfigurando poco a poco hasta soltar una carcajada. Seung se acomodó en el marco de la puerta y lo miró incómodo.

— ¿Qué es tan gracioso? —preguntó. El mayor soltó un par de carcajadas más mientras intentaba responderle. Después tomó la revista otra vez y señaló una parte en específico.

— ¡Esto! Dice que las señoritas hacen fila para atraparte pero ¿sabe alguna de ellas que bateas por otro lado? —y Seung Ri se encontró riendo junto al mayor. Porque era cierto, ya más de alguna señorita se le había insinuado pero él siempre las había rechazado con cortesía porque, vamos, si bien le gustaba dominar no era precisamente por delante, él era más bien de la parte de atrás. Le atraía más un buen trasero apretado y redondito que una vagina y un par de tetas, no, ew.

Le arrebató la revista al mayor para observar mejor lo que se leía ahí y oh, vaya que encontró algo muy interesante y es que si algo hacía bien esa revista a parte de crear buenos chismes de las vidas ajenas era que sus fotógrafos eran buenos o al menos ese sí que lo era, porque nunca en los 23 años de vida que lleva en la tierra alguien había podido captar su preciosidad, porque la verdad es que él era prácticamente un adonis esculpido, porque si algo le había enseñado muy bien su mamá era a ser honesto y él como buen ejemplo de hijo modelo que era sinofueraporsuhomosexualidad no iba a contradecir eso, no, y menos a su santa madre. Buscó los créditos en la foto y encontró el nombre, Zhan Yi Xing se leía en letras pequeñas, un nombre interesante le pareció.

—No estoy seguro—habló Ji Yong que se le había pegado como garrapata a la espalda—, pero creo que ese chico era amigo de aquel descendiente de la realeza ¿Cómo se llamaba? —se quedó pensativo un momento. Seung obtuvo un escalofrío al recordar las noticias de un día anterior.

—Kim Junmyeon

—Ajá, fue tan trágico incluso para alguien como él ¿no lo crees? —Le abrazó la espalda—. A veces me pongo a pensar en sí mi vida será como la de ese otro chico…—el menor siguió observándose en la revista hasta que notó el silencio.

— ¿Qué decías?

—Te pregunté sobre lo que vamos a hacer hoy —Ji Yong retiró los brazos de su espalda y salió de la cocina.

                                                                                                                   

 

Uno, dos, tres, cuatro, uno, dos, tres, cuatro, uno, dos, tres, cuatro, uno, dos…

 

— ¡Ya Dae Sung, deja de dar tantas vueltas! —el aludido dejó de caminar y lo miró, abriendo los ojos más de lo normal, y los labios en una expresión de perplejidad.

— ¡Estoy nervioso, déjame! —y siguió con su paseo por la oficina, daba cuatro pasos y regresaba, otros cuatro y giraba, era desesperante verlo así.

—Okey Dae—se sobó el puente de la nariz—, pues no estarías nervioso ¡si no hubieras rechazado a cada modelo que vino! —Dae Sung paró de caminar y lo miró ahora amenazante. Young Bae se encogió en el asiento.

— ¡Pues las cosas habrían sido diferentes si tú te hubieras tomado la molestia de leer las descripciones que te di! ¡Ah, pero no, sólo colocaste un anuncio cualquiera y la audición terminó estropeada! —colocó ambas manos fuertemente sobre el escritorio y lo miró.

—Bueno, sí, admito que me equivoqué en eso ¿pero no pudiste elegir entre esas modelos?

— ¿Y todavía preguntas? —suspiró y se sentó en una de las sillas, cruzó las piernas y se acomodó los mechones rebeldes que le resbalaban por el rostro—, el problema no es que las modelos no fueran buenas, el problema es que necesito un modelo hombre Taeyang, masculino, que tenga un pe…

— ¡Okey, okey no tienes que ser tan especifico! —se levantó alzando las manos en un intento de callar al otro, que sólo soltó un suspiro. La puerta se abrió.

—Chicos, tengo una junta urgente y he traído a Ji Yong ¿puede alguno acompañarlo para que no la pase muy solo? —los miró aún sin soltar el picaporte, sus ojos se veían suplicantes. Taeyang estaba listo para negarse cuando Daesung le cubrió la boca y habló.

— ¡Claro que sí, no te preocupes para eso estamos los amigos! —Seung le sonrió en agradecimiento y después se fue rápidamente. Bae lo miró indignado y Daesung sólo se acomodó el traje con una sonrisa en el rostro.

— ¿Y ahora a ti que mosca te picó? Hace un momento echabas humo y ahora hasta sonríes, dímelo porque sinceramente estas comenzando a darme miedo—suspiró con la mirada baja y cuando la alzó la sonrisa del otro lo intimidó.

—Si mi memoria no falla Ji Yong es ese chico del cual me hablaste el otro día ¿no? —Bae  pasó saliva por su garganta

—Sí, pero no entiendo que tiene que… ¡hey! —Dae Sung salió por la puerta ignorándolo completamente—. ¡Dae Sung!

— ¡Toma el contrato y sígueme! —escuchó y sinceramente él no quería más problemas así que tomó la carpeta sobre el escritorio y lo siguió.

 

 

 

La junta se había extendido y al final habían pasado tres infernales horas discutiendo las finanzas de la empresa, en que debían invertir y en que no, su reciente asociación con los japoneses y el plan para absorber Doksuri completamente, sobre la nueva campaña de marketing y el financiamiento de esta. Aunque realmente él no estaba tan  inmiscuido en esos asuntos como sus amigos y los maldijo por dejarlo solo al frente de esa junta con los directivos, que no eran más que un grupo de ancianos intentando conspirar contra el nuevo presidente. Por supuesto él supo manejar esa junta y los dejó quietos por al menos un tiempo.

 

Cuando salió le encargó a su asistente llevar una taza de té a su oficina y trató de dirigirse lo más rápido posible a ella, había dejado a Ji Yong cuando él mismo era el que había rogado por pasar un día los dos juntos, sólo esperaba que Bae y Dae en verdad estuvieran con él.

Grande fue su sorpresa al no encontrar a ninguno de los tres en su oficina, buscó en la de Daesung y también en la de Taeyang sin resultado alguno.

—¿Dónde está tu jefe Hyorin? —la chica dio un respingo en su asiento y lo miró sorprendida, titubeó un poco antes de contestar.

—En la sala de fotografía, está supervisando el nuevo comercial junto al señor Kang—volvió a bajar la mirada.

—Gracias—le dijo y caminó presuroso hacia el lugar indicado, había algo que no le gustaba en todo eso.

Se cruzó con algunos de los inversionistas en el camino y se vio obligado a saludarlos y mantener una breve platica con ellos. Cuando por fin fue capaz de llegar al lugar localizó inmediatamente a su amigo y a Kang, luego buscó a Ji Yong y lo encontró pero no como él esperaba.

Había mucha gente en el lugar para su gusto, la maquillista corría cada cinco segundos a retocar maquillaje y peinado, el fotógrafo cambiaba de lentes y posiciones mientras lanzaba exclamaciones de júbilo y adulaba al modelo, quien por cierto era Ji Yong.

Con el cabello en una extraña combinación de blanco y negro, una corona de ramas sobre la cabeza y sólo lo que parecía ser una sábana blanca cubriéndole las partes íntimas.

Tomó un suspiro y luego…

—¡¿Qué es lo que está pasando aquí?! —su grito fu tan fuerte y demandante que todos en la sala detuvieron sus acciones y voltearon a verlo, Daesung corrió rápidamente hasta él.

—Una sesión fotográfica, obviamente Seung Hyun—lo miró con restos de indignación y enojo, después se dirigió a los demás—. Las tomas están completas, han trabajado duro—se inclinó en una reverencia que fue correspondida y después todo mundo comenzó a recoger a máxima velocidad. Ji Yong se acercó a ellos mientras una chica intentaba quitarle el maquillaje y otra le ayudaba a sostener la sabana alrededor de su cuerpo. Daesung pensó que parecía un modelo profesional en ese momento, y que incluso brillaba como uno.

—¿Qué es lo que está mal contigo Lee Seung Hyun? —le empujó el pecho con la mano y lo miró con reproche, la expresión del nombrado no le gustó nada a Daesung.

—¡Okey, escuchen, todos fuera ya! —la sala se vació en un santiamén, luego Daesung también salió junto a Taeyang que negaba con la cabeza y le repetía que todo era su culpa. Seung Hyun esperó para poder hablar.

—¿Qué está mal conmigo? —Preguntó incredulo—, más bien ¿Qué mierda es lo que pensabas? ¡Sólo mírate, te traje para pasar tiempo contigo no para que te anduvieras paseando en la empresa como…!—tragó sus palabras y suspiró.

—Dilo, anda, dilo—el más bajó lo retó con incertidumbre alumbrándole los ojos.

—Como lo que eres, una puta—sus ojos temblaron al decirlo, tanto que Seung Hyun temió por un instante sus palabras—, que sólo va y se entrega al mejor postor…

—Exacto, soy una puta y tú eres el mejor postor ¿entonces porque montas escenas estúpidas como si fuéramos algo más? —tomó sus prendas que estaban sobre una mesa y se vistió con la atenta mirada del empresario sobre él—La próxima vez que me busques recuerda llevar sencillo, yo no acepto tarjetas de crédito—habló casi en un susurro, después se fue de ahí sin dirigirle la mirada.

Seung Hyun suspiró una vez más sintiendo el impulso de correr y detenerlo, después se arrepintió, tal vez era mejor ya no verlo nunca más.

 

 

—¡Hey Ji Yong! —apenas lo alcanzó lo tomó del hombro y lo hizo girar hacia él.

—Oh, eres tú Daesung—Ji Yong le sonrió.

—Soy yo—le devolvió la sonrisa y luego apuntó una especie de cuaderno entre sus manos—, necesito tus datos para arreglar lo del pago, así que dime tu nombre completo, dirección y alguna cuenta en donde pueda depositar el dinero, además quería hablarte sobre el contrato ¿Qué te parece si lo extendemos y…

—¡Daesung! No voy a volver a hacer esto—lo tomó de ambos hombros y lo miró fijamente—, agradezco el interés y las esperanzas que me diste, pero esto es un sueño y tengo que despertar, debo volver a donde soy porque claramente aquí no pertenezco—el rubio lo miró incrédulo y lleno de indignación.

—¿De qué hablas Ji Yong? ¿Te has visto mientras modelabas? ¡Porque más bien yo creo que has estado viviendo una pesadilla y acabas de despertar! —alzó las manos como si fuera la cosa más obvia del mundo, Ji Yong tuvo que reírse con tal exageración.

—Eres probablemente la persona más ingenua, amable y graciosa que he conocido en mi vida— se soltó a reír, Daesung comenzó a preocuparse cuando vio las lágrimas corriendo en su rostro.

—¿estás bien Ji Yong? —asintió mientras secaba sus lágrimas con el dorso de su mano. El rubio se apresuró en ofrecerle el pañuelo negro que llevaba en el bolsillo.

—Nunca te enamores Daesung, es completamente inútil y doloroso, evita la pena—le rechazó el pañuelo y caminó hasta la salida, antes de atravesar las puertas de cristal alzó su mano en despedida. Después Kang lo vio desaparecer entre toda la gente caminando fuera del edificio.

 

 

Se convirtió en la razón de mí respirar pero ahora me estoy sofocando.

Malo, el amor es malo.


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