Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

I hear symphonies when I see you por TokiitaNaruLoveBK

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Este Oneshot no es tan largo como los últimos que he subido. Pero me gustó y espero que les agrade tanto como a mí. En especial a ti Naru, que es un regalo por tu cumpleaños, que aunque fue un regalo atrasado, me dio mucho gusto saber que te gustó. 

 

Te amo con toda mi alma. Siempre estaré a tu lado, recuerda que nuestro amor es una divinidad eterna y qué sempiternamente ahora es parte de nosotros también. Las cosas estarán bien, las cosas se pondrán mejor. Eres una gran persona, un amigo excepcional con un gran y precioso corazón. 

 

Sin más, espero que les guste este pequeño oneshot. En el cual, quiero decirles que aparecen dos personajes Originales, a una la han visto un par de veces antes, y al otro se une a la contienda. Formaran parte de mis fanfics de ahora en adelante, y en especial en un proyecto que espero a todos les guste. Un pequeño adelanto sobre este es que tratara de elfos. Jajaja. 

 

Los quiero a todos. Y ya los dejo leer. 

I hear symphonies when I see you
UchihaNaru

 

¿Es raro que al ver tus ojos solo vea las estrellas? ¿Es raro que solo vea la perfección en ti?

 

Narración Uchiha Sasuke.

Naruto y yo nos conocimos en la universidad, de hecho, durante el primer día de clases y gracias a ciertos amigos en común. Midori y Saliet Eienni eran mellizos, los dos tenían el cabello blanco y compartían la tez del color de la nieve, la diferencia más notoria eran los enormes ojos rosas de la chica y su cabello considerablemente largo, Midori por otro lado tenía el cabello lo suficientemente crecido para hacerle flequillo y taparle parte de las orejas, además de tener unos grandes ojos verdes brillantes.

 

De los dos, la chica era mi mejor amiga, no estudiamos en las mismas escuelas pero congeniamos más o menos a los seis años dentro de un inflable al que nuestros padres y hermanos nos obligaron a subir. Recuerdo que éramos los únicos niños sentados cada uno en una esquina con los brazos cruzados y el ceño fruncido, en algún punto cruzamos la mirada y nos invadió la curiosidad uno por el otro. Quería hablarle y, justo cuando decidí acercarme,  salimos volando por el salto brusco de un niño mucho más grande y pesado que los dos, cuando recuperamos el equilibro nos miramos e hicimos clic (el niño salió corriendo del inflable mientras lloraba escandalosamente dos minutos después de eso y nosotros nos adueñamos del lugar, era el castillo oscuro, propiedad de los S).

 

Aquel inflable era colocado en la parte trasera de un restaurante, uno al que mi familia y la de ella iban bastante seguido. No jugaba mucho con su hermano, él era más escandaloso y expresivo de lo que éramos ella y yo, normalmente él hacía fácil amistad con todos los niños a nuestro alrededor mientras nosotros corríamos a los intrusos y jugábamos en el mismo castillo durante horas hasta que nuestra edad ya no nos lo permitió.

 

Al crecer continuamos la comunicación por mensajes, llamadas, salidas solos, con su hermano o amigos que quisiéramos presentarnos, siempre en plan de amistad y nunca cómo algo más. ¿Por qué? Porque ella lo sospechó incluso antes que yo, Saliet sabía que me gustaban los chicos y cuando lo acepté se rio por haberme tardado tanto en decírselo. Sin duda fue un alivio para mí tenerla, saber que no estaba solo cuando me anime a decirle a mis padres y que por lo menos, si ellos no me aceptaban, a ella la tendría de mi lado. Saberme aceptado me dio las fuerzas necesarias para enfrentarme al mundo que, por ser quien soy, me exigía una vida de la cual yo no había decidido nada.

 

Pero en fin, siguiendo con el hilo de los acontecimientos:

Midori era en cambio el mejor amigo de Naruto. Saliet también lo conocía porque los tres estudiaban en la misma escuela y salón, ella era muy cercana al Uzumaki pero más lo era el mellizo varón. Midori y Naruto eran tal para cual justo como Saliet y yo. Los dos eran revoltosos y un tanto infantiles, eran puras sonrisas y carcajadas, todos los querían así como muchos los envidiaban. No era raro verlos juntos a donde fuese que estuviera el otro y durante un tiempo muchos creyeron que salían al enterarse que a los dos les gustaban los hombres. Pero no, nada más lejos que la realidad. Les llamaban la atención chicos totalmente opuestos a ellos, más calmados y serios a Naruto y más maduros y altos a Midori.

En algunas cosas tenían gustos tan diferentes que nadie entendía cómo se podían llevar tan bien.

 

Todo esto lo supe de la boca de Saliet, obviamente. Me lo contó cuando, el primer día de universidad a la cual habíamos prometido ir juntos, vi a Naruto por primera vez abrazándola en la puerta del salón. Midori también estaba con ellos, la habían ido a dejar y se despedían con la promesa de verse en el almuerzo. Cuando Saliet por fin entró y se sentó al lado de mí le pregunté sobre el chico que antes de irse le había besado la mejilla justo como su hermano acostumbraba hacer. Cada uno le había dado un beso tronado antes de irse de ahí.

 

-Se llama Uzumaki Naruto, almorzaremos con él, es como un segundo Midori pero más lindo y tierno, es totalmente tu tipo, Sasuke–En ese momento puse los ojos en blanco y le resté importancia al asunto, ella ser rio de mí, luego comenzó a contarme sobre él. No la interrumpí. Algo en el tono de su voz no me dejó hacerlo, podía escuchar lo mucho que lo apreciaba, lo muy importante que era el Uzumaki para los dos Eienni.

 

Para cuando dio la hora de almorzar sabía tanto de Naruto que parecía que lo conocía de toda la vida y al parecer Midori también le había contado sobre “el chico de ojos negros que nos miraba fijamente raro” así que, al reunirnos y vernos cara a cara, fue fácil tratarnos el uno al otro.

 

En ese entonces no me di cuenta pero… Pero sé que fue culpa del tono de Saliet y la forma tan maravillosa en la que me lo describió lo que captó tanto mi atención. O por lo menos fue la primera gota que llenó el vaso. Uno que tarde o temprano se desbordaría y no podría hacer nada para evitarlo.

 

Era ineludible caer rendido por su bella sonrisa o bonita figura, por sus pensamientos tan puros e inocentes, prácticamente todos los días antes del almuerzo no podía evitar sentir un deseo perturbador que me exigía contemplar los ojos azules de los que con mucho trabajo quitaba la vista al ser sumamente hermosos y siempre, unos pasos antes de entrar a la cafetería, sentía el estómago revuelto y las manos sudorosas. Sin darme cuenta, mi mundo repentinamente se volvió él, mis pensamientos, mis comentarios, mis suspiros y risas, de un momento a otro, todo giraba a su alrededor.

 

Y Saliet como siempre lo vio antes que yo, varios meses después de un continuo trato entre los cuatro, Midori y ella se dieron cuenta de que no me gustaba, no, ellos descubrieron que Uchiha Sasuke tenía corazón y que por primera vez estaba perdidamente enamorado, y  lo peor era que ni siquiera era consciente de ello.

 

Midori habló con Saliet, él no estaba dispuesto a esperar a que me pusiera los pantalones para ir con Naruto y plantarle mis sentimientos, unos que ni siquiera yo entendía. El chico quería darnos un empujón, porque él estaba seguro de que Naruto me diría que sí, que correspondería mis sentimientos y más. Ella claramente aceptó, era imposible que le negara algo a Midori, su mellizo era su vida, siempre cumpliría lo que le pidiera con tal de hacerlo feliz, incluso si eso era formar parte de algo que les agradecería un par de semanas después del éxito de su malévolo plan.

 

Fue una ida al cine. Acostumbrábamos a salir muy seguido los cuatro, desde que empezamos la universidad rara vez salíamos por separado, y obviamente Naruto y yo nunca habíamos quedado solo los dos. No hasta que, teniendo boletos en mano, Saliet se fue para encontrarse con alguien y Midori, con el ceño fruncido, no tardó en seguirla para saber el nombre de aquel alguien que ni él conocía y que esperaba solo fuera una mentira parte del plan para dejarnos solos en una película de terror que sabía que Naruto no podría soportar.

 

Y vaya que tuve razón. Naruto saltaba en su asiento y cerraba los ojos, normalmente se abrazaba a Saliet y ella a él, ninguno de los dos soportaban las películas de terror y eran de esas pequeñas ocasiones en las que las expresiones de mi amiga radicalmente cambiaba con expresiones de miedo que me hacían reír. Sabía que el rubio la estaba pasando mal, que pude haberle propuesto irnos a otro lado o simplemente cancelar la salida, pero algo dentro de mí no quería irse de su lado y me exigía pasar el mayor tiempo posible con él.

 

Media hora después me armé de valor y en un momento de suspenso, sin voltear a verlo y dando gracias a la oscuridad de la sala para que no pudiera notar el rojo de mis mejillas, tome su mano y lo pegué a mí. Al principio sentía su cuerpo tenso y supuse que en algún momento rechazaría el contacto, pero entonces algo en la pantalla lo asustó y me abrazó. Ninguno de los dos quiso moverse entonces y, aparte del leve temblor y los pequeños saltos y gemiditos que daba por miedo, se relajó y se dejó acariciar superficial e inocentemente por mí. 

 

Fue inolvidable y único.

 

A pesar de haber sido tan corto el tiempo que le siguió a eso sin duda fue el mejor momento de mi vida. Después de la película Naruto se comportaba un poco tímido y sus mejillas se tiñeron varias veces cuando me atrapaba mirándolo fijamente. Lo estaba poniendo nervioso, lo sabía, pero no podía apartar mis ojos de él, así como tampoco podía dejar de pensar en sus ojos o en su linda voz… O en lo suave que se sintieron sus labios con el pequeño beso que me atreví a darle al dejarlo frente a su casa para después salir prácticamente huyendo de ahí (Aunque siempre con paso firme y galantería como todo un Uchiha).

 

Esa noche, cuando me vi enfrascado en un análisis interno me di cuenta sobre lo que sentía y supe que el sentimiento no había sido repentino. No sabía cuándo había empezado, pero no podía ignorarlo más. Naruto me gustaba, me gustaba más de lo que nunca me gustó alguien, lo necesitaba más que nada, lo deseaba y lo amaba como nunca amé jamás.

 

Y es por eso que, dos semanas después de aquella “cita” orquestada por los mellizos estoy frente a ellos dispuesto totalmente a ponerme de rodillas. Necesitaba que me ayudasen a pedirle a Naruto que fuese mi novio. Después de mil intentos fallidos por mi parte acepté que requería ayuda y eso venía a buscar.

 

Aunque mi hermano y un castaño de piel morena no entraban en la ecuación.

 

Narración normal.

-¿Cuándo pasó esto? –Sasuke señaló confundido a los cuatro mientras intentaba buscar en su memoria algún indicio que advirtiera que los mellizos estaban en una relación desde ve tú a saber cuándo. En especial le interesaba saber sobre Itachi, quien prácticamente había visto crecer a Saliet –Tú eres un pedófilo – Midori rio al tiempo que Sasuke señala con una expresión de disgusto a su hermano mayor.

 

-Saliet empezó a salir con Itachi el mismo día que los dejamos a Naruto y a ti solos en el cine –El Uchiha menor alzó una ceja y miró a su hermano tomar la mano de Saliet con una sonrisa, también frunció el ceño cuando la chica se volteó para robarle un beso rápido a su novio. El gesto provocó que se parara, jalara a su hermano y lo obligara a sentarse en el sillón donde había estado él, Midori sonrió complacido al ver al mejor amigo de su hermana hacer lo mismo que él hacía de vez en vez.

 

-Tú y Midori son imposibles –Dijo Saliet poniendo los ojos en blanco.

 

-Aja si –La chica frunció el ceño al saberse ignorada y se cruzó de brazos -¿Y tú? ¿Por lo menos planeas presentármelo o ya te dejó sin lengua? –Midori se sonrojó y Sasuke le hizo una señal al tipo de ojos azules que se veía de la edad de Itachi para que voluntariamente se alejara del mellizo varón, Sasuke no quería verse en la necesidad de aventarlo contra su hermano mayor.

 

-Mi nombre es Hasook, Itachi es mi mejor amigo y hace un par de meses me pidió ayuda con Saliet, conozco a los mellizos por Naruto y fue él quien me ayudó con Midori, salgo con él desde hace una semana -Mientras hablaba el castaño se pasó al sillón de enfrente con una sonrisa divertida por la situación, Midori rio avergonzado mientras Saliet lo abrazaba a la altura del torso. Itachi y Hasook no pudieron evitar sonreír enternecidos ante aquel cuadro.

 

-Ya, ya. Un metro de distancia en mi presencia y prometo no hacerles la vida imposible tan seguido – Saliet sonrió casi imperceptiblemente y Midori rio más relajado por los cariños de su hermana, los mellizos estaban fascinados por esa faceta protectora de Uchiha Sasuke.

 

–En fin, ¿Me ayudarán con Naruto?

 

 

Narración Uzumaki Naruto

Estaba jugando con Konohamaru cuando mi celular sonó con el tono de los mellizos Eienni.  Antes de contestar le pedí al niño de seis años que hiciera su tarea y corrió a su habitación sin protestar en busca de su mochila. De todos los niños que cuidaba, Konohamaru siempre sería mi preferido por mucho, aunque a veces se descontrolaba podía identificarme fácilmente con él, era más que nada por eso que nunca dudaba en obedecerme, bueno, casi siempre.

 

“Naru, hoy en casa de Sasuke, Saliet quiere decirnos algo importante. ¿Crees que deba preocuparme?” Quise contestar que no se preocupara, que todo estaría bien. Saliet seguramente iba a decirle a su hermano que salía con Itachi y eso me alegró. Aun así no pude poner en movimiento mis dedos, no cuando razoné a donde y a quien vería más tarde.

 

Sasuke.

 

Con solo ser mencionado mis pensamientos fueron inundados por él. Dejé de prestarle atención a todo y el recuerdo de su voz me hizo estremecer, un cosquilleo en la punta de los dedos me exigió tocarlo, me exigió tenerlo junto a mí. 

¿Desde cuándo me sentía así? ¿Desde cuándo mi cuerpo actuaba bajo impulsos?...

 

¿Desde cuándo me vi atrapado en la jaula de un sentimiento que nunca pensé experimentar a tal magnitud?

 

Ya hace varios meses se lo había confesado a Midori. Recuerdo que sus bonitos ojos verdes me miraron sorprendidos y no pude evitar reír. “¿No crees que Sasuke es atractivo?” le solté un día en el que solo salíamos los dos después de varias idas por ahí y por allá con Saliet y el azabache, al cual en ese entonces apenas había conocido solo un par de semanas atrás.

 

Desde el primer momento en que lo vi  sentí atracción. Sasuke era totalmente el tipo de amargado soñado que siempre quise ver tomándome la mano. Mi corazón se aceleraba cuando lo veía acercarse con Saliet a la mesa donde Midori y yo siempre llegábamos primero. Buscaba llamar su atención, buscaba mantener sus ojos en mí. Sabía que algo raro tenía, nunca había querido monopolizar a alguien tanto como a Sasuke y al principio me asusté.

 

Hasta que, sin pensar, lo dejé salir.

Midori nunca me perdonara que se lo haya dicho mientras comíamos helado. El suyo terminó en el suelo de la impresión y me hizo comprarle otro con el ceño fruncido. A veces era como un niño pequeño, y sospechaba que eso era lo que les había atraído a Hasook de él, esa aura de inocencia y sus lindas expresiones de bebe.

 

A Hasook yo lo conocía gracias a mi padre, quien era jefe de su departamento. Era su mano derecha en el trabajo. A pesar de no tener más del año ahí mi padre le había tomado aprecio y siempre me hablaba sobre el chico nuevo que seguramente le patearía el trasero en un par de años más y le quitaría su puesto, me lo decía mientras lloriqueaba y me abrazaba, me decía que me preparara, que pronto viviríamos en la calle.

 

En una ocasión lo hizo frente a Hasook cuando fui a la oficina a dejarle el desayuno un fin de semana, él estaba entregándole unos papeles y fue entonces cuando conocí al responsable de la futura desdicha de mi familia. Esa fue una de las tardes más agradables que he pasado, Hasook era educado, bromista y ocurrente,  al conocerlo supe que Midori sería su complemento ideal.

Y vaya que acerté.

 

Es una de las parejas más bonitas que he visto, al igual que Itachi lo es con Saliet. Me siento culpable al verlos porque los envidio. Yo quisiera tener a alguien que me mire con adoración, que los roces de sus dedos ericen mi piel, que me haga suspirar, que me haga perder el aire con un beso… y que pueda llamarse Sasuke y solo me vea a mí.

 

Es sorprendente la manera en la que me he obsesionado un poco con él. Más desde ese pequeño beso que al rememorarlo me provoca placenteros estremecimientos, pues pese haber sido tan inocente, tan pequeño… Me había hecho sentir millones de cosas que ni siquiera se pueden explicar.

 

Estaba enamorado. Y hasta ese día pensé que lo estaba de un imposible.

 

Para confesarse se necesita mucho valor, no solo para aceptarlo sino también para enfrentarse a un posible rechazo, para una respuesta que nos podría destrozar por dentro. Yo estaba dispuesto a callar, a que el tiempo pasara y nuestras vidas se separaran al terminar la carrera. Iba a dejarlo atrás, a olvidarlo o a vivir con el recuerdo de su presencia. 

Tenía miedo.

 

Pero él… Él tomó mi mano, tocó mis brazos con sutiles caricias, me sonrió, me susurró al oído… Y me besó. ¿En qué momento pasé de considerarlo sumamente atractivo a quererlo con tanta intensidad? ¿En qué momento empecé a amar así a Sasuke?  ¿Y por qué? ¿Por sus ojos, su voz o su imponente presencia?

Puede que sí, pero no era lo único.  

 

Amaba su arrogancia y su enorme ego. Adoraba esa manera que tenía de demostrar lo mucho que le importaban los mellizos, esa encantadora sonrisa que solo se permite poner cuando está con nosotros, todo él, con su falta de expresiones o palabras, era increíble.

 

Y me pregunto si eso está mal. Todos los días me cuestiono sobre esta manera incorrecta que tengo de verlo… tan perfecto.  ¿Por qué lo es, no? Tiene que serlo, o por lo menos debe ser raro que en una persona como él solo pueda ver perfección, que escuché fuegos artificiales cada vez que roza sus dedos con alguna parte de mi cuerpo, que el corazón lata tan rápido que parezca una bomba de tiempo a punto de explotar o, que un roce tan simple de labios, haya sido capaz de dejarme sin una pizca de aliento.

 

-Por Kami, estoy perdido-ttebayo –

 

Narración normal.

Naruto sonrió mientras dejaba salir al aire y en susurros aquellas palabras, durante los siguientes minutos el rubio ayudó a Konohamaru y recibió a Sarutobi, quien le pagó y agradeció haberse tomando el tiempo de cuidar a su nieto. Cuando llegó a casa lo primero que hizo fue guardar el dinero en una caja escondida bajo su cama para luego meterse a bañar con rapidez, en cualquier momento Midori aparecería frente a su hogar para que lo acompañara a enfrentarse a una terrible verdad.

 

Su hermana menor (por 5 minutos) tenía novio.

 

Aunque no sabía de qué se quejaba ¡Él salía con Hasook! Naruto rio al recordar este hecho y lo nervioso que había estado al contárselo a Saliet. La chica, por primera vez desde que la conocía, había sonreído con todo el rostro y gritado de la emoción. Sabía que tampoco debía sorprenderse demasiado, cuando se trataba de Midori, Saliet se convertía un libro abierto.

 

-¡Naruto! ¡Midori te ha venido a buscar-ttebane! – Justo a tiempo. Pensó Naruto mientras terminaba de arreglar en vano su cabello y corría escaleras abajo para despedirse de su mamá. Una vez en el coche del mellizo empezaron a hablar de cualquier cosa, él más que nada para apaciguar el nerviosismo que le provocaba ver a Sasuke.

Uno que se hizo mucho peor.

 

-Creo que voy a vomitar-ttebayo- Midori gritó un ¿Qué? al tiempo que Naruto se inclinaba sobre su cuerpo y abrazaba su estómago. Entre más cerca estaban de la casa de Sasuke más ganas sentía de regresar el ramen que su madre había preparado para la comida de esa tarde. –Esto es culpa de Sasuke –Midori había entrado un poco en pánico, pero al escuchar decir eso a Naruto no pudo evitar reír. Así que de eso se trata, pensó.

 

-¿Pasó algo que aún no me hayas contado? –Faltaban algunas cuadras para llegar a casa del Uchiha, llegarían en menos de tres minutos y por lo mismo decidió aparcar. Quería darle un poco de tiempo a Naruto para calmarse porque, lo más gracioso del caso, es que estaba nervioso solo por ver al azabache , lo que le decía que, si supiera que en realidad ese amargado orgulloso se le iba a declarar, bueno, posiblemente estaría tratando de sacarlo de su casa mientras lo jalaba por los pies.

 

-No, tal vez, pequeños detalles... Fueron dos semanas algo extrañas-ttebayo –Naruto se incorporó en el asiento y se talló el rostro con las manos, algo frustrado y aún muy nervioso –No hemos hablado claramente desde el día del cine, no hemos tenido tiempo libre y no sé si lo notaste pero Sasuke me buscó entre clases, ¡Lo cual fue una lástima porque todos los días hemos corrido de una clase a otra por los estúpidos proyectos a escala que no paraban de despegarse o caerse como si estuviesen pegadas con saliva! Así que solo podía sonreírle como un tonto durante el almuerzo y sonrojarme cada vez que rozaba nuestros pies debajo de la mesa ¡Y sé que quería decirme algo! Lo intentó, pero Arquitectura me está matando y ahora, ahora lo veré y tengo estas ganas enromes de gritarle en cuanto lo vea que me gusta ¡NO! Es más que eso… yo… creo que estoy enamorado-ttebayo ¡Lo estoy y no sé qué es lo que él quiere de mí! Puede que ni siquiera le guste, tal vez solo le llamo la atención y soy yo el que se imagina una vida de arcoíris en una casa de dos pisos con niños corriendo en círculos por ahí y por allá- Midori soltó una gran carcajada con lo último y Naruto frunció el ceño –Si, si ¡Búrlate! Pero el que está perdiendo la cabeza sigo siendo yo y no estas ayudando ¡Eres mi mejor amigo! –El peli blanco no podía parar, a cada palabra que Naruto decía las ganas de reír se intensificaban, seguramente estaba llorando, no lo sabía, pero el rubio debía parar de hablar, necesitaba un respiro – En estos momentos cómo quisiera que tu hermana estuviese aquí – Naruto se cruzó de brazos pero relajó los hombros, ver a Midori, escucharlo, lo había tranquilizado lo suficiente. Eso y haberse vuelto un poco loco momentos atrás.

 

-Ya, lo siento- Un par de minutos después ojos verdes lo miraba con diversión –Y por cierto, sabes que si Sali estuviese aquí, seguramente estaría azul de la risa –Naruto negó y sonrió tratando de tragarse esa pequeña carcajada que amenazaba con salir al tener una imagen clara de lo que Midori decía. Cuando la chica se reía demasiado, su cara comenzaba a ponerse un poco azul del esfuerzo. Ella los llamaba Ataques azules.

 

-Okay, basta. Arranca esta cucaracha azul por favor, me siento mucho mejor ahora –Naruto respiró hondo antes de suspirar y dibujar esa sonrisa que caracterizaba sus lindas facciones. Midori negó con la cabeza al mirarlo y buscó la mano acanelada para darle un pequeño apretón. El todo estará bien había estado implícito en ese pequeño gesto y Naruto lo agradeció.

 

-Sabes que no puedes meterte con Tony, Saliet te golpeara por llamarlo cucaracha azul –Midori arrancó el Focus azul eléctrico y Naruto rio al recordar ese día en que su amiga decidió bautizar el nuevo coche que sus padres les habían regalado al cumplir la mayoría de edad como Tony Stark a pesar del color que su mellizo siempre comparó con el escudo de Steve Rogers, comentario que terminó con el coche siendo llamado Tony Rogers. Saliet se negó al nombre durante días, pero terminó aceptándolo porque, por mucho que odiara a veces a Capitán América, el hombre tenía ojos bonitos y cuerpo de infarto.

 

Y… hablando de Saliet.

 

-¡Esto fue una mala idea! –Nuestra chica tenía la cara enterrada entre sus manos, quería gritar de la desesperación. ¡Tres horas! Tres benditas horas haciendo una cena preciosa ¡Y ahora Sasuke estaba como un león enjaulado totalmente asustado después de ver a Itachi arreglar su habitación por si las cosas subían de tono! Lo cual le había costado tenerlo rondando alrededor de ella mientras intentaba hacer el pie de manzana favorito de Naruto ¡Para que este terminara estampado en la camisa que Sasuke había comprado especialmente para la cena! Había tenido que hacerlo de nuevo y al terminar lo descubrió tirado frente a la puerta principal aun con los restos de pie en su ropa, lo cual hizo que se viera obligada a buscarle una nueva camisa. Y ahora estaban ahí, aun frente a la puerta principal pero ahora con el Uchiha sin camisa caminando de un lado a otro mientras ella sostenía una prenda limpia que no había sido aceptada aun por culpa de la crisis emocional que los comentarios de su novio habían provocado.

 

Dios mío ¿Por qué acepté salir con él?  Pensaba Saliet mientras intentaba no salir corriendo hacia la habitación donde Itachi y Hasook jugaban videojuegos como los inmaduros adultos que eran con la intención de matar a su novio con sus propias manos-Que tu cama tenga bonitas sábanas y olor a rosas ¡No quiere decir que estás obligado a hacer algo con Naruto! Es más, ni siquiera es necesario que suban, así que, por el amor de dios, ¡CALMATE! –Sasuke la miró fijamente, la chica le tendía la camisa de nuevo con una expresión frustrada que le hizo sentir mal. El azabache intentó calmarse, tomó la camisa y respiró, después de todo Saliet tenía razón, no tenía por qué sentirse presionado.

 

-Aun así, por si te interesa, hay lubricante en el primer cajón- - ‘¡LARGO!´ -Itachi cerró la puerta tan rápido como pudo cuando las voces de su novia y hermano no solo lo corrían sino también lo amenazaban entre líneas para que dejara sus impertinencias para un momento menos tenso que, a su parecer, estaban sobrellevando muy mal.

 

-Por favor, haz lo que siempre has hecho desde que naciste ¡E ignóralo! –Saliet caminó hasta él y acomodó el cuello de la prenda negra que había escogido del armario de Sasuke–Escucha, lo peor que puede pasar es que no les guste lo que cociné, lo cual dudo porque Naruto ama mi pie de manaza –Saliet sonrió de lado y Sasuke intentó corresponder, pero la mueca en su rostro mostraba más nerviosismo que otra cosa.

 

-Puede decirme que no –Dijo apresuradamente mientras pasaba sus manos sobre el pantalón. Estaba sudando frio y sentía que en cualquier momento iba a perder la cabeza. Saliet sonrió casi imperceptiblemente al escucharlo y acarició los brazos del mayor para tratar de calmarlo antes de comenzar hablar.

 

-Él no va a decir que no, ¡Mírate! Nadie podría decirte que no a ti –Sasuke rio y abrazó a la chica ignorando el chillido de una puerta siendo abierta y un par de ojos que lo miraban fijamente junto a un ceño fruncido. Itachi podía irse a volar por un rato, el necesitaba a Saliet en ese momento.

 

-Tú lo hiciste, dos veces – La risa ahogada contra su pecho le hizo sonreír y mirar con superioridad a su hermano pues Saliet no era muy expresiva con él, quien escuchaba su risa y veía sus sonrisas eran ellos y casi nunca Itachi, quien tal vez no faltaba mucho para que bajara y se llevara arrastrando a su novia de ahí. Con esa imagen en la cabeza no se pudo resistir a agregar algo más –Tal vez me hizo falta pedirlo una tercera vez- Itachi gritó un ¡Hey! ¡Ella es mi novia! Que provocó que Saliet se separara, volteara a verlo y le gritara que regresara a la habitación. Su hermano murmuró algo, seguramente algún insulto, y se fue.

 

-No hubiera cambiado nada, lo hice porque me di cuenta que te gustaba mirar a Aron en vez de las bubis que no tenía Haruno cuando intentaba ponértelas en la cara todos los santos días cuando jugábamos en los juegos de BK, sumar dos más dos era más difícil que darse cuenta de lo que pasaba ahí –Sasuke bufó lo que parecía una risa comprimida y Saliet sonrió por haber logrado tranquilizarlo lo suficiente.

 

-Touché, sweety – Sasuke besó la frente de la chica y está le pidió que respirara con tranquilidad. Todo iba a salir bien. Después de eso subió por Itachi y se despidió de Hasook, Midori y Naruto no tardarían en llegar, pronto el moreno también se iría con Midori y, como se había planeado, Sasuke y el rubio podrían tener una cena preciosa después de aceptar lo muy enamorados que estaban el uno del otro.

 

O por lo menos eso era lo que todos esperaban que pasará ahí.

 

-Nos vemos mañana, Uchiha. Midori y Naruto están fuera, buena suerte –Hasook bajó diciendo aquello y le dio pequeños golpes en el hombro. Sasuke respiró hondo al mismo tiempo que el timbre sonaba y el mayor abría para dejar pasar al rubio que tantos dolores de cabeza le había provocado ese día.

 

-Yo ya he entregado el paquete, quiero el mío – Midori abrazó a Hasook y este se agachó para dejarlo un pequeño beso en los labios, el peli blanco sonrió con las mejillas sonrosadas y empezó a jalar a su novio fuera de ahí, despidiéndose también del Uchiha con su mano libre.

 

-¿Qué? ¿A dónde van-ttebayo? –Naruto empezó a hiperventilar.

 

-A mí ya me pusieron la correa, adiós Naruto –Hasook recibió un pequeño golpe de parte de su novio. Midori se rio del moreno y le deseó suerte a Sasuke, Naruto al escuchar la puerta cerrada se sonrojó y empezó a sudar. ¿Qué acababa de pasar? ¿Qué tipo de vil plan era ese?

 

-¿Midori y Saliet? –Preguntó aun sin sentirse preparado para ver a los ojos a Sasuke.

 

-En realidad, Midori, Hasook, Saliet y el idiota de mi hermano –Naruto rio.

 

-Dios mío, el grupo aumentó ¿Deberíamos preocuparnos, no crees? –Sasuke rio y un poco más relajado se acercó a Naruto. En ese momento quería besarlo, abrazarlo, decirle todo lo que en su garganta se atoraba. De verdad que sí, lo necesitaba, pero tenía un plan, tenía una cena y quería que las cosas salieran como se esperaba que fuesen. Naruto lo valía, Naruto se merecía una confesión perfecta y una historia envidiable que contar.

 

-Tiene sus ventajas, si no fuera por ellos nunca me hubiera atrevido a esto- El rubio alzó la mirada, aún estaba sonrojado y una parte de él quería salir corriendo de ahí. Pero no lo haría, no cuando algo le decía que ese sería el mejor momento de su vida. Es por eso que se atrevió a alzar la mirada y contemplar embelesado esos ojos negros que parecían querer atravesarlo. Si algo le hacía temblar de deseo, era esa manera tan profunda que tenía Sasuke de mirarlo.

 

-¿Y qué es esto-ttebayo? –Preguntó inocente y con una tímida sonrisa abriendose paso en sus facciones. Sasuke también sonrió, más abierto y más real que nunca. Era un momento mágico, los dos perdidos tratando de aprender los rasgos del otro, los dos encantados por una cercanía que antes no habían sentido, los dos deseando más.

 

-Tú y yo, teniendo una cena, hablando algo que debimos hablar desde hace varios días –Sasuke se pegó aún más a Naruto y tomó sus manos, lo instó a colocarlas en sus hombros y él con suavidad colocó las suyas en sus caderas, acercándolo, tratando que el espacio entre sus cuerpos fuese mínimo y sus alientos chocasen para que sintieran la menta de la pasta dental del otro. Naruto siguió el juego y rozó su nariz lenta  y sensualmente con la de Sasuke, cerró sus ojos buscando intensificar todas las sensaciones que en su cuerpo sentía, hundió sus dedos en las hebras azabaches, lo acercó y lo quiso besar.

 

-¿Hablar? –Dijo sintiendo la boca seca y un calor en el cuerpo-  ¿Y de que hablaremos? –

 

-La cena se va a enfriar – Sasuke sonrió contra los labios de Naruto, movió sus dedos lánguidamente por debajo de la ropa de Naruto. Quería alzarlo, pasar sus manos por su trasero y cogerlo por los muslos, cargar su peso y llevarlo a su habitación. Pero no, no iba a hacerlo, esa noche tenía que ser perfecta y romántica. Y para la primera vez que hiciera el amor con Naruto él se encargaría de arreglar todo diez veces mejor que esa noche -Hace unas horas le dije a Saliet que no quería que esto pasara, y no va a pasar, no hoy –Sasuke alejó sus labios y besó tiernamente la frente del ojo azul -Naruto, quiero hacer esto bien, me encantas más de lo que soy capaz de comprender… Te quiero, joder, de verdad te quiero – Tomó su rostro entre sus manos para que lo mirara a los ojos mientras hablaba, quería que le quedara claro, quería hacerle escuchar lo mismo que él oía con solo rozar su piel. Quería que escuchara los violines, el piano e incluso el arpa que él nunca se cansaría de apreciar, no si quien lo provocaba era el chico frente a él-Y no sé si son tus ojos o tu sonrisa, no sé si es tu cuerpo o tu forma de ser, tal vez seas todo tú, pero me tienes de rodillas, y no puedo creer que eso no me moleste en lo absoluto, por el contrario, estaría dispuesto a besar el piso por donde caminas con tal de tenerte solo para mí –Fue ahí donde lo besó, con un poco de desesperación y poca coordinación, pero lo besó. Naruto había sentido sus ojos arder, estaba feliz, y corresponder ese besó fue lo mejor que pudo hacer, por lo menos hasta que el aire los obligó a separarse y así darle la pauta para hablar.

 

Pero su mente estaba en blanco.

Ese era el efecto que Sasuke creaba en él.

 

-¿Y qué se supone que voy a decir ahora, idiota? Nada podrá superar eso –Y no sabía si lo odiaba o solo hacía que le encantara aún más. Sasuke y sus palabras lo habían llevado al cielo, su beso le había dado un viaje directo al espacio, y ahora no podía corresponder como se merecía aquellas palabras que le habían erizado la piel. El Uchiha sonrió.

 

-Solo dime que sí, dime que quieres salir conmigo tanto como yo, dime que la idea de pasar las tardes conmigo te suena tan tentadora como a mí, y créeme, para mí será perfecto –Naruto fue estaba vez quien besó al mayor, quien se aventó y deseó fundirse con él y ser capaz de vivir de su toque. Porque no quería separarse, porque prefería prescindir del aire a dejar de sentir esas manos abrazarlo por la espalda, buscando una proximidad que no podría ser porque no había nada más que acercar.

 

-No sé cuando empecé a verte, no sé por qué no puedo dejar de pensar en ti, te has colado tanto dentro de mí que, no sé, este momento me resulta surreal – Naruto tenía la respiración agitada y el pulso a mil. Sasuke sentía su aliento chocar contra su boca y el golpeteo del corazón del rubio acoplarse al suyo. ¿Cómo era posible no tener suficiente de alguien que podía decir todo lo que Naruto le susurraba? ¿Cómo era posible desear más y más? -Tú también me gustas Sasuke, me tienes loco por ti y para que ese cliché haya salido de mi boca, dios, definitivamente estoy estúpidamente enamorado- Y solo eso bastó. Sasuke sintió sus piernas temblar. Naruto era demasiado perfecto, era todo lo que quería, era todo lo que necesitaba para respirar, y dios, al Uchiha le ponía muchísimo saber que Naruto se sentía igual.

 

-Itachi y Midori se burlaran de nosotros – Juntó de nuevo sus frentes y cerró los ojos solo para disfrutar del momento. Tenía una galante sonrisa y un rubio aun enredando los dedos en su cabello.

 

-Saliet nos defenderá –Convencido de esto Naruto dejó un beso rápido en los labios de Sasuke y se separó de él. Estaban conscientes de que tenían que poner un poco de distancia entre los dos, las ganas de besarse y tirarse al sofá eran tantas que esa cena de verdad se iba a enfriar, y Sasuke sabía de alguien que no se lo iba perdonar.

 

-Ven, vamos a cenar. Saliet hizo pie de manzana- Y como por arte de magia Naruto olvidó la tensión sexual y sonrió con ilusión. Sasuke lo comparó con la sonrisa de un niño al que le acaban de regalar el juguete de su superhéroe favorito y se dijo que quería ver ese tipo de sonrisas hasta el día en que dejara de respirar. Naruto tomó su mano y lo jaló, estaba ansioso y feliz.

 

-¿Podemos comerlo primero-ttebayo? –

Definitivamente nunca se cansaría de él.

 

 

No había que decir lo obvio. Claramente Sasuke y Naruto tuvieron razón, Itachi y el mellizo de su novia no pararon de reírse y decir comentarios a su costa, los cuales les costaban patadas bajo la mesa y pellizcos en los brazos por parte de Saliet.

 

Ahora las salidas entre amigos se volvieron citas, de vez en cuando uno de los mellizos se perdía con su novio durante un rato y le tocaba a Sasuke ser el paranoico del grupo, aunque cuando era Saliet, Midori le ahorraba la mitad del trabajo.

 

Y era perfecto.

En muchos sentidos para todos era perfecto.

 

Porque al mirarse, porque al perderse en los ojos del otro podían jurar escuchar una sinfonía tocar. Porque seguían pensando que era raro, porque no podían creer que lo único que veían en el otro era pura perfección. Pero también sabían que era porque se amaban, porque eran lo suficientemente conscientes de lo perdidos que estaban por el otro.

 

Y estaba bien así.

No podían pedir nada más.

 

Porque en Itachi estaba ese apuesto hombre que Saliet siempre quiso, ese que siempre soñó que tendría gran corazón y tendría gestos que solo ella iba a conocer. Porque ella sentía sus piernas temblar cuando lo atrapaba mirandola con ilusión y porque seguramente ella lo veía igual.

 

Midori tampoco se quedaba atrás. Hasook era totalmente ese chico de piel bronceada que nunca pensó le fuera a regalar una sonrisa y ahora lo besaba cada dos por tres. Porque todo el tiempo sentía cosquillas en el estómago cuando lo veía y porque sabía que provocaba lo mismo en el mayor.

 

Y Naruto, al igual que Sasuke.

 

Bueno, esos dos eran tal para cual. Eran esa típica pareja que no creen en el amor a primera vista y terminan enganchados a alguien justo así. Porque se conocieron a través de las palabras de una chica y su hermano. Porque no pudieron evitar enamorarse de los preciosos y profundos ojos negros y la sonrisa más linda que jamás dejaba de enamorar a Sasuke todos los días un poco más.

 

Desgraciadamente no sabían si eso sería para siempre.

No sabían si al día siguiente todo podría terminar.

 

Pero no les importaba. Ellos querían vivir el momento, todos querían hacerlo. Para ellos no había nada más importante que eso. El disfrutar. Porque hasta ese día ninguno había conocido a alguien que pudiese enloquecerlos hasta ese punto y no querían conocer a nadie más. Querían seguir uniendo sus manos mientras caminaban, sonreírse, besarse, sentir sus cuerpos y aprenderse cada pequeño detalle del contrario.

 

Si… Ellos querían un felices para siempre.

Y por ahora, eso tendrán. 

Notas finales:

Espero que les haya gustado. 

No olviden pasar por mi página o por mi face personal. 

www.facebook.com/UchihaNaruYaoi 

www.facebook.com/TokiitaNaruLoveBK


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).