-Tú te lo buscaste, lo llevaste a su límite-
Buscar consuelo en su hermano no era una de las mejores ideas que había tenido en los últimos meses. De hecho toda su vida se componía de malas ideas comenzando con ignorar los sentimientos de su mejor amigo y burlarse un poco de él para opacar sus propios sentimientos que al parecer eran correspondidos pero que él se negaba a reconocer.
Había apartado de su vida a la persona más importante que alguna vez pudo tener a su lado y solo por querer aparentar ser alguien que no era y no solo porque no quería pensar en ellos como algo más que amigos, sino porque, querer ser parte de los chicos populares de la universidad no era solo pasar tiempo con ellos, sino también tomar sus principios como suyos, uno de ellos era la cero tolerancia homosexual.
Era un idiota.
Lo era y nadie tenía porqué decírselo porque lo sabía muy bien, pero también no podía aceptar aquello, no podía ver a Naruto como algo más cuando siempre habían sido amigos, no cuando, después de descubrir antes que el mismo rubio que él sentía algo hacía Naruto, se había convencido a él mismo que era un error mirar así a alguien que prácticamente consideraba un hermano, su familia, tachando el sentimiento como algo enfermizo.
Pero en fin, fuesen como fuesen las cosas, haber hecho lo que hizo había sido un gran error, no solo porque en verdad pensó que, ante todo, Naruto siempre seguiría con él para descubrir que gracias a una de sus tantas tonterías estaba totalmente equivocado al pensar que el menor le pasaría por alto hasta el peor de los insultos.
-Cuando me dijo que no llegaría al departamento pensé que estaría bien si me divertía un poco, ¿Cómo iba a saber que al final si iba a llegar? -
-En primer lugar ¿Qué coño hacías tirándote a esa zorra en SU habitación? -
El tono frío y de reproche que le lanzaba Itachi lo dejó pensando, la verdad es que había terminado en la habitación de Naruto por casualidad, hasta él, siendo un idiota, sabía que tenía que respetar su espacio, todo había sido culpa de la chica, quien en cuanto llegó se dedico a besarlo y quitarle la ropa, intentó pararla para poder apagar la estufa puesto que había planeado hacer su cena y le dijo que fuera a la habitación del fondo A LA IZQUIERDA, la tipa podía ser bonita pero para no saber la diferencia entre derecha e izquierda sí que era un caso perdido.
Intento sacarla de ahí, algo incomodo al estar invadiendo el espacio de Naruto, sintiendo una opresión tras recordar los sentimientos que se suponían debían estar enterrados muy dentro de él, aprovechando que se había distraído en sus pensamientos, la chica había conseguido tirarlo a la cama, una cosa llegó a la otra, se dijo así mismo que al final Naruto no iba a llegar esa noche y al día siguiente cambiaría las sábanas para aparentar que nada había pasado ahí, Naruto nunca iba a saberlo.
O eso le hubiera gustado que ocurriera.
Cuando lo vio quiso aparentar que su persona no le había provocado sorpresa y sobre todo nerviosismo, no, quería que Naruto pensara que todo había sido planeado y que, a pesar de que su presencia no estaba en el plan, tampoco le molestaba ni le interesaba que lo encontrara de esa manera, después de todo no iba a ser la primera vez.
Claro que aquella ocasión era diferente, esta vez no lo había encontrado teniendo sexo con alguna chica en la sala para que después diera media vuelta sobre sus pasos para irse de ahí y regresar más tarde, tampoco lo había encontrado en la cocina para ignorarlos e irse a su habitación y poner música para no tener que escucharlos, no, Naruto había encontrado a Sasuke teniendo sexo con una gata en su cuarto, en su habitación, el único lugar al que el Uchiha no tenía permitido entrar si Naruto no estaba ahí, pero sobre todo, el único lugar EN TODO EL PUTO DEPARTAMENTO en el que NO DEBÍA mantener relaciones con alguna zorra no solo porque estaba estúpidamente enamorado de alguien que no valía la pena, sino porque ERA SU JODIDA HABITACIÓN y, podía sonar exagerado porque solo era un cuarto.
El problema era que para Naruto no era SOLO un cuarto.
Era su lugar intimo, el lugar que lo mantenía alejado de las palabras crueles de Sasuke, el lugar que lo había visto llorar, gritar, lamentarse por un amor no correspondido, era su protección contra escenas que sus ojos y mucho menos su corazón podían seguir mirando sin quebrarse por dentro, para Naruto aquella habitación era su protección contra su cruel presencia, porque si, lo aceptaba, durante esos años, desde que habían comenzado la universidad, las cosas habían cambiado entre los dos, ya era tarde para darse cuenta, pero debía decirse así mismo que, por la mala elección de amigos, había abandonado al único que lo había aceptado por quien era desde MUCHOS años atrás.
-Lo siento Sasuke, pero fuiste demasiado duro con él, si no sentías nada ¿Por qué simplemente no lo rechazaste y mantuviste tu boca cerrada? ¿Era necesario, de verdad, hacerlo sentir mal por estar enamorado, desgraciadamente, de alguien tan idiota como tú? -
¿Por qué no lo había rechazado? Porque a Sasuke también le gustaba Naruto y, antes de conocer a Suigetsu, Karin y Juugo y tomar sus gustos y disgustos como suyos, la sola idea de ser rechazado por el menor le aterraba y no quería que Naruto pasara por lo mismo. El problema en sí, era lo de mantener su boca cerrada, su estúpido papel de chico malo e indiferente lo llevaron a lastimar a alguien importante en su vida, las burlas y los comentarios salían de la nada cuando alguno de sus amigos estaba cerca, cuando no estaban se dedicaba a ignorar a Naruto porque en algún momento dejaron de hacer cosas juntos, lo cual también había sido su culpa. Y no, por supuesto que no era necesario todo lo que había hecho, pero lo había hecho y no podía hacer nada para arreglarlo.
Y no iba a mentir, le dolía. Le dolía ya no ser parte de la vida de Naruto pero, ¿A quién quería engañar? Había dejado de ser parte desde dos años atrás, desde que todo cambio. Tal vez por eso el dolor era totalmente soportable, algo que creía a la larga, podría superar.
Itachi lo dejó solo, tenía sus labores como profesor en la universidad y él también tenía responsabilidades que atender como estudiante, las cuales quedaron de lado a los diez minutos de encontrarse con sus amigos y así decidir que se saltarían lo que faltaba de clases para ir a un café nuevo.
El camino fue entretenido, Sasuke mantenía sus pensamientos alejados de Naruto, quien había cumplido su palabra y se había mudado (aun no sabía con quien) desde hace dos semanas, tiempo en el que ni siquiera lo había visto ni por casualidad.
Cuando llegaron al café se dieron cuenta que era muy acogedor y con muchos adornos minimalistas, Karin pidió un frappé, Suigetsu pidió un pastel de chocolate, Juugo un batido de mango y él un café negro, fue evidente que el tiempo paso entre bromas y platicas, criticas hacía otras personas que habían en el local y varias aprobaciones sobre lo que cada uno consumía.
Todo iba bien... Hasta que la campanilla de la puerta que anunciaba a un nuevo cliente, sonó.
-Oye, Sasuke ¿Ese no es Naruto? - El Uchiha miró a Suigetsu, quien le señalaba a la puerta, sus ojos siguieron esa dirección, quedándose paralizado y sin poder respirar.
Efectivamente Naruto era el que había entrado, pero no era el mismo Naruto con el que había convivido durante quince años.
El rubio era un chico atractivo, diablos, que por eso le gustaba el crío, tenía bonito cabello, piel suave y acanelada, una sonrisa que contagiaba a cualquier pero, sobre todo, tenía unos hermosos ojos azules llenos de amor e inocencia. Nunca fue necesario que Naruto se esforzara en su forma de ser o de vestir para llamar la atención de la gente, cualquier que pasara al lado del menor se tomaba algunos segundos para apreciarlo sin importar incluso que estuviera en las peores fachas, aun así, lo que veía era un cambio, y uno que nunca fue necesario pero que le iba muy bien.
Naruto iba con unos pantalones ajustados con una camisa de cuadros que se cernía a su cuerpo descaradamente de color verde oscuro con negro, tenía unos botines negros y unos lentes que le daban un toque lindo y sensual, su cabello, siempre alborotado, se veía extrañamente peinado estratégicamente, sobre su cabeza tenía unos audífonos de diadema azul marino, estaba muy lindo y solo.
O eso quiso creer.
Naruto se había formado en la fila para pedir para llevar, no pasaron ni dos minutos cuando la campanilla volvió a sonar dejando ver a un chico de cabello castaño con pantalones holgados con una camisa negra, tenía el cabello agarrado a una cola alta pero estaba hecho un desastre por la maratón que había dado al llegar con la respiración acelerada y a simple vista cansado, Sasuke no iba a darle importancia a su presencia cuando, después de recuperar el aliento, Shikamaru sacudió su ropa y se acercó por detrás hacía Naruto y lo abrazó para pegarlo a él.
-Qué asco ¿Naruto es gay? ¿No lo sabías, o si, Uchiha? -
Las palabras de Karin se fueron con el viento, ni siquiera la había volteado a ver, sus ojos seguían puestos en aquellos dos, Naruto al verse atrapado había sonreído sabiendo quien era, Sasuke miró como el menor se volteaba para encarar a su cariñoso amigo para recibir un beso en la frente por parte del último mencionado, después de eso se separaron, Naruto se rió al ver el cabello de Shikamaru y le quitó él mismo la dona que sostenía su cabello, Sasuke agudizó su oído cuando miró a Naruto mover los labios.
-Llegas tarde y aparte hecho un desastre, hazte un favor y agáchate un poco grandullón... yo me encargo -El chico frente a él dejó salir un lo siento, agregando algo sobre que una maestra lo había dejado más tiempo después de clases, Naruto era algo bajo de estatura, pero eso no le impidió ponerse de puntas para hacer una cola alta a su acompañante como siempre acostumbraba, aun así, algunos mechones se revelaron y bordearon el rostro del más grande, dándole un aspecto no solo más madura, sino atractivo.
La fila avanzó y durante el tiempo que estuvieron ahí no se despegaban mucho, Shikamaru mantenía abrazado a Naruto en todo momento y el menor se sentía cómodo con eso, las cosas no pasaron de ahí, Naruto se dejaba hacer, se dejaba besar en la frente, en las sienes o en la coronilla, pero nunca vio algo que indicara una relación "formal" y supuso que apenas estarían comenzando, cosa que no le agradó.
Cuando su ex mejor amigo y el chico desconocido abandonaron la cafetería Sasuke se dio cuenta que Naruto ni siquiera había reparado en su presencia, sus ojos seguían al chico como si fuera el único frente a él, como si fuera el único que le importara. Y entonces recordó, recordó que alguna vez él también fue mirado de esa manera, recordó que él también había compartido no abrazos tan íntimos pero si amistosos que le sacaban sonrisas como la que había visto en el menor esa tarde.
Fue entonces que lo supo.
Él ya no era nadie en la vida de Naruto. Esos ojos nunca lo seguirían jamás, esas sonrisas que tanto le gustaban no serían dirigidas a él de nuevo, la calidez que emanaba el cuerpo de Naruto cuando lo tocaba nunca la volvería a sentir. Porque ya no era él, ahora era el tipo de cabello castaño.
Después de media hora en silencio, en los cuales sus amigos se olvidaron de Naruto y se dedicaron a hablar de algo más ignorando su estado de shock, después de todos esos minutos con la mirada perdida, Sasuke fue consciente de un dolor punzante en su pecho.
Se había equivocado otra vez.
El ligero temblor en su cuerpo lo confirmo.
Lograr superar a Naruto, iba a ser imposible
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