Estaban sentados en la cama, Naruto tenía sus manos enrrolladas en el cuello de Sasuke. Éste a su vez mantenía posada su mano derecha en la mejilla del rubio y la otra en la cintura. El blondo se sentía en una nube, jamás en su vida imaginó estar sintiendo lo que sentía en ese momento, sentir como su boca era poseída por la del moreno, ese hombre que lo estaba llevando al cielo con sus caricias en su espalda y con la forma en que lo besaba. Al principio fue un beso tierno y sin afán que dejaba ver la calidez del contrario, pero con los segundos se fue tornando apasionado. Naruto emitió un gemido que murió en la boca de Sasuke cuando éste introdujo su lengua y acariciaba la suya, ¡Dios!, se sentía tan bien. Para los dos estaba siendo una experiencia única, para naruto era tan diferente a lo que algún día hubiese imaginado y el moreno sentía lo que jamás había sentido con otra persona. Los dos sentían una corriente eléctrica que los impulsaba a seguir, a no parar jamás.
EL ojinegro apreciaba como Naruto temblaba entre sus brazos. A pesar de que al principio fue tímida su actuación, la respuesta del blondo lo había satisfecho, se notaba que nunca había tenido un contacto semejante con otro hombre, cosa que no le importaba en absoluto, es más, se sentía orgulloso de ser ese primer hombre, y esperaba ser el último, que le hiciera sentir cada una de las sensaciones que solo se sienten con la persona amada. Naruto ahora intentaba llevar el ritmo, ¡y vaya que lo hacía bien para ser su primera vez!.
Aquellos labios se degustaban mutuamente, Naruto ahogaba algunos gemidos en la boca del azabache. En ese momento no existía nadie más que ellos. Sin embargo, a pesar de no querer terminar el beso, la falta de aire se hizo presente, obligándole a separarse. La separación fue lenta, y no se dio sino hasta que Sasuke agarró el labio inferior de Naruto suavemente con sus labios antes de dar por terminado el beso. Abriendo sus ojos, cada uno se encontró con los brillantes orbes del contrario, además de que Sasuke pudo apreciar sonrojo de Naruto, mientras éste intentaba controlar su respiración. Incluso después del alejamiento, ambos rostros quedaron muy cerca, casi que se rozaban la nariz.
Naruto no sabía que decir, y se sentía avergonzado, así que lentamente retiró sus manos del cuello del moreno y las colocó en su regazo en modo de timidez, estrujando un poco la tela de su camisa. Se preguntaba el por qué Sasuke lo había besado; además, no sabía si había hecho bien en corresponderse al beso, pues apenas se conocían. No obstante, su corazón latía tan rápido y ese hombre hacía sentir algo tan nuevo, tan maravilloso, se sentía seguro, protegido, pero el mismo tiempo sentía tanto miedo de la magnitud de lo que estaba sintiendo y en tan poco tiempo, ¡por dios, apenas lo conocía y ya se estaban besando!.
Sasuke por su parte se sentía maravillado, ese doncel que tenía al frente era absolutamente hermoso y refrescate, le hacía sentir algo que jamás sintió había sentido ni imaginó sentir por nadie. Hasta el momento nunca había tenido nada serio con nadie, quizás unas cuantas noviecillas en su época de universidad que al final no habían sido sino pasajeras, y actualmente solo salía con conquistas del momento. Miraba a un Naruto sonrojado, con sus labios un poco hinchados por el beso, le parecía tan tierno, tan frágil. Algo en el fondo le decía que este doncel era el amor de su vida, y no lo dejaría ir.
Antes de entablar una conversación, el azabache miraba al rubio con una sonrisa sensual, quería tenerlo todo para él y hacer muchas otras cosas, pero no podía apresurar las cosas, no todavía, sabía que aquel doncel jamás había tenido una experiencia amorosa y no quería provocarle miedo, ni que pensara que no quería algo serio con el sino una aventurilla. Así que le dio otro pequeño y superficial beso en la boca.
-Ven, vamos a desayunar, debes tener hambre, me imagino que no has comido nada desde ayer –dijo esto levantándose de la cama. Naruto solo asintió y tomo la mano que le estaba ofreciendo el ojinegro. Todavía no podía creer que aquel hombre lo hubiese besado y, sin que Sasuke lo notara, llevó dos de sus dedos a sus labios mientras se dirigían a la cocina, recordando aquella maravillosa sensación, jamás habría imaginado que un beso se sintiera así.
Una vez en la cocina, Sasuke lo invita a sentarse y le dio algo de desayuno. Afortunadamente Sakura también había preparado para chico. Sasuke se sentó a su lado, pero solo con un té. El ojiazul seguía un poco nervioso y sentía encima la mirada de Sasuke mientras tomaba los alimentos. Pensaba en el significado de aquel beso anteriormente dado, claramente para el significaba muchísimo, era el primer hombre que lo hacía y que lo hacía sentir emocionado; sin embargo, ¿qué habría significado para el azabache?, con esa apariencia tan varonil que se gastaba debía tener a miles de mujeres a sus pies, el solo era un pobre doncel, ¿sería el un pasatiempo?. Movió un poco la cabeza, en que estaba pensando, claramente no tenía nada con aquel hombre y ya se estaba preguntando si sería solo una conquista.
Pensando en ello se sintió patético, estaba pensando en cosas que seguramente no le importaban al moreno. Lo más importante ahora era pensar que iba a hacer, no podía abusar más de la amabilidad de aquel hombre que lo había ayudado tanto. Pero no sabía qué, pues no conocía a nadie, no tenía trabajo y tampoco tenía experiencia en alguno. Estaba muy preocupado.
-¿En qué piensas? – interrumpió el moreno sus pensamientos. El rubio dio un respingo al escucharlo hablar, y lo miró a los ojos aun con un poco de vergüenza.
-Bu…bueno –dijo nervioso – estaba pensando que has sido realmente muy amable conmigo… te lo agradezco mucho – Le ofreció una tierna sonrisa– hoy mismo buscaré que hacer, no te quiero incomodar más y…- En ese momento su pequeño monólogo fue interrumpido por Sasuke quien en vista de lo que decía el rubio le dijo,
-No tienes por qué irte, te puedes quedar el tiempo que sea necesario – decía mientras daba un sorbo a su té.
-No quiero incomodarte, ya has hecho mucho por mí, además apenas me conoces… – y en verdad no quería ser un estorbo para Sasuke, por lo que veía era un hombre con una situación económica muy buena y no quería que pensara que se estaba aprovechando de él.
-Piénsalo, según me dijiste anoche, no conoces a nadie, no tienes a donde ir, secundado de que no tienes trabajo.
.Etto… yo…-realmente se había quedado sin palabras o argumentos, estaba totalmente en lo correcto, no tenía nada.
-Además, te vas a ir después de que me besaste – decía con una cara seria y a Naruto se le subieron los colores– me utilizaste y ahora te vas – Vio como Naruto enrojecía por completo. Sasuke no resistió viendo a Naruto en esa situación y se carcajeó, era muy inocente, y seguramente si llegó a sentirse culpable. Mientras Naruto lo miraba confundido, el ojinegro aprovechó y le dio otro pequeño beso en los labios.
– No lo pienses tanto, solo quédate, si quieres y con calma vas buscando algo que hacer.
-Muchas gracias, te juro que te pagaré todo lo que estás haciendo – aceptó todavía sonrojado. Lo estaba pensando, y no tenía alternativa; por un lado, estando en ese lugar confiaba en que no lo encontrara Orochimaru, y por el otro, el pensar en no volver a ver al azabache, le daba una sensación de ansiedad y tristeza.
Una vez terminó de desayunar, se levantó de su sitio y se dirigió a lavar lo que había ensuciado, siempre bajo la atenta mirada de aquel moreno que veía embelesado el grácil cuerpo, los suaves movimientos del ojiazul y esas las lechosas piernas tan hermosas. Mientras el ojiazul lo hacía, llegaba Kakashi con la encomienda que Sasuke le había pedido.
-Señor, acá esta lo que me pidió – tanto Sasuke como Naruto voltean a ver al de cabello gris. Éste descargaba las bolsas en un sillón cercano. Una vez lo hizo, se acercó a Sasuke que ya se había levantado de su asiento, pero la vista de kakashi se vio acaparada con el ángel que se hallaba justo al frente del lavabo de la cocina, el cual podía ver perfectamente ya que eran espacios abiertos y entre la cocina y la sala no habían problemas de visibilidad. Éste miraba fascinado a la figura del doncel que tenía a pocos metros de él.
Con todo lo que había pasado y el montón de emociones, no había reparado en que todavía no llevaba nada que le cubriera mucha de la parte inferior de su cuerpo, cosa que solo se le vino a la cabeza cuando sintió que el hombre que acababa de entrar a la estancia lo miraba de arriba abajo intensamente, así que se acercó al mesón más cercano de la cocina que tapaba la vista inferior de su cuerpo.
-Muy bien, gracias Kakashi. – Dijo Sasuke a Kakashi, sacándolo de su ensimismamiento – Naruto, él es Kakashi, es alguien de mi entera confianza que te ayudará con lo que necesites. Kakashi, él es naruto y se va a quedar un tiempo acá, ayúdalo en lo que te solicite.
-Mucho gusto – apuntó naruto con una sonrisa mientras respondía al saludo de mano que le estaba ofreciendo el hombre.
-El gusto es mio – Kakshi tomo la mano del rubio y le dio un beso en ésta. Seguía impresionado con la belleza que tenía al frente, cosa que había notado el pelinegro desde el principio y que obviamente no le gustado para nada.
El moreno despachó a Kakashi quedando otra vez a solas con el doncel. Tomó las bolsas y se las acercó al doncel, llevándolo a la habitación.
-Esto es para ti, es ropa y algunos artículos personales.- vio como naruto tomaba las bolsas mirando su interior. Una pequeña sonrisa cubrió el rostro del varón al observar cómo se le ilumino la mirada con todo lo que veía, parecía un niño pequeño recibiendo su regalo de navidad.
-¡Muchas gracias! – expresó naruto feliz mientras se lanzaba como una ráfaga a abrazarlo. Le pareció muy tierno el hecho de que se hubiese acercado y enrrollado su delgados y delicados brazos en su cintura y apoyado su cabeza sobre su pecho.
Continuará…