-Por… por favor…yo estoy bien…ayúdame, sá...sácame de aquí, te lo suplico. Me…me escapé y me está persiguiendo un mal hombre – Decía el rubio de manera desesperada.
-Calmate- Decía Sasuke para tratar de tranquilizarlo. Estaba pensando que hacer, acababa de “atropellar” a un chico y lo primero que tenía que hacer era llevarlo al hospital, pero el chico se rehusaba, solo quería que lo sacara de allí, y por lo que había dicho estaba huyendo de alguien que le había hecho daño. Por el momento decidió arrancar el carro para no seguir más en aquel lugar y cuando lo hizo el doncel se tranquilizó un poco, pues estado lejos de allí no sería encontrado tan fácil - ¿seguro estás bien?, mira que te pegué con el carro y no creo que te haya hecho cosquillas. Te llevaré al hospital, quiero que te revisen, y por otro lado, quiero evitar problemas, no sea y me demandes por esto – (Sasuke y sus comentarios)
-E...estoy bien, solo me duele un poco el pie por la caída, pe…pero no me lleves al hospital por favor, allí me pueden encontrar, te juro que no haré nada de eso que dices, lo de demandarte – Dijo volviendo a soltar algunas lágrimas. Sabía que aquel hombre tenía razón en quererlo llevar al hospital, pero, primero sería un lugar fácil donde lo podrían encontrar, y segundo, no tenía un yen para pagarlo.
Pero Sasuke era un empresario, y por experiencia sabía que cualquier cosa podría pasar, no podía simplemente confiarse así como así de un extraño, por más caído del cielo que pareciera (por que parecía un ángel). Así que no dijo nada y siguió conduciendo.
******************
Mientras tanto, en la penumbra de una bodega se encontraban dos personas hablando. Uno de ellos sentado y recostado en una silla junto a un escritorio y el otro parado al frente al mismo.
-Jefe, el chico ha escapado…lo siento mucho, no pudimos atraparlo – Decía un hombre de cabello color morado con algo de temor, ya que su jefe no era una persona caracterizada por ser flexible con errores de sus subordinados y por compañeros más antiguos ya había llegado a sus oídos lo que probablemente le iba a costar su primer error trabajando para aquel de cabello negro y largo, con ojos de serpiente.
-Humm… interesante.- Respondió el hombre tras el escritorio después de un corto silencio, antes de continuar - ¿Puedo preguntar cómo un solo chico desarmado pudo escapar de seis hombres con armas? - Dijo con una voz tan tranquila mientras enarcaba una ceja.
-Señor no sé cómo pasó, le prometo que mañana lo traeremos de vuelta - Dice el hombre pronunciando rápidamente tratando de apaciguar la situación, mientras su frente empezaba a brillar por la traspiración, pero fue interrumpido por su jefe en un tono un poco más enérgico
- Suficiente Hidan, ven acá. – Dijo haciendo un gesto con el dedo índice, mientras el hombre empezaba a dar pasos titubeantes - Sabes Hidan, realmente tú y los chicos me decepcionan...- Se levanta de su silla dando un profundo respiro mientras saca un cortador de tabaco de uno de los cajones de su escritorio, al igual que un habano – cualquiera en mi lugar hubiera enviado tu cuerpo al fondo de un lago, pero la verdad, es que en estos dos meses te has convertido en un hijo para mí y te perdono, por esa razón no voy a matarte – Dice en frente del chico con una pequeña sonrisa mientras el otro hombre se estremece sabiendo lo que significa. Toma la mano de Hidan y pone el cortador de habano como si fuera un anillo sobre su meñique.
-Por favor señor, le juro que lo arreglaré, no tiene que hacer esto - dijo con los ojos húmedos y la voz entrecortada.
-Shhhh…no protestes, sabes que me duele más a mí que a ti, pero los padres deben educar a sus hijos – dijo antes de cerrar la cuchilla que rebanó el dedo de Hidan y que terminó en el suelo, para dar paso a un sonoro grito de dolor. El muchacho se retorcía mirando el lugar en el que solía estar su dedo, apenas pudiendo contener sus lágrimas.
-Bien, ¿ves que no estuvo tan mal?...Ahora puedes ir a por un botiquín, no queremos que te desangres – Dijo tomando asiento nuevamente.
Hidan mientras tanto se incorporaba y al tratar de tomanr su dedo del suelo, su jefe hizo un gesto negativo con la cabeza – No Hidan, no te puedes llevar ese dedo, tu juguete se queda conmigo, los perros tienen hambre… y con respecto al chico quiero tenerlo de vuelta, no me importa lo que tengas que hacer.
-No se preocupe, le juro que tendré al chico cuanto antes, haré lo que sea señor Orochimaru – Dijo Hidan antes de salir casi que corriendo del lugar.
-Este chico Naruto resultó ser una mercancía difícil. – Se rio de una manera que resonó en la bodega completa y que al que la escuchará helaba la sangre por completo.
******************
Sasuke aparcaba su auto en el estacionamiento del hospital más cercano que había encontrado. Miró a su copiloto y lo vio un poco adormilado, por lo visto no se había dado cuenta de que lo había llevado al lugar al que no quería que lo llevara. Se bajó del auto y abrió la puerta del lado donde se encontraba el rubio - ¿eres capaz de bajarte?
-S…sí – Respondió tratando de bajarse de su asiento - ¿Dónde estamos? – Preguntó un poco preocupado
-En el hospital – dijo Sasuke de lo más tranquilo. Observó como el chico cojeaba un poco, estaba descalzo y tenía algunos raspones es su mano izquierda.
Naruto sollozó, pero Sasuke había notado la preocupación del rubio, entonces lo tranquilizó- Tranquilo, estaré contigo hasta que terminen de examinarte, luego te llevaré a donde quieras – dijo Sasuke mientras alzaba al chico en brazos, pues al ritmo a que caminaba cojeando no iban a llegar ni al primer piso.
No sabían por qué, pero sentían una conexión entre los dos. El chico a pesar de la situación en la que estaba, era imposible no fijarse en lo varonil, imponente y guapo de ese hombre, en cierta medida lo ponía nervioso -Gracias – susurro la criatura mientras enrollaba sus manos en el cuello del azabache y recostaba su cabeza en el pecho del mismo. De cierta forma se sentía seguro en sus brazos, sentía que si estaba con él no le iba a suceder nada malo. Por otro lado, Sasuke se sentía el corazón inusualmente acelerado, tenía en sus brazos un bello doncel, podía sentir la sedosidad de su piel, pues al tener solo un camisón puesto, podía tocar parte de sus piernas.
-A propósito – dijo Sasuke – no me has dicho tu nombre – Hablaba mientras caminaba con el chico en sus brazos.
-Naruto…Me llamo Naruto
-“Naruto” - susurró Sasuke repitiendo el nombre del chico- Mi nombre es Sasuke Uchiha – Se presentó el azabache.
******************
Veinte minutos después se encontraba el pelinegro en la sala de espera hablando con el doctor que se había encargado de atender a Naruto.
-Señor Uchiha, realmente no fue nada grave lo que le pasó al chico, si bien alcanzó a golpearlo con el carro, el asunto no pasó a mayores.- El azabache suspiró tranquilo, menos mal el chico estaba en perfectas condiciones – solo tiene unos raspones que no son de mayor cuidado y en cuanto al dolor en su pie, no sé preocupe, pasará muy pronto. De todas maneras le recetaré algunas medicinas – el doctor le entrega a Sasuke la receta médica – El muchacho puede salir ya mismo del hospital si así lo desea. Está en el cuarto de al fondo a la derecha. Con permiso.
-Gracias –respondió Sasuke, para luego dirigirse al cuarto indicado. Cuando entro, encontró a Naruto sentado encima de una camilla. Estaba temblando, y no era para menos, pues todavía tenía la ropa un poco mojada y traía esa camisón que no lo cubría para nada. Si por él hubiera sido, se sacaba su saco para cubrir al chico y aliviar el frío, pero al igual que Naruto estaba mojado, por lo que decidió apurarse y sacar al blondo del hospital.- listo, hablé con el médico, y estás bien. – el mayor se acercó al menor -Ven vamos - Le ofreció su mano para que Naruto bajara de la camilla, y éste la aceptó con un pequeño sonrojo en su rostro que no pasó desapercibido para el ojinegro. Naruto se bajó y se dispuso a seguirlo ya que estaba mejor del pie y lo podía apoyar.
******************
Hidan repasó por última vez el plan en su cabeza. Sólo debía acercarse a la recepción, y decir que era amigo del chico para que la recepcionista le dijera el número de habitación, luego de eso la cuestión era pan comido, esperarían más tarde en la noche cuando hubiese. Hidan había sabido del paradero de Naruto gracias a un contacto que tenía en ese hospital. Así que entró junto con Kabuto, uno de los hombres de Orochimaru, y fueron a preguntar a la recepción de acuerdo a lo planeado.
-Buenas noches señorita, quisiera preguntar por un amigo que se encuentra en este momento aquí, su nombre es Naruto Namizake
-Lo siento mucho señor, no le puedo dar esa información.
-Pero señorita, es un amigo muy especial y estoy muy preocupado por él, me llamó y me dijo que estaba acá y todavía no sé le ocurrió – decía Hidan con cara de preocupación.
-Señor, le repito, no le puedo dar esa información, pero le puedo dar el nombre de la persona que lo esta acompañando. Su nombre es Sasuke Uchiha. – Decía la chica mirando en todo momento su ordenador.
Hidan abrió los ojos como platos, no podía creer que ese chico estuviera con el empresario Sasuke Uchiha, ¿de dónde lo conocía?. Se alejó de la recepción sin siquiera decir gracias.
- Que esperamos, vamos a hacer hablar a ese tipo, lo llevamos al estacionamiento y le damos una paliza- decía Kabuto.
-Eres un imbécil, ¿no sabes quién es el cierto?. Bueno, nunca has sido muy brillante que digamos. Limítate con saber que si tocamos a ese hombre, para mañana en la noche estaremos muertos, y seguramente a manos de nuestro propio jefe - y es que Sasuke Uchiha no solo era un empresario exitoso, sino que era una de las personas más influyentes en el mundo, y podía poner en grabes problemas a la organización de Orochimaru si se le daba la gana. – Hay que avisarle al jefe.
-Jefe, encontramos al muchacho.- expresó Hidan cuando marcó el teléfono de Orochimaru y fue contestado.
-Y eso de que me sirve, ¿Que estás esperando para traerlo?
-Jefe….- Titubeo un poco – hay un problema
-¿Qué problema pueden tener un par de sujetos entrenados y con armas?
-Sasuke Uchiha está con él.
-Vaya, eso sí es un problema.
-Entonces que hacemos?, ¿quiere que lo matemos?
-Estoy a punto de empezar una carrera política, y el Uchiha tiene muchas influencias, si lo matas ¿qué crees que va a pasar?
-Entonces… ¿no lo matamos?
-¡Pues claro que no!. No entendiste lo que te acabé de decir, menudos empleados que me gasto. Saca tu trasero y el de Kabuto inmediatamente de ahí.
-Como ordene.
******************
Se encontraban en el auto tanto Sasuke como Naruto, pero aún no estaba en movimiento. El rubio se ponía el cinturón de seguridad, cuando el azabache preguntó de repente - ¿Tienes un lugar al que te pueda llevar?, no sé, padres ó familiares, amigos, conocidos…
Naruto negó y lagrimeando dijo – N…no, mis padres murieron y no conozco a nadie – Naruto notó como Sasuke pasó de tener una pose aparentemente tranquila a una más tensa, sabía que estaba poniendo al extraño en una encrucijada, pues no sabía que hacer con él - Me puedes llevar a un lugar lejos, con eso basta, ya has hecho suficiente por mí… M...muchas gracias.
Sasuke no sabía qué hacer ni que pensar, en que problemas estaría metido este chico para estar en la situación en la que se encontraba. No podía simplemente dejarlo tirado en un lugar apartado como si nada, para nadie es un secreto que los peligros abundaban en la calle y mucho más a esa hora de la noche. Sasuke suspiró, estaba cansado, había estado trabajando todo el día en la oficina y su cuerpo le pedía descansar, y se imaginaba que el chico debía estar en las mismas. Prendió su auto y arrancó, no supo a donde lo llevaría pero tenía que comenzar a moverse. Durante el resto del trayecto, ninguno de los dos pronunció más palabras.
Continuará…