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Desde que te conocí por Ssussy

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Notas del capitulo:

Hola, ¿cómo están?... les traigo el tercer capítulo, espero les guste.

Un nuevo día empezaba para los habitantes de la ciudad de Tokio, era un domingo y los rayos del sol ya iluminaban todo a su alrededor, algunos de estos se colaban a través del gran ventanal del apartamento del gran empresario Sasuke Uchiha. El azabache como siempre se levantaba a las seis de la mañana; sin embargo, con el ajetreo de la noche anterior sentía que debía descansar un poco más, afortunadamente no tenía que atender asuntos, por lo que podría quedarse ese día en su apartamento; pero como él era Sasuke Uchiha, no se permitía descansar más de lo necesario. Se levantó y casi que de inmediato dio un baño con agua caliente para relajarse un poco. Al salir del baño envuelto con una toalla en sus caderas, se dirigió a su guardarropa, que lejos de ser pequeño se comparaba con un enorme cuarto en el que se hallaban sus caras prendas. Se colocó algo informal que constaba de un pantalón de mezclilla azul y una camiseta oscura un poco ajustada que enmarcaba muy bien su fornido y musculoso torso.


Cuando se dirigió a la cocina, su empleada de servicio ya se encontraba con el desayuno del azabache listo. Sakura, una pelirosa de ojos verdes y cuerpo delgado, también se levantaba muy temprano para poder atender las necesidades de Sasuke y encargarse de las labores del hogar. Ella dormía y vivía prácticamente en el apartamento del ojinegro, tenía un cuarto de servicio un tanto alejado de las áreas comunes y cuarto de Sasuke para dar privacidad. Y es que el apartamento ese lugar era tan grande que más bien parecía una mansión pero en un edificio. Ella no trabajaba los domingos, pero por lo menos se levantaba a hacerle el desayuno al patrón y luego salir a disfrutar el día en casa de sus padres o con sus amigas.


-Buenos días señor – Decía la pelirosa con una pequeña sonrisa en sus labios – acá está su café bien cargado porque como la noche anterior llegó tan tarde, me imagino que debe recargar – dejó el café en la mesa de mármol cuando el azabache se sentó junto a ésta – acá le queda el desayuno también.


-Tienes razón. Gracias Sakura – tomó su café – te puedes retirar, me imagino que hoy tienes planes.


-Gracias señor – acto seguido Sakura se retira a su habitación para arreglarse bien y salir del apartamento.


Media hora después Sakura se disponía a abrir la puerta principal para salir, pero se sobresalta al encontrar a Karin a punto de tocar el timbre, pero ésta al ver que la “sirvienta”, como le decía ella, abría, cesó inmediatamente su intento.


La pelirroja iba a pasar como si nada y sin saludar, pero…-Perdón señorita Karin pero no la puedo dejar pasar sin antes anunciarla – dijo la pelirosa interponiéndose para que no pasara.


La pelirroja, que era un poco más alta que la pelirosa, frunce su ceño y alza la voz - ¿desde cuando tengo yo que anunciarme para ver a mi querido Sasuke?, por si no te has enterado sirvienta maleducada, yo me casaré con Sasuke, así que es mejor que te retires de mi camino – intentando pasar


-Desde siempre, pero no es usted la única, todas las personas que vienen tienen que atenerse a eso – Sakura intentaba ser cortés pero es que esa mujer no le caía para nada bien, le parecía muy egocéntrica, maleducada y muy intensa – Además, por lo que tengo entendido usted no es ni su novia y mucho menos su prometida, así que si me permite tengo que avisarle al señor Sasuke de su presencia.


En el momento en que Sakura pronunció su última frase, no se esperó ser empujada hacia tras por la bruja pelirroja y mucho menos que entrará como “pedro por su casa”, claro no sin no sin antes decirle - “sirvienta estúpida, conmigo no te metas”.


En ese momento Sasuke se encontraba en la sala, sentado en un gran sillón color negro muy lujoso leyendo el periódico del día. De repente alza sus ojos al sentir el sonido de unos tacones resonar, ya suponía quien podría ser. Ve entrar a Karin y a Sakura persiguiéndola apresurada.


-Señor, entró sin que fuera autorizada…lo siento – Sakura estaba un poco apenada, sabía que a su jefe no le gustaba que entrara nadie a su apartamento sin su autorización – Si gusta ya mismo la saco.


-No te preocupes Sakura, déjala, puedes irte para que no te retrases más con tus compromisos – Sasuke quería dejar las cosas una vez por todas con Karín. El jamás le dio esperanzas a esa mujer, pero la pelirroja insistía e insistía pero él siempre fue claro en que no quería tener algo con ella. No podía negar que la mujer era bonita, pero de todas las mujeres y donceles que había conocido y estado era la más fastidiosa, prepotente e insistente, imposible estar con una mujer así.


Karín sonreía al ver que Sasuke no se rehusaba a atenderla. Sonrió con desdén a Sakura que salía de allí -Deberías despedir a esa empleaducha –pronunciaba mientras se sentaba junto a Sasuke.


-A quien contrato o despido no es asunto tuyo Karín. Además agradecería que no te metieras ni te refirieras así de mis empleados solo porque no hacen lo que quieres, te recuerdo que trabajan para mí, no para ti, yo doy las órdenes aquí– Decía mientras se paraba del sillón y dejaba el periódico a un lado – ¿A qué has venido?, espero que sea rápido, no estoy para tus tonterías.


En ese momento, Karin cambia su cara por una de preocupación y se abalanza a los brazos de Sasuke - ¿Sasuke estás bien mi amor?, estaba muy preocupada por ti, pensé que te había pasado algo grave mientras recibiste mi llamada anoche, pero ahora que te veo me doy cuenta que estás bien. Gracias a Dios.- Acercó sus labios a los sensuales labios del azabache, pero inmediatamente fue alejada por el azabache.


-Karin, quiero que dejemos las cosas claras. Jamás tendré algo contigo, por más que me insistas, busques y hables con mis padres, no te aceptaré. Por favor, no te humilles tanto, eres una mujer bonita que puede conseguir a otro hombre, pero yo no estoy disponible para ti – Se alejó de ella y se dirigió a la puerta principal, la abrió y miró a Karin. Está tenía el ceño fruncido y los labios un poco arrugados, no le había gustado para nada lo que le había dicho Sasuke…como bien dijo él, ella era una mujer bonita y podía tener a sus pies a cualquier hombre, y ese ojinegro no era la excepción; por lo menos eso pensaba ella. Así era, a menos de que hubiese alguien más en la vida del azabache.


-Es por una otra mujer, ¿cierto?, te estás revolcando con alguien, ¿quién es la perra? – reclamaba como si ella tuviera una relación con Sasuke. Pero aquel no se molestó siquiera en responderle a esa pregunta.     


-Karin, no te hagas esto, no te denigres tanto, acéptalo. – le señalaba la salida para que aquella mujer saliera de su casa, pero al ver que no lo hacía se aventuró a llamar a su mano derecha por el interlocutor que estaba ubicado al lado derecho de la puerta – Kakashi, ven un momento por favor.


-En un momento señor – se escuchó del otro lado.


-¿Te gusta burlarte de mí?- dijo en un tono serio Karin. Sasuke a estas alturas le asaltaba la duda de si Karin es que era insistente como siempre lo había pensado o si era mentalmente inestable o demente - seguramente tienes a esa mujerzuela en tu cuarto en este momento – el azabache en ningún momento se esperó que la mujer saliera apresurada hacia su habitación.


Al llegar a la habitación del azabache lo primero que notó Karin fue el cuerpo abrigado que sobresalía en la cama. Estaba confirmando sus sospechas, Sasuke había llevado una de sus conquistas a su cama. Ahora tendría que saber quién era darle su merecido. Acto seguido, estiró su mano y jaló la cobija que abrigaba aquel pequeño cuerpo. Abrió sus ojos como platos al ver la belleza que estaba allí, con una polera grande de color azul oscuro que debía ser de Sasuke que le llegaba hasta la mitad de sus muslos, dejando sus hermosas, sedosas y acaneladas piernas al descubierto, al igual que un de sus delgados hombros, su cabello largo, rubio y brillante como el mismo sol, algo despeinado pero le daba un aire de sensualidad. Ni la misma Karin podía negar la belleza de aquella criatura que perecía hecha por los mismísimos Dioses. Aceptar eso fue lo que le produjo más rabia de la que tenía, la envidia la carcomía por dentro. No pudo soportar ver esa preciosidad tan relajada en la cama y no se demoró mucho en agarrarlo de un brazo e intentar sacarlo a rastras de allí.


Naruto despertó de inmediato, y como no, si el agarre fue tan fuerte que lo sacó de la cama y ya lo llevaba casi que arrastrando en la por la habitación, seguramente le dejaría un morado en la piel.  Reaccionó un poco y forcejeó tratando de zafarse del agarre – Su…suélteme…- ante ese comentario Karin paró de repente y se volteó ante Naruto y le golpeó en su mejilla tan enérgicamente que lo tiró al piso y le hizo aguar sus ojos. Para colmo tenía una muy bonita voz - ¿soltarte?, perra maldita, es mejor que te vayas de aquí, ya obtuviste lo que querías, un revolcón con mi novio – Naruto colocó la mano en su mejilla, le ardía un poco, pero el movimiento no duro mucho pues la peliroja lo agarró del pelo que tuvo que utilizar sus dos manos para colocarlas en el brazo de ésta para que lo soltará


-Ahhhh-Gimió Naruto de dolor al sentir que tiraban de su cabello. En ese momento llegó Sasuke y al ver lo que estaba haciendo la mujer, reaccionó, la cogió también del brazo pero de manera tan fuerte que soltó a Naruto de inmediato y la volteo. Él no era de golpear a las mujeres o donceles, es más, los respetaba mucho y jamás les pondría una mano encima, pero al ver a Naruto tirado en el piso, con su cachete rojo y agarrado del cabello por Karín, se enojó tanto que quería pagarle con la misma moneda. Era mejor sacarla de ahí antes de que le diera más rabia e hiciera algo de lo que después se podía arrepentir –Te vas inmediatamente de mi apartamento, parece que no entiendes a las buenas – dijo Sasuke con una voz grave. No iba a permitir que trataran a Naruto de esa manera y mucho menos por ideas locas que se le habían metido a esa loca mujer en la cabeza. La sacó de manera brusca hasta la salida y la tiró fuera del apartamento.


A la mujer no le quedó de otra que irse, pero no iba a permitir que las cosas quedarán así, algo haría, no sabía qué, pero algo tenía que hacer. – ¡¡¡Me las van a pagar!!! – grito la mujer a todo pulmón antes de salir.


Cuando Sasuke ingresó de nuevo a su habitación, encontró a Naruto sollozando todavía tirado en el piso. Se acuclilló  y posó sus dos manos en las mejillas del rubio, acariciándolas con el dedo pulgar - ¿estás bien? – preguntó el azabache preocupado. No era justo que Naruto hubiese sido golpeado por cosas en las que no tenía que ver. El blondo asintió con su cabeza – espérame acá, voy por hielo – Dijo mientras lo ayudaba a incorporar y sentarlo en la cama.


S…si – afirmó tímidamente.


Sasuke se retiró, se dirigió a la heladera, y mientras conseguía el hielo que prometió, se acordaba de como es que aquel hermoso doncel terminó en su casa.


 


Continuará…

Notas finales:

¿Cómo les pareció?.. espero sus reviews.. Gracias


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