Acostado en el medio del arenero del prestigioso preescolar esta un joven profesor, con una mirada distraída.
-Aunque sea consiente que me enamoro fácilmente de alguien y fácilmente soy dejado. Pero esta vez me excedí. Solo lo vi una vez...
Susurraba sin restar atención a su alrededor.
-¡Apenas había terminado una relación hacia menos de una hora! soy tan Don Juan... ¡Buah! ¡Me gustaría enterrarme en un poso!
Fue en ese momento en el que levanto su mirada para ver a uno de sus estudiantes, en lo observaba con esa mirada inteligente que lo caracterizaba. El niño era hermoso, con un brillante cabello rojo y una peculiar mirada bicolor. Un ojo rojo y el otro dorado.
-De nuevo le abandonaron. ¿No le dije que me escogiera? Kouki-sensei. Sabe que nunca lo dejaria.
-Sei... Seiji-kun.
-Sensei ¿De nuevo esta durmiendo sobre la arena? Hay es la tercer vez que lo hace. Kuroko-sensei esta molesto.
Por un momento me invadió el pánico. Kuroko era temible cuando se enfadaba. Luego mire a Seiji, el en verdad era un buen chico.
-Seiji-kun ¿Estuviste toda la mañana acompañándome?
-Claro –respondió con una seguridad admirable- no soy alguien indiferente que deja llorar a a persona que le gusta.
Dices la persona que te gusta... este niño es un caso especial. Pero me resutaba extrañamente reconfortante tenerlo conmigo. Sin dudar le habia agarrado un inmenso cariño.
-Sei...¿Seiji-kun? ¿Sabe que sensei es un hombre?
Pero de repente una vos lo interrumpe. El castaño se quedaría con la duda acerca de los sentimientos de su alumno. Necesitaba hablar claramente con él.
-Furihata-kun ¿Cuanto tiempo piensas seguir con tu descanso?
A Kouki lo recorrió un escalofrió. Sabia lo que se escondía detrás de esa cara de póker de su superior. Sabia lo que se venia. Y realmente lo temia.
-¿A caso quieres que te entierre en el arenero para que esté feliz?
Continuaba con sin cambiar su expresión. Pero sabias perfectamente reconocer una amenaza de tu superior.
-Si... ¡Si! Iré a trabajar de inmediato!
En el Jardín de Infantes esta escena ya era familiar. Se repetía por lo menos una ves por semana. Mientras un ocupado castaño correr de un lado a otro realizando sus labores diarios.
-Envía los lotes de confirmación a loas padres sobre la excursión del mes que viene...
-Primero entrega dos hojas para cada uno...
-Luego lleva hasta allá la leche que se tomara en el almuerzo...
-Y lleva a sacar los futones de los niños que se quedaran en la tarde...
Siendo un nuevo profesor que se acaba de graduar en primavera, esto es lo común. Pero poco le importaba estar ocupado todo el día. Su sueño siempre fue ser maestro, por ello afrontaba cada día con felicidad.
El ya se había resignado a no tener hijos propios, así que en realidad era bastante feliz rodeado de niños. Comprendía la importancia que tenia para ellos crecer rodeados de amor y cariño. El no había tenido lo que se llama una "infancia normal" así que comprendía lo mucho que puede doler el carecer de atención cuando se es pequeño.
-Te quiero sensei ¡Me casare con sensei cuando sea grande! -decía una alegre niña con una brillante sonrisa.
-Wah... ¿En serio? Soy tan Feliz.
-No. Definitivamente no –interrumpe la clara vos de un peli rojo- Sensei es demasiado Don Juan. Estarás cansada si te casas con él por el resto de tu vida. A demas el ya tiene a alguien a queien quiere a su lado.
Nuestro castaño solo pudo ver como su queriada estudiantes se alejan de el. Un poco entristecido por haber perdido su atención.
-No se preocupe, luego lo aclarare con las chicas.
-¿Aclarar que?- preguntó un poco temeroso de su respuesta.
-Mi relación con sensei –respondió con toda la inocencia y seguridad que venían de su temprana edad. No dudaba en remarcar sus sentimientos a su estimado sensei.
Relacion... ah Seiji-kun, aunque yo sea un Don Juan no tendria una relación con un estudiante de jardin. Pensaba un nervioso castaño. Quien solo atino a darle una nerviosa sonrisa.
-¡Ah! De nuevo piensa en evitar el tema con una sonrisa. Pero en diez años sensei sabrá lo asombroso que soy. Y nunca se apartara de mi lado.
¡Ah! como me gustaría conocer a los padres de este niño.
El día por fin llego a su fin. Era el momento de preparar todo para el siguiente dia.
-Furihata-kun, un cuaderno de su clase llego a mis manos.
-¡Eh...! Eso no puede ser.
-No te olvides de anotar lo que paso en el día y entregárselo a la madre.
-Si ¡Entendido!
Me detuve a mirar el cuaderno. Era el de Seiji Akashi. Lo había estado buscando todo el día.
-¡eh! Parece que ya regreso a casa, ya es bastante tarde. Sera mejor que mañana me disculpe y se lo entregue...- miro afuera y efectivamente ya había oscurecido. Pero en el patio de juegos había un niño esperando que lo vengan a buscar. Oh... era Seiji-kun ¿Por que su mama todavía no pasaba por el?... por cierto, últimamente la madre de Seiji viene más y más tarde a buscarlo. No importa que venga tarde ya que nuestro jardín de infantes tiene una guardería para los padres que trabajan. Pero la madre de Seiji-kun parecía ser una ama de casa. A demás, me parece a verla visto en otro lugar...
Piensa distraídamente mientras se acerca a donde esta el niño.
-¡Kouki-sensei! -Llama su atención el niño que ahora esta parado frente al castaño- Al fin estamos solos los dos ¿Puedo besarle?
-¿Qué? - temeroso retrocede un paso, pero a causa de su torpeza cae- ¡eh! ¿Qué dices tan de repente...?
-¿No es algo normal que los enamorado se besen?
-Que enamorados... ¡wauh!
-Relájate. De forma obediente, vuélvete mío. De esa forma, no sufrirás por amor en el resto de tu vida.- dijo el pequeño mientras intentaba acercar su rostro al del mayor-
¿De donde a ha salido este niño? ¿De que forma lo educaron? ¡Seguro que lo aprendió de sus padres! Es probable que le lastime el corazón si lo rechazo ahora... Argh... en serio... ¿Cómo educan a este niño?
-Siento mucho llegar tarde. Disculpe ¿Usted es el profesor? Yo, soy el padre de Seiji Akashi.
Frente a el se encantaba el sujeto de la noche anterior. Sin poder evitarlo, los recuerdos lo invadieron.
-¿... También estas seduciendo hombres?
Por unos minutos lo único que pudieron hacer fue mirarse tratando de entender la situación. Hasta que finalmente el menor hablo.
-… A mi también me dejaron esta noche y lo hizo un hombre. Asi que estoy bastante seguro que no te seduzco para ir a un hotel, pero si es para sacarte una sonrisa creo que ¿Si lo hare?
Respondió con la sonrisa mas sincera que fue capaz de dar. La que sin querer removió unos cuantos sentimientos en el frio pelirojo.
Un muy nervioso Kouki intentaba serenarse. Mientras miraba a los dos.
-¿Padre... e hijo?- pregunto, aunque sabia que no hacia falta. El parecido era incuestionable.
Comprendió que cometido un grabe error. Se había enamorado del padre de uno de sus alumnos.
Y no se arrepentia.